Intervención del presidente del Gobierno en el Foro Grupo Joly.

11.5.2018

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Cádiz

D. José Joly, presidente del Grupo Joly. D. Braulio Medel, presidente de la Fundación Unicaja- D. David Fernández, director del Diario de Cádiz, señora ministra, señora presidenta de la Diputación, señor obispo.
Señoras y señores, queridas amigas y amigos.
Para mí es un gran honor participar en el Foro Joly de Andalucía, sin duda alguna, una de las tribunas más prestigiosas de España.
Es una satisfacción hacerlo además para clausurar los actos de celebración del 150 aniversario del Diario de Cádiz, que se han venido desarrollando -como hace un momento nos contaba su presidente- a lo largo de los últimos meses.
Además de la felicitación por ese cumpleaños y esa longevidad que tan pocos proyectos periodísticos consiguen alcanzar, es obligado también reconocer en el Diario de Cádiz una vocación editorial que supuso, desde el momento de su nacimiento, un planteamiento innovador. Es el primer periódico que nace independiente de posiciones políticas y que prima la información sobre la opinión. Tal vez por eso, por haber sido capaces de adelantarse a su tiempo, podemos celebrar hoy esos 150 años de historia.
Y en esa misma línea de anticiparse a las inquietudes de los gaditanos, nació, hace casi 15 años, el Foro Joly, que hoy nos convoca. Un foro que siempre ha respondido a su vocación declarada de "vislumbrar soluciones para aquellos asuntos que más preocupan a los ciudadanos".
Señoras y señores, es un honor estar en esta tribuna, y además es un placer volver a Cádiz. Y más aún en este año 2018, en el que celebramos los 40 años de nuestra Constitución.
Cádiz es la ciudad santuario del Constitucionalismo español, y este Oratorio de San Felipe Neri es, sin duda, su gran templo.
Aquí comenzó la historia constitucional de España, con aquellas Cortes de Cádiz que sentaron las bases políticas de la España contemporánea. Lo hicieron, literalmente, bajo el fuego del enemigo. Pero consiguieron definir las ideas claves del constitucionalismo español:
La idea de una tradición de instituciones libres.
La soberanía de la Nación, que afirmaba su independencia y su derecho a disponer de su destino.
La libertad de expresión, que permitió dar el primer paso para identificar a la Nación con sus representantes, responsables ante el pueblo.
La restauración de las Cortes como órgano de representación.
La defensa de la libertad y de la igualdad de todos los españoles ante la Ley.
Como escribió con acierto Pérez Galdós en su Episodio Nacional dedicado precisamente a aquellas Cortes: "El reloj de la historia señaló con campanada, no por todos oída, su última hora, y realizóse en España uno de los principales dobleces del tiempo".
Pues bien, las aspiraciones y sueños que en 1812 nacieron en Cádiz fructificaron, al fin, en la Constitución de 1978,- otra de esas "dobleces del tiempo"- la cual alumbró la España actual, la mejor España de la Historia.
Porque, en los últimos 40 años, España, uno de los tres Estado-nación más antiguos de Europa, se ha convertido en una democracia ejemplar, con un Estado de derecho fuerte que garantiza los derechos y las libertades de sus ciudadanos.
La transformación de España -aunque algunos no se lo crean- en los últimos 40 años ha sido increíble. Miremos el aspecto de la realidad que miremos. Comparemos los datos y estadísticas que comparemos.
La España constitucional es uno de los países que más se ha desarrollado y avanzado en las últimas décadas, llevando progreso y bienestar a la vida de los españoles, de un modo antes desconocido en nuestra Historia.
En economía, la transformación, en estos 40 años, ha sido radical. Hemos multiplicado nuestro PIB por más de seis, y nuestra renta per cápita por más de cinco, convirtiéndonos actualmente en la decimocuarta economía del mundo y en la cuarta de la Unión Europea.
Somos una de las economías más competitivas del mundo. Según la OMC, el decimosexto exportador de bienes y el undécimo de servicios del planeta.
Somos, además, uno de los destinos más atractivos para la inversión. España ocupa la posición número quince como receptor de inversión extranjera directa.
Y, al mismo tiempo, somos un importante inversor en el resto del mundo. En América Latina, en concreto, ocupamos la segunda posición.
Las empresas españolas acometen la realización de algunas de las obras públicas más ambiciosas de nuestro tiempo. España es, además, uno de los países con mejores infraestructuras del mundo. Tenemos más kilómetros de autovías y autopistas que ningún país europeo (por sorprendente que eso pueda parecer), más de 16.000. Gozamos de la segunda red de alta velocidad ferroviaria del mundo, tras China. Y tenemos unos magníficos puertos y aeropuertos, así como unas infraestructuras digitales que están a la vanguardia y que se han desarrollado exponencialmente en los últimos años.
Y estas infraestructuras -unidas a nuestra oferta única de recursos naturales y culturales y a nuestro gran desarrollo social y económico- han hecho que el Foro Económico Mundial haya vuelto a elegir a España como el destino turístico más competitivo del mundo. Y en 2017, nuestra industria turística ha vuelto a batir todos los records. Somos el segundo país más visitado del mundo, tras Francia, y el segundo que más recauda por turismo, tras EE UU.
Pero el cambio en nuestro país en estos cuarenta años tiene también otras muchas caras y otras muchas expresiones. España y los españoles gozamos hoy de un Estado de bienestar como el que existe en muy pocos lugares. Repito, un Estado de bienestar como existe en muy poco lugares. Nuestras pensiones, sanidad, educación y prestaciones sociales son de las mejores. Permítanme que me detenga en una de ellas: la Sanidad Pública que, según los rankings más recientes, es una de las mejores del mundo.
Somos, desde hace ya 25 años, líderes mundiales en donación y en trasplante de órganos, y en 2017 hemos vuelto a batir todos nuestros records. A nadie se le escapa lo que esto significa, primero sobre el carácter solidario de los españoles, y, segundo, sobre el nivel de excelencia y calidad de nuestra medicina. Somos también el segundo país con la esperanza de vida más alta del mundo, tras Japón. Este es otro de esos datos que admiten pocas discusiones.
Señoras y señores, vemos que el progreso económico y el bienestar de la España actual es indiscutible, pero la Constitución de 1978 nos trajo otros muchos bienes. Nuestro papel en el mundo también se ha reforzado. Ingresamos en la Unión Europea -donde formamos parte del Euro desde el primer momento- y también en la OTAN. Además, en los últimos 40 años hemos formado parte en cinco ocasiones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, hemos conseguido asiento en el G-20 y fomentado las Cumbres Iberoamericanas -una de ellas se celebró aquí, en Cádiz, hace seis años casi; yo estuve aquí- y además, hemos fomentado también otros foros como la Unión por el Mediterráneo. Somos un país cuya voz cada vez tiene más eco en el mundo.
Nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han hecho de España uno de los países más seguros del mundo, y han sido esenciales en la victoria del Estado de Derecho contra el terrorismo de ETA. Una victoria de España y de los españoles que estará siempre coronada por la dignidad y por la memoria de las víctimas.
Son muchos los ejemplos y las materias en los que podría extenderme. Muchas las diferencias entre la España de hoy y la de 1978. Pero permítanme dos últimas referencias.
