Respuestas del presidente del Gobierno en la sesión de control parlamentario

20.2.2018

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Senado

Respuesta del presidente del Gobierno a la pregunta formulada por don Jokin Bildarratz, del Grupo Parlamentario Vasco EAJ-PNV

Sr. Bildarratz.- Señor presidente, el impacto del terrorismo de ETA y de la violencia ha sido muy importante en todo el Estado y, sobre todo, en Euskadi. Afortunadamente, hoy podemos hablar en pasado, al menos a lo sustantivo, porque después de tantos años de dolor, después de tantos años de sufrimiento y después de tantos años de desesperanza nos quedan tareas pendientes, porque nos toca construir convivencia sana y convivencia de futuro. Nos toca saber interpretar la esperanza que en estos momentos vivimos en Euskadi, una esperanza que tenemos que traducir a futuro y tenemos que traducir a ilusión, porque ahora en Euskadi vivimos unos tiempos que en nada se parecen a los de la Euskadi que vivíamos hace diez años, y eso, evidentemente, es afortunadamente.

Es en este contexto donde entendemos que el trabajo de la memoria es fundamental para consolidar la paz y para consolidar la convivencia en Euskadi. Y una memoria que, además, entiendo que tiene que cumplir una condición, una simple condición, la que yo creo que todos los que estamos aquí presentes tenemos que ser capaces de afirmarla, que es el rechazo a la legitimación o minimización de cualquier forma de terrorismo, violencia o vulneración de derechos humanos.

Es en este contexto donde transmito la preocupación que tenemos porque, por la trayectoria, el Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo nació de una amplio consenso entre los diversos grupos parlamentarios, tanto en el Congreso, como en el Senado, definido a través del artículo 57 de la Ley de Víctimas del Terrorismo, la Ley 29/2011, que definía el objetivo de preservar y difundir los valores democráticos y éticos que encarnan las víctimas del terrorismo, construir la memoria colectiva de las víctimas y concienciar al conjunto de la población para la defensa de la libertad y los derechos humanos y contra el terrorismo. Se proyectó un Centro que profundizase en el consenso con el que nació y valoramos, desgraciadamente, que eso no está ocurriendo: no se está contando con las instituciones vascas a la hora de aunar esfuerzos en la búsqueda de la memoria compartida.

En ese sentido, le quiero preguntar, señor presidente, ¿va a realizar el Gobierno un mayor esfuerzo para asentar la pluralidad y colaboración en la gestión del Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo, con el objetivo de construir una memoria compartida?

Presidente.- Señor Bildarratz, permítame que mis primeras palabras para dar respuesta a la pregunta que me formula sean para expresar, una vez más, un reconocimiento personal en nombre de mi Gobierno, y de todos los que quieran estar detrás de nosotros en este asunto, a las víctimas del terrorismo. Todos tenemos una enorme deuda de gratitud por lo que son y por lo que representan: hombres y mujeres que dieron, en muchos casos, lo más importante que tenemos los seres humanos que, como usted sabe como yo, es la vida; familias rotas por el dolor; sueños truncados porque unos seres despiadados decidieron arrebatarles la vida a muchos con el objeto de que todos renunciáramos a la libertad y a la democracia. Por eso, empiezo mi intervención con estas palabras que ustedes acaban de escuchar.

Quiero decir que el compromiso del Gobierno no se limita solo a nuestro deber moral de reconocimiento, sino que también hemos demostrado nuestro compromiso legislando y tomando medidas en su beneficio. No voy a reiterarlas, porque creo que son suficientemente conocidas por usted y por todos los miembros de esta Cámara, y, por supuesto, una de esas medidas ha sido la creación del Centro Memorial de Vitoria, al que se refiere su pregunta, que es una pieza básica en la construcción del relato de lo ocurrido y también el imprescindible homenaje y recuerdo a las víctimas del terrorismo, que siempre serán quienes mejor representan el sufrimiento y el coraje frente al terror. En el año 2019 está prevista la inauguración de su museo, que será el primer centro memorial dedicado a las víctimas del terrorismo en Europa y uno de los pocos existentes en el mundo.

Pues bien, Señoría, el Centro para la Memoria de las Víctimas es precisamente fruto de la pluralidad y de la colaboración que a usted le preocupa. Fuimos juntos al inicio de las obras del Centro de Vitoria y juntos diseñamos la Fundación que debe gestionarlo, con presencia de todos: el Gobierno de la nación, el Gobierno vasco, otras Comunidades Autónomas, las víctimas y la propia sociedad civil. Ahí está la pluralidad y la colaboración por la que usted pregunta.

