Discurso del presidente del Gobierno en su visita a la factoría Renault de Villamuriel del Cerrato

21.11.2012

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Villamuriel del Cerrato (Palencia)

Señor presidente de la Junta de Castilla y León; señora ministra de Empleo y Seguridad Social; señor ministro de Industria, Energía y Turismo; señor presidente director general de Renault España; autoridades todas, señoras y señores,

Quería, en primer lugar, darles las gracias por su amable acogida hoy, en esta planta del Grupo Renault; efectivamente, en Villamuriel de Cerrato, cuyo alcalde nos acompaña hoy aquí, y quería, a continuación, proponerles una breve reflexión.

Como ustedes saben bien, faltan sólo unos pocos meses para que el Grupo Renault celebre el sesenta aniversario de su llegada a España. Por aquel entonces, ni España era la potencia europea que es hoy, ni el Grupo Renault era el líder mundial del sector automovilístico en que se ha convertido.

La implantación, por tanto, de Renault en España ha sido sumamente provechosa para ambas partes y nuestro crecimiento ha ido a la par porque, si España ha dado mucho a la industria del automóvil, el Grupo Renault y el sector de la automoción, en su conjunto, han hecho mucho por la modernización de la economía española.

Al mismo tiempo, Renault es prueba visible de que la apuesta por España es una apuesta segura y de que España aporta un entorno privilegiado para que toda inversión, tan necesaria en este momento, tenga su correspondiente retorno. A su vez, España se ha beneficiado de esta apuesta, creando empleo y convirtiéndose en foco de innovación y desarrollo en una industria de alto valor añadido.

La adjudicación a las plantas españolas del plan industrial del Grupo Renault para 2014-2016 es la rúbrica de un nuevo impulso en el marco de esta relación positiva y fecunda. La experiencia acumulada nos permite vaticinar que Renault seguirá encontrando aquí todas las facilidades que merece para el desarrollo de su negocio, mientras que España se consolida, a su vez, como referente mundial de la industria automovilística y polo de atracción de inversiones y de nuevos proyectos.

Celebramos, pues, hoy una gran noticia para la economía española y yo no he tenido ocasión de celebrar mucho en el tiempo que llevo como presidente del Gobierno.

Como ustedes bien conocen, este plan industrial, recién adjudicado, va a traer consigo consecuencias positivas de primer orden para Palencia, y también para Valladolid y para Sevilla, donde se ubican otras plantas de fabricación del Grupo Renault. Hablamos de una inversión muy importante: de la creación de 1.300 puestos de trabajo en España y de un incremento de 190.000 a 280.000 unidades fabricadas anualmente sólo en esta planta de Palencia. Y hablamos también de la fabricación de cuatro nuevos modelos de automóviles en Palencia y del incremento de un 30 por 100 de la producción de motores en Valladolid y de cajas de cambio en Sevilla.

Amigas y amigos,

Estas consecuencias positivas no se limitan sólo a la generación de riqueza a nivel local. Toda inversión tiene efectos expansivos sobre la economía y la industria española de fabricantes de equipos y de componentes, que sólo el año pasado facturó cerca de 30.000 millones de euros y es un sector fuertemente exportador, también se ha de beneficiar del nuevo plan industrial del Grupo Renault, como se ha de beneficiar toda la red de distribución.

Señoras y señores,

La industria de la automoción es un pilar de la economía española, es una de nuestras fortalezas competitivas. Ha sido, es y va a seguir siendo, con importancia creciente, un sector estratégico para la industria nacional. Hoy genera por encima del 10 por 100 del PIB industrial, es el primer exportador nacional, con un 22 por 100 del total de nuestras exportaciones, y da empleo, aproximadamente, a 250.000 personas en nuestro país.

En 2011, y por tercer año consecutivo, España fue el segundo productor de vehículos en Europa y seguimos instalados con solidez en el escalafón de los diez primeros fabricantes mundiales. Los automóviles fabricados en España llevan el "made in Spain" a cerca de 130 países, pues nueve de cada diez vehículos de las plantas españolas se destinan a la exportación.

En un momento de crisis económica general y de fuerte caída de la demanda y de descenso de matriculaciones en toda Europa, estos datos, que son muy importantes, cobran aún una mayor relevancia y, al mismo tiempo, son poderosos alicientes de cara a reforzar el compromiso del Gobierno con un sector puntero, capaz de generar riqueza y empleo, incluso en estas difíciles circunstancias.

Este compromiso, y quiero decirlo aquí con claridad, es prioritario para el Gobierno que presido. Así se lo expuse personalmente, hace ahora un mes, a Carlos Ghosn, presidente mundial de Renault-Nissan, y a Jesús Vicente de Los Mozos, presidente de su rama española, y, en el mes de junio, a diversos representantes de la industria europea, que estuvieron en el Palacio de La Moncloa.

