Intervención del presidente del Gobierno en el Pleno del Congreso de los Diputados para informar del los últimos Consejos Europeos

24.10.2018

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Congreso de los Diputados

Presidente.- Buenos días, gracias señora presidenta, señoras y señores diputados.

Como bien ha dicho la presidenta, comparezco ante esta Cámara de acuerdo a lo estipulado en el orden del día, con un doble propósito:

En primer lugar, para informar sobre el Consejo Europeo del artículo 50 o el llamado "Consejo Brexit", celebrado el pasado 17 de octubre, el Consejo Europeo Ordinario celebrado el día siguiente 18 de octubre y la Cumbre del Euro.

Y, en segundo término, a petición de varios grupos parlamentarios, para informar sobre la venta de material de defensa al Reino de Arabia Saudí.

Por ese orden, señorías, me centraré en primer término, en la información que el Gobierno quiere trasladar a esta Cámara en relación con los Consejos Europeos y la Cumbre del Euro celebrados la semana pasada.

Señorías, estamos a las puertas del Brexit. Sin duda alguna, el Brexit es una decisión que lamentamos. Como lamentan los cientos de miles de británicos (en especial, gente joven) que se manifestaron el pasado fin de semana por las calles de Londres contra lo que consideran un error histórico, un error histórico que compartimos, que yo, al menos comparto, porque va a restar influencia y prosperidad a un pueblo que estimamos, como es el británico.

Al hilo del Brexit, y antes de entrar de lleno en la gestión del proceso, me van a permitir una breve digresión, necesaria para nuestro país.

Señorías, no deja de sorprender la endogamia del debate político en España. Del que todos somos rehenes. Mientras el Brexit se acerca. Mientras somos testigos de las enormes implicaciones en derechos de ciudadanía, industria, pesca, trabajo, cooperación policial y judicial, en, definitiva, seguridad, el turismo, el transporte, reconocimiento de títulos universitarios… mientras todo eso sucede, la política española permanece ajena, encapsulada, en un debate circular, y estoy convencido de que a buen seguro, en esta comparecencia también vamos a ser testigo de ello, sobre la segregación de una parte de nuestro país.

Quienes defienden esa segregación, ¿no tienen ninguna conclusión que extraer del Brexit? ¿No existe para ellos? ¿No creen que es una decisión que va en contra del sentido de la historia? ¿No creen que el Brexit es lesivo para el conjunto de la ciudadanía británica y para el conjunto de la ciudadanía europea?

Y quienes rechazamos, precisamente, esa segregación ¿no vemos al Brexit como la desgraciada consecuencia de no haber hecho las reformas necesarias en la Unión Europea y en el Reino Unido? ¿No vemos los riesgos de enquistar la crisis sin ofrecer, desde el punto de vista político, mayor respuesta que el reproche mutuo en esta Cámara?

Todos y cada uno de los diputados y diputadas que estamos aquí representados tenemos diferencias sobre esta cuestión, enormes diferencias, pero también coincidencias, señorías. Más de las que inicialmente creemos.

La más importante en esta cuestión, es que todos y cada uno de los que estamos aquí presentes, de una u otra forma, mostramos nuestro compromiso con la Unión Europea. Tenemos una clara e inequívoca vocación europeísta.

Por tanto, señorías, si compartimos un mismo horizonte, a fuerza, tenemos que compartir también un mismo camino.

Reforzar la Europa post-Brexit, a la que en breve vamos a llegar, señorías, nos exige a todos aparcar nuestras diferencias, dialogar y forjar acuerdos que refuercen nuestro proyecto común, que es Europa y es España.

Si lo hacemos, estaremos ayudando a nuestros compatriotas, de todos y cada uno de los pueblos de España, y a esa nueva patria que es Europa.

Toda esta digresión que he querido plantearles en este inicio de la intervención, me lleva a hacerles una propuesta a los distintos Grupos Parlamentarios de esta Cámara: tomemos nota de los errores ajenos. Aprendamos del error histórico que supone el Brexit para el Reino Unido. Pensemos en la prosperidad de nuestros ciudadanos. Ofrezcamos un horizonte de concordia a las generaciones más jóvenes. Son más las cosas que nos unen de las que nos separan. Forjemos nuevos acuerdos. Demos prioridad a la unión de Europa y a la unión de España.

Señorías, el Brexit es una desgracia. Una desgracia para los británicos y para los europeos. Esta es mi opinión. Pero debemos abordar esta desgracia con el mejor de los ánimos posibles. Aprovechar las oportunidades que se nos abren como consecuencia de ello, que alguna hay. La más importante, fortalecer Europa a través de su mayor integración. En múltiples ámbitos: defensa, política social, Unión Económica y Monetaria, me consta que en todos y cada uno de estos ámbitos hay un amplio acuerdo, hay un amplio respaldo por parte de la Cámara.