Como sabe, la creación del Centro Memorial deriva de una previsión legal, la contenida en el artículo 57 de la Ley de Víctimas del año 2011, una Ley que se aprobó con la práctica unanimidad de todos los Grupos Parlamentarios y, por supuesto, también con su voto. Aquella votación significó el mayor consenso posible y en él participaron puntos de vista distintos y casi todas las formaciones políticas. Convendrá conmigo que en una materia como esta lo deseable es mantener ese consenso.

La Ley de Víctimas dejaba claro en qué nos estábamos poniendo de acuerdo, en la preservación de la memoria de las víctimas del terrorismo y en la claridad de la condena al terror. Una Ley que, por cierto, recoge expresiones prácticamente idénticas a las de la Ley de Víctimas que se aprobó en el Parlamento Vasco en el año 2008, también con el voto favorable de mi partido y del suyo, y de todos los demás partidos.

Queda claro que en 2008 en el Parlamento Vasco, como aquí en 2011, existió un gran acuerdo sobre el reconocimiento que debemos a las víctimas. Nosotros hoy seguimos pensando exactamente lo mismo y creemos que ese consenso sigue vigente. Cuando consensuábamos esas leyes, estábamos atendiendo a un colectivo muy concreto, las víctimas del terrorismo, de todo el terrorismo, el de ETA, el yihadista, el de los GRAPO o el de todos aquellos grupos que fundamentan su actividad criminal y asesina con el objetivo de amedrentar a toda la sociedad para imponernos a todos las ideas de una minoría.

Señorías, no olvidemos nunca que gracias al esfuerzo de toda la sociedad, el más importante el de las víctimas del terrorismo, hoy, como usted decía, conjugamos en pasado la actividad criminal de ETA. Lo que resta ahora es el futuro y dentro del futuro un tema capital es desarmar sus coartadas.

Sr. Bildarratz.- Señor presidente, usted ha comenzado recordando a las víctimas, a todas las víctimas del terrorismo. Yo también quiero hacer lo mismo que ha hecho usted, pero especificando un poquito más en el tiempo, porque pasado mañana, el día 22, se cumple el aniversario del asesinato de Fernando Buesa y Jorge Díaz, y de José Ángel Santos y también del tolosarra Josu Leonet.

Le he hablado de la construcción de una memoria basada en unos principios éticos que son consensos sociales mayoritarios en la sociedad vasca; de una sociedad que quiere construir una convivencia con memoria y con determinación de futuro, y con voluntad de no repetición. Pero, señor presidente, también le tengo que transmitir nuestra preocupación por la gestión y la dirección del Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo, porque nos preocupan las actuaciones que está desarrollando en Euskadi porque entendemos que no están teniendo en cuenta suficientemente la pluralidad y las diversas sensibilidades democráticas de la sociedad vasca, y, además, porque tampoco están contando con las instituciones vascas. Señor presidente, no están contando con las instituciones vascas. Entendemos que hace falta un mayor esfuerzo para interpretar la pluralidad en Euskadi y un mayor esfuerzo para colaborar con las instituciones vascas.

Señor presidente, a usted, a mí y a todos nosotros nos debe preocupar la construcción de una memoria compartida entre esas instituciones y el Gobierno que usted preside. Las instituciones vascas han mostrado una actitud de colaboración con el Centro, pero también le digo que no está resultando fácil.

Y hoy le voy a hacer dos sugerencias, que no dos críticas, porque a mí, en este tema, me resultaría imposible hacerle a usted dos críticas; pero sí me va a permitir hacerle dos sugerencias: la primera de ellas es la de la búsqueda de la pluralidad y, la segunda, la de la búsqueda de la colaboración.

Cuando hablo de búsqueda de pluralidad, le estoy transmitiendo pluralidad a la hora de preparar y convocar las actividades de este Centro, a la hora de componer los equipos de este Centro y a la hora de evitar que haya un sesgo ideológico que, a veces, aflora en este Centro.

Cuando le estoy transmitiendo una sugerencia en la colaboración, es necesitar tener una información anticipada y un trabajo conjunto sobre proyectos y actividades que se desarrollen en Euskadi, y evitar que las instituciones vascas tengan conocimiento de la acción, actuación e iniciativas de este Centro a través de los medios de comunicación, porque esto no es bueno, señor presidente, ni para el futuro ni para la convivencia. Promover construcciones memoriales aisladas e incomunicadas, acotadas a un sector ideológico de la sociedad, no es bueno y algo de eso creo que está ocurriendo.

