Entrevista al presidente del Gobierno en el programa "Más de uno", de Onda Cero

24.1.2018

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Madrid

Carlos Alsina.- El señor Rajoy preside el Gobierno de España desde diciembre del año 2011, son seis años ya en el ejercicio del cargo, y tiene la amabilidad de acompañarnos esta mañana. Buenos días, presidente.

Presidente.- Buenos días.

C. Alsina.- ¡Madre mía! ¡La expectación que despierta usted allá dónde va! No crea que vienen todas estas personas a verme ningún día porque, además, tendrían que madrugar muchísimo.

Presidente.- Bueno…

C. Alsina.- Está usted un poco afónico, me han dicho.

Presidente.- Sí, pero poco a poco me voy recuperando. Llevo dos o tres días, porque he viajado mucho: estuve el sábado en Sevilla, el lunes en Valencia y Castellón, y ayer en León; pero estoy bien, ¡eh! Muchas gracias.

C. Alsina.- Yo aquí le paso unas pastillas de estas para la garganta.

Tengo mil asuntos que tengo para plantearle, como usted ya imagina. ¿A usted le molesta que se refieran a usted como M. Rajoy?

Presidente.- No. La gente se refiere a mí de muchas maneras. Cuando uno es presidente del Gobierno, tiene que ser muy consciente de que está en primera línea y que, por tanto, es objeto de críticas, comentarios e, incluso, algún elogio.

C. Alsina.- Esto de M. Rajoy es una costumbre que han adquirido, he visto, algunos dirigentes de Podemos y también alguno del Partido Socialista que, cuando se refieren a usted, lo que tratan es de recordar cómo aparece usted mencionado o anotado en los papeles de Bárcenas, los que reflejan la caja B del Partido Popular.

Presidente.- Llevan diez años con lo mismo. Son bastante poco imaginativos. Deberían hacer propuestas que redunden en beneficio de los españoles en lugar de estar con ese monotema; pero, en fin, cada uno es muy libre de hacer lo que estime oportuno y conveniente. Yo ya he tomado las decisiones que tenía que tomar y he trabajado, y continúo haciéndolo, para que esas cosas no se vuelvan a producir nunca.

C. Alsina.- La semana pasada en el juicio que se está celebrando en la Audiencia Nacional, presidente, nueve empresarios valencianos declararon ante el Tribunal que asumieron ellos gastos electorales de su partido en la Comunidad Valenciana de manera irregular. Lo han declarado también en ese mismo juicio el señor Correa, el señor Crespo y el señor Pérez. Vamos a ver qué dice hoy Ricardo Costa, que es el exsecretario general del PP valenciano. El hecho de que se hayan producido estas declaraciones ya ante el Tribunal ¿para usted cambia algo respecto de lo que usted sabe de la financiación de su partido en esa Comunidad?

Presidente.- Yo no sabía nada de todo eso que me está contando usted y estaré a lo que digan los Tribunales. Sí quiero decir que lo que tenía que hacer el partido ya lo ha hecho y que todas las personas que están en este momento en los Tribunales ya no están en el Partido Popular.. Pero, insisto, nosotros ya hemos hecho nuestra labor y ahora corresponde a los jueces hacer la suya, y a todos respetarla y acatarla.

C. Alsina.- Pero, después de haber hecho su labor en el seno del partido, ¿usted sabe si existió o no financiación irregular en el PP valenciano?

Presidente.- No lo sé. A nosotros nunca nos lo han dicho.

C. Alsina.- ¿Quiénes? ¿Los ex dirigentes del PP valenciano?

Presidente.- Sí. Nunca nos lo han dicho ni nunca han reconocido que eso se haya producido así.

C. Alsina .- Pero ¿ha habido una investigación interna de su partido respecto de la financiación del PP en la época de Camps?

Presidente.- Supongo que la tesorería habrá hecho lo que tiene que hacer.

C. Alsina.- ¿A usted no le consta, entonces?

Presidente.- Ya no están esos temas. Estamos a lo que digan los Tribunales.

C. Alsina.- Es decir, cuando usted sabe que hay un grupo de empresarios de la Comunidad Valenciana que afirman que han financiado irregularmente a su partido, ¿de usted no sale encargar una indagación interna para saber qué es lo que ha sucedido ahí?

Presidente.- Todas las personas a las que se refirieron ya no están en el Partido Popular y, por tanto, va a haber una indagación interna por parte de los jueces. Nosotros exigimos las responsabilidades políticas y los jueces, las otras, y a ellas habrá que estar.

C. Alsina.- ¿Si el señor Mas es el responsable político último de la financiación de Convergència Democrática, el señor Rajoy no es el responsable último de la financiación del PP?

Presidente.- No sé quién ha dicho que el señor Mas sea el responsable último. Yo creo que en esta vida todos tenemos nuestras responsabilidades y, a veces, hay colaboradores que hacen lo que no hay que hacer; pero eso no significa que cualquier persona que dirige una gran organización sea responsable de todo lo que hacen los miembros de esa organización, que pueden ser cientos de miles.

C. Alsina.- A día de hoy, y con lo que se ha ido sabiendo, presidente, ¿usted mantiene la buena opinión que en su momento expresó sobre Francisco Camps?

Presidente.- El señor Camps ha estado en los Tribunales, como usted sabe, y ha salido absuelto siempre. El señor Camps ha asumido unas responsabilidades políticas, que han sido durísimas, y creo que no hace al caso que yo esté hablando de lo que hizo el señor Camps, que ya no está en nuestra fuerza política hace muchos años. Pero han sido muy duras las responsabilidades que ha tenido que asumir y, cuando ha ido a los Tribunales, siempre ha sido absuelto. No sé si tiene sentido estar revisando lo que hizo una persona que ya no está en la política activa y a la que los jueces no han condenado, y estar dándole vueltas constantemente a esto. Podemos estar hablando una hora de este asunto, pero yo creo que tengo poco que aportar respecto a lo que ya llevo aportando a lo largo de muchos años.

C. Alsina.- El señor Camps no es dirigente del PP, pero sí es militante, sigue siendo militante del partido.

Presidente.- Será militante, no lo sé. Sí; probablemente, sí.

C. Alsina.- ¿Ignora usted si el señor Camps milita en el Partido Popular?

Presidente.- Bueno…

C. Alsina.- Presidente, yo sé que este es un asunto que a usted no le resulta cómodo o no le agrada, pero ¿entiende que, existiendo el "caso Púnica", el "caso Gürtel", el "caso Brugal" y el "Palma Arena" en la época del señor Matas en la Comunidad balear, resulte verosímil para la opinión pública que lo que existía era un sistema habitual de financiación irregular en su partido?

