Intervención del presidente del Gobierno durante la visita a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo

29.6.2018

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Paris

Presidente.- Lo primero que me gustaría decir es que estoy, de verdad, muy emocionado. A mí, si hubiera un acto, un encuentro que me apetecía mucho hacer como presidente del Gobierno, es con mi amiga la alcaldesa Anne Hidalgo. Yo he conocido a Ana en ambiente familiar, la he conocido con su marido, con su hijo, con su hermana, con sus padres, en el sur de España, y puedo deciros que Ana es lo que se ve, una mujer comprometida, una mujer apasionada, una mujer que respira vitalidad y que se entrega a las causas --que seguro hay muchas aquí en París--, y, desde luego, lo está haciendo extraordinariamente bien como como alcaldesa.

Y, luego, cuando uno llega a este tipo de responsabilidades, pues, suelen salir muchos amigos, pero cuando las cosas van mal, es cuando te das cuenta de las personas que creen en ti y de las personas que te acompañan en los momentos más difíciles, y Anne, fue de las personas que me acompañó en momentos muy difíciles de mi vida política, que creyó en mí, y si hoy también estoy aquí es porque unos cuantos granitos de arena tienen el nombre de Anne Hidalgo.

El próximo año, el Partido Socialista Obrero Español cumple 140 años de historia, el Partido Socialista francés tiene más de 100 años, y el fundador del Partido Socialista Obrero Español, el primer puesto institucional que tuvo fue el de ser concejal del Ayuntamiento de Madrid. Es decir, para el socialismo democrático, la política local es la política que realmente transforma las cosas, la que hace progresar a las sociedades.

Pero no se pierde esa vocación europeísta que tiene Ana, y que comparte con todos aquellos políticos que tenemos la ocasión de poder charlar con ella, ella es ejemplo de muchas cosas. Es ejemplo de compromiso, no solamente con el feminismo, es ejemplo de compromiso con el ecologismo, con la sostenibilidad, con la solidaridad intergeneracional, de legar a nuestros hijos y a nuestros nietos un planeta, al menos, en igualdad de condiciones que el que nosotros ahora mismo estamos disfrutando, y eso para mí siempre ha sido un ejemplo y un horizonte hacia el que mirar.

Cuando Anne habla del Aquarius, cuando habla de refugiados, y cuando comentamos, precisamente, la decisión que tomó el gobierno de España de ofrecer el puerto seguro del Aquarius, yo siempre he reivindicado que esa decisión que tomó el nuevo gobierno socialista tiene mucho que ver con la historia de nuestro país, porque nuestra historia es una historia de exilio, es una historia de personas que perdieron la guerra civil, que tuvieron que huir de España como consecuencia la dictadura franquista, que encontraron y fueron acogidos en muchos de los pequeños pueblos de Francia, o si uno mira más allá del Atlántico, en México y en otros países de Latinoamérica, sociedades que hasta incluso tenían menos recursos que la española y, en cambio, acogieron a los ciudadanos españoles, los integraron y, ahora, muchas veces cuando hablas con esos mexicanos que fueron exiliados españoles, con sus hijos y con sus nietos, te das cuenta de que son sociedades que fueron eternamente generosas con la sociedad española; y la sociedad española cuando hizo lo que hizo con el Aquarius, no era más que reivindicar, no solamente un futuro mejor para la sociedad, sino también reivindicar su propio pasado, el mejor de sus pasados.

Si ellos lo hicieron, nosotros tenemos que hacerlo, esa es la máxima que me enseñaron mis padres y mis abuelos, que sufrieron también la guerra civil y la dictadura franquista y, por eso, no es solamente un ejercicio de generosidad, es un ejercicio de reivindicación de un futuro mucho mejor para las generaciones futuras.

Cuando Ana me dijo que íbamos a compartir este rato con vosotros y vosotras, que íbamos a reivindicar a "La Nueve", en realidad, me pareció el mejor de los homenajes, reivindicar la acción del Aquarius y vincularla con personas que huyeron, que fracasaron o perdieron la guerra civil, que huyeron, fueron exiliados y que luego entraron en París para defender la democracia, restablecer las libertades y, también, soñar, porque soñaron muchos de ellos con que en muy poco tiempo en España se pudiera consolidar la democracia. La mejor reivindicación que podemos hacer hacia sus personas y hacia sus figuras es nunca olvidar que un país como España, un país, también, como Francia, en algún momento de nuestra historia, sufrimos el exilio, sufrimos la falta de derechos y libertades y, en consecuencia, no podemos mirar hacia otro lado.

Con lo cual, para mí, reivindicar la memoria histórica no es más que cerrar heridas que están todavía abiertas en la sociedad española; revindicar Europa no es más que reivindicar la nueva patria de los parisinos y de los madrileños; y antes, cuando veníamos para acá, recordaba que la alcaldesa de París hizo un acto semejante a este con la alcaldesa de Madrid donde también hay una plaza donde se revindica a "La Nueve".

Así que, querida Anne, la próxima reivindicación que hagamos de "La Nueve", la haremos en la plaza de Madrid y allí estaré yo.

Muchas gracias


(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)