Para finalizar, señor presidente, tengo que terminar, como no cabe de otra manera, en positivo y traigo una frase que viene en la web del Centro, y esa frase viene a decir algo en lo que usted y yo, sin ninguna duda, vamos a estar de acuerdo: "meditar sobre lo que pasó es deber de todos". Es de Primo Levi. Señor presidente, yo lo que le pido, lo que le sugiero, a fin de cuentas, es que seamos capaces de saber interpretar la pluralidad y que seamos capaces de buscar la colaboración para tener una memoria compartida.

Presidente.- Muchas gracias, señor Bildarratz. Agradezco su tono y escucho sus palabras. Yo también creo en la pluralidad y en la colaboración; pero también me siento en la obligación de hacer dos o tres afirmaciones. La primera, la que he hecho al principio de esta intervención: el Gobierno ha estado y estará siempre comprometido con las víctimas del terrorismo. Queda mucho por hacer, usted lo ha dicho también, y yo espero que ese camino lo podamos recorrer juntos.

Le recordaba antes con qué objetivos pusimos en marcha el Centro Memorial. Si nos pusimos de acuerdo en todo ello y si consensuamos leyes prácticamente unánimes para hacerlo funcionar, no creo, sinceramente, que debamos buscar motivos para dejar de estar de acuerdo. Por mi parte, no va a faltar el esfuerzo necesario. Pero, si se ha demostrado la disposición a la colaboración entre Administraciones para que el Centro funcione, no lo pongamos ahora en duda.

Creo que el terrorismo de ETA, como otros terrorismos --el terrorismo yihadista, de manera muy particular--, no ha sido un episodio entre otros; ha sido la principal agresión a los derechos humanos que hemos vivido en nuestro país durante muchos años. No creo que sea positivo, como algunos pretenden, mezclar terrorismo con otro tipo de delitos, ni, desde luego, poner en el mismo plano democracia y terror. Le recuerdo lo que votamos en el año 2011, prácticamente por unanimidad en esta Cámara: evitar equidistancias morales o políticas, ambigüedades o neutralidades valorativas entre víctimas y victimarios.

Señor Bildarratz, he repasado con usted conceptos fundamentales, contenidos en leyes que aprobamos juntos. Si las consensuamos, no creo que tenga ningún sentido estar ahora discutiéndolo.

Muchas gracias.

Respuesta del presidente del Gobierno a la pregunta formulada por don Ander Gil, del Grupo Parlamentario Socialista

Sr. Gil.- Señor presidente del Gobierno, buenas tardes. Permítame, señor Rajoy, feliz Navidad y feliz Año Nuevo, dado que hace meses que usted no pasa por aquí, por el Senado. Por eso, señor Rajoy, en primer lugar, quiero trasladarle el malestar de mi Grupo Parlamentario... Calma, que queda tiempo. Quiero trasladarle el malestar de mi Grupo Parlamentario por su sistemática dejación de sus funciones al no aparecer en esta Cámara como debería, señor presidente.

Hace meses que no pasa usted por aquí. Su parálisis como presidente, su absentismo laboral, político e institucional... Su absentismo, señor Rajoy, alcanza ya límites preocupantes. Señorías, ¿saben cuánto tiempo dedicó el presidente del Gobierno a las sesiones de control en todo el año 2017? ¿Saben cuánto tiempo? Poco más de una hora y treinta minutos, señor Rajoy. Usted sí se merece un despido objetivo por absentismo, señor presidente; aplicarle a usted su propia reforma laboral y no a los trabajadores de este país que acuden todos los días a sus puestos de trabajo como un clavo.

Pero, señor presidente, ya que usted hoy, aquí, y vinculado y relacionado directamente con la reforma laboral, quiero plantearle una pregunta que preocupa a muchos españoles: ¿qué medidas va a tomar el Gobierno para garantizar, señor Rajoy, el sistema público de pensiones en España?

Presidente.- Muchas gracias, señor Gil, y gracias especiales por su cariñoso recibimiento que me estimula para venir a debatir aquí con usted tantas cuantas veces sea oportuno y conveniente.

Vamos a entrar ahora en lo importante. El sistema público de pensiones en nuestro país es un aspecto esencial de nuestro Estado de Bienestar y lo más importante, sin duda alguna, y en esto estoy seguro de que coincidimos, es garantizar su sostenibilidad, y esa ha sido la prioridad básica de mis Gobiernos. La sostenibilidad depende, fundamentalmente, de una cosa: de crear empleo y de que los empleos cada vez sean mejores. Eso se entiende muy bien porque, como saben todos ustedes, las cotizaciones a la Seguridad Social de quienes trabajan son las que pagan el grueso de las pensiones y cuantas más personas trabajen y cuanto más cobren esas personas, más cotizaciones habrá y mejores pensiones. Por eso, toda la política económica del Gobierno ha tenido un objetivo, la creación de empleo, bueno para el que puede trabajar y bueno también para las pensiones.