Las españolas han roto todos los límites y techos de cristal y se han incorporado con fuerza al mercado de trabajo. En esta legislatura, España ha alcanzado el número más alto de mujeres trabajando de toda su historia. Y gracias a datos como ese, hoy, en España, la igualdad entre hombres y mujeres no es sólo un derecho irrenunciable, sino una realidad que día a día se va fortaleciendo y en la que tenemos que seguir trabajando.
Segundo comentario. Tenemos un inmenso tesoro: la lengua española. Una lengua que no es sólo nuestra, que compartimos con nuestros hermanos de América y que es cada vez más universal. Cada día es más fácil encontrar gente con la que entendernos en cualquier rincón del mundo.
En suma, señoras y señores, les doy mi opinión: somos un gran país, aunque algunos están empeñados en afirmar lo contrario, y somos un gran país, y lo hemos conseguido juntos. Los españoles, los partidos políticos que han gobernado, los que han ayudado a gobernar, los agentes sociales y por supuesto, la sociedad civil.
Creo que es bueno decir y repetir estas cosas y hablar con orgullo de nuestra nación, sobre todo, ante tanto analista y tanto adanista -que son conceptos distintos, como saben- que se muestran entusiasmados con el "cuanto peor mejor". Porque estoy convencido de que es bueno que estemos orgullosos todos los días de la España que entre todos hemos construido.
Y también de la que estamos construyendo en el presente, afrontando y superando los dos grandes retos que se le han planteado a nuestro país en los últimos años: el reto de la crisis económica y el reto independentista. Dos desafíos de los que España ha salido y saldrá más, y si no al tiempo, fortalecida.
De 2009 a 2013, España encadenó cinco años consecutivos de recesión, algo que jamás había ocurrido en nuestra Historia. El 10 % de nuestro PIB, que se dice pronto, se esfumó y más de 3.800.000 personas, que también se dice pronto, perdieron su puesto de trabajo, hasta llegar a superar la cifra terrible de seis millones de parados. Las Administraciones Públicas redujeron su recaudación en 70.000 millones de euros. Señoras y señores, hablo de reducir la recaudación de las administraciones en 70.000 millones de euros. Parte del sistema financiero --y no la entidad que dirigía el señor Medel--, estuvo a punto de quebrar. Y una prima de riesgo por las nubes (639 puntos en 2012) provocó que administraciones y empresas tuvieran enormes problemas para financiarse en los mercados. Nuestra economía acumulaba toda suerte de desequilibrios y tenía un gravísimo problema de competitividad.
En 2012 la pregunta que todos hacían no era si España solicitaría el rescate, sino cuándo. Basta consultar las hemerotecas para ver lo que unos y otros decían y lo que hizo el Gobierno. Repito: basta con consultar las hemerotecas. Nosotros sabíamos que el rescate sería un golpe letal para nuestro Estado de bienestar, como lo fue para algunos países de nuestro entorno, y sería también un golpe letal para la soberanía económica y el crédito de España. Y lo evitamos, con el esfuerzo de los españoles, y si me lo permiten, con una política económica acertada.
El Gobierno actuó con dos herramientas fundamentales: la consolidación fiscal, --controlar las cuentas públicas--, y las reformas estructurales, y eso hizo que a partir de 2014 cambiase la situación y que a cinco años de recesión, le hayan seguido cinco años, incluido este 2018, de fuerte crecimiento económico, por encima de la media de la Unión, y por encima de los grandes países de la zona euro.
En 2017, el año pasado, se crearon más de 600.000 puestos de trabajo, y ello hizo que recuperásemos el 70% del empleo destruido durante la crisis -aún nos queda- y nos acercásemos a los 19 millones de personas ocupadas. Esto hace que estemos ya cerca de alcanzar el objetivo de los 20 millones de españoles trabajando a finales de 2019, que es el gran objetivo que nos marcamos al principio de esta legislatura.
Mejoraron las cifras de desempleo juvenil, que siguen siendo muy altas; la de los parados de larga duración, que siguen siendo muy altas, y, al mismo tiempo, disminuyeron los hogares con todos sus miembros en paro. Y, como les he dicho antes, el empleo femenino ha alcanzado cifras récord.
Hemos reducido, además, el déficit público, año a año, y en 2018 también lo haremos, dejándolo en el 2,2 %, y abandonaremos así el procedimiento de déficit excesivo. Y todo esto lo hemos conseguido manteniendo nuestro Estado de bienestar.
Para seguir en esta línea estamos trabajando ahora, como bien saben, en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2018. La mayoría con la que cuenta el Gobierno hace que sean necesarios los acuerdos con otros grupos parlamentarios. Necesitamos, al menos, el voto favorable de siete partidos. En eso estamos. Logramos reunir una mayoría para aprobar los Presupuestos del año pasado, y esperamos reeditar de nuevo aquellos acuerdos para aprobar los de este. De momento, hemos superado los primeros escollos de la tramitación parlamentaria y trabajamos con intensidad para terminar bien lo ya empezado.
Los Presupuestos, en Andalucía, supondrán una inversión de 1.478 millones de euros, un 28% más que el año anterior.
Nuestro compromiso con esta Comunidad Autónoma es total, como ha quedado de manifiesto en diferentes ocasiones. También en los recientes temporales de febrero y marzo. Para que se hagan una idea, del programa de ejecución de obras de emergencia para reparar las playas dañadas en toda España, dotado con 40 millones de euros, 35,67 millones irán destinados a las costas andaluzas. De ellos, 20 millones a las costas de esta provincia de Cádiz, que se han aprobado en el Consejo de Ministros de hoy. Y 10 millones a las costas de la provincia de Huelva, que, en compañía de la presidenta de la Junta de Andalucía, visité en aquellos momentos difíciles.
Y del presupuesto que el Estado destina a Andalucía, quiero destacar el capítulo de infraestructuras, donde las inversiones previstas colocan a esta región en la segunda posición en el ranking por Comunidad Autónoma y muy por encima de la media nacional.
Creo que es fundamental que logremos aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Porque son unos Presupuestos que consolidan la recuperación y que compensan algunos de los esfuerzos que se le pidieron a la sociedad española. Algunos.
Queridas amigas y amigos, en los próximos tres años -si hacemos las cosas razonablemente, claro- según todas las previsiones, España seguirá creciendo a una media del 2,5% y creando medio millón de puestos de trabajo al año. El déficit seguirá bajando, y en 2020 España se encontrará en una situación próxima al equilibrio presupuestario, que es a lo que debemos aspirar. Y esta reducción del déficit permitirá que la Deuda Pública se reduzca en siete puntos porcentuales.
Pero para que estas previsiones se cumplan, es inexcusable -como es muy fácil de comprender- mantener el rumbo de España.
Señoras y señores.
El segundo reto que les cité es el desafío secesionista en Cataluña. En estos años hemos tenido que responder al mayor desafío que puede afrontar un país: el ataque a nuestra soberanía nacional.
El Gobierno ha dado una respuesta constitucional. El Gobierno ha respondido con prudencia, con responsabilidad, con moderación, pero con total determinación, y ha aplicado el artículo 155 por primera vez en nuestra Historia.
Respondimos al desafío con políticas de Estado. Contamos con el respaldo de quienes creemos que los derechos de todos se defienden desde la Ley. Tuvimos que negociar y ceder. Por supuesto. Pero hicimos lo que nadie hasta ahora había hecho para restaurar la Constitución que algunos quisieron expulsar de Cataluña.