Presidente.- Yo no creo que algunos de los casos que ha mencionado sean casos de financiación irregular de mi partido; más bien, me parece que son acciones de personas concretas y determinadas. Usted ha citado unos casos que, evidentemente, están en los Tribunales. En todos estos casos la gente que se ha visto involucrada ya no está en el Partido Popular, que es lo que le corresponde hacer al Partido Popular. Pero, además de siete, ocho, diez o quince personas que se han visto involucradas en esos temas, en el Partido Popular hay casi 700.000 militantes y 698.000, probablemente, en su vida, hayan tenido más que comportamientos honrados y decentes. Y creo que también representan lo que es el Partido Popular.

C. Alsina.- Sin ninguna duda.

Presidente.- Eso es importante que también lo pongamos en valor.

C. Alsina.- ¿Usted cree que esos militantes, y también los votantes del Partido Popular que confían en su formación política, están satisfechos con la manera en la que la dirección del Partido Popular ha gestionado el asunto de las presuntas corrupciones?

Presidente.- El Partido Popular ha ganado las tres últimas elecciones generales que se han celebrado en España y es evidente que los votantes del Partido Popular conocen perfectamente lo que ha sucedido en el Partido Popular; conocen perfectamente lo que ha sucedido en el Partido Socialista y conocen perfectamente cuáles han sido las actuaciones de un conjunto de las fuerzas políticas, de todas las que hay en el Congreso de los Diputados. Y con su conocimiento sobre todo eso se hacen un juicio de valor y toman la decisión.

El Partido Popular no ha sido perfecto, es evidente, y tampoco lo han sido los demás; pero, al final, la gente dice: creo que esto es lo que mejor me conviene. A lo mejor hay gente que es perfecta, que está en organizaciones donde jamás se ha cometido un error, donde ninguna persona ha hecho nada malo; pero la gente tiene una cierta intuición y sabe percibir bien las cosas, y sabe que hay organizaciones que, efectivamente, cometen errores, pero también valoran las cosas positivas de las que habitualmente no se habla tanto. Por tanto, de momento, la gente ha confiado en nuestro partido, yo lo agradezco y trabajo intensamente para que siga haciéndolo en el futuro.

Como le he dicho antes, hemos aprobado muchas leyes para hacer más difícil que estos casos de corrupción se produzcan. Hay muchas personas que estaban en el Partido Popular que ya no lo están en estos momentos. Hemos exigido responsabilidades políticas. Los jueces y los fiscales han actuado con total y absoluta independencia, y aquí quien ha querido dar su opinión la ha dado. Por tanto, hemos hecho cuanto ha estado en nuestras manos y eso hay gente a la que no le es suficiente, no le sería suficiente nada; pero hoy hay otra mucha gente que también reconoce el esfuerzo y el trabajo que se han hecho desde el Partido Popular.

C. Alsina.- El partido Ciudadanos, que viene siendo el principal aliado parlamentario del Gobierno y que apoyó su investidura, ha puesto como condición para sentarse a negociar con usted los Presupuestos de este 2018 el cese de Pilar Barreiro como senadora, porque está imputada en el caso de la "Púnica". ¿Usted va a aceptar esa condición o no?

Presidente.- Yo no voy a entrar en polémicas con el partido Ciudadanos, entre otras cosas, porque a mí nadie de ese partido me ha dicho lo que acaba usted de señalar. Yo he tenido conversaciones sobre los Presupuestos y mi intención es seguir continuando con ellas en el futuro.

C. Alsina.- ¿Ciudadanos no le ha dicho que esta es una condición que pone?

Presidente.- No.

C. Alsina.- ¿Y si se lo dice?

Presidente.- Ya veremos cuando me lo diga, si es que realmente me lo dice; pero a mí no me lo ha dicho.

C. Alsina.- ¿Usted, a día de hoy, mantiene la confianza en sacar adelante unos Presupuestos nuevos para este año 2018?

Presidente.- Sí, sí.

C. Alsina.- Ya hemos comentado que en los periódicos hoy se habla ya de que están preparando ustedes un plan B ante la perspectiva de que Ciudadanos no apoye los Presupuestos y que, por tanto, no se puedan hacer unas cuentas nuevas y habría que prorrogar las del año anterior.

Presidente.- No, no estamos haciendo ningún plan B. En lo que estamos es en conversaciones para intentar aprobar los Presupuestos.

C. Alsina.- ¿Y las conversaciones avanzan adecuadamente, con Ciudadanos me refiero?

Presidente.- Eso, cuando las conversaciones finalicen, ya lo contaremos. Creo que, cuando se negocia, el mejor procedimiento para que la negociación salga mal es ir radiándolo o, si quiere usted, como estamos en una radio, televisándolo, ¿no? Es decir, hay que darle un poco de tiempo. Estas cosas, como sabe, no son fáciles. Fíjese, en Alemania celebraron elecciones en septiembre y llevan cuatro meses negociando un programa de gobierno.

Esto lleva su tiempo. El año pasado los aprobamos el 31 de marzo y las cosas funcionaron muy bien desde el punto de vista económico, y la economía española… Fíjese, ayer veía la prima de riesgo por debajo de ochenta. Claro, yo he vivido con la prima de riesgo por encima de seiscientos. Hace tres días las agencias de "rating" nos subían nuestro "rating". Yo lo único que viví cuando llegué al Gobierno fue una bajada continuada, llegaron a colocarnos al borde del "bono basura".

Por tanto, esos aspectos quieren decir que la economía española se ha recuperado, que genera confianza, que nos vamos a financiar más barato y que seguiremos creando crecimiento económico y empleo, y eso es lo que debe ocupar al presidente del Gobierno. Pero usted no se preocupe, que habrá Presupuestos.

C. Alsina.- ¿Habrá Presupuestos nuevos?

Presidente.- Sí, no se preocupe. Ahora ya los hay, ¡eh! Es decir, estamos con los Presupuestos prorrogados.

C. Alsina.- Sí, claro, porque estamos a 24 de enero.

Presidente.- Sí, claro. Pero ya se han prorrogado. Quiere decir que en este momento hay Presupuestos en vigor. Hemos cumplido el objetivo de déficit para el año pasado, que fue muy positivo. Llegamos con el 9,3 por 100 de déficit y ahora estamos en el 3,1 por 100.

Todas esas son cosas positivas que también conviene contarlas. A la gente también le importa lo bueno, no solo lo malo.

C. Alsina.- Habrá Presupuestos nuevos... Me ha dicho que no quiere usted polemizar con Ciudadanos.

Presidente.- Yo no polemizo con nadie.