Esto era muy importante hacerlo, sobre todo, después de una etapa durísima en España. Cuando llegamos al Gobierno en el año 2011, había más de 5.287.000 personas que no podían trabajar; entre 2007 y 2011, el paro aumentó en más de tres millones y medio de personas, y entre 2007 y 2011 hubo más de dos millones de afiliados menos a la Seguridad Social. Esto es lo que había y esto llevaba a una consecuencia que está directamente relacionada con lo que usted me pregunta, que es que los ingresos dedicados al pago de pensiones sufrieron un retroceso descomunal. La evolución entonces era exactamente la siguiente: cada vez aumentaba más el gasto en pensiones, porque había más pensionistas, y cada vez había menos ingresos para pagarlo, porque había una caída del paro que era continuada.

Hoy, por fortuna, las cosas han cambiado. ¿Por qué han cambiado? Porque ha aumentado el empleo. Se está creando empleo en España a un ritmo de más de quinientos mil puestos de trabajo al año. El año pasado hubo más de seiscientos mil afiliados más a la Seguridad Social. Le voy a decir lo más importante de mi intervención, que justifica las afirmaciones que he hecho hasta ahora: cuando yo llegué al Gobierno en el año 2011, por cada nuevo pensionista que entraba en el sistema se destruían tres empleos. En concreto, hubo en el año 2011 117. 000 pensionistas más y 355.000 afiliados menos a la Seguridad Social. ¿Sabe lo que pasó el año pasado, 2017? Que por cada nuevo pensionista había 6,3 cotizantes a la Seguridad Social más: 96.000 pensionistas más en 2017 y 611.000 afiliados más a la Seguridad Social.

Eso es lo que pasó, eso es lo que funcionó y eso es lo que hay que seguir haciendo, señor Gil: una política económica que genere crecimiento económico, que cree empleo y que haga que aumente la cantidad dedicada a pensiones y al resto de los servicios públicos. Dicho de otra forma, para que usted me entienda muy bien, una política económica radicalmente diferente de la que se hacía al llegar nosotros al Gobierno y una política económica igual que la que se está haciendo ahora.

Sr. Gil .- Señor Rajoy, habla usted de garantizar. Usted no está en condiciones de garantizar nada. ¿Sabe por qué? ¿Sabe por qué, señor Rajoy? Porque usted se ha pulido tranquilamente los 67.000 millones de euros de la hucha de las pensiones que le dejó un Gobierno socialista, señor Rajoy. ¿Qué va a garantizar usted, señor Rajoy?

Y no me diga que no nos metamos en esto, que es la frase que últimamente a usted le gusta tanto. Métase usted en esto y dígale, por ejemplo, a su ministra, a la señora Fátima Báñez, que la caja de la Seguridad Social o el sistema público de pensiones no son la caja B del Partido Popular; que no son un sobre ni un botín que manejen ustedes a su antojo; que son patrimonio de todos y ustedes se lo están cargando, señor Rajoy.

¿Sabe lo que pasa, señor Rajoy? Que, a lo mejor, no se trata solo de incompetencia o de dejadez por su parte, que puede que también; puede que ustedes tuvieran una intención oculta. Oculta hasta que a la señora Celia Villalobos se le acaba la partida del "Candy Crush" y le da por hablar, señor Rajoy, y le da por decir la verdad, que es lo que ustedes piensan: que están ustedes dispuestos a privatizar las pensiones, igual que privatizan ustedes la sanidad y todos y cada uno de los servicios públicos en este país, señor Rajoy. Sí, señor presidente, usted ha cedido a las presiones de los bancos y de las aseguradoras, y está apostando claramente por los planes privados de pensiones, como demostró usted en el pasado Consejo de Ministros.

Por cierto, días después, señor Rajoy, usted dijo algo, como suele usted decir, verdaderamente notable. Les dijo usted a los españoles que tenían que ahorrar para su pensión futura y para la educación de sus hijos. Señor Rajoy, no le voy a decir que sea usted un peligro público pero, después de escucharle, lo que sí puedo decir es que usted es un peligro para lo público en este país, señor Rajoy.

