Discurso del presidente del Gobierno en el acto de imposición de condecoraciones al personal de seguridad de Presidencia del Gobierno

21.11.2018

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Palacio de la Moncloa

Ministro del Interior, delegado del Gobierno, director General de la Policía Nacional, director General de la Guardia Civil, director del Departamento de Seguridad Nacional, autoridades, señoras y señores, familiares.
Hace 31 años que se celebra el acto que hoy nos reúne, y por ello quisiera comenzar mis palabras reconociendo el acierto de quienes lo impulsaron y lo han mantenido a través de los años para convertirlo en una auténtica tradición en esta casa, el Palacio de La Moncloa.
Para que una tradición se asiente, estaremos todos de acuerdo en que ha de estar sustentada en valores atemporales, que no tengan fecha de caducidad, valores, en definitiva, dignos de ser celebrados año tras año. Son los que hoy, a mi juicio, nos reúnen en este magnífico salón, de trabajo en equipo, de reconocimiento a la excelencia y también a la dedicación profesional a lo largo de una vida entera. Todos ellos, con la práctica deportiva, como justificación y telón de fondo.
El deporte, señoras y señores, es un valor en sí mismo que para mí representa, bien lo sabéis algunos de los escoltas que me acompañáis, una auténtica pasión, una forma de entender la vida. Hoy nos sirve como perfecta excusa para reconocer, no sólo a quienes habéis destacado en las distintas competiciones organizadas, y así lo hemos hecho, sino también a profesionales del Departamento de Seguridad con quienes tengo el honor, el placer, el privilegio, de trabajar muy cerca. Hombres y mujeres por quienes he sentido un profundo respeto, y quiero subrayarlo, un profundo respeto, desde el primer día en que crucé la puerta de este complejo. Y que ahora, después de casi seis meses de trabajo diario y trabajo cercano, tienen algo más: mi más sincera admiración por su dedicación y vocación de servicio público. Es precisamente esa cualidad, la vocación de servicio, el común denominador de todo este acto, una cualidad encomiable en cualquier profesión y absolutamente imprescindible en esta.
Por eso, cuando hoy rendimos tributo a quienes alcanzan la edad de jubilación, lo hacemos también a una vocación que se extiende a lo largo de toda una vida. Hoy rendimos tributo a diez personas que inician un nuevo camino vital después de toda una carrera como servidores públicos. Ahora, es verdad, se abre una nueva etapa para todos y todas vosotros, una etapa en la que se trata no tanto de llenar de años la vida, sino de llenar de vida los años que están por venir. Así que lo único que puedo desearos es que los disfrutéis con alegría y salud al lado de nuestros seres queridos.
Gracias, en definitiva, por vuestra labor en el Departamento de Seguridad. Gracias por haber dedicado los mejores años de vuestra vida, de vosotros y vosotras, a la Administración Pública.
Toda vuestra experiencia, todo vuestro saber acumulado y toda vuestra dedicación profesional tienen continuidad, tenedlo siempre presente, en esta casa, que siempre será la vuestra y que estará siempre abierta a todas y cada una de las personas que hoy os jubiláis. Esta casa, que es también de los exdirectores de Seguridad, cuya presencia también quiero agradecer en este acto, tienen continuidad en la labor de hombres como Roberto Sánchez Asensio, miembro de la Guardia Civil que ha merecido el reconocimiento al mejor desempeño profesional del Departamento. No hay mayor honor que recibir el homenaje de tus propios compañeros y compañeras, de aquellos con los que compartes el día a día. Así que gracias Roberto por tu dedicación y entrega diaria.
Os contaba, amigos y amigas, al principio de la intervención, que soy un apasionado del deporte y en particular de los deportes de equipo, en los que no importa tanto lo bueno que sea uno, sino lo bueno que es el conjunto. Más de 800 profesionales trabajáis día a día en el Departamento de Seguridad de la Presidencia del Gobierno. Eso es un equipo, un equipazo. Hoy es un buen día para recordar precisamente eso, que sois parte de un gran equipo.
El reconocimiento que recibe el área técnica del Departamento de Seguridad, es por ello especialmente simbólico, porque premia la labor del conjunto, aquella en la que los resultados dependen del esfuerzo de todos y de todas. Así que enhorabuena y buen trabajo comandante. Ese valor, el del esfuerzo, está presente en todos y cada uno de los miembros de la Policía Nacional, de la Guardia Civil, de las Fuerzas Armadas, los Funcionarios Civiles y también del personal eventual del Departamento de Seguridad que hoy se condecoran. El esfuerzo por la excelencia en el trabajo, que os hace dignos de la distinción que se os entrega, desde luego me parece que es digno de subrayar.
Detrás de cada condecoración, hay buen hacer y una lealtad inquebrantable al Estado de derecho. Así que gracias por encarnar ese vínculo que une libertad y seguridad en una democracia avanzada, como la nuestra, cuya constitución cumple este año cuatro décadas. Mucho del éxito de esa España nacida del consenso constitucional se debe a vosotros y a vosotras, al conjunto de servidores públicos.
A muchas y muchos os acompañan hoy vuestros seres queridos, vuestros familiares, algunos allegados, me consta, desde puntos muy distantes de la geografía de nuestro país, que han decidido compartir este momento tan especial con vosotros y vosotras en La Moncloa. Bienvenidos, bienvenidas a la que es vuestra casa por una doble vía, como ciudadanos y como familiares de quienes entregan tantas horas de su tiempo al trabajo en estas dependencias.
Sabéis, también, que mi compromiso con la conciliación laboral y familiar es total. Yo también tengo dos niñas, una de 13 y otra de 11, escucho por ahí algunos críos. Así que permitidme que mis últimas palabras tengan por destinatarias a las dos premiadas más jóvenes, en el día de hoy, a Alba y a Vega, de 6 y 8 años. Alba es hija de un Policía Nacional y ha ganado el premio de dibujo. Y Vega es hija de un Guardia Civil y ha ganado el premio de relato corto. A ellas me dirijo para terminar, y en su nombre, a todos y todas vuestros hijos y vuestras hijas, para decirles, querida Alba y querida Vega, lo orgulloso que se siente el presidente del Gobierno del trabajo que desempeñan sus padres y sus madres.
Estoy muy orgulloso de la labor de todas y de todos los hombres y mujeres que desempeñan su tarea, no sólo en el Departamento de Seguridad, sino también en todas y cada una de las dependencias que conforman el complejo de La Moncloa. Es, de verdad, un honor para mí trabajar con todas y todos vosotros, con este extraordinario equipo profesional y humano.
Enhorabuena a los premiados en las competiciones deportivas, a quienes hoy recibís una condecoración más que merecida y a quienes alcanzáis la jubilación para seguir cumpliendo metas a lo largo de vuestra vida.
Muchas gracias y que tengáis un feliz día.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)