Discurso del presidente del Gobierno en la entrega de Medallas de Oro al Mérito en el Trabajo

27.7.2017

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Madrid

Presidenta de las Cortes, señora ministra, autoridades, señoras y señores condecorados, familiares, amigas y amigos,

Les aseguro que la entrega de las Medallas al Mérito en el Trabajo es uno de los actos más bonitos y más gratificantes, sobre todo en los tiempos en los que vivimos, que puedo hacer como presidente del Gobierno. Y lo es, como decía en su intervención hace escasos segundos, María Teresa Campos, especialmente en días como hoy cuando hemos conocido datos muy esperanzadores de la evolución del empleo en España.

Nuestro país es mejor porque ha sabido superar la peor crisis económica que se recuerda, porque ahora lidera el crecimiento de las economías avanzadas y porque crea empleo a muy buen ritmo, y el empleo, y de eso estamos hablando aquí hoy, abre horizontes de esperanza al conjunto de la sociedad. Así lo constata, efectivamente, la Encuesta de Población Activa que hemos conocido esta mañana. Los datos a mí me han producido una enorme alegría pero, sobre todo, me han dado un estímulo y gasolina para que, con todos mis colaboradores y con todos los españoles, que son los que crean empleo, podamos seguir haciendo frente a la crisis económica más dura que ha vivido España a lo largo de decenas de años.

No quiero aburrirles aportando aquí ningún tipo de dato. Simplemente, quiero decir, porque debemos celebrarlo y, sobre todo, porque es lo que nos va a dar posibilidades para seguir trabajando con ilusión de cara al futuro, que esta Encuesta de Población Activa registra la mayor bajada de paro desde que comenzó a elaborarse en el año 1964.

Son, pues, buenas noticias porque el empleo, como hemos escuchado aquí esta mañana, es para cada persona el mejor mapa para aprovechar todas las oportunidades de prosperidad y de mejora personal. Y para el Gobierno, para cualquier gobierno, el empleo es la brújula más precisa para no equivocarnos en el objetivo de hacer un país mejor; un propósito que este año cumple sus primeros cuarenta años de democracia.

Señoras y señores,

Hace cuarenta años comenzamos a escribir juntos nuestra mejor historia de éxito como país. Pusimos en marcha el mayor período de libertad, de prosperidad, de progreso y de bienestar que ha conocido España. Es una tarea siempre inacabada que descansa en el esfuerzo y en el trabajo de todos. La sociedad española buscó la suma y supo aunar las ideologías más diversas para situar a España a la altura de las grandes democracias europeas. Pusimos en marcha entre todos un proyecto compartido con la sociedad española y con su deseo de concordia, y desde entonces hemos demostrado que no hay ninguna excepción española, ni hay motivos para ser pesimistas con nosotros mismos.

Se acabó el fácil recurso de buscar excusas en el pasado para no encarar el presente con afán de mejorar el futuro y se acabaron también las excusas de los que hoy solo buscan restar, dividir y enfrentar. Trabajar por la concordia con voluntad de pacto desde el diálogo es, como hemos oído aquí esta mañana, la seña de identidad de la España moderada que quería, y quiere, ser moderna, pujante y libre. Elegir la concordia nos abrió las puertas a Europa y al mundo, y pudimos integrarnos plenamente en el escenario político y económico global.

Con el trabajo de todos generamos progreso y crecimiento, y entre todos hemos construido una España abierta, tolerante y dinámica, con sus problemas sin duda; circunstanciales, también; pero abierta, tolerante y dinámica. Una España que suma y que aplaude historias de vida como las que hoy premiamos; historias de esfuerzo personal, de las que estamos especialmente orgullosos y, como compatriotas, las queremos celebrar y compartir.

Esta celebración nos convoca hoy aquí y hoy premiamos a personas que han sabido ser excepcionales en el mundo del deporte, de la cultura, de los medios de comunicación, de la gastronomía, de la empresa, de los sindicatos, de la sociedad civil, etcétera. Son personas que han hecho realidad, y esto es importante, la conocida afirmación de que "solo en el diccionario el éxito precede al trabajo".

Es una celebración esta que los españoles sentimos de forma especial con nuestros deportistas Pau Gasol y Teresa Perales. Ellos sienten ese vínculo cuando compiten, esa energía, ese orgullo que compartimos con sus gestas. Y quiero pensar que nuestra alegría les alienta y les anima a seguir mejorando. Sí nos sentimos orgullosos de sus éxitos, sobre todo les admiramos por su actitud, por su fortaleza positiva y por su trabajo. Es así de simple. Nos gusta que sean cada día mejores y pensamos: bien, esto es España.

Pau ha brillado como pocos jugadores. Tiene dos anillos, suma cinco participaciones en los All Stars y está entre los cuatro jugadores más completos de la NBA. Ha logrado que el mundo admire al baloncesto español y, sobre todo, y esto es lo más importante, nos enseña a jugar en equipo abriendo camino a otros. Teresa es un ejemplo de superación y también de éxito, porque Teresa Perales con veintiséis medallas paralímpicas es ya la deportista española con más medallas en los Juegos Olímpicos. Con Teresa, España gana.

Queridos amigos,

España no es solo una potencia deportiva; es también una potencia cultural de primer orden por su historia, por su patrimonio y por sus artistas, por personas tan excepcionales como Pedro Iturralde y Aída Gómez, que hoy no nos acompaña aquí, no puede: está trabajando. A ellos expresamos nuestra admiración.