Lo es, sí, señor. Lo es usted por su incompetencia e irresponsabilidad a la hora de abordar el reto del mantenimiento del sistema público de pensiones; lo es, señor Rajoy, por intentar colarnos el modelo de Celia Villalobos, que es su verdadero programa en B, y lo es, señor Rajoy, por intentar fomentar en este país el modelo Trump, el modelo de sálvese quien pueda. Y ya sabemos que en este modelo insolidario suyo algunos van a poder, señor Rajoy; pero la mayoría no, señor presidente, la mayoría no va a poder. ¿Usted, cuando dijo esta frase, era consciente, Señorías, de que el 60 por 100 de las familias de este país no tienen capacidad de ahorro, señor Rajoy, y usted les pide que ahorren para el futuro de sus pensiones y para la educación de sus hijos?

Señor Rajoy, su reforma laboral, su nefasta reforma laboral, ha sido una estafa para millones de trabajadores y trabajadoras, y, desde luego, un castigo para millones de pensionistas en este país. Yo también se lo voy a explicar para ver si usted lo entiende, y se lo voy a decir a su estilo, señor Rajoy: un empleo es un empleo y ocho contratos en un mes es otra cosa y mucho otra cosa, señor presidente del Gobierno. Sí, señor. Y esa otra cosa, ese modelo de precariedad laboral que emana de su reforma laboral, es la que ha tirado por tierra las cotizaciones de la Seguridad Social.

¿Ve usted este papel, señor Rajoy? Esta es una carta que recibía hace unos días un pensionista de Burgos que se llama Jesús. Es la misma carta que están recibiendo y que van a recibir todos los pensionistas de este país, en la que usted les dice que la pensión le va a subir un 0,25 por 100. A Jesús le va a suponer un 1,48 por 100, señor Rajoy.

No hace falta que usted se gaste una millonada en enviarles una carta a los pensionistas. Podría usted aprovechar hoy aquí para explicarles a Jesús y al conjunto de los pensionistas de este país, señor Rajoy, que esta subida del 0,25 por 100 está desligada del IPC y que, por lo tanto, sus pensiones se van a ver devaluadas un 2 por 100. Dígales a Jesús y al conjunto de los pensionistas de este país, señor Rajoy, y además dígales lo mismo que le dice usted a Europa: que sus pensiones van a continuar devaluándose durante los próximos años, señor Rajoy. Porque el 0,25 por 100, sencillamente, no cuela. Trate usted con más respeto a los pensionistas de este país.

Señor Rajoy, con su política de tierra quemada está dejando usted un legado de cenizas a los españoles de hoy y a los españoles de mañana. Usted, señor Rajoy, pasará a la historia por un rescate a la banca del que los españoles no van a ver ni un euro. Usted, señor Rajoy, pasará a la historia por un enorme daño a la democracia con su declaración en la Audiencia Nacional, declarando por la grave corrupción que asola a su partido. Señor Rajoy, usted pasará a la historia por una enorme crisis territorial ante la que no hizo nada, sino que, más bien, en algunas ocasiones llegó a echar leña al fuego. Y usted pasará a la historia por una enorme crisis territorial ante la que no hizo nada, señor Rajoy, sino, más bien, en algunas ocasiones, llegó a echar leña al fuego. Sí, señor Rajoy, usted pasará a la historia por haberse pulido la hucha de las pensiones, señor presidente.

Dígales a los españoles, señor Rajoy, con el permiso de sus compañeros de bancada, a los que no les debe de gustar que yo le diga estas cosas --lo entiendo, es duro; tiene que ser muy duro--, y reconozca usted hoy aquí que no tiene un plan para proteger a los españoles.

Presidente.- Muchas gracias, señor Gil García, por sus amables palabras y por sus elogios que, créame, me producen una profunda emoción. El problema es que todo lo que usted dice está muy bien, incluso cuando se refiere a mí, pero ustedes tienen un enemigo implacable que no soy yo. Créame que no soy yo. Ese enemigo implacable es la dura realidad, señor Gil.

Ustedes se empeñaron en una política económica que, en cuatro años de Gobierno, hizo que 3,5 millones de españoles perdieran su puesto de trabajo. Esa es la realidad, no las palabras del presidente del Gobierno: 3,5 millones de españoles perdieron su puesto de trabajo. Y eso, que es un drama en sí mismo por lo que significa para 3,5 millones de españoles, supuso, además, una pérdida de recaudación de setenta mil millones de euros. Eso es lo que ponía en peligro las pensiones, señor Gil García, y a eso nos tuvimos que enfrentar nosotros.