Tomamos la decisión juntos. Y haré cuanto esté en mis manos para mantener el consenso entre los partidos que decidimos la aplicación de ese artículo 155, aunque eso me obligue a tener que no decir algunas cosas.
Hoy Cataluña está mejor. Cuando se planteó la posibilidad de recurrir al artículo 155, muchos, incluidos algunos que luego lo apoyaron, alertaban de consecuencias apocalípticas.
Pero no hay excusas cuando se trata de aplicar la ley. Y nosotros hemos cumplido con nuestra obligación y hemos puesto en marcha todas las medidas para defender la unidad, la libertad y la igualdad en España.
Ahora los independentistas han comprobado que la primera obligación de cualquier persona -también y sobre todo los gobernantes- es respetar la ley. Y que quien no lo hace responde ante los Tribunales de Justicia. Porque la ley manda más que cualquier presidente, que cualquier partido y, sobre todo, que cualquier propósito. Y en España se pueden defender todas las ideas, absolutamente todas, sean cuales sean, pero han de defenderse dentro de la ley, porque si no, se rompe la convivencia, y si no, se rompe la civilización.
Y precisamente, porque hemos demostrado que sabemos defender nuestra democracia, hoy España es un país más fuerte. Los mecanismos que tuvimos que desarrollar para responder al desafío nos refuerzan de cara al futuro. El 155 ya no es sólo un artículo de la Constitución, es también un precedente y es un procedimiento que quedará para el futuro si fuera necesario. Y yo espero y deseo que no vuelva a ser necesario nunca.
Es necesario que el Parlament de Cataluña elija en una investidura a un presidente legal, que se ponga en su sitio y que gobierne con normalidad. Se debe imponer la sensatez, el sentido común y la legalidad, porque en la Generalitat hace falta un presidente que saque a Cataluña de la excepcionalidad, que garantice la convivencia y que gobierne para todos.
Señoras y señores,
Ahora existen muchos debates, todos ellos, o casi todos, acalorados y muchas veces poco fundamentados. Pero yo quiero, aquí en Cádiz, en Andalucía, poner en valor nuestro modelo constitucional, nuestro Estado de las Autonomías, que nació del pacto y de la lealtad. Andalucía es un ejemplo de esa lealtad institucional, de esa manera de entender España desde la cohesión y la solidaridad. Y frente a quienes quieren liquidar ese modelo, por exceso o por defecto, Andalucía en un ejemplo de su éxito.
Nuestro país es un país muy complejo en su estructura territorial, pero nunca ha sido obstáculo para nuestro progreso como Nación. Siempre hemos avanzado desde la lealtad y desde el diálogo. Debatiendo nuestras diferencias y buscando acuerdos para solucionarlas y así debe seguir ocurriendo en el futuro. No debemos renunciar a ello porque un grupo de dirigentes políticos haya decidido romper la convivencia y la Constitución. Las leyes se han restablecido, los responsables están respondiendo ante la justicia de sus actos, y los demás, todos, debemos hacer un esfuerzo para superar con grandeza y con madurez este episodio. Repito, superar con grandeza y con madurez este episodio.
Y la mejor forma de hacerlo es seguir hablando y dialogando sobre los asuntos que nos harán mejores en el futuro. Y tenemos una ocasión extraordinaria de hacerlo y lanzar un mensaje de tranquilidad a los españoles. Por ejemplo, pactando un nuevo sistema de financiación autonómica, en el que se basan los principales servicios públicos de nuestro país.
Señoras y señores.
Como les decía anteriormente, nuestro éxito democrático y constitucional ha tardado demasiado en producirse. No fraguó hasta 1978. Pero como señalé al comienzo de esta intervención, todo empezó hace 206 años, aquí, en Cádiz.
Fueron las Cortes de Cádiz las que, por primera vez en la historia de España, reconocieron la libertad de imprenta. Y fue aquí, en Cádiz, donde se inauguró el primer régimen de opinión pública genuinamente democrático en lengua castellana de la Historia.
En Cádiz llegaron a editarse más de 100 periódicos durante los debates constitucionales, que eran abiertos a la prensa y al público. Este hecho contrasta con la opacidad de las sesiones que celebraron los padres de la patria norteamericana: con la puerta cerrada a cal y a canto. De hecho, las primeras revelaciones se conocieron décadas después, cuando Madison hizo públicos sus diarios.
Todo eso unido, creó un hito del periodismo que forjó la tradición que Cádiz, Andalucía y el conjunto de España, atesoran en esta materia.
Y el Grupo Joly es acreedor de esa tradición y también una buena muestra de ella.
No en vano, en 1867, lo hemos escuchado aquí esta mañana, cuando Federico Joly Velasco funda el "Diario de Cádiz", la primera cabecera del que hoy es un grupo multimedia con gran implantación, lo hace al calor del esplendor cultural, político y periodístico que dejó como legado el brillante periodo constituyente gaditano.
Ahora, señor presidente del Grupo Joly, vivimos en un mundo global, con acceso instantáneo a información en múltiples formatos. Y se han abierto múltiples debates. Entre ellos el de eso que llaman las "fake news" o la "post-verdad", e incluso las "pre-verdades", que de todo hay en la viña del Señor.
La responsabilidad de los medios de comunicación es hoy mayor que nunca, porque la mentira, cuando es instantánea y global, es más difícil de vencer.
Estoy convencido de que la democracia es el régimen de la verdad. La libertad de elección de los ciudadanos se basa en la confrontación de opiniones basadas en información veraz. Y ahí, el trabajo de los medios de comunicación es fundamental, porque en una democracia la información es sagrada, pero debe ser libre y veraz. Porque cuando la desinformación oscurece el juicio de los ciudadanos, la democracia, sencillamente, se acaba. La democracia no puede vivir sin la verdad, por la misma razón por la que el totalitarismo no puede vivir sin la mentira.
Por eso, quiero terminar mi intervención alentando el buen periodismo, el que se ejerce en libertad y el que se hace con rigor y con profesionalidad. El periodismo de verdad. El que persigue la verdad y el que persigue a la mentira.
Señoras y señores, yo les he ofrecido mi verdad, la mía y la de mi Gobierno. Personas que intentamos poner siempre el interés de España por encima de cualquier otro. Acertaremos o no acertaremos, pero esta es la gran verdad que uno aprende en la política y en el Gobierno. Esta es la gran verdad que nos ha permitido a todos los españoles, a lo largo de estos 40 años, que yo quiero reivindicar hoy aquí, porque es de justicia, así como a tantos y tantos españoles, y tantos y tantos gobernantes que han hecho un esfuerzo durante este tiempo, para que ahora vengan algunos a decir que el mundo empieza con ellos, quiero reivindicarles a todos y decir que podemos aspirar a un mejor futuro para nuestra gran Nación, que es España.
Muchas gracias.
P.- Muchísimas gracias, señor presidente. Si le parece pasamos al coloquio, comenzando con unas preguntas vinculadas al ámbito económico. Como ha dicho antes, España ha crecido al 3%, por encima de los países del entorno, durante varios años y la pregunta sería: ¿hacen falta más reformas para sostener el crecimiento o podemos respirar algo más tranquilos?
Presidente.- España ha crecido. Creo que hoy nadie discute que el grueso de la crisis se ha superado. Todavía hay algunas cosas que debemos recuperar. Lo que yo creo que hay que hacer, en síntesis, es mantener una política económica como la que hemos llevado a cabo a lo largo de estos últimos años, por una única razón, no porque sea la nuestra, sino porque ha funcionado, como todo el mundo sabe.