C. Alsina.- Cuando el sábado pasado en Sevilla, en un acto del Partido Popular, dijo usted "nosotros no somos un partido de aficionados; somos un partido con trayectoria, con experiencia", muchos interpretamos que usted lo que estaba queriendo decir es: Ciudadanos sí es un partido de aficionados, porque nunca ha gestionado nada y eso es lo que le permite salir a decir cualquier cosa.

Presidente.- Pues interpretaron mal, francamente, mis palabras, lo cual no quiere decir que eso sea cierto o deje de serlo. Interpretaron mal. Solo me referí a ese partido...

En Sevilla a quien me referí fue, fundamentalmente, al Partido Socialista, porque había dos o tres temas que no se pueden hacer sin el concurso del Partido Socialista. Por ejemplo, la financiación autonómica con 137 diputados no es posible pero, además, es bueno que el PSOE esté ahí porque gobierna en seis o siete Comunidades Autónomas. Entonces, es otro tema sobre el que creo que debemos hacer un esfuerzo todos pero, fundamentalmente, el Partido Socialista porque gobierna en Comunidades Autónomas y tiene los votos para ello. Entonces, fundamentalmente me referí al Partido Socialista.

De Ciudadanos solo hice una referencia muy puntual a un tema, que era la prisión permanente revisable, porque ellos quieren suprimir la revisión permanente revisable, igual que la izquierda, y nosotros, no. Entonces, me referí ahí a todos los partidos políticos. Fui la única referencia que hice. A partir de ahí, todo el mundo interpreta lo que estima oportuno y conveniente, y eso es estupendo pero, claro, cuando se me pregunta a mí, tengo que decir la verdad y digo que interpretaron mal.

C. Alsina.- Presidente, ¿ha recibido usted ya la carta del señor Torrent, que es el presidente del Parlamento de Cataluña y que anunció que le iba a enviar una misiva proponiéndole una reunión para hablar de la situación que se vive en el Parlament y en la política catalana? ¿Tiene usted ya la carta? ¿Sabemos lo que dice?

Presidente.- Sí, no la he visto. Sé que ha llegado, pero he estado fuera estos dos días, como le decía antes. Yo en la vida en tenido una reunión para ver cómo se celebra una sesión de investidura con ningún presidente de un parlamento; pero sí hay algo, sin perjuicio de que yo no explique públicamente lo que le voy a decir en la carta… Cuando uno recibe una carta, primero me parece lógico que la reciba el señor Torrent y, luego, que la sepa la opinión pública; es decir, un procedimiento distinto al empleado por él. Él, primero, se lo manda a la opinión pública, se entera todo el mundo y, luego, le llega el destinatario que tiene que leerla para ver si había sido bien traducida.

Pero lo que sí quiero decir es que, si lo que se pretende es que el Gobierno tome alguna decisión que no pueda tomar por no ser su competencia, como todo lo referido a los temas judiciales, yo no voy a entrar en ello. Aquí hay que respetar lo que es la división de poderes, lo que es el Estado de Derecho, y las decisiones de los jueces son la de los jueces y no las del Gobierno. Eso sí quiero decir que lo voy a dejar muy claro. Por suerte, esta es una democracia con división de poderes.

C. Alsina.- ¿Usted desea que el señor Puigdemont regrese a nuestro país y, por tanto, pueda estar presente en el Parlamento de Cataluña, pero a la vez tenga que rendir cuentas ante el Tribunal Supremo, o prefiere que el señor Puigdemont se quede en Bruselas y se olvide de la investidura?

Presidente.- Mis preferencias son muy poco relevantes en una situación como esta, porque la decisión quien la tiene que tomar es el señor Puigdemont y hará lo que estime oportuno y conveniente. Yo he tomado las decisiones que, como Gobierno, tenía que tomar, que no eran muy fáciles, por cierto, y las decisiones fueron poner en marcha el artículo 155, que fue la primera vez que se puso en marcha en nuestro país, y la única hasta ahora. Fui capaz de conseguir un consenso con dos fuerzas políticas como el Partido Socialista y Ciudadanos, que no querían la puesta en marcha del artículo 155; cesé al Gobierno de la Generalitat; conseguí que se recuperase la legalidad en Cataluña y convoqué elecciones.

Esas eran mis responsabilidades. A partir de ahí, la gente tomó las decisiones que quiso a la hora de elegir, los jueces tomaron las decisiones que creían que debían tomar con arreglo a la Ley y aquí es bueno que todo el mundo tome sus responsabilidades. El señor Puigdemont que haga lo que estime oportuno y conveniente; pero él ya sabe cuáles son las reglas de juego y la primera regla de juego es que España es una democracia, en España se respeta la Ley y, cuando no se respeta la Ley, hay consecuencias.

C. Alsina.- Si el Parlamento de Cataluña trata de sacar adelante una investidura fraudulenta, retorciendo el Reglamento o votando desde Bruselas, le corresponde al Gobierno de España recurrir ese pleno. ¿Tiene usted, por tanto, los instrumentos legales necesarios para impedir que se produzca un fraude en la investidura del nuevo presidente?

Presidente.- Sí, sí. Yo, si eso se produce, iré al Tribunal Constitucional. Lo más importante del artículo 155, de su aplicación, es que ha dejado un mensaje, que es que el artículo 155 existe y que la democracia española tiene instrumentos para defenderse cuando se le ataca. Eso es lo que ha dejado el artículo 155.

C. Alsina.- ¿El recurso tendría que presentarse una vez que se haya celebrado ese pleno de investidura?

Presidente.- No, el recurso tendría que presentarse después de que se produjera el acto administrativo que lo motivara. Nosotros no podemos presentar un recurso porque alguien haga declaraciones en unos medios de comunicación. Si alguien dice "el señor Puigdemont va a comparecer aquí a través de una televisión", no podemos recurrirlo; pero sí podemos recurrir la decisión de la Mesa que diga: "el señor Puigdemont puede actuar de esta manera". Entonces, es cuando lo haremos. Hay que respetar siempre los procedimientos y las normas, porque es la forma de respetarnos a nosotros mismos.

C. Alsina.- Por decirlo de otra manera, el Gobierno de España no se ha resignado a la imposibilidad de evitar la investidura del señor Puigdemont.

Presidente.- No, en absoluto. El Gobierno de España hará todo lo posible para que se cumpla la Ley en España y esa es nuestra obligación. Y yo la voy a cumplir, como la cumplí cuando puse en marcha el 155.