Y, mientras tanto, mientras se produce ese proceso de mayor integración a nivel europeo, lo que tenemos que hacer es gestionar el tránsito de una Europa de 28 a una Europa de 27. Y hacerlo en cuestión de meses. Algo para todos los Estados miembros importantes, sin duda alguna, pero, en especial, señorías, para nosotros.

Se defienda la ideología que se defienda, o se sea nacionalista o no nacionalista, el Brexit toca de lleno a todos y cada uno de los rincones de España: a los cientos de miles de ciudadanos españoles que residen en el Reino Unido -con nacionalidad española- a los cientos de miles de británicos que viven con nacionalidad británica en España. A las flotas pesqueras del norte de España. Al turismo que nos llega al Levante español. Al medio de transporte que usan para disfrutar de las calles de nuestras ciudades, Barcelona, Madrid, Sevilla o Valencia, por citar algunas ciudades. A las empresas de toda índole que comercian con el Reino Unido. Al presupuesto comunitario que debe financiar nuestras políticas de cohesión social y territorial, y también, a la PAC. Haya o no acuerdo (y deseamos, créanme, esta es la posición del Gobierno, que haya acuerdo), nada va a ser lo mismo. Y debemos estar preparados para ello.

Nuestra posición es conocida. El acuerdo es el mejor de los caminos. Esto es lo que estamos defendiendo en todos y cada uno de los Consejos Europeos, pensando tanto en los intereses colectivos, como en lo que afecta a un ámbito especial y esencial para este Gobierno, como son las personas.

Y, en este sentido, quiero reiterar, nuevamente que los españoles que residen en el Reino Unido ocupan una posición central en este proceso para este Gobierno.

El objetivo del Consejo Europeo artículo 50 -que es así como se llama- del pasado 17 de octubre, era que los jefes de Estado y de Gobierno "tomaran nota", tomáramos nota, del Acuerdo de Retirada aceptado por el Reino Unido y debatiese en consecuencia sobre la Declaración Política de la relación futura entre el Reino Unido y la Unión Europea. Desgraciadamente, no fue posible al rechazar el Reino Unido el Acuerdo de Retirada.

La no conclusión del Acuerdo de Retirada por el Reino Unido ha sido, sobre todo y fundamentalmente, provocada por su rechazo a la cuestión llamada "backstop" irlandés. Y, en consecuencia, las negociaciones siguen abiertas.

El Consejo Europeo artículo 50 reafirmó: en primer lugar, su confianza en el Negociador Jefe de la Comisión, Michel Barnier. Segundo. La importancia de mantener la unidad a Veintisiete, dando más tiempo para que continúen las negociaciones con el Reino Unido. Y, en tercer lugar, la disposición a convocar un nuevo Consejo Europeo tan pronto como se produzcan avances decisivos en las negociaciones, pero no antes. Es decir, que probablemente, no haya un Consejo Europeo Extraordinario en el mes de noviembre, y esperemos que lo haya en el mes de diciembre.

Como ustedes saben, hay dos posibles escenarios para el 29 de marzo de 2019, que es la fecha en la que se cumplen los dos años desde el envío de la carta por parte del Reino Unido, donde se solicitó su salida de la Unión, y vence el plazo, en consecuencia, para la negociación y marcha del Reino Unido de la Unión Europea.

El primero de los escenarios es la salida con acuerdo, por la que el Gobierno trabaja permanentemente. Permitiría una salida ordenada del Reino Unido de la Unión Europea, con un periodo de transición durante el que, básicamente, se aplicaría el acervo comunitario al Reino Unido. Aunque el Reino Unido ya no participaría de las instituciones comunitarias ni tomaría parte en la toma de sus decisiones.

La aplicación del Acuerdo de Retirada exige, en primer lugar, la ratificación por parte del Parlamento Europeo (todo antes del 29 de marzo), no así de los Parlamentos Nacionales de los Estados miembros, sería solamente el Parlamento Europeo, como del Parlamento británico.

El Acuerdo de Retirada, que no logró el respaldo político de la primera ministra May a lo largo de las pasadas semanas, preveía un periodo transición de 21 meses, hasta el 31 de diciembre de 2020, durante el que debería negociarse un nuevo Acuerdo para la futura relación entre el Reino Unido y la Unión Europea.

El segundo escenario es el que nadie desea, que es el de la salida sin acuerdo. Este escenario supondría una salida abrupta del Reino Unido, sin periodo transitorio para adaptarse y negociar una nueva relación con la Unión Europea. En este escenario los Tratados comunitarios dejarían de aplicarse, sin más, el 29 de marzo del próximo año y habría que adoptar medidas urgentes en el plano aduanero, comercial, etc. para hacer frente a esta nueva situación. Llegado ese punto, señorías, pediré la confianza a esta Cámara para que podamos tomar las decisiones en beneficio y en el interés general de nuestro país.

Quiero referirme de manera concreta a las principales áreas de negociación en su situación actual.