¿Qué tres cosas creo yo que hay que hacer fundamentalmente en el futuro? En primer lugar, mantener la política de consolidación fiscal. Es decir, es un compromiso nuestro con Europa. Es algo que figura en el Tratado Fiscal de la Unión Europea, que nos obliga. Pero además es algo que es fundamental si queremos evitar que se produzcan acontecimientos tan indeseables como los que hemos vivido a lo largo de la crisis económica. España llegó a tener un déficit público del 11%. Yo recuerdo, cuando llegamos al Gobierno, que nuestro déficit público era del 9,3%. Ahora está en el 3,1 y pretendemos que este año ya esté por debajo del 3. No se puede vivir ininterrumpidamente, ni desde el Gobierno, ni en la casa de nadie, ni en una empresa, gastando mucho más de lo que se ingresa. Eso termina necesariamente, más tarde o más temprano, en una situación de quiebra, a la que España estuvo a punto de llegar. Por tanto, mantener las políticas de consolidación fiscal y no gastar por encima de lo que se ingresa.
En segundo lugar, reformas estructurales. Se han hecho muchas reformas importantes a lo largo de la última legislatura: el sistema financiero, la reforma laboral… Creo que hay que seguir profundizando en las reformas, pero también me parece muy importante otra cosa, que es: no debemos dar marcha atrás en las reformas que se han hecho. Eso sería un enorme error y eso es algo que no generaría confianza. Es más, haría que España perdiese mucha confianza. Por tanto, eso es importante. Gracias a esas reformas, nuestra prima de riesgo, que llegó a ser, como he dicho en mi intervención, de 639 puntos, ahora es de 70. Y antes, se financiaban los que podían, porque hubo varias Comunidades Autónomas que tuvieron que ser ayudadas por el Estado porque nadie les prestaba los mercados. Nos financiamos a precios muy altos y ahora nos podemos financiar a diez años al 1 y pico %. Esos son las consecuencias de la reforma y de generar credibilidad y confianza. Ya sé que eso no es grato y que uno a veces tiene que tomar decisiones que son difíciles, pero al final las decisiones difíciles, si están bien orientadas, acaban produciendo, como estamos, viendo efectos beneficiosos para la gente.
Son importantes, a partir de ahora, --y hemos intentado en los Presupuestos Generales del Estado atender esas necesidades--, mejorar las infraestructuras, con el objetivo capital de mejorar la competitividad de la empresa, que sirve para crear empleo y más bienestar y riqueza. Es muy importante la revolución digital. Ese es un reto. España ha llegado siempre tarde a las grandes revoluciones que se produjeron en la historia. En este caso no vamos a llegar tarde. Somos el tercer país del mundo en fibra óptica. Vamos a hacer un esfuerzo: ya hemos empezado en el presupuesto de este año 2018 para que la fibra óptica llegue a todos los pueblos de España, para consagrar así el principio de igualdad de oportunidades. La igualdad en materia digital es capital. Hoy quien no esté en el mundo digital corre el serio riesgo de no estar en el mundo y de tener problemas graves.
Hay que hacer un gran esfuerzo también en materia de formación. Sin duda alguna es un tema capital. A más formación más empleo. Hay que dedicarle más dinero a becas y a las ayudas al estudio. Esos son los temas en los que en estos Presupuestos ya podemos llegar.
P.- Presidente, pero para recuperar el terreno perdido, para alcanzar la inclusión en la igualdad, ¿qué recetas, qué mecanismos tiene pensado el Gobierno para garantizar la igualdad, la inclusión, el empleo?
Presidente.- El mayor factor de desigualdad en una sociedad lo provoca el desempleo. La mayor desigualdad es la que hay entre aquel que tiene un empleo y aquel que queriendo trabajar y tener un empleo no lo consigue. Eso es algo que muy pocas personas ponen en tela de juicio. Comprenderá usted que cuando en una crisis se pierden 3.800.000 empleos, los índices de desigualdad, las estadísticas, como queramos llamarlas, se disparan. Y también, comprenderán ustedes que cuando durante cuatro años se crean, al menos, 500.000 puestos de trabajo al año, se están reduciendo. Eso es lo que en este momento se está produciendo en nuestro país. Creo que es un dato muy positivo, los índices europeos, el Gini, el AROPE, están mejorando mucho, y ese es uno de los retos en los que debemos seguir perseverando en el futuro.
P.- Finalmente subirán las pensiones, aunque las protestas siguen en la calle. ¿Por qué ha cambiado el Ejecutivo de criterio y si este desembolso extraordinario, como advierten desde Europa, presidente, podría agravar el déficit?
Presidente.- No. Vamos a ver. Yo me presenté a mi primer debate de investidura en diciembre del año 2011. Era conocedor de cuál era la situación económica de nuestro país y en ese primer debate de investidura, 19 y 20 de diciembre exactamente del año 2011, dije que yo me comprometía a que había dos partidas que no las iba a bajar. Solo dos. Dije que las demás no podía comprometerme a no bajarlas. Eran las pensiones y el seguro de desempleo. Y no bajaron. Siendo yo presidente del Gobierno, jamás bajaron las pensiones. Es verdad que las subimos poco. Pero es que en la situación en la que estábamos y viendo lo que estaba sucediendo en otros países que estaban en una situación similar, donde se les obligó a bajar, en algunos casos, las pensiones hasta el 40%… Créame que fue, sin duda, una decisión muy difícil de llevar a cabo. Ahora ya podemos subir las pensiones y hemos anunciado una subida del 3% para las pensiones más bajas y una subida también de la base reguladora de las pensiones de viudedad del 52 al 56. Igual que ahora ya podemos subir el sueldo a los funcionarios, igual que ahora ya podemos subir el salario mínimo. Pero conviene no exagerar las cosas para no cometer los errores del pasado.
Las pensiones es, sin duda, uno de los grandes debates que tenemos de cara al futuro. Les voy a dar un dato que a lo mejor les resulta sorprendente: si yo hubiera congelado las pensiones, si este año no hubiera una subida, el gasto en pensiones hubiera aumentado en 3.800 millones de euros, simplemente por el número de personas que cada año se incorporan al sistema. Sin subirlas son 3.800 millones de euros. Nosotros en nuestras negociaciones con otras fuerzas políticas hemos decidido aumentar también en el 1,6%, --no en el 3 como las más bajas y las no contributivas--, el resto de pensiones. Creemos que podemos mantener el déficit. Creo que hay un dato muy positivo: el hecho de que la economía española vaya bien y genere confianza hace que los gastos e intereses de la deuda estén bajando mucho. Hay que estudiar también algunas fórmulas, pero creo que estamos en condiciones y así se lo hemos hecho saber a la Comisión Europea de tener un déficit público este año del 2,2%.
P.- A pesar de la buena gestión económica, que es indudable, las encuestas indican una tendencia al alza, por ejemplo, de Ciudadano, en detrimento no sólo del PP, sino de otras formaciones. ¿Por qué cree que parte de la del electorado de su partido del PP ha desconectado, a pesar de esa gestión económica tan brillante?