Ese era el legado de cenizas que ustedes nos dejaron a nosotros y que, por fortuna, logramos superar. Dejaron a España al borde de la quiebra y de un rescate; logramos superar la situación; no nos aplicaron las decisiones que en materia de pensiones aplicaron a los países rescatados de la Unión Europea, que en algunos casos supusieron la pérdida de hasta un 30 por 100 del valor de las mismas; después tuvimos que cambiar la política económica, lo cual fue muy importante, sí, porque aumentó el número de personas con trabajo y de cotizantes a la Seguridad Social, y eso dio lugar a que el sistema de pensiones pueda enfocar el futuro con optimismo porque, si hubiéramos seguido con sus políticas y, sobre todo, con sus resultados, no sé dónde estaríamos ahora.

Pero, gracias a nuestras políticas, subieron los ingresos con cotizaciones y pudimos mantener el gasto en pensiones. Todavía hay déficit en el sistema pero, sin duda alguna, podemos mirar el futuro con mucho mayor optimismo. Desde luego, no podemos tener ningún optimismo con sus recetas, porque ya los conocemos, y las nuevas, como pretender subir el Impuesto de Sociedades a ocho entidades financieras, créanme que supone hacer el ridículo, y soy muy generoso en las afirmaciones que estoy haciendo aquí.

Por lo tanto, señor Gil García, yo le recomendaría dos cosas: una, que dieran apoyo a la política económica del Gobierno, porque crea empleo y su política económica destruía el empleo; la segunda, que se sienten a hablar con sensatez y con sentido común en el Pacto de Toledo. Lo único que demuestra la implacable realidad de la que le hablaba al principio es que, cuando ustedes gobiernan, acaban generando paro y problemas en las pensiones, y tenemos que venir nosotros a arreglar sus desaguisados.

Respuesta del presidente del Gobierno a la pregunta formulada por doña Mirella Cortès, del Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana

Sra. Cortès.- Señor presidente del Gobierno español, hoy le preguntamos por su ministro del Interior porque es él quien desarrolla su política de interior. El ministro Zoido ya es un ministro reprobado por no cumplir con la acogida de refugiados; o sea, que hoy no vamos a encarnizarnos con su persona acumulando descrédito sobre él, sino que nos centraremos en si aplica fielmente o no su política, la política que usted diseña.

Su ministro del Interior gastó 87 millones de euros para intentar frenar el referéndum del 1 de octubre en Cataluña y, aún después del despliegue policial realizado, no fueron capaces de encontrar ni una sola urna. Pareciera que la única vía para intentar frenar el referéndum fue la violencia, la violencia física y la coacción a empresas para que relocalizaran sus residencias corporativas.

Los responsables policiales dieron la orden de entrar como fuera en los colegios electorales el 1 de octubre, pese a la presencia masiva de personas pacíficas de todas las edades, y, efectivamente, ante la muestra de pacifismo de la ciudadanía catalana que quería votar, las fuerzas del Estado, comandadas por el ministro Zoido y coordinadas por su subordinado Millo, utilizaron la violencia innecesaria dejando un saldo de más de mil heridos.

Además, se dispararon pelotas de goma, prohibidas en Cataluña desde el año 2014, como usted sabe, cuya consecuencia fue la pérdida de la visión de un ojo del ciudadano catalán Roger Español. La violencia empleada no solo viola la legalidad catalana, española e internacional, sino que, además, hubo una violencia gratuita que tenía como finalidad, no la de acceder a los colegios electorales, sino la de castigar y reprimir a las personas que pacíficamente pretendían votar. Solo así se explica que pegaran sin ton ni son y que destrozaran dependencias públicas como, por ejemplo, el Ayuntament de Fonollosa, en la comarca del Vallès, a la salida de los colegios electorales y una vez ya alcanzado el objetivo de retirar las urnas e impedir la votación en el colegio electoral intervenido.

Los días previos a esta actuación el Ministerio del Interior permitió que los policías destinados en Cataluña para reprimir a los catalanes y catalanas en la votación del referéndum desfilaran por sus poblaciones de origen al grito de "a por ellos", destilando odio ante la impotencia de no haber sido capaces de encontrar ni una sola urna.

Siempre creeremos también que el discurso del Rey, que ni arbitró ni moderó, inspiró todo aquello. Esto y las llamadas telefónicas a Volkswagen, y quién sabe a cuántas empresas más, para decirles también que hoy día en Wolfsburg se están riendo de ustedes.

La violencia policial ejercida se difundió por todo el mundo y la CNN llegó a titular "La vergüenza de Europa". Fue tan desproporcionada que alguien en su Gobierno --todavía no hemos determinado quién, porque el Partido Popular y Ciudadanos se han negado a hacer una comisión de investigación al respecto-debió ordenar frenarla ante el escándalo internacional que estaba suponiendo.