¿En qué se traduce este compromiso? En la complicidad activa de las Administraciones con quienes crean riqueza y empleo en el sector del automóvil; también, en la culminación en positivo de una reconversión del tejido industrial del automóvil, que ya ha empezado a dar sus frutos; también en el apoyo a las plantas mediante el impulso de los planes de competitividad; en los incentivos al vehículo eléctrico, como el que desde el año pasado fabrica Renault en Valladolid y, también, en el impulso de un Plan PIVE, que está siendo un balón de oxígeno para la industria a todos los niveles, desde la fabricación a la distribución.

Todos estos puntos suman con un solo objetivo: apoyar a una industria clave en el tejido económico y social español, y apuntalar un clima de confianza que estimula su competitividad en beneficio de todos y que pronto se verá aún más fortalecido por la Ley de Garantía de la Unidad de Mercado. Éste será un instrumento extraordinario que aportará grandes rendimientos en términos de ahorro de costes para empresas activas en más de una Comunidad Autónoma, como es el caso de Renault.

En este sentido, y aunque soy consciente de que ha generado sus polémicas, la reforma laboral que ha impulsado este Gobierno está siendo clave para fortalecer ese marco de confianza y, al mismo tiempo, es la mejor muestra del compromiso del Gobierno con el impulso de la flexibilidad y la competitividad que necesita nuestro tejido económico; y, singularmente, con el sector del automóvil para volver a generar crecimiento y empleo, que es lo que a todos nos importa.

Señoras y señores,

Si nuestras plantas de fabricación de automóviles no fuesen de las más flexibles y competitivas de Europa, ¿estaríamos celebrando hoy la adjudicación de este plan industrial? Sin la actitud encomiable de directivos, trabajadores y sindicatos, y la facilidad para la negociación de los convenios, ¿estaríamos hablando hoy de la creación de 1.300 nuevos puestos de trabajo? La respuesta, y créanme que lo digo como lo siento, y huelga decirlo, es que no.

Porque si, en los últimos meses, las plantas españolas de fabricación de automóviles en toda España han atraído más de dos mil millones de euros de inversión, no es por azar ni por casualidad, sino que es porque se ha dado esa confianza a esos inversores. Y se les ha dado confianza, no con declaraciones o con gestos voluntaristas, sino con medidas concretas, reformas palpables y una actitud constructiva por parte de todos: empresarios, directivos, organizaciones sindicales y trabajadores.

Permítanme que vaya concluyendo ya.

En un momento en el que España y los españoles necesitan buenas noticias económicas, la adjudicación del plan industrial del Grupo Renault a las plantas de nuestro país es, sin duda alguna, un motivo de alegría para todos y un motivo de reconocimiento a quienes han hecho esto posible y han acertado en su apuesta por España.

Ustedes saben mejor que nadie que la industria automovilística española ha conocido momentos de dificultad; sin embargo, su trayectoria es una historia de éxito y lo es porque en su momento se tomaron las medidas necesarias para que saliera del bache y retomara un rumbo de consolidación y de crecimiento.

Desde este punto de vista, como desde tantos otros, nuestra industria del automóvil, aquí representada por el Grupo Renault y la plantilla de esta fábrica, ha sido un ejemplo; el ejemplo de que adoptar reformas e impulsar medidas, aunque pueda ser difícil, que lo es, en un primer momento, es la garantía del éxito del futuro.

Eso que hemos visto en el sector del automóvil español, más tarde que pronto yo estoy convencido de que lo veremos en toda la economía española, que es también una trayectoria de éxitos; en este caso, de éxitos compartidos y forjados entre todos.

Hoy hemos conocido un dato positivo en la economía española que nos debe seguir animando a todos para trabajar de cara al futuro y un dato en el que tienen mucho que ver nuestras fábricas de automóviles y el Grupo Renault: el déficit comercial español sigue disminuyendo, un 36,4 por 100 en septiembre, y de enero a septiembre España recorta el déficit comercial de mercancías en casi nueve mil millones, un 25 por 100 en el interanual. El saldo comercial con la zona euro registra un superávit de más de ocho mil millones de euros; éste es un dato enormemente positivo y que no habíamos visto en la economía española. Y con la zona euro --dato que se ha producido hace muy poco tiempo-- también el superávit alcanza a más de cinco mil millones. Hoy ya tenemos superávit comercial con una mayoría de los países de la zona euro.

Pues esto se produce, entre otras cosas, por el esfuerzo de trabajadores que trabajan en empresas que exportan, que venden fuera, que se ilusionan, que trabajan y que quieren ser mejores, como es Renault. Yo por eso me sumo al lema, porque creo que es el buen sistema para funcionar en la vida, de "Unidos para ser libres".

Muchas gracias.