Presidente.- Porque no todo en la vida es gestión económica. Pero, sin embargo yo le diría una cosa. Y se lo recomendaría a todos. Lean ustedes las encuestas que se publicaron en España antes de las elecciones de diciembre de 2015 y antes de las elecciones de junio de 2016. Es que en alguna ocasión éramos la cuarta fuerza política. Yo recuerdo incluso, además ayer lo comenté en una televisión, que en febrero de 2016 se me hizo una entrevista en una televisión y se me dijo "oiga, fíjese usted como van las encuestas -había elecciones dentro de cuatro meses-- le va a pasar a ustedes como la UCD. Cuatro meses después todos los partidos políticos bajaban y el Partido Popular subía en catorce escaños. Por tanto, vamos a esperar a la buena encuesta cuando se convoquen las elecciones y cuando los ciudadanos tengan que votar. Pero creo que el Partido Popular ha hecho un esfuerzo. Eso sin duda alguna tiene un coste. También ha tenido coste por algunos episodios de corrupción que ahora se reiteran todos los días en los juzgados. Pero este es un partido que lleva ya 40 años de servicio a nuestro país, que ha sabido estar en el Gobierno, que ha sabido estar en la oposición y que realmente siempre se le llama en las situaciones más difíciles y más complejas y los afrontamos muy orgullosos de hacerlo porque es nuestra obligación.
P.- Según el último barómetro del CIS, ha repuntado la preocupación de los españoles por la corrupción. Muchos políticos, usted entre ellos, lamentan con razón que se meta a todos en el mismo en el mismo saco. Pero quizá el problema, quizá, podría estar en que cuando hay algún caso vinculado a la corrupción, por lo general y sin fisuras, pese a las evidencias, los políticos arropan a la persona en cuestión hasta que quizás es demasiado tarde. ¿Qué se podría hacer, qué podría hacer la clase dirigente para tratar de atajar este problema con la corrupción, presidente?
Presidente.- Mire, yo tengo una opinión y no tengo ningún inconveniente en trasladársela a todos ustedes. Los políticos son seres humanos que se dedican a la política, y en la política hay de todo. Como en tantas y tantas facetas de la vida, como lo habrá en el periodismo, a buen seguro. No está escrito en ningún sitio que ni todos los políticos sean malos o buenos, ni todos los periodistas sean buenos o malos y podría extenderme y nombrar aquí a otra serie de profesiones. Yo les digo una cosa: yo llevo ya algunos años en la vida política. He empezado de concejal de pueblo y he sido también diputado provincial y diputado regional y he conocido a muchísimos gobernantes y a muchísimos políticos. Y he visto a mucha gente trabajando durante muchas horas. La inmensa mayoría, sobre todo, en los pequeños municipios de Galicia, que lógicamente es lo que más conozco, sin cobrar un euro. Y son personas que no se merecen el juicio, a veces despiadado, que se hace, erróneo, cuando se generaliza sobre todas las personas. Hay políticos en todos los partidos, honrados la mayoría, y hay políticos, en todos los partidos, que no lo son, la minoría. ¿Qué tenemos que hacer? Ya me gustaría a mí tener la varita mágica, pero yo desde luego he propiciado muchas reformas en el Congreso para prevenir, que es lo mejor en general en cualquier faceta de la vida, y para evitar que algunas de las conductas que se han producido en los últimos tiempos se produzcan o, al menos, sean más difíciles que se produzcan.
En cualquier caso, yo creo que todo lo que estamos viviendo ahora que se ha producido, en muchos casos ya hace tiempo, son una excelente vacuna para el futuro.
P.- Bueno, Puigdemont por fin ha designado un candidato sin cargas judiciales para presidir la Generalitat, ¿qué le parece el señor Quim Torra, del ala más radical de los independentistas? Se lo pregunto a la vista de sus comentarios en Twitter: entre sus aficiones está insultar a los españoles…
Presidente.- Mire yo le voy a decir que no lo conocía. Se lo digo con absoluta franqueza. Lo que he conocido, entre otras cosas los tuits a los que usted acaba de hacer referencia, no reflejan el respeto y la educación que yo he encontrado mayoritariamente entre los ciudadanos de Cataluña cuando me desplazo allí. En cualquier caso, habrá que juzgarlo por sus hechos. Yo lo que sí tengo que decir con meridiana claridad es que el Gobierno de España siempre va a garantizar tres cosas: primero, que la ley y la Constitución se cumplen, porque es la base de nuestra convivencia. En segundo lugar, que la unidad de España se respeta, porque es la base de nuestra nación. Y en tercer lugar, que nadie actúa contra el principio de igualdad de todos los españoles, porque es la base de nuestra democracia. Esas tres cosas nos garantiza el Gobierno de España. Y yo espero que, a partir de ahora, se inicie una nueva etapa en Cataluña. Pero me veo obligado a afirmar lo que acabo de afirmar.
P.- ¿Hasta cuándo estará vigente el 155?
Presidente.- De acuerdo con la decisión que tomó el Senado de España, hasta que tome posesión un nuevo Gobierno en Cataluña. Eso es lo que decidió el Senado de España cuando debatimos sobre el artículo 155.
P.- Como usted pronosticó, una vez que los independentistas desafiaron al Estado saltándose todas las leyes, ahora son los jueces los que tienen la palabra. ¿No lo entristece ver esta judicialización de la vida política?, ¿que sean ellos, los jueces, los que tienen que dar la razón a unos o a otros?, ¿que la dialéctica ceda el terreno…?
Presidente.- No, en absoluto estoy yo de acuerdo con eso. Los jueces son los encargados de velar por el cumplimiento de la ley y los políticos, sean del partido que sean, también tienen que cumplir la ley. Porque si no, podríamos distinguir entre dos tipos de ciudadanos: la inmensa mayoría, que están sometidos al imperio de la ley y los políticos, que no pueden ir al juzgado, cumplan la ley o la incumplan. Aquí cada uno tiene su función. El Gobierno tuvo una función que era muy difícil y muy delicada. Es curioso ver lo que dicen y afirman algunos, pero yo recuerdo hablando del artículo 155 las cosas que tuve que escuchar: "¿cómo va a aplicarse el 155?, ¡Eso es imposible!" Algunos, que luego, por fortuna, cambiaron de criterio, me lo decían. El Gobierno cumplió con su obligación, que era aplicar el artículo 155, y creo que lo hicimos con ponderación y con mesura, porque convocamos a la vez elecciones, para volver a la mayor celeridad posible a la normalidad y porque luego no nombramos, como algunos nos pedían, un nuevo Gobierno. Las cosas funcionaron razonablemente. La Generalitat ha funcionado muy bien en estos tiempos. Ha pagado puntualmente a los acreedores, ha pagado puntualmente a los proveedores, ha atendido a los Ayuntamientos. Ha funcionado muy bien. Pero hay que volver a la situación de normalidad. No podemos tener nuestras instituciones en una situación de excepcionalidad sine die. Por tanto, el Gobierno cumplió con su función. El Senado, el Parlamento, también, porque apoyó la decisión del Gobierno de poner en marcha el artículo 155. Y los jueces toman sus decisiones, que nada tienen que ver con las decisiones del Gobierno. Eso es el Estado de derecho. Eso es lo que flotaba en los debates que tuvieron lugar en este mismo salón hace 206 años. Eso es la democracia y eso es el imperio de la ley.