En primer lugar, quiero hacer referencia a la cuestión fundamental para el Gobierno de España, que antes he señalado, que es la que afecta a los ciudadanos y ciudadanas españoles en el Reino Unido. El número de ciudadanos españoles actualmente residentes en Reino Unido asciende a aproximadamente 150.000 personas según el Registro de los Consulados españoles, una cifra que puede llegar en torno a las 200.000 personas contando a quienes han preferido no inscribirse. El Acuerdo de Retirada sí que les puedo anunciar, reconoce derechos similares a los actualmente existentes a los ciudadanos británicos y europeos, que residan en la otra parte.

Y, por otro lado, 322.000 ciudadanos -aunque también se estima que las cifras extraoficiales son mayores a estos 322.000 ciudadanos británicos que residen en nuestro país- la cifra más alta del conjunto de la Unión Europea, a la que habrá que proveer de un nuevo estatuto para el reconocimiento de sus derechos. Todo esto es lo que puede suceder y lo que va a suceder haya o no acuerdo con el Reino Unido.

En segundo lugar, en lo referido al transporte aéreo, las orientaciones del Consejo Europeo del artículo 50 del 23 de marzo de este año, recogen la necesidad de negociar con el Reino Unido acuerdos de transporte, --incluyendo el acuerdo sobre transporte aéreo--, que saben que para este país son fundamentales.

El Gobierno quiere garantizar la plena conectividad de España y vamos a animar, como estamos haciendo y como se hizo en anterior etapa de Gobierno del Partido Popular a las compañías aéreas a preparar la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

En tercer lugar, en materia de pesca, se habla poco, pero en España es importante las consecuencias que pueden tener sobre el sector pesquero el Brexit. El Consejo Europeo ha acordado que debe negociarse un acuerdo con el Reino Unido para mantener el acceso recíproco existente a las aguas y a los recursos pesqueros. Ambos objetivos de negociación son muy importantes, muy importantes, para España debido, lógicamente, a la relevancia del sector de la pesca para la economía española, en particular para determinadas regiones fuertemente dependientes de este sector pesquero.

En cuarto lugar, y este tampoco es un tema menor, en el ámbito de los servicios financieros es preciso tener en cuenta que los bancos españoles operan a través de filiales en el Reino Unido, por lo que se pueden considerar bancos británicos y no sufrirán impacto directo, como consecuencia del Brexit. Trabajamos conjuntamente con la Comisión Europea -esto es algo que también me gustaría anunciarles- para que pueda garantizarse que nuestros operadores financieros trabajarán con normalidad en todo momento.

En quinto lugar, en materia de seguridad interior, la cooperación policial de España con el Reino Unido es muy activa, lo conocen, y se ha hablado en reiteradas ocasiones en esta Cámara al respeto, por lo que convendría mantener un elevado nivel de cooperación y de acceso a bases de datos policiales.

En sexto lugar, en relación a la seguridad exterior, se busca mantener una relación estrecha sin que el Reino Unido pueda seguir cooperando con las estructuras de la Política Exterior y de Seguridad Común y de la Política Común de Seguridad y de Defensa.

Y por último, quiero transmitir a la Cámara que España ha alcanzado un acuerdo sobre el Protocolo de Gibraltar. Eso es algo que ya lo hemos trasladado y se ha negociado, además, conjuntamente, con el jefe negociador, el francés Barnier. Y estamos tratando de negociar los cuatro Memoranda del mismo. Si lo logramos, bien. Y si no, también, en tanto en cuanto para esta fase lo importante es la firma del Protocolo, que ya se ha alcanzado.

En todo caso, queremos que sea un acuerdo que sitúe a los ciudadanos y ciudadanas en el centro de nuestras prioridades compartidas en un área sensible como es el Campo de Gibraltar, con cuyo desarrollo el Gobierno está decididamente comprometido.

También les digo, señorías, que contamos con planes de contingencia para cualquier eventualidad, para cualquier escenario posible de los antes descritos. Es nuestra obligación, así se lo toma el Gobierno, y quiero también aprovechar esta oportunidad para instar nuevamente a los actores económicos, a los actores sociales y también a todos los actores institucionales. Ustedes tienen alcaldes, alcaldesas, presidentes de Diputación, presidentes autonómicos, también, para que actúen del mismo modo, con planes propios de contingencia para enfrentar con garantías cualquier tipo de escenario que se pueda producir a partir del próximo día 29 de marzo de 2019.

Concluidas las explicaciones sobre los temas tratados en el Consejo del Brexit, me permitirán que les cuente una anécdota. Algunos de los líderes europeos dicen que una de las principales diferencias entre los políticos británicos y los políticos europeos es que los británicos están 24 horas al día pensando en el Brexit, y los europeos pensamos cuatro minutos cada trimestre sobre el Brexit. Pero lo que sí es cierto y es lo que quería trasladar a todos y cada uno de los Grupos Parlamentarios aquí presentes, señorías, es que el Brexit se acerca. El Brexit es una decisión que va a cambiar nuestra relación con el Reino Unido, que va a cambiar también el proceso de construcción histórica de la Unión Europea, que va a tener enormes implicaciones económicas, sociales y políticas para el conjunto del país, y me gustaría que tuviéramos en cuenta todos esos escenarios y pudiéramos, en ese sentido, propiciar un debate fructífero, también, en defensa del interés general de nuestro país.