Y, paradójica y cínicamente, la misma policía que empleó esa violencia es la que ahora está investigando y acusando penalmente a los Mossos d'Esquadra por cumplir la Ley y no emplear la violencia contra la población pacífica catalana. Asimismo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están investigando indiscriminadamente al independentismo catalán, incluyendo a las senadoras y senadores de este Grupo Parlamentario, que también aparecemos en los informes policiales; informes que no pretenden dilucidar responsabilidades, sino que tienen una perversa y maniquea finalidad de urdir tramas para imputar delitos.

En tal delirio, más allá de urdir informes con que encausar y encarcelar a Jordi Cuixart y a Jordi Sánchez, están llegando a apuntar, como parte de estas tramas, a responsables o propietarios también de medios de comunicación que difunden una realidad que no se ajusta a aquella que el Gobierno, su Gobierno, difunde desde su ministerio de propaganda. La obsesión contra el independentismo ha llegado a extremos surrealistas como, por ejemplo, establecer controles de vigilancia en el Estado francés u obligar a ciudadanos franceses a quitar la "senyera" de su matrícula, advirtiéndoles de que se encontraban en España.

Podemos hablar también del imán de Ripoll y de su presunta condición de confidente del CNI, una de las grandes incógnitas abiertas, secreto de Estado, sobre los atentados de Barcelona y Cambrils hace ya seis meses. Existen muchas lagunas todavía sobre la investigación del 17 de agosto y el ministro no comparecerá para explicarlo en el Congreso de los Diputados, a instancias de Esquerra Republicana y del PDECAT. Mientras persiguen a independentistas y urden tramas contra nosotros, están persiguiendo también a raperos por sus letras o a jóvenes contestatarios como el vallecano Alfon y como se ha confirmado hoy la sentencia de tres años de prisión de Valtonyc, de quien reclamamos su libertad. ¡Como si fueran ustedes el tribunal de la Santa Inquisición!

Todo esto se desprende al observar la violencia en las manifestaciones ultraderechistas a las que han asistido, en ocasiones, miembros del Partido Popular, de Ciudadanos y del Partido Socialista, en las cuales se ha insultado a los Mossos d'Esquadra, se ha roto material de la vía pública, han roto cristales de Catalunya Radio y han agredido a gente que paseaba por la calle con total impunidad.

Por todo ello le pregunto, señor Rajoy, ¿está orgulloso de la gestión del ministro Zoido?

Presidente.-La respuesta, señora Cortès Gès, es sí, de la gestión que realiza mi Gobierno y de los ministros. Estoy también orgulloso de la labor que desempeñan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en defensa de los derechos y libertades de todos, y también de la gestión del Ministerio del Interior, garantizando nuestra libertad y nuestra seguridad. Una gestión de la que me gustaría destacar ahora algunas cosas, porque a usted parece que de la gestión del Ministerio del Interior solo le ocupa un tema; pero yo quiero destacar las importantes detenciones en la lucha contra el terrorismo yihadista, que han continuado en el día de hoy; la cifra récord en la lucha contra el narcotráfico; las mejoras relevantes en la lucha contra la violencia de género o la circunstancia de que España haya sido calificado como el segundo país del mundo más seguro entre las diez principales potencias del sector turístico.

Eso demuestra que el Ministerio del Interior cumple su función, también lo hacen las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y eso me permite a mí que pueda decirle a usted que, aunque sin duda ninguna podamos mejorar y tengamos que aspirar a mejorar, estoy satisfecho con lo que se está haciendo en estos momentos.

Toda obra humana es mejorable, pero estoy orgulloso de la labor del Ministerio del Interior y de lo que hacen las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Pero, sobre todo, estoy orgulloso de una cosa a la que yo personalmente le doy importancia: estoy orgulloso de nuestro país, porque es una democracia consolidada en la que rige el Estado de Derecho en la defensa de los derechos y libertades de todos los ciudadanos y con todas sus garantías.

Señoría, voy a referirme a aquello en lo que usted ha centrado el conjunto de su intervención: lo que ha pasado en Cataluña. Se lo voy a intentar decir con la mayor calma y tranquilidad posibles.

Ustedes han pisoteado la Ley, o por lo menos muchos de ustedes; ustedes han pretendido liquidar valores básicos de las democracias occidentales y valores básicos que son los que han servido para constituir la Unión Europea. Solo voy a citar dos: el imperio de la Ley y el respeto al Estado de Derecho. Usted ha citado aquí la CNN, Europa, etcétera, pero es que en Europa no les ha apoyado ni un solo país; ni en Europa ni en el mundo. Deberían pensar qué ha ocurrido que no les ha apoyado nadie. Ha ocurrido porque las democracias respetan el imperio de la Ley y el Estado de Derecho. Por eso, insisto, nadie les ha dado su apoyo.