P.- Usted ha tendido la mano al diálogo, ¿por dónde cree que habría que empezar para recomponer la fractura social que hoy se vive allí? Se lo pregunto porque la huida de empresa continúa. Se lo pregunto porque el turismo va en claro retroceso. ¿Usted confía en una solución, en una receta mágica del Gobierno, o cree que debe partir desde dentro, de la propia sociedad, desde el propio empresariado catalán la manera de solucionar este conflicto?
Presidente.- Vamos ver. El turismo se ha visto afectado. También la inversión extranjera, lo cual es normal. La inversión huye de las situaciones de incertidumbre, del no conocimiento de lo que se puede producir. Y efectivamente hay algunas empresas, bastantes, e importantes, que han abandonado Cataluña. Me pregunta usted del empresariado catalán. Yo creo que el que crea en algo debe defenderlo. No es obligatorio, pero debe defenderlo. Es decir, no puede pretenderse que todos los problemas que haya en Cataluña los resuelva el Gobierno de España. Hay también muchas instituciones, Ayuntamientos, Diputaciones… Y luego hay gente, hay sociedad civil. La unidad de España no la defiende el Gobierno, que por supuesto. La unidad de España la tiene que defender cada uno, en la medida de sus posibilidades, el conjunto de los españoles. Creo que ahora han surgido algunas asociaciones defendiendo posiciones constitucionalistas, de respeto a la democracia y de respeto a la ley, y eso, en mi opinión, es algo muy positivo. Ahora, ¿qué me gustaría a mí que ocurrieron en el futuro? Yo no le pido a nadie que piense de una manera o de otra, ni que cambie de opinión. Pero lo que sí creo que se le puede pedir a todos y exigirnos a nosotros mismos es cumplir las leyes. Porque si todos decidimos por nuestra cuenta y riesgo no cumplir la ley, acabamos con la democracia, con la convivencia y con el orden normal de lo que es una civilización.
P.- ¿Por qué cree que el relato independentista ha calado tan fuerte, tanto dentro como fuera?, ¿faltó comunicación? Y a propósito, ¿faltó en algún momento iniciativa por parte del Gobierno?
Presidente.- Eso de que ha calado fuerte dentro y fuera, simplemente no es verdad. Eso es algo que yo digo muy a menudo porque ¿conocen ustedes algún país en el mundo que haya apoyado la declaración de independencia de Cataluña? ¿Alguno? Cero países en el mundo han apoyado eso. Evidentemente lo han apoyado cuatro o cinco diputados radicales en alguno de los países europeos y muy poquito más. Y 10 ó 12 en el Parlamento Europeo, donde hay más de 700 diputados. Países, ninguno. Bueno, luego en los medios de comunicación, la inmensa mayoría de los medios de comunicación europeos han estado con España, con el pueblo español, con el Gobierno de España y con sus decisiones. Ahora bien, es verdad que hay ocasiones en que hay personas que opinan de manera diferente, pero la inmensa mayoría, repito, de países, todos y la inmensa mayoría de los medios de comunicación que son merecedores de ese nombre, sin duda alguna han apoyado lo que se ha hecho aquí, que es defender la democracia y la ley, que son los grandes valores europeos. Europa se ha construido en base a muchos valores, pero hay dos que son muy importantes: el imperio de la ley y el Estado de derecho. Eso es lo que algunos no entendieron hasta que tuvieron que darse cuenta.
P.- Muchos piensan que la solución pasará por nuevas concesiones a los nacionalistas catalanes. Y con eso aprovecho para preguntarle por el actual modelo autonómico, ¿usted piensa que está agotado, que necesita una repensada? Dado, por ejemplo, el palpable diferencial entre Comunidades. Y también me gustaría aprovechar para que me comentara lo que le dijo a Susana Díaz cuando le reclamó el desbloqueo de la financiación autonómica.
Presidente.- Muy bien. Nosotros, en el año 1978, cuando aprobamos la Constitución, entre otras muchas y muy importantes decisiones, --algunas de ellas me he referido en mi intervención-- hubo una que supuso un cambio muy importante en relación con anteriores etapas en la Historia de España, que es el tránsito de un modelo centralizado, que era el que teníamos en España, a un modelo que decidimos llamarlo en su momento, el Estado autonómico. Fíjese, en el año 1978, la distribución del gasto público en España era 88, el Gobierno de España, 12, los Ayuntamientos, las Comunidades Autónomas, cero, entre otras cosas porque no había Comunidades Autónomas en España. Pues el Gobierno que yo presido hoy, gasta y es responsable del 20% del gasto público total español, quitando la partida, muy importante, por cierto, de las pensiones. ¿Qué ha ocurrido? Pues que a lo largo de estos años hemos ido desarrollando lo que decidieron los españoles en 1978. Pero es evidente que ya no podemos estar otros 40 años haciendo el mismo nivel de trasferencias que hemos hecho, porque el grueso de las transferencias ya se han llevado a cabo.
Por tanto, yo creo que en este momento lo que es necesario, es incrementar la cooperación entre todos. Por ejemplo, la unidad de mercado, a mí me parece un tema capital. Porque es lo que nos permitirá afrontar mejor un mundo que es muy distinto al de 1978. Es que hoy estamos en Europa. Es que hoy no hay fronteras. Es que hoy no tenemos moneda. Es que hoy no tenemos política monetaria. Por tanto, llega el tiempo de la coordinación y de la cooperación. Modelo de financiación autonómica. El modelo de financiación autonómica actual es del año 2009. Yo voté en contra. A mí no me gusta. Yo voté en contra de ese modelo de financiación autonómica y yo estoy dispuesto a modificar el modelo. La presidenta la Junta me ha pedido que convoquemos el Consejo de Política Fiscal y Financiera y lo vamos a hacer. Le dije que en mayo y en mayo se convocará el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Yo lo único que le dije, es que es fundamental que algo tan importante como el reparto de recursos para las Comunidades Autónomas, de las que dependen, entre otras cosas, servicios como la sanidad o la educación, haya un acuerdo entre el Partido Popular y el Partido Socialista. Yo estoy a disposición. Haré todo cuanto esté en mis manos, pero se necesita el concurso de dos, Partido Popular y Partido Socialista. Haremos lo que podamos. Convocaremos, como lo he dicho, ese Consejo y me gustaría poder llegar a un entendimiento
P.- En este escenario, en el templo de la Constitución de 1812, la pregunta es obligada: sin necesidad de cambiarla de arriba abajo, ¿usted cree que la Constitución actual precisa algunas reformas? Su partido, por ejemplo, se aferra, quizá, a la falta de consenso para empezar a dialogar. Pero PSOE, Ciudadanos e incluso el PNV podrían unirse a la mesa. ¿Cuáles serían sus prioridades? ¿Qué encajes tendrían los nacionalismos?