C. Alsina.- ¿Le pareció conciliador el discurso del presidente del Parlamento de Cataluña, el señor Torrent?

Presidente.- Si es que este no es un problema de ser conciliador o de no ser conciliador. El presidente de una institución tan importante como es el Parlament de Cataluña tiene muchas obligaciones. Ser conciliador, desde luego, es bueno; pero la primera obligación que tiene es cumplir la Ley, que es lo que no ocurrió en la última Legislatura. Entonces, en un país donde ya los gobernantes empiezan por incumplir la Ley de una manera tan flagrante y de una manera tan indiscutida no vamos bien. Por eso, lo que yo quiero que se produzca en Cataluña ahora es, primero, que haya unas instituciones que respeten la Ley, que piensen como quieran; y, luego, recuperar ya, de una vez, la normalidad institucional, económica y social que creo que es lo que quiere la inmensa mayoría de las personas.

C. Alsina.- Pero fíjese que ahora se está hablando de que si, al final, la investidura del señor Puigdemont no pudiera consumarse, porque fuera anulada o suspendida por el Tribunal Constitucional, el plan B sería proponer de presidente al señor Junqueras, que se encuentra en prisión preventiva y que es verdad que está en el uso pleno de sus derechos políticos. Es decir, él sí podría ser investido president. ¿Hasta qué punto le incomodaría a usted que el nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña, a la vez, estuviera en prisión provisional?

Presidente.- A mí no me incomodaría. Esa es una decisión que les corresponde a los jueces. Los jueces son los que tendrían que decir, en el supuesto de que se produjese eso que dice usted, que yo no sé si va a producir; no lo tengo claro, desde luego. Serían los jueces los que tendrían que tomar la decisión sobre si podría presentarse allí o no. Por tanto, yo lo que tengo que hacer es acatar las decisiones de los jueces.

Vamos a ver si distribuimos muy bien las responsabilidades de cada uno, porque es la única forma de ordenarnos y de poder ser operativos. Ahora bien, los políticos tienen una responsabilidad muy importante y, según la decisión que se tome veremos, si lo que se quiere es continuar en una etapa de inestabilidad que no ayuda a nadie, o si, por contra, se intenta construir, aunque sea desde una posición muy difícil. A mí me gustaría que todo el mundo cumpliese la Ley e intentara construir, y vamos a ver si recuperamos la normalidad porque, claro, no es razonable que haya más de tres mil empresas que se hayan ido de Cataluña y aquí a esta gente parece no preocuparle nada.

Ya me gustaría a mí que esto se cerrara a la mayor celeridad posible. Pondré todo cuanto esté en mis manos; pero, desde luego, lo que yo no voy a hacer, y creo que está claro a estas alturas, es saltarme la legislación, como no lo hice antes, y se lo advertí, tanto al señor Mas, como al señor Puigdemont.

C. Alsina.- Seguramente, habrá muchos ciudadanos, presidente, u usted también lo sabe, que digan: ¿cómo es posible lo que está sucediendo con Puigdemont, que está imputado en el Tribunal Supremo por delitos muy graves, castigados con muchos años de cárcel, que se dio a la fuga y no quiere rendir cuentas ante la Justicia; pero que en la Unión Europea está haciendo una vida perfectamente normal, viaja a donde quiere y todos los días da una rueda de prensa para arrojar basura sobre el Estado español sin que le suceda nada? Seguramente habrá ciudadanos que se pregunten: ¿el Gobierno de España no puede hacer algo para que esa situación no se produzca, tan bien como nos llevamos con el Gobierno de Bélgica y con el Gobierno de Dinamarca? ¿Esta situación tan anómala no se la plantean ustedes en las conversaciones que tienen de Gobierno a Gobierno?

Presidente.- El Gobierno de España puede hacer muchas cosas y las hizo. El Gobierno de España cesó a un Gobierno que estaba pisoteando la Ley. Y, claro, cesar a un Gobierno que está pisoteando la Ley parece que es muy fácil; pero esta es la primera vez que se ha producido en Europa, como mínimo, después de la Segunda Guerra Mundial. No hay ningún precedente de ningún Gobierno cesado por otro. Fue una decisión dura, difícil y compleja. Luego, actuó la Fiscalía; luego, actuó la Justicia y todos los países de Europa apoyaron al Gobierno de España, todos; todos sin excepción. No tuvieron ni un solo apoyo mínimamente relevante, porque siempre hay dos o tres diputados extremistas, cuatro radicales flamencos y tal.

En este momento, hay una orden de búsqueda y captura del señor Puigdemont dictada por los jueces, que son los que tienen que dictarla, para España. Si el señor Puigdemont viene, será detenido en la aplicación de esa orden de búsqueda y captura. Pero han sido los propios jueces los que han decidido no pedir esa orden para el resto de Europa y, por tanto, las decisiones de los jueces conviene respetarlas y yo, desde luego, lo hago.

C. Alsina.- El señor Zoido nos ha garantizado, a todos, que el señor Puigdemont no entrará en España a escondidas, que no entrará en el maletero de un coche, como dijo ayer en el programa de Susanna Griso, en Antena3.

Presidente.- La instrucción que tienen los responsables policiales españoles es que, efectivamente, así sea y estoy absolutamente convencido de que harán todo cuanto esté en sus manos para cumplirla.

C. Alsina.- Dar garantías es difícil, entiendo, porque también garantizaron ustedes que no habría urnas el primero de octubre y, al final, aparecieron las urnas y eso generó una decepción o una frustración en la ciudadanía que había creído que no habría.

Presidente.- Nosotros lo que garantizamos fue que no habría un referéndum y no hubo un referéndum, porque no había ni junta electoral --como usted sabe, dimitieron todos, porque les pusieron una multa de diez mil euros al día, y sin junta electoral no hay elecciones, como usted muy bien sabe--, ni había aparato informático. No era posible, por tanto, el recuento de votos y, de hecho, no lo hubo; ya sabe que los votos se pusieron allí a bolillo.

Es decir, todo aquello no tenía nada que ver ni con un referéndum, ni con unas elecciones propias de un país democrático. Ahora bien, claro, si queremos darle valor a gente que entraba con las urnas y las papeletas dentro, podemos hacer lo que se estime oportuno y conveniente; pero, ¡hombre!, hay que ir un poco a la mayor, ¿no?, y no quedarse en lo pequeñito, salvo que queramos…

C. Alsina.- Lo pequeñito fue lo que dio lugar a la intervención policial en algunos colegios electorales, porque que el referéndum no era válido lo sabíamos todos.

Presidente.- Eso es lo importante, esa es la mayor.

C. Alsina.- Pero ¿qué sentido tiene la intervención policial si no es para retirar las urnas, aun sabiendo ya que el referéndum no era válido, para cumplir el compromiso del Gobierno de que no hubiera urnas ese día?