En todo caso, como les decía antes, concluidas las explicaciones sobre los temas tratados en el Consejo del Brexit, paso a detallarles los contenidos y las conclusiones del Consejo Europeo de carácter ordinario. Como ustedes saben, este Consejo, estuvo centrado en materias de especial relevancia para nuestro país. Me referiré separadamente a cada una de ellas, a los tres grandes bloques que centraron las conversaciones: la migración, la seguridad y las relaciones exteriores.

Aunque permítanme hacerlo bajo una premisa común, que creo que es importante volver a subrayar en un tipo de comparecencia como esta, que es coincidente con lo que ya expuse en esta misma Cámara con objeto de mi primera comparecencia previa a la celebración de un Consejo Europeo. El Gobierno está decididamente comprometido con el proyecto europeo. Esta la filosofía con la cual nos aproximamos a todos y cada uno de los asuntos que se tratan en estas importantes reuniones, con su desarrollo continuado, más allá de la mera invocación de principios de carácter retórico, porque consideramos que es cada vez más evidente que los grandes riesgos y grandes desafíos que afrontamos sólo pueden encararse con garantías desde un enfoque lo más amplio posible. Un enfoque del que España siempre ha sido un firme defensor. El Gobierno se siente deudor de ese espíritu europeísta, que es plenamente coherente con los anhelos de la inmensa mayoría de la sociedad española.

Por ello, siempre hemos apelado a la necesidad de una perspectiva europea, que estuviera presente en el desafío migratorio al que estamos expuestos, de manera muy directa, los países del Mediterráneo y la Europa sudoriental.

Señorías, saben bien que en este asunto el Gobierno ha mantenido desde el primer momento la necesidad de articular una posición que conjugara responsabilidad y solidaridad. Estamos ante un desafío de implicaciones potencialmente divisivas para nuestras sociedades -lo estamos viendo en otros países de la Unión Europea- sobre todo si permitimos que visiones parciales ocupen el espacio público desde la retórica de la xenofobia y de la confrontación.

Por eso, no me cansaré de apelar desde esta tribuna a la responsabilidad de todas las fuerzas políticas para encarar el desafío migratorio con rigor, huyendo de cualquier tentación partidaria. Porque abrir esa puerta tiene consecuencias devastadoras sobre los grandes consensos que han hecho tanto por la sociedad, como por el conjunto de empresas y la política, la concordia en estas cuatro décadas de democracia. En ese sentido, el hecho de que este Consejo otorgase un papel preeminente a la materia de la migración, a sus desafíos, a mi juicio, constituye un logro muy positivo.

Señorías, quiero destacar la atención que este Consejo ha dedicado a la necesidad de redoblar los esfuerzos en la lucha contra las redes de tráfico ilícito de personas. Es una de las conclusiones más relevantes de este Consejo, e implica la necesidad de intensificar la colaboración con terceros países en la investigación, en la detención y en el enjuiciamiento de traficantes de personas.

Y, en esa misma línea, quiero hacer referencia a uno de los aspectos que he defendido con más determinación, que es la necesidad de intensificar la cooperación con los Estados de origen, de tránsito, como elemento fundamental de una política migratoria europea global. De manera singular, en lo relativo a la efectividad de los retornos.

Las conclusiones del Consejo certifican la voluntad común de incluir el diálogo sobre esta cuestión en un marco en el que estén presentes otros instrumentos, como canales de migración legal, visados y una relación de colaboración económica, social y cultural con el norte de África. Todo ello, para avanzar en un marco de asociación más amplio con todos y cada uno de estos países.

España, en definitiva, considera muy positivo que el desafío migratorio esté provocando una movilización de recursos y actualización a nivel europeo que evidencie lo que siempre dijimos: que, ante un fenómeno de esta dimensión, es necesaria una perspectiva europea.

En esos términos quiero informar a la Cámara del apoyo del Gobierno de España a la propuesta del presidente de la Comisión de establecer una Alianza con África para afrontar las causas profundas que hay detrás del drama de la migración irregular.

Esa es la estrategia que el Gobierno defiende. La que combina mecanismos de mejora de los sistemas de control de fronteras con la búsqueda de acuerdos con los países de origen en el corto plazo, y el desarrollo en el largo plazo de sectores sociales básicos como la educación, como la sanidad, como las infraestructuras y el empoderamiento de la mujer en África.

En la misma línea, España manifestó su apoyo a la propuesta del Presidente del Consejo, Donald Tusk, de celebrar una Cumbre Unión Europea-Liga Árabe que tendrá lugar en febrero del año 2019. Es una oportunidad más de avanzar en los objetivos que acabo de detallarles y que estoy convencido comparte la mayoría de la Cámara.