Y no contentos con haber incumplido la Ley, vienen ahora encima a tratar de desprestigiar al Estado y a nuestra democracia. No se puede olvidar, señora Cortès, porque es lo que ha sucedido en Cataluña, que determinadas autoridades de la Generalitat se han situado al margen y en contra de la legalidad. Eso, pensemos lo que pensemos, lo conoce todo el mundo en esta Cámara: se han saltado las resoluciones del Tribunal Constitucional y de todos los españoles en lo que solo puede calificarse como un claro golpe a la democracia, siendo moderado a la hora de utilizar expresiones.

Señoría, yo le pregunto: ¿qué esperaba usted que hiciera el Estado? ¿Qué aplaudiéramos? ¿Alguien en su sano juicio cree que el Estado iba a dedicarse a mirar para otro lado? Hemos hecho lo que haría y lo que hace cualquier Estado democrático y de derecho que se precie, que es defender la democracia, garantizar la vigencia de la legalidad y proteger los derechos y libertades de todos los ciudadanos. ¿Pero dónde vive usted? ¿Cree usted que alguna democracia en Europa o en el mundo hubiera aceptado lo que han intentado hacer algunos en Cataluña? Y lo hemos hecho garantizando los derechos que algunos querían conculcar e imponiendo, saltándose las leyes antidemocráticamente, un proyecto que desprecia la pluralidad de la sociedad catalana.

Señoría, en nuestro país no se persiguen ni ideas, ni se restringen derechos ni libertades, ni se cuestiona el autogobierno de Cataluña. ¿Sabe contra quién se va? Contra aquel que pretende situarse por encima de la Ley y de las resoluciones judiciales, porque la Ley nos afecta a todos, a usted, a mí, a los de la Generalitat y a cualquier Gobierno.

Señoría, le recuerdo algo más: la Policía actúa con amparo judicial y la Justicia, en amparo de la ley democrática, y en todo momento en Cataluña las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado han actuado en su condición de policía judicial en cumplimiento de órdenes y requerimientos judiciales, y con respeto a la legalidad y a las garantías democráticas. No puedo aceptar sus afirmaciones y que se ponga en cuestión la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; tampoco de la Fiscalía, ni de los jueces, ni de aquellos funcionarios que acatan y respetan la Ley.

Y, Señoría, deje usted de ocuparse tanto de lo que les pasa a los ministros del Gobierno de España y ocúpese de lo que le pasa a usted. Dígale usted al presidente del Parlament, que es de su partido, que presente un candidato para que se someta a la votación de investidura y termine esta absurda situación en la que hemos entrado.

Señoría, en Cataluña lo que piensa cualquier persona sensata, y muchos de su partido también, es que hay que iniciar una nueva etapa de vuelta a la legalidad y a la normalidad, y en sus manos está dejar de pensar tanto en una sola persona, que es el señor Puigdemont, y empezar a pensar en SIETE millones de catalanes que tienen derecho a estabilidad, certidumbre y seguridad jurídica.

Sra. Cortès.- Señor Rajoy, a M. Rajoy no le afectan igual las leyes y perdone las dudas. Ningún Estado de Europa ni del mundo ha avalado la represión violenta contra el pueblo de Cataluña. Y, si usted nos pregunta qué esperamos, estamos esperando diálogo, lo esperábamos y lo estamos esperando todavía.

Y le puedo decir que nosotros estamos orgullosos del pueblo catalán, de un pueblo catalán y de un Govern Catalá que no está dispuesto a ejercer la violencia que ustedes han ejercido contra nosotros, contra nuestra población. El día 1 de octubre ustedes demostraron quiénes son y nosotros, el pueblo catalán, también: un pueblo pacífico y pacifista, que esperamos de Su Señoría diálogo.

Presidente.- Señoría, usted no puede hablar en nombre del pueblo catalán. Yo, tampoco; pero usted no puede hablar en nombre del pueblo catalán. Esto es lo que ustedes no han entendido: que Cataluña es muy plural, muy diversa y que la gente piensa de forma diferente, y esos atentados contra los derechos de las personas son contra los derechos de muchas personas que también tienen derecho a opinar, a votar y a decir lo que estimen oportuno y conveniente.

Estoy de acuerdo con el diálogo, pero el único diálogo que me ofreció a mí el señor Puigdemont fue: referéndum "sí" o referéndum "sí". Eso se llama la ley del embudo.