Agradecemos a Pedro Iturralde su música, su interpretación virtuosa y esa capacidad inigualable de sintetizar géneros con innovación respetuosa, como aquel memorable trabajo suyo con Paco de Lucía que unía el jazz y el flamenco. Con Pedro, como compositor y como maestro en el saxo y en el clarinete, la música española se ha escuchado en todo el mundo.

Y admiramos la danza en Aída Gómez. Ella ha subido a los escenarios a Carmen, la cigarrera de Bizet, que es como subir a escena a Sevilla, a España, a nuestro siglo XIX y a nuestra historia. Aída no nos acompaña, está fuera, lo hace desde México, está de gira y hasta allí enviamos nuestros mejores deseos de éxito y caluroso reconocimiento a toda su trayectoria. Los dos trabajan por una España más creativa y, por tanto, mejor.

Amigas y amigos,

Esta mañana tenemos el honor de contar con algunos artistas más: con artistas de la palabra y de la gastronomía, con maestros de la comunicación y de la restauración, con personas ejemplares que han llegado al éxito con mucho trabajo, con dedicación y con talento.

Quiero empezar por la Medalla a título póstumo a la gran Paloma Gómez Borrero; una excepcional periodista, que tiene mérito, pero, sobre todo, una magnífica persona. Su voz, sus crónicas y su arrolladora personalidad forman parte de la memoria de varias generaciones de españoles, y es de justicia entregar esta medalla a toda una vida de buen hacer, lleno de compromiso y de honestidad.

Otra grande de la comunicación es una malagueña nacida en Tetuán, María Teresa Campos; un ejemplo de entrega profesional fundada en el carisma --eso se tiene; en el trabajo hay que apencar, en el carisma no-- y en la autenticidad. Teresa, te queremos desplegando tu talento, como siempre haces, en la radio, en la televisión y, más recientemente, en tu faceta de escritora. Y muchas gracias por tus buenos deseos para mí, que son los buenos deseos para España, mientras sea, al menos, presidente del Gobierno. Muchas gracias.

Tenemos también el ejemplo del gran periodista andaluz Tico Medina, de talento precoz y prolífico, que ha desplegado su arte desde todas partes: desde el teatro, la radio, la prensa escrita, la corresponsalía internacional, la televisión, la autoría de innumerables libros... Hablar de Tico Medina es hablar, como saben ustedes, de la historia del periodismo español en las últimas décadas. Muchísimas gracias por tus palabras que, a veces, se necesitan.

Estas tres medallas de oro son tres historias de vida ejemplares que nos han acompañado desde los medios de comunicación y al escuchar sus voces pensamos: son también la voz de España. Como pensamos en España, sin duda, al hablar de Cándido, porque Alberto Cándido López Duque, descendiente de una saga de mesoneros a los pies del Acueducto de Segovia, ha logrado que su casa sea una cita obligada con España y con su gastronomía. Con su arte culinario, Cándido ha demostrado, como dice Azorín desde las paredes de su asador, que comer no es ingerir.

Señoras y señores,

Como les decía hace un momento, cumplimos los primeros cuarenta años de nuestra democracia y la impresionante transformación de la España de 1977 hasta llegar a la España de 2017 tiene una especial deuda de gratitud con los interlocutores sociales, con sindicatos y con organizaciones empresariales, por su tarea a favor de la concordia. Es un papel que representa fielmente Joaquín Navarro Fernández, que era el secretario general de Transportes de Comisiones Obreras en 1977, cuando, como aquí se recordó, se cometió la matanza de Atocha. Querido Joaquín, los enemigos de la libertad no lo consiguieron. Ganó la libertad gracias también a vuestra ejemplar actitud en aquellas dificilísimas fechas. Ganó el pluralismo político, ganó la democracia y todos los celebramos.

Quiero extender mi agradecimiento al sindicato de Joaquín, a Comisiones Obreras. Hemos colaborado y buscado acuerdos con quien fue su secretario general hasta hace pocas fechas, Ignacio Fernández Toxo, y seguiremos haciéndolo con su nuevo secretario general, Unai Sordo, en los próximos tiempos, porque sin el compromiso de los interlocutores sociales, como recordaba el señor Cuenca en su intervención, sin el compromiso de sindicatos y de patronal, no habría sido posible plantar cara a la terrible crisis económica que España ha padecido, ni poner en marcha la pujante recuperación que efectivamente trabajamos para que llegue a todos. Ahora se trata de no equivocarnos, de no cometer errores del pasado que puedan frenar la recuperación.

Por eso, hoy queremos premiar también a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, a la CEOE, fundada en el verano de ese simbólico año de 1977 y que celebra, asimismo, su 40º aniversario. Cuatro décadas después de su nacimiento, hoy, con Juan Rosell al frente, la patronal se ha modernizado y ha ganado en transparencia y en cercanía a las necesidades de las empresas. La CEOE pone en valor el espíritu de empresa y es parte activa de los grandes consensos sociales. En todos estos años ha contribuido a que España se haya desarrollado como una economía diversificada y abierta al exterior, hasta conseguir un puesto entre las quince más prósperas del mundo.

Señoras y señores,

La suma de protagonistas sigue, porque un país mejora cuando sabe sumar. Un país son también sus empresas y empresas como la de Magín Alfredo Froiz, de Pontevedra, que siendo muy joven, como decía en su intervención, comienza a llevar la carnicería de un supermercado. Pues bien, hoy el Grupo Froiz tiene 313 puntos de venta que dan trabajo a más de cinco mil profesionales de la alimentación. Muchas gracias por hacer país, Magín, desde la empresa familiar.

Y la empresa familiar, como todas las empresas, necesita dinero o financiación, que es más fino, y necesita también buenos profesionales del sistema