Presidente.- Los operativos policiales no los fija el presidente del Gobierno, los fijan los responsables policiales que, por cierto, creo que han hecho una extraordinaria labor a lo largo de todo este tiempo en Cataluña en una situación de una enorme dificultad. Lógicamente, como sucede en tantas y tantas facetas en la vida, a la hora de tomar decisiones hay veces en que es bueno tomar una; a veces, otra; a veces, esperar; a veces, ver cuál es el momento más concreto… Las decisiones sobre operaciones judiciales yo no me voy a poner a discutirlas, porque no tiene ningún sentido, y mucho menos a dar opinión sobre ello. Dejemos que cada uno haga su labor y cada uno sabe de lo que sabe. Yo de operaciones policiales y de operativos, francamente no sé.

C. Alsina.- Ha sido usted ministro del Interior y algo sabrá.

Presidente.- Sí, fui ministro del Interior; pero eso me permite, a lo mejor, tener más conocimiento que otros que lo tienen por vía de lo que se llama ciencia infusa, como sabe. Pero, en fin…

C. Alsina.- Yo, por ejemplo.

Presidente.- No, no me he referido a usted. No sea malpensado.

C. Alsina.- Pero yo sí, presidente, porque yo no tengo el conocimiento que tiene quien sí ha ejercido la responsabilidad de un Ministerio del Interior.

Presidente.- No tiene por qué tenerlo, o sea, no se preocupe usted. No tiene por qué tenerlo. Pero así son las cosas.

C. Alsina.- La noche del 21 de diciembre, la noche de las elecciones autonómicas en Cataluña, cuando usted empieza a conocer los resultados, ¿qué pensó al ver, primero, que el independentismo revalida su mayoría absoluta --es verdad que no aumenta en porcentaje de votos, está en el 47 por 100 ahí clavado, pero revalida la mayoría absoluta-- y, sobre todo, que su partido se queda en cuatro diputados y sufre? ¿Qué se le pasó a usted por la cabeza en esa noche electoral, aparte de la decepción, supongo?

Presidente.- Lógicamente, como presidente del Gobierno que soy, aunque también lo soy del Partido Popular, mi objetivo era que los partidos independentistas no tuvieran la mayoría absoluta. Era el mío y supongo que el de mucha gente y del resto de partidos no independentistas que están en el Parlamento. Por tanto, eso no fue para mí una buena noticia, aunque hubo un dato: tuvieron menos votos y menos escaños que en la situación anterior. ¡Hombre!, tuvieron más de los que a mí me hubiera gustado pero, por lo menos, se iniciaba un camino en una buena dirección.

Los resultados de mi partido no me agradaron. Fueron unos resultados muy malos; pero los resultados cambian según elecciones, porque, fíjese, en el año 2015 Ciudadanos fue el segundo partido en Cataluña; en el año 2016 fue el sexto y nosotros le ganamos en las cuatro provincias e, incluso, le ganamos al PDeCAT en la circunscripción más importante, que es Barcelona, y ahora pasó esto.

Por tanto, los resultados electorales cambian, porque la gente cambia su voto, y hace muy bien, y en unas elecciones considera que debe darle su apoyo a alguien; en otras, a otra persona diferente. Lo que ha sucedido en Cataluña es que ha habido una utilización fuerte del voto útil y la gente pensó que Ciudadanos podría ser quien concentrara el voto y que podíamos tener mayoría. Al final, desgraciadamente, no tuvimos mayoría; pero Ciudadanos fue la primera fuerza y, aunque sea simbólicamente, tiene un valor que por primera vez un partido no nacionalista haya sido el primero en unas elecciones autonómicas de Cataluña.

C. Alsina.- En su discurso el otro día ante la Junta Directiva Nacional de su partido, dijo usted aludiendo al resultado del PP catalán: "nosotros, sin duda, como partido, hemos cometido errores, y lo admitimos, y tendremos que aprender de esos errores". ¿Qué errores han cometidos ustedes?

Presidente.- Estamos estudiándolo. Tenemos todavía que ver cuáles son los resultados de los postelectorales. Evidentemente, tendremos que reforzar nuestra estructura de partido y tenemos que tener más presencia; pero estoy en estos momentos improvisando, porque conviene las cosas estudiárselas bien. Pero el factor determinante, y que además no es la primera vez que sucede en la democracia española, es el voto útil. Entonces, la gente pensó que lo mejor en esta ocasión era votar a Ciudadanos, igual que pensó en el año 2016 que lo mejor era votar al Partido Popular y pensará algo similar en próximas convocatorias electorales en España.

Yo creo que analizar los votos de la gente… Yo llevo ya muchos años en la vida política y le tengo mucho respeto a las decisiones que toman los ciudadanos que, si las juzgamos en su conjunto y sin apasionamiento desde el año 1977, en las grandes decisiones el pueblo español no se ha equivocado nunca.

C. Alsina.- ¿Usted ha hecho examen de conciencia, por así decirlo, de los seis años que lleva al frente del Gobierno, relativo, digo, a la cuestión catalana, cuando se encuentra con este resultado que dice que un señor como Puigdemont, que está prófugo de la Justicia y que está imputado por rebelión, saca casi un millón de votos, y el señor García Albiol, que es el candidato de su partido en Cataluña, apenas saca 125.000? ¿Usted se ha planteado, tal vez, "es que yo, desde el Gobierno de España, he dejado de hacer algo o hecho algo inconveniente que justifica o que explica este resultado"?

Presidente.- En las últimas elecciones de la República en Cataluña, el resultado entre los partidos independentistas, nacionalistas y los que no lo eran era exactamente igual que el de las últimas elecciones que se han celebrado ahora; era exactamente igual.

Yo llevo seis años en el Gobierno; pero el señor Pujol ha tenido mayorías absolutas, con más de 68, que es la mayoría, y hasta 72 escaños llegó a tener en muchas oportunidades. Y siendo yo presidente del Gobierno, en el año 2016, el Partido Popular fue la tercera fuerza política en Barcelona ciudad y Podemos, que no es un partido separatista, fue la primera fuerza política en Cataluña. Entonces, no le demos demasiadas vueltas a las cosas; normalmente, y es lo que demuestra la historia, en las elecciones autonómicas suelen ganar los partidos nacionalistas y en las elecciones generales, no. El Partido Socialista durante muchos años ganó las elecciones generales y, que yo recuerde, jamás fue la primera fuerza política en unas elecciones autonómicas.

Lo importante es que todos cumplamos con nuestro deber y, en este momento, quienes menos han cumplido con su deber son el señor Puigdemont y las personas que estaban con él en el Gobierno, que saltaron por encima de la Ley. Esa es la mayor porque, a veces, empezamos a hacer análisis sobre si no es menos cierto que uno tuvo un voto, dos, tres… Lo más importante es que la responsabilidad de lo que ha pasado en Cataluña, por lo menos el 98 por 100 de la responsabilidad, la tienen quienes han infringido la Ley y quienes se han lanzado a una operación absolutamente demencial que no conduce a ninguna parte y que perjudica a todo el mundo.