Presidente.- Yo coincido con los ponentes constitucionales, los que lo fueron en el año 1978, algunos de los cuales está aquí presente con nosotros, que comparecieron en una Comisión creada a esos efectos en el Congreso y que mostraron sobre ese asunto el mismo entusiasmo que yo. Pero en cualquier caso, la pregunta es ¿qué es lo que hay que reformar en la Constitución? Porque, con absoluta franqueza, una cosa es el brochazo "hay que reformar la Constitución" Debemos avanzar un poco más del brochazo, porque si no, nos quedamos en la nada, que es algo a lo que algunos parece que aspiran en los tiempos en que vivimos. Hay que saber para qué. Qué es lo que se pretende. La Constitución Española se reformó dos veces desde 1978. Una era para que los extranjeros comunitarios pudieran votar en las elecciones municipales en España. Entonces se hizo una reforma y todos sabíamos para qué era esa reforma. Y la segunda reforma fue producto de un acuerdo. Me llamó a mí el señor Rodríguez Zapatero -yo era entonces el presidente del Partido de la oposición-- era el Tratado Fiscal de la Unión Europea, donde nos comprometíamos a algo de lo que hemos hablado antes: reducir el déficit y reducir la deuda pública para gobernar mejor y que las cosas fueran mejores. Pues hicimos una reforma, pero sabíamos para qué la hacíamos. Ahora, queremos hacer una reforma, ahora para hacer qué. Yo no me niego, y de hecho, se ha abierto en el Congreso de los Diputados, con el voto de mi partido, una Comisión para hacer una reforma de la Constitución. Es verdad que allí sólo fueron tres partidos, y los demás se han negado a participar. Bueno, ha intervenido mucha gente, ya lleva muchos meses reunido, pero, con absoluta franqueza: yo no creo que la prioridad en España en este momento sea reformar la Constitución y hacer un referéndum. Porque cualquier reforma de la Constitución que se haga en España, con que lo pidan 35 diputados va a referéndum. Realmente, en España en este momento, no me parece que sea tan necesario hacer una reforma y someterlo al referéndum de los españoles. Creo que tenemos otras prioridades y otras inquietudes de mucha mayor importancia.
P.- Tiempo tendrá. Tengo entendido que sigue pensando en presentarse en el futuro a futuras citas electorales si el partido así se lo se lo pidiera
Presidente.- No hay nada de malo en que una persona se pueda presentar a unas elecciones si sus compañeros de partido así lo deciden.
P.- ¿A pesar del desgaste durante la crisis más dura?, ¿está en forma?
Presidente.- A pesar del desgaste. Pero eso, ya sabe que los desgastes se remontan. Tampoco hay que preocuparse mucho por esas cosas.
P.- Por cierto, ¿se le ha pasado el tren a Teófila Martínez para formar parte del Gobierno?
Presidente.- En absoluto. Es una mujer muy competente, muy capaz y podría perfectamente formar parte del Gobierno.
P.- Aunque ganó las elecciones en Andalucía con Javier Arenas, el PP nunca ha alcanzado el Gobierno. ¿Cuáles son las causas? Y aprovecho para preguntarle si usted cree que Juanma Moreno, cuenta con los resortes necesarios para alcanzar el poder.
Presidente.- Javier Arenas tuvo un magnífico resultado en las elecciones autonómicas del año 2012, el mejor resultado que tuvimos nunca en Andalucía. Ganó las elecciones. Pero, en fin, ya sabe usted cómo son las cosas. Otros se ponen de acuerdo para que no gobierne el que ganara las elecciones. En cualquier caso, hizo una gran labor. Ahí está, fortaleció mucho el partido, y ahora es un partido que, como se ha recordado aquí, también ha triunfado en las elecciones generales, y ahora aspiramos a ganar las próximas elecciones autonómicas. Y creo que es bueno. Andalucía es la única Comunidad Autónoma de España donde jamás hubo un cambio de Gobierno. En todas las demás, sí. En Galicia dice la gente que gana el Partido Popular. Puede ser que gane, pero allí en Galicia, también hubo dos presidentes del Gobierno que lo eran del Partido Socialista. Por tanto, nosotros aspiramos lógicamente a ganar. El PSOE también aspirará, como es natural, a seguir ganando. Pero tengo la sensación de que en las próximas elecciones autonómicas nos va a ir mucho mejor que en otras y que podremos alcanzar el Gobierno. Insisto, creo que eso puede ser muy positivo, como fue el cambio en la Comunidad valenciana cuando se produjo después de mucho tiempo de gobierno socialista. O como fue también en otras Comunidades Autónomas de España.
P.- Usted defiende que gobierne la lista más votada, pero, por ejemplo, en 2015, se lo pusieron muy difícil para la investidura de Susana Díaz. ¿No es un poco contradictorio?
Presidente.- No, porque gobierna Susana Díaz.
P.- Pero no con su apoyo, no con el apoyo del Partido Popular.
Presidente.- Pero nosotros somos partidarios de que gobierne el que tenga más votos y más apoyos populares. Eso no quiere decir que haya que votarlo.
P.- ¿Cómo valora el acuerdo de Ciudadanos con el Partido Socialista?, ¿cree que Ciudadanos está siendo igual de justo con ustedes en Murcia o en Madrid que con el Partido Socialista en Sevilla?
Presidente.- Bueno, ya sabe que nosotros tenemos un acuerdo para gobernar a nivel nacional, un acuerdo que comprende una serie de puntos importantes, entre otros, los presupuestos y yo de cómo están funcionando las cosas a nivel nacional, que es lo que me ocupo, estoy razonablemente satisfecho y mi obligación como presidente del Gobierno es generar buen clima dentro de lo cual se incluye también las afirmaciones que yo puedo hacer para que esto continúe en beneficio de todos.
P.- ¿Con quién se entiende mejor con Susana Díaz con Pedro Sánchez?
Presidente.- Pues me entiendo francamente bien, como todo el mundo sabe, con los dos.
P.- De hecho, esta semana ha dejado ver en el Congreso que se lleva mejor con los socialistas que con el señor Rivera. ¿Usted ve posible a medio plazo un mayor entendimiento PP-PSOE? Pongo un ejemplo: ¿no cree que en mitad de la crisis política más grave que se recuerda, a ambos se les ha pasado la oportunidad de oro para pactar los presupuestos, desde la máxima lealtad, a fin de evitar la dependencia de los nacionalistas?
Presidente.- Vamos a ver. Yo tengo mejor relación política con Ciudadanos que con el Partido Socialista, porque con Ciudadanos tenemos firmado un acuerdo, han votado nuestra investidura, nos han apoyado en los Presupuestos del año 2017... Y con el PSOE ni ha votado nuestra investidura… --es verdad que se abstuvieron después de los acontecimientos que todos conocen--. Hemos podido llegar a algún acuerdo… Pero hemos llegado a un acuerdo en un tema que es muy importante, que es capital para España, que es el tema de Cataluña del que hemos hablado esta mañana. Hemos llegado a un acuerdo, tanto con el Partido Socialista, como con el PSC. Creo que está funcionando muy bien y yo estoy muy satisfecho. Y como dije en mi intervención, haré todo lo posible para mantener la unidad porque a la hora de defender la unidad de nuestro país y la soberanía nacional, todos somos poco y porque está en el ADN del Partido Socialista a lo largo de su historia, y ya más claramente, en el año 1978, la defensa de la unidad y soberanía nacional. Y que coincidamos en eso los dos partidos que hemos gobernado los últimos 40 años, creo que es muy positivo. Ahora, repito, yo, pacto de gobierno, lo tengo con Ciudadanos y está funcionando. En la vida, los desencuentros del día a día nunca son gratos. Pero lo importante es mantener el acuerdo en lo fundamental. Yo lo llamo "ir a la mayor".
P.- El ministro De la Serna, presidente, generó cierta inquietud a propósito del rescate de la autopista Cádiz-Sevilla. No sé si usted está en condiciones de afirmar que por fin se pondrá fin al rescate según lo previsto.