Por último, quiero detenerme con mayor concreción en el papel de un actor estratégico para España en la política migratoria, como es el Reino de Marruecos. Como saben, es la Ruta Occidental la que más incremento en el número de entradas ha registrado en el último año, el doble que la Ruta Central y nueve veces más que la Ruta del Mediterráneo Oriental.

En este Consejo, he defendido la necesidad de impulsar un Plan de acompañamiento a Marruecos por parte de la Unión Europea. Un acuerdo en el medio plazo y en el largo plazo para encarar los desafíos que representa este fenómeno para un país con el que España mantiene importantes vínculos en todos los ámbitos, económicos, sociales, comerciales y afectivos.

La semana pasada, mientras se celebraba el Consejo, tenía lugar una reunión importante, a juicio del Gobierno de España, entre el Gobierno del Reino de Marruecos y la Comisión Europea, en el cual también participó el Gobierno de nuestro país. Un encuentro de resultados muy positivos, señorías. Como logro más relevante, les adelanto que se ha trazado un plan de desembolso de fondos europeos para apoyar el esfuerzo que Marruecos hace para controlar los flujos migratorios en su territorio. Estamos hablando de 140 millones de euros entre lo que resta de este año y 2019, una cantidad ya aprobada y que es consecuencia directa de la propuesta e iniciativa de nuestro país, que defendí en el primer Consejo Europeo del mes de junio, que es poner de relieve el papel del Reino de Marruecos en el control de flujos migratorios y la lucha contra la migración irregular.

En definitiva, este Consejo es la prueba palpable de que están dando frutos los esfuerzos para construir una política migratoria verdaderamente europea, en el cual el Gobierno de España ha tenido un papel importante, que combine lógicamente medidas -insisto- de control de fronteras, diálogo con los países de origen y tránsito y acciones para alcanzar en el largo plazo el impulso al desarrollo del continente africano.

El segundo de los grandes temas tratados en este Consejo hace referencia a la seguridad interior. A ella me voy a referir a continuación. Señorías, en los últimos años, la Unión Europea ha realizado grandes avances en un campo en el que la cooperación es más necesaria que nunca, habida cuenta de la entidad y la naturaleza de las nuevas amenazas que afectan a sociedades democráticas como la nuestra.

Hemos adoptado textos jurídicos relevantes en materia de registro de nombres de pasajeros en la seguridad aérea, la lucha contra el terrorismo y un elevado nivel común de seguridad de las redes y de la información.

Y a pesar de todo, es necesario seguir reforzando los mecanismos de disuasión y de resiliencia contra las amenazas cibernéticas e híbridas, así como contra las amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares.

En particular, señoras y señores diputados, este Consejo ha pedido la adopción de medidas para luchar contra las actividades informáticas ilícitas, así como para fortalecer la ciberseguridad frente a ataques de esta naturaleza.

Para España es especialmente acuciante la necesidad de proteger nuestros sistemas democráticos en un contexto marcado por la proximidad de las elecciones europeas, siempre con pleno respeto a los derechos fundamentales. Es importante que todos seamos conscientes del impacto de las campañas de desinformación en los procesos electorales. Y por ello estamos a la espera del Plan de Acción para una respuesta coordinada de la Comisión, de acuerdo con las Conclusiones adoptadas en el Consejo Europeo celebrado el pasado mes de junio.

En este Consejo también se decidió que se examinase, con carácter prioritario, la propuesta de la Comisión Europea para prevenir la difusión de contenidos relacionados con el terrorismo. Debemos encontrar soluciones para garantizar la cooperación transfronteriza con la que combatir con eficacia el terrorismo y otras formas de delincuencia organizada como es el blanqueo de capitales, principalmente en el ámbito de las pruebas electrónicas.

Como saben, España forma parte de la Cooperación Reforzada que ha creado la Fiscalía Europea. He apoyado la propuesta del presidente Juncker de extender las competencias de la fiscalía europea a la cuestión del terrorismo transnacional. Y, también, el Gobierno de España ha insistido en la necesidad de dar un paso más para incluir entre sus futuras competencias la trata de seres humanos.

El Consejo, señorías, también abordó la necesidad de reforzar la interoperabilidad de nuestras bases de datos para luchar contra el crimen y el terrorismo. Y esta es una medida esencial para reforzar la eficacia de nuestros servicios policiales.

Y para concluir con este capítulo, me referiré al Mecanismo Europeo de Protección Civil, que ha sido algo que hemos impulsado y que hemos liderado desde el Gobierno de España, no solamente desde este Gobierno, sino también desde el anterior.

Se trata, como saben, de una iniciativa española con un ámbito especialmente simbólico. Una materia en la que se refuerza el vínculo de ciudadanía en un momento clave para el futuro de la Unión, y en este punto sí me gustaría, simplemente, recordar la memoria del bombero fallecido en Málaga y, por supuesto, también, la memoria de los ciudadanos fallecidos en Baleares.