C. Alsina.- ¿Eso significa, presidente, que usted no se plantea cambiar nada en la política del Gobierno de España respecto de Cataluña, una vez que se aclare la situación quién es el nuevo presidente, cómo se hace la investidura…, partiendo del hecho incontestable de que la mayoría absoluta en ese Parlamento la tiene el independentismo? ¿No se plantea usted tomar ninguna iniciativa, reunirse con quien le parezca oportuno reunirse, plantear algo en el Congreso de los Diputados? ¿Tiene alguna idea en ese sentido en la cabeza o no?

Presidente.- Yo estoy cambiando constantemente y adaptándome a los cambios que también se producen en el mundo. De hecho, no es fácil encontrar un Gobierno que haya hecho tantas reformas como las que ha hecho el que yo presido. Francamente, no lo es, porque ha hecho reformas de leyes fundamentales como estabilidad presupuestaria, sector energético, donde tenemos que seguir trabajando, y una reforma del sistema financiero como no se había producido en más de cuarenta años en nuestro país.

En el tema de Cataluña, yo estoy dispuesto a hablar, y es mi obligación además, con el presidente de la Generalitat y estoy dispuesto a hablar con los grupos políticos, con lo que quieran, etcétera; solo hay una cosa que yo no estoy dispuesto a hacer, que es saltarme la Ley. Eso no lo voy a hacer, porque esa es mi primera y fundamental obligación. Un país que no tiene reglas de juego, o que las rompe, es un país que tiene muy serios problemas de futuro, porque la Ley, en el fondo, es la garantía de sus derechos, de los míos, de los derechos de los más débiles frente a los más fuertes. Donde no hay Ley, hay, y permítame que lo diga así, la de la selva, ¿no?, que es un poco la del antiguo Oeste: la del más rápido o la del más fuerte.

Por tanto, eso es lo único que yo no estoy dispuesto a hacer; en lo demás, desde luego, estoy dispuesto a hablar de todo, como siempre he estado dispuesto, pero conviene no olvidar lo que ha sucedido en España en los últimos tiempos. En España, lo que ha sucedido no ha sido un intento de diálogo por parte de la Generalitat de Cataluña, ha sido un intento de obligar al presidente del Gobierno a autorizar un referéndum ilegal y el presidente del Gobierno, con regulares apoyos, no pasó por ese chantaje ni por las amenazas subsiguientes. Eso no es bueno dejarlo a un lado.

C. Alsina.- Siempre que analizamos el resultado de las elecciones en Cataluña, y usted también lo hizo en el análisis ante la Junta Directiva de su partido, subrayamos todos que el independentismo no alcanza el 50 por 100; no tiene la mayoría social en Cataluña, que se queda por debajo del 50 por 100. ¿Si en algún momento el independentismo superara el 50 por 100 de los votos, eso cambiaría la lectura que usted hace de la cuestión catalana?

Presidente.- No, porque usted tiene perfecto derecho, como español, a opinar sobre Cataluña y yo, también, aunque haya nacido en Santiago de Compostela, igual que el señor Puigdemont tiene derecho tiene derecho a opinar sobre Santiago de Compostela en el supuesto, que espero que no se produzca nunca, de que alguien pretenda allí largarse a otro país, aunque ese no exista. Eso es la soberanía nacional, eso es España y eso es lo que parece que algunos no han entendido todavía porque, claro, aquí vivimos del eslogan y se dice: "oiga, derecho a decidir". Sí pero, cuando usted está hablando del derecho a decidir de los que viven en Cataluña, le está quitando el derecho a decidir sobre su país al resto de españoles que no viven allí y todos los españoles tenemos derecho a opinar sobre nuestro país, que es España. Por lo tanto, eso no cambiaría nada.

Hay fórmulas en la Constitución para liquidar la soberanía nacional, que es lo que se pretende con eso; pero quien tiene que opinar sobre la soberanía nacional es el pueblo español. Por lo menos, mientras yo sea presidente del Gobierno, eso va a seguir siendo así.

C. Alsina.- ¿Conoce usted Tabarnia, presidente? ¿Ha oído hablar de ella?

Presidente.- Sí, sí, he oído, y además nombran presidente… Pero vamos a ver si somos… Yo comprendo que haya gente que se enfade con estas cosas y que aparezcan estas iniciativas; pero yo soy el presidente del Gobierno y tengo que intentar solucionar las cosas con arreglo a esas leyes de las que tanto le he hablado a lo largo de la mañana de hoy.

C. Alsina.- Pero, si le resulta simpática la iniciativa de Tabarnia, tampoco pasa nada por decirlo.

Presidente.- Sí, supongo que, cuando la gente se enfada, lógicamente, ocurren esas cosas y la verdad es que… Claro, esto del derecho a decidir empieza en el pueblo español, que es quien lo tiene; pero, si empezamos a cortárselo, ya lo dejamos en manos de una sola persona que viva en eso que llaman Tabarnia o que viva en la Seu d'Urgell.

C. Alsina.- ¿Tiene usted interés en retrasar cuanto pueda el Debate sobre el Estado de la Nación o no?

Presidente.- No, no tengo ninguno. Desde luego, me gustaría hacerlo en primavera, una vez que ya tuviésemos las ideas claras sobre el Presupuesto. Creo que mezclar las dos cosas no es lo más razonable. Por lo tanto, habrá Debate sobre el Estado de la Nación y yo creo que primavera puede ser una buena época.

C. Alsina.- Ha nombrado usted a José Luis Ayllón como nuevo jefe de Gabinete en sustitución del señor Moragas. ¿Ha empezado usted una renovación de su equipo de Gobierno o solo se limita a cubrir la vacante de Moragas?

Presidente.- Como sabe usted, siempre que uno hace remodelaciones del Gobierno las cuenta al día siguiente porque, claro, no va a estar uno anunciándolo. Y la respuesta que le voy a dar es la que sabe usted que le voy a dar: no voy a remodelar el Gobierno.

C. Alsina.- Hasta que lo haga.

Presidente.- Como tantas y tantas cosas en la vida.

Efectivamente, ayer nombré a José Luis Ayllón. No es una remodelación. Esto responde a que Jorge Moragas ya llevaba mucho tiempo allí, tenía una buena oportunidad, él es diplomático, es su profesión, quería volver y yo, lógicamente, ¿qué le voy a decir? Darle las gracias por el esfuerzo y trabajo que hizo en momentos muy difíciles.