Presidente.- Esa es una pregunta que me han hecho muchas veces en muchos lugares de España. Se acaban las concesiones, ¿y qué es lo que vamos a hacer? Bueno, no vamos a prorrogar cuando se termine la concesión actual y vamos a intentar llegar a un entendimiento, acabo de hablar de ello, con las otras fuerzas políticas para ver cuál puede ser el modelo para financiar estas autopistas y con una salida justa e igual para todos en toda España.
P.- De un tiempo a esta parte, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han redoblado su esfuerzo en el campo de Gibraltar, y en toda la provincia en realidad, para luchar contra el narcotráfico. Recientemente, ha dicho el delegado del Gobierno que los narcos caerían uno a uno. ¿Podemos estar tranquilos?, ¿qué política habría que impulsar para resolver este problema, que también es social, evidentemente?
Presidente.- Lo primero que quiero decir sobre ese asunto, es que nos lo tomamos en serio en el Gobierno y lo hemos debatido en algunas ocasiones. Y desde luego que vamos a perseguir hasta el final a quien trafique con drogas, a quien colabore, y a quien dificulte la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Se pondrán todos los medios personales y materiales que sean necesarios y utilizaremos todos, sin excepción, los recursos que la ley nos permite. Se están tomando decisiones importantes.
No quiero alcanzarles ni abrumarles a todos ustedes con datos pero ha aumentado el número de incautaciones de droga. El año pasado aumentaron en un 300%, pero en los cuatro primeros meses de este año, en el tráfico de cocaína se ha incautado la misma cantidad que en todo el año 2017.
Algo parecido con las detenciones, 295 personas detenidas por tráfico de drogas este año en el campo de Gibraltar. En lo que estamos trabajando ahora es en renovar y modernizar el Sistema Integral de Vigilancia Exterior, el SIVE, en potenciar el uso de material de videograbación y contar con embarcaciones rígidas de mayor dimensión y de mayor potencia. Lo único que puedo prometer en este asunto es la mayor contundencia posible porque es un tema que preocupa con toda la razón a los ciudadanos del Campo de Gibraltar y también al Gobierno español.
P.- ¿Tiene solución la tragedia del estrecho que se vive con la avalancha de pateras? ¿Usted está satisfecho con la colaboración de Marruecos en esta materia y en materia antiterrorista?
Presidente.- Marruecos es un socio leal y fiable de España y las relaciones entre los Gobiernos son unas relaciones de confianza mutua. Hay que ver también las dificultades que tiene Marruecos. En África, hay muchos países que viven una situación de extrema dificultad y Marruecos es un país de tránsito. Mucha gente que llega vía Marruecos no es marroquí. La inmensa mayoría no lo son, sino que son de países de África subsahariana.
Las autoridades marroquíes hacen todo el esfuerzo del que son capaces. La colaboración es muy positiva, lo es tanto en el tema de la lucha contra las personas que trafican con personas, como también en el tema de la lucha contra el terrorismo, donde hemos hecho operaciones conjuntas que en mi opinión han sido muy exitosas.
P.- ¿El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, dijo este jueves pasado que el Brexit, la salida británica de la Unión Europea, no debería ser motivo para que se pueda hablar de la soberanía del Peñón? ¿Usted está de acuerdo?
Presidente.- Normalmente no estoy de acuerdo con ese señor. Se está negociando ahora el Brexit, y lo que se ha acordado es que cualquier acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea, para que se aplique a Gibraltar, requiere el acuerdo de España y eso se va a cumplir. Hay algunos asuntos a los que sin duda alguna, yo le doy valor y me preocupan.
Una de las cosas de las que queremos hablar es de la transparencia fiscal y todos ustedes saben lo que es la transparencia fiscal. También del uso conjunto del aeropuerto, también de la lucha contra el contrabando y el crimen organizado con especial atención al contrabando de tabaco. Es decir, de esas cosas vamos a hablar, porque son temas que le preocupan a la gente y son temas que no nos gustan que se produzcan. La soberanía nacional es algo que está ahí y todo el mundo sabe que Naciones Unidas ha calificado la situación de Gibraltar de colonial y por tanto la posición de España es exactamente la misma de siempre.
P.- Terminamos con Rota, presidente. Le quería preguntar por el papel que puede desempeñar la base a medio y largo plazo. Cospedal está convencida de que tiene potencial para convertirse en Cuartel General de la Unión Europea, base de la Operación Atalanta. ¿Cómo son las relaciones con Donald Trump? ¿Esta ruptura del acuerdo nuclear con Irán que ha elevado la tensión en Oriente Próximo y que ha llevado a Merkel a avisar de que no es un socio fiable, a usted le preocupa?
Presidente.- Son varias preguntas. Voy a intentar resumir mis respuestas. España quiere tener la mejor relación posible con Estados Unidos. Hemos hablado de Rota, podíamos hablar de Morón también. Yo he estado no hace muchas fechas en la Casa Blanca. Estados Unidos ha apoyado algunos temas muy importantes de nuestro país. Somos socios y aliados, lo somos en la OTAN y queremos tener una buena relación.
Lo cual no quiere decir que compartamos todas y cada una de las decisiones que adopta el presidente de Estados Unidos. A nosotros nos gustaría más libertad de comercio, no nos gusta lo que ha ocurrido con el aluminio y con el acero.
En fin, vamos a hacer un esfuerzo entre todos. Está trabajando la Unión Europea y también están trabajando las autoridades de Estados Unidos para llegar a un entendimiento. A mí ese tema me importa y creo que a los españoles también. También podemos pensar de manera diferente en el tema del cambio climático y también de manera distinta en el tema de Irán, donde estamos con nuestros socios y aliados europeos. Queremos mantener el acuerdo que se adoptó en su día con Irán y también con la anterior administración americana.
Vamos a buscar y hacer un esfuerzo como es obligado en las relaciones internacionales para entendernos. Pero la relación con Estados Unidos, la relación bilateral es una buena relación. Insisto en que hay temas puntuales, como ocurre en todas las facetas de la vida donde vemos las cosas de manera diferente.
En relación al tema de Rota, nosotros estamos absolutamente convencidos de que Rota está plenamente preparada para albergar el nuevo Cuartel General de nivel estratégico de la Unión Europea y así lo hemos solicitado. Y también para coger el mando de la operación Atalanta si así lo decide la Unión Europea en las próximas fechas.
España es un país que en materia de defensa cumple sus compromisos, no solo con la OTAN, incluso también participamos en operaciones de las propias Naciones Unidas como es el caso del Líbano, pero hemos participado en todas las operaciones que ha hecho la Unión Europea, en todas sin excepción. En este momento hay tropas españolas en Malí, en República Centroafricana, hay militares españoles también en Gabón, en Senegal, estamos en Somalia y en muchos otros lugares, con lo cual, creo que somos un país que desde el punto de vista de cumplimiento de nuestros compromisos en materia de defensa, estamos ahí.
Estamos también con la OTAN en Letonia, Lituania, los países bálticos, estamos en Turquía también con la OTAN, más de 300 militares para defender a un socio y aliado como es Turquía y por tanto, creemos que estamos en condiciones de subir un poquito más en el escalafón de sedes y de asumir responsabilidades mayores.
P.- Muchísimas gracias, señor Mariano Rajoy. Muchísimas gracias a todos ustedes por acompañarnos y si les parece bien vamos a compartir un cóctel en el casino.
Muchas gracias

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