En este Consejo se han dado pasos, señorías, importantes para que, a finales de año, concluyan las negociaciones sobre la propuesta en la que está trabajando la Comisión Europea sobre protección civil

Y por último, para concluir con los asuntos relativos al Consejo Europeo, -lo siento, pero fueron tres Consejos en uno- me referiré a algunas cuestiones relacionadas con las relaciones exteriores.

He hecho mención a los compromisos adquiridos en relación con el continente africano, por parte de la Comisión Europea, y que nosotros apoyamos, sin duda alguna. Y sólo quiero destacar a ese respecto la importancia fundamental que dichas relaciones tienen para los Estados miembros. Se trata de avanzar en la cooperación a través de medios como el Plan Europeo de Inversiones Exteriores y del Fondo Fiduciario de la Unión Europea para África.

Sólo desde este enfoque, con una nueva alianza entre África y Europa para la inversión para los empleos sostenibles, para el desarrollo económico local podemos otorgar una nueva dimensión a una relación crucial para las dos orillas del Mediterráneo que va a marcar la política durante las próximas décadas.

Señorías, también me gustaría hacer referencia a los alcances logrados en este Consejo en torno a la implementación de la Agenda 2030, que saben que es un compromiso de este Gobierno.

Considero este documento y los Objetivos de Desarrollo Sostenible el marco para un nuevo Contrato Social Global, así lo defendí en la Asamblea General de Naciones Unidas, que la Unión Europea debe tener muy presente en su actuación.

En este Consejo, España ha defendido con éxito la necesidad de avanzar en una Estrategia de implementación de esta Agenda, de carácter transversal en todas y cada una de las políticas europeas.

Y, en relación a la lucha contra el cambio climático, quiero informar a la Cámara del firme apoyo de España a la inclusión de los puntos finales sobre esta materia en la Cumbre COP24, que tendrá lugar en Polonia en diciembre de este año. Es un encuentro clave para adoptar las normas de desarrollo de los Acuerdos de París. Normas ambiciosas e integrales para avanzar en lo que es, estoy convencido para la mayoría de la Cámara, uno de los objetivos fundamentales, en los que hay que poner mayor énfasis, que es mirar a la transición energética y ecológica de nuestra economía como un vector de modernización de la economía europea. Y ello, al tiempo que cumplimos con los acuerdos alcanzados sin más dilaciones ni excusas. Nos jugamos mucho en este desafío y, lógicamente, es hora de actuar.

Y, por último, quería hacer una breve mención a la Cumbre Unión Europea-ASEM, que también tuvo lugar la semana pasada.

En ella España estuvo presente junto a delegaciones de 51 países, unidos en el propósito de renovar la alianza estratégica de Europa con los países asiáticos. Se produjeron avances importantes en materia de conectividad sostenible y refuerzo de las relaciones bilaterales entre dos polos fundamentales para el desarrollo global. Y quiero informarles de que España albergará el próximo año la Cumbre de Ministros de Asuntos Exteriores de la ASEM, algo que fue agradecido por el conjunto de países de los dos continentes.

Señorías, como saben, durante el mismo día 18 de octubre celebramos una Cumbre importante, también, --a la cual quiero dar la misma importancia, diría yo, que al Brexit, en mi intervención--, que es la Cumbre del Euro.

El objetivo de dicha reunión era preparar la próxima Cumbre del Euro de diciembre, donde vamos a tomar, espero, decisiones importantes en la arquitectura de la misma, de la Unión Económica y Monetaria. Una cita para avanzar en cuestiones claves para la reforma de la Zona Euro, como es la Unión Bancaria y la reforma del Mecanismo de Estabilidad, el MEDE.

Pero, señoras y señores diputados, la Unión Económica y Monetaria no estará completa -y esto lo defendí, también en la Cumbre del Euro- si no ponemos en marcha la Unión Fiscal.

Después de 10 años en donde ha habido grandes sacrificios por parte de la ciudadanía europea, --singularmente por parte de la ciudadanía de los países del sur, y singularmente por parte de la ciudadanía española--, es el momento de que la Unión Europea no sólo aporte soluciones en el ámbito financiero y bancario, que sin duda alguna son importantes, sino también en materia social.

La sociedad española sigue manteniendo una clara vocación europeísta. Y esta Cámara es fiel reflejo de lo que digo. El Gobierno asume ese mandato como propio. Lo hace por convicción, porque cree en la vigencia de los valores en los que se sustenta la Unión. Pero también porque va en interés de nuestro propio país, de nuestra economía y de la ciudadanía.

Por ello, en esta Cumbre puse sobre la mesa la propuesta de crear un Sistema Europeo de Seguro de Desempleo, que complemente los actuales Sistemas Nacionales de Protección al Desempleo. Un sistema que garantice un nivel de protección para los ciudadanos en tiempos de dificultad y como herramienta de estabilización de la actividad económica, de la que ahora mismo carece la Zona Euro.