Creo que Ayllón es una persona adecuada, lo creo. Tiene experiencia en los temas parlamentarios, estaba como secretario de Relaciones con las Cortes, conoce mi partido, conoce muy bien Moncloa --ya estuvo en el Gabinete cuando Aznar era el presidente hace años-- y estoy convencido de que conoce la cuestión catalana, que es un tema muy importante ahora, y estoy convencido de que será un magnífico secretario de Estado. De hecho, pienso que la opinión pública lo ha recibido bien, con lo cual tendré que preguntarle qué es lo que hay que hacer para conseguir eso, ¿no?

C. Alsina.- ¿Se siente usted poco apreciado por la opinión pública?

Presidente.- No, no. Me siento muy apreciado. ¡Hombre!, depende de los sectores, con absoluta franqueza; pero creo que la últimas tres veces que nos presentamos a las elecciones, aunque yo iba encabezando la lista, conseguimos ser la primera fuerza política. Por tanto, si yo no me sintiera apreciado, figúrese los demás: pregúntele al señor Rivera, o al señor Sánchez, o al señor Iglesias. Esos ya estarían en la indigencia y, como yo no quiero que estén, pues creo que estamos todos en un nivel razonable.

C. Alsina.- Usted sabe, presidente, que en todas las entrevistas le preguntamos todos los periodistas si va a repetir usted como candidato a la Presidencia del Gobierno y usted siempre responde "yo me veo bien", que es su respuesta más habitual. Le quiero preguntar: ¿de qué depende la decisión? ¿Qué criterios va a manejar? Aparte de verse bien a sí mismo y de estar bien de salud, ¿qué valora usted para decidir si sigue siendo la persona indicada para dirigir el Gobierno de España o si, igual, ha llegado el momento de que algún otro habrá también capacitado y darle paso? ¿En qué se fija usted para tomar la decisión?

Presidente.- Por supuesto que personas capacitadas las hay, sobre todo, en mi partido, lo cual no quiere decir nada de los demás; no saquemos conclusiones que no responden a afirmaciones que yo no he hecho.

Hay una labor. Yo, lógicamente, en estas elecciones me volví a presentar porque el gran reto que teníamos al llegar al Gobierno era la recuperación de la economía. Vivimos la peor crisis económica de la historia de España. En la historia de España solamente hubo años de crecimiento económico negativo, uno y al siguiente ya se crecía; pero es que aquí fueron cinco y se perdieron tres millones y medio de empleos.

Los primeros años que yo estuve en el Gobierno fueron un espanto, los años 2012 y 2013. En 2014 ya por primera vez crecimos, poco, un uno y pico por ciento, y luego ya en 2015 estaba el 3 por 100 y dije: esto hay que continuarlo. Por suerte, 2016 y 2017 han ido bien

A mí lo que me gustaría era, que es el objetivo que nos hemos marcado para esta Legislatura, que veinte millones de españoles pudieran trabajar. Luego, me gustarían, y vamos en buena línea, contratos indefinidos, que cada vez haya más, y que los salarios puedan ir subiendo. Ya empezamos con la subida del Salario Mínimo: este año el 4 por 100, el que viene, el 5 por 100; el año siguiente, el 10 por 100. Y la recaudación va aumentando.

Creo que es importante mantener la política que hemos llevado a cabo, porque ha sido buena para España, y yo creo en esa política, y, por tanto, tendré que defenderla y me gustaría que continuara.

El tema catalán, también. En el tema catalán, por fortuna, hemos conseguido el consenso con el Partido Socialista y con Ciudadanos. Creo que hay mantenerlo. El consenso sobre un tema tan importante no es para veinticuatro horas. Creo que hay mantenerlo y todos deberíamos ayudarnos en Cataluña.

Ahora está el debate ese del Grupo Parlamentario, ¿no? Realmente, dejar sin voz al Partido Popular en Cataluña no es solo dejar sin voz al Partido Popular en Cataluña; es dejar con una voz menos a los partidos constitucionalistas. Creo que eso no es positivo. Yo le hubiera dado un Grupo Parlamentario a Ciudadanos en una situación similar; se lo hubiera dado, con franqueza.

Yo creo que estos son los dos asuntos más importantes. Me preocupa el tema europeo porque, aunque no esté mucho en los temas de la opinión pública, este es un tema capital.

Entonces, en la medida en que yo vaya viendo cómo se vayan produciendo los acontecimientos, intentaré repetir de candidato; pero mi idea, a fecha de hoy, es intentar repetir de candidato. Claro, tiene que querer mi partido y vamos a ver cómo evolucionan las cosas; pero yo, desde luego, lo intentaré, porque creo que caminamos en una buena dirección.

C. Alsina.- Tengo una pregunta que me ha dejado José Ramón de la Morena para usted, que dice: ¿Le ha decepcionado al presidente Rajoy Ángel María Villar? ¿Se ha sentido usted chantajeado por la FIFA? Era sobre esto que dijo Villar de a ver si la FIFA nos va a dejar fuera del Mundial de Rusia en protesta por las injerencias del Gobierno de España en la Federación Española de Fútbol.

Presidente.- Francamente, no voy a hacer juicio sobre las personas. Conozco a Villar desde hace mucho tiempo y nunca he tenido una mala relación con él; pero el Gobierno y, en este caso, la Secretaría de Estado del Deporte tienen que tomar las decisiones que crean que son buenas para el interés general.

En cuanto a la FIFA, claro, pretender decir que España se va a quedar fuera del Mundial de Rusia, permítame que lo diga, parece una broma. De hecho, nadie ha vuelto a hablar de ese asunto. Yo lo único que dije en su día es que, evidentemente, España iba a estar en el Mundial de Rusia y que el Gobierno de España no se puede dejar amenazar --que la FIFA no lo hizo-- por ninguna institución para defender los intereses legítimos, que lo pueden ser, de cualquier persona. Por lo tanto, en ese asunto yo estoy muy tranquilo.

C. Alsina.- Dijo usted más, dijo usted que íbamos a ganar el Mundial, acuérdese. ¿Ha cambiado de opinión?

Presidente.- No, no he cambiado de opinión. Creo que tenemos una oportunidad. Además, van a estar al final Alemania, que está siempre, Brasil y Argentina y poco más. La clave es encontrar a uno que meta goles. Esto es un problema difícil de resolver.

C. Alsina.- ¿Sería bueno para el fútbol español que Ángel María Villar ya dejara paso, se jubilara ya?

Presidente.- Yo no voy a entrar en esas cosas. Será bueno todo aquello que se haga con arreglo a las leyes y a los procedimientos, y responda a la voluntad de la gente del fútbol. Eso es lo que sería bueno.

C. Alsina.- ¿Qué le parece esta campaña que se ha iniciado en Estados Unidos --ha oído hablar de ella seguro-- que se llama "MeToo", mujeres que animan a denunciar los casos de acoso sexual públicamente y a los acosadores.

Presidente.- Yo creo que eso es positivo y creo que debe merecer el respeto y el apoyo de todos, porque no hay cosa más fuerte que intentar aprovecharse de la gente prevaliéndose de la fuerza.

C. Alsina.- ¿Vería usted con buenos ojos que a las empresas que discriminan salarialmente a las mujeres, que, desempeñando el mismo trabajo, cobran menos, se les sancionara, que se hiciera una iniciativa legal en ese sentido?

Presidente.- No. Yo creo que los gobernantes debemos ser muy cautos a la hora de saber cuáles son nuestras competencias y cuáles no, y, desde luego, no hay ninguna que sea el igualar salarios.

Sí tengo que decir que en España estamos dando, los están dando las empresas y los empresarios, muchos pasos en la buena dirección. Ya la diferencia salarial ha bajado cuatro puntos desde el año 2012 al año 2015, que son los últimos datos que tengo, y estamos mejor que la media de la Unión Europea.

En cualquier caso, siempre que se den pasos y siempre que se camine en la buena dirección hacemos cosas positivas. Probablemente, el ritmo debería ser más rápido; pero yo confío en que eso sea así. Ahora bien, que el Gobierno empiece a fijar los salarios de las empresas… No me vería yo diciendo lo que tienen que cobrar ustedes, por ejemplo, francamente.

C. Alsina.- ¿Ni siquiera diciendo que, si una mujer y un hombre hacen lo mismo, deberían cobrar lo mismo?

Presidente.- No nos metamos en eso, demos pasos en la buena dirección porque, normalmente, es cómo se resuelven mejor los problemas. Y ya le digo: España es de los países de Europa --los empresarios, ya no digo que sea una cosa del Gobierno-- que mejor está haciendo las cosas.

C. Alsina.- La última pregunta es de Fernando Ónega, que me ha dejado aquí apuntado. Fernando, al que usted conoce bien.

Presidente.- Sí, señor. Es gallego.

C. Alsina.- Los gallegos se conocen todos, ¿no?, entre ustedes.

Presidente.- Casi todos, sí.

C. Alsina.- Me ha dicho que, si da tiempo, le preguntara por Nicolás Maduro. Es que hay una declaración de esta madrugada del presidente de Venezuela… No sé qué le ha hecho usted al presidente de Venezuela, pero mucho afecto no creo que le tenga. Fíjese lo que ha dicho esta madrugada el presidente de la República venezolana sobre usted: "Es la élite, es la oligarquía racista, colonialista, que gobierna España. El Gobierno más corrupto que jamás se haya conocido en la historia de España lo preside Mariano Rajoy. Está obsesionado porque el pueblo venezolano lo que le ha dado es pela, pela y más pela, compadre. Mariano Rajoy, ponte en cuatro paticas, compadre, que este pueblo lo que te va a dar es pela".

Presidente.- No es, efectivamente, la primera vez que esto sucede. Ahora la Unión Europea ha aprobado unas sanciones muy merecidas, que son sanciones leves, por las brutales decisiones y por la forma de entender la democracia que tiene el señor Maduro.

Yo creo que España tiene una obligación para con mucha gente, muchos venezolanos y muchos iberoamericanos, por razones históricas, por razones de presente y por razones de futuro: viven más de doscientos mil españoles allí. Venezuela, hoy, se ha convertido en el primer país del mundo cuyos nacionales piden asilo en España. Y yo lo único que quiero para Venezuela es democracia, libertad, derechos humanos, que se respete a las personas y que los presos políticos salgan a la calle. Quiero exactamente para los venezolanos lo mismo que quiero para los españoles.

Por tanto, sí me parece sensato y razonable que la Unión Europea se ocupe de este tema y que España lo lidere porque es su obligación, porque alguien tiene que ayudar a personas que están siendo tratadas como están siendo tratadas en Venezuela. ¿El resto de los comentarios? Francamente, me traen sin cuidado.

C. Alsina.- Aclaro a los oyentes que lo de "la pela" es la manera en la que allí se dice dar una azotaina. Hemos hecho una investigación esta madrugada.

Antes de despedirle, tengo una noticia del diario "El País" que dice: "El Gobierno impedirá que Puigdemont entre en la sede de la Generalitat en Bruselas para reunirse con Torrent, el president del Parlamento". El Gobierno, en aplicación del 155, sigue tomando las decisiones sobre las sedes de la Generalitat de Cataluña, los edificios que dependen del Gobierno autonómico. Entiendo que el Gobierno lo que no va a permitir es que el señor Puigdemont utilice la sede de la Generalitat de Cataluña en Bruselas para su reunión con el president del Parlament.

Presidente.- Creí que era el Parlamento, porque en el Parlamento Europeo en yo creo que sí puede entrar. Creo, no estoy en condiciones de…

C. Alsina.- Es la Oficina de la Generalitat de Cataluña en Bruselas.

Presidente.- ¡Ah!, la Oficina de la Generalitat de Cataluña. Esa, sí; esa no la hemos cerrado, la tiene en muchos sitios. Yo desconozco esa decisión que habrá tomado el responsable político competente y no me parece mal. Esto es como lo que hablábamos al principio: el presidente del Gobierno está en muchos temas, pero es imposible estar en todos, igual que los presidentes de los partidos están en muchos temas, pero hay otros que no los conocen. Eso es ley de vida y, fíjese, aquí hemos tenido un ejemplo.

C. Alsina.- Presidente Rajoy, le agradezco que nos haya acompañado este rato largo. Este año no le pregunto por las películas de los Goya para no…

Presidente.- Pues me lo traía preparado, fíjese, y las de los Oscar. Aquí las tengo, como pregunto…

C. Alsina.- ¿Ha visto usted alguna de ellas?

Presidente.- No, es que no he tenido tiempo. Todavía no se han estrenado en España.

C. Alsina.- Sí, se han estrenado, presidente.

Presidente.- ¿Las tres?

C. Alsina.- La de los "carteles", sí; la del "Agua" creo que no.

Presidente.- La del "Agua", no. "Dunkerque" se ha estrenado.

C. Alsina.- "Dunkerque" es una película bien interesante sobre… Dunkerque.

Presidente.- Fíjese, si le hubiera preguntado yo si las vio y me dice que sí, y le hubiera dicho: y, entonces, "La forma del agua" ¿Dónde la vio?

C. Alsina.- Presidente, gracias por habernos acompañado.

Presidente.- Muchas gracias. Ha sido un placer.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)

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