Es la hora, señorías, de avanzar en las propuestas de contenido social, no solamente financiero, contenido social, que tengan por destinatario último y principal a las personas, sobre todo, a aquellas que más lo necesitan. Y es necesario fortalecer el proyecto europeo a ese nivel para recuperar el terreno perdido en un tiempo en el que la inacción se traduce en desafección creciente por parte de la ciudadanía. No sólo es un mensaje de contenido e implicaciones económicas, que las tiene, es indudable, es un mecanismo de alcance político, al servicio de una idea crucial para este Gobierno, cuando hablamos de la construcción europea, y es relanzar el concepto de ciudadanía europea que hoy ponen en cuestión aquellos que niegan la esencia misma de Europa.

Vamos a trabajar con decisión en esta iniciativa en las próximas semanas, para que pueda empezar a ofrecer frutos tangibles en la próxima Cumbre, en el mes de diciembre. Y no les oculto la enorme satisfacción que me produce saber que podemos avanzar en una dirección ilusionante para este Gobierno, con el apoyo mayoritario de esta Cámara.

Señorías, quiero abordar, a continuación la cuestión de las exportaciones de material de defensa a Arabia Saudí. España cuenta con un completo marco legal y de buenas prácticas en este sector, me gustaría empezar por ahí. Fue, precisamente, un Gobierno socialista el que impulsó la norma de rango legal clave vigente en nuestro ordenamiento jurídico, que es la Ley 53/2007 sobre el control del comercio exterior de material de defensa y de doble uso. Una normativa acorde a los más exigentes estándares internacionales, en una materia especialmente sensible, como es esta, y que supuso una notable mejora en el ámbito del control y la transparencia en el comercio de material de defensa.

España actúa en este terreno siguiendo, además, otros instrumentos aplicables, dentro de los cuales me gustaría compartir con ustedes tres: El primero, la Posición Común 2008/944, en el marco de la Unión Europea, que introduce criterios estrictos a seguir. El segundo, el Documento OSCE, sobre armas pequeñas y armas ligeras de octubre de 2000. Y, en tercer lugar, las directrices emanadas de los foros internacionales de no proliferación.

La autorización de exportación de material de defensa y materiales de doble uso está sujeta, por tanto, a requisitos equiparables y subrayo también, si no superiores, repito, si no superiores a los existentes en cualquier otro país de nuestro entorno, lo cual, lógicamente no excluye la posibilidad de mejorar este sistema para dotarlo de garantías adicionales de verificación. Y, en esa línea sí me gustaría trasladarles el siguiente anuncio y el siguiente compromiso de nuestro Gobierno, y es el de hacer una propuesta que nos sitúa a la cabeza, y que va a ser pionera, en controles de verificación y de transparencia.

Señorías, soy plenamente consciente de las especiales circunstancias que concurren en torno a este debate a raíz de la revelación de sucesos recientes que han consternado la opinión pública internacional. Tengo que decirles que yo también comparto ese rechazo y esa consternación. La repulsa al terrible asesinato del periodista Jamal Khashoggi, el Gobierno así lo ha manifestado, públicamente, desde el primer minuto, situándose de lado de Naciones Unidas y de la Unión Europea.

Nuestra posición es clara: investigación para esclarecer los hechos, y que actúe la justicia para que caiga todo el peso de la ley sobre los responsables de este terrible crimen.

Señorías, toda la gravedad de estos hechos que son terribles, que condeno sin paliativos, no puede ni debe impedir que actuemos con responsabilidad. La exportación de armamento es un claro ejemplo, señorías, de la complejidad de la política. Y de la dificultad de llevar adelante ideas sin tener en cuenta de la necesidad de los Acuerdos, y de entender las prioridades de la gestión pública.

Yo siempre he creído que la política es intentar convertir los ideales en realidades. No siempre se puede conseguir, o en ocasiones, conseguirlo lleva más tiempo de lo que alguien pudiera desear, sobre todo, cuando quien les habla lleva poco más de cuatro meses al frente del Gobierno de España.

Señorías, ¿alguien duda de los principios de los alcaldes progresistas de la Bahía de Cádiz, respecto al antimilitarismo y la defensa de la paz mundial? yo no lo dudo. Y, sin embargo, conviven con una prioridad más inmediata, no buscada, y son los trabajadores y trabajadoras de Navantia y sus familiares. Y yo lo entiendo.

Este Gobierno hace y hará todos los esfuerzos para defender el multilateralismo, los derechos humanos, la paz, la libertad. Lo hacemos, y lo seguiremos haciendo, como también tenemos en cuenta a las empresas españolas que operan en terceros países, también en Arabia Saudí, a los ciudadanos españoles, y la necesidad de mantener su subsistencia económica.

Por tanto, les pido que tengamos en cuenta el peso de las relaciones internacionales construidas durante décadas con países con los que tenemos relaciones estratégicas en el terreno económico, comercial, en muchos casos derivadas de las acciones de anteriores Gobiernos. Es el caso que nos ocupa, en lo relativo a la venta de armamento a Arabia Saudí, y que, en último término, motiva la petición de esta comparecencia.

Como saben, señorías, las licencias de exportación de dicha operación fueron autorizadas el 13 de noviembre de 2015, y su licencia se amplió en dos ocasiones, en los años 2016 y 2017. Estamos hablando, en consecuencia, de contratos en vigor, que cumplen con los requerimientos de la normativa aplicable en nuestro país, y que no entran en contradicción con la Resolución 2.216 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de 2015. Una Resolución que establece un embargo de armas a una serie de personas y entidades involucradas en el golpe de Estado de Yemen, en un entorno geopolítico complejo, que no se nos escapa, señorías, pero no a los países de la Liga Árabe que forman parte de la coalición, como es el caso de Arabia Saudí.

Se trata, por tanto, de obligaciones contraídas por un Gobierno anterior al que presido que, no obstante, cumplen con los requisitos legales en el ámbito nacional e internacional, especialmente, en lo relativo al pronunciamiento de Naciones Unidas. Y es mi deber, por tanto, velar por la seguridad jurídica y dar certidumbre en el cumplimiento de las obligaciones internacionales de España, especialmente, en un contexto complejo, como es el de un traspaso de poderes de una Administración a otra.

Señorías, como presidente del Gobierno defiendo los intereses de España, y asumo dichas obligaciones internacionales tanto en esta como en otras materias. Y no miro hacia atrás, sino hacia adelante. Entiendo que el de otros sea en mirar en corto, o buscar intereses contrapuestos para crear conflictos artificiales. Yo no me puedo permitir ese camino. Y entiendo, por lo que representa la responsabilidad que ocupo, señorías, que debo conciliar intereses desde una perspectiva que otros no tienen, por la posición que no ostentan. Lo hago defendiendo los intereses de los españoles, con plena autonomía, y siempre con la obligación de poner la vista en el largo plazo. Con la certeza de que hay pocos ámbitos, como este, el de la política exterior, en el que la necesidad de una visión de Estado sea más necesaria y esté más justificada.

Por eso, he apelado, y vuelvo a apelar al consenso de esta Cámara para salvaguardar del debate partidista un tema que requiere de una visión estratégica, amplia, en defensa del interés general de nuestro país. Por eso, defiendo la necesidad de construir grandes acuerdos en política internacional para reformar la imagen exterior de un país como el nuestro, que es ejemplar, en la defensa de los derechos humanos, las libertades, que está comprometido con la paz, y que respeta profundamente la legalidad internacional.

Entiendo que a otros les pueda interesar mezclar debates con otros intereses y fines. Entiendo esa lógica, desde el enfoque partidista, pero yo no me puedo permitir ese lujo, señorías. La política es el arte de conciliar intereses a menudo en conflicto.

Y hoy pido a esta Cámara que seamos capaces de discernir con claridad esos intereses en conflicto y pensemos en lo que más interesa al conjunto de la sociedad española. Saben perfectamente que el Gobierno trabaja con la vista en un horizonte amplio, y me he referido en muchas ocasiones a la necesidad de modernizar nuestra economía, de avanzar en una política industrial, que ayude a internacionalizar la presencia de nuestras empresas, de transformar, en definitiva, un modelo productivo que no aprovecha todas nuestras potencialidades, ni desarrolla el talento en innovación que tenemos como país.

El primer paso en esa dirección es el de unos Presupuestos que apuestan por la estabilidad, por la creación de empleo y por la lucha contra la desigualdad, pero que inciden en la necesidad de revertir años, años y años de recortes en ciencia, en educación, en I+D+i para encarar la próxima década sin que decisiones pasadas nos lastren para no estar a la vanguardia. Porque no hay razones para no estar ahí, a la vanguardia. Yo también quiero que España lidere el comercio exterior en sectores vinculados con la revolución tecnológica, señorías, por supuesto que sí. Sectores que tengan que ver con bienes globales, en campos como la medicina, como la robótica, como la lucha contra el cambio climático, la eficiencia energética o la automoción. Por eso, estamos reinvirtiendo reformas educativas que masificaron las aulas y afectaron gravemente a la educación pública. Por eso estamos reorientando la política de becas. Por eso estamos incrementando la dotación en I+D+i.

Por eso estamos reactivando la agenda internacional a la altura de lo que este país se merece en este cambio de época. Pero si me piden dónde tengo que estar hoy y aquí, es, señorías, en la defensa de los intereses de España. Del trabajo en sectores estratégicos, muchos de ellos situados en zonas muy afectadas por el drama del desempleo. Ahí estará mi Gobierno, y ahí estaré yo como presidente del Gobierno.

Y todos ustedes les pido altura de miras para compartir esa visión.

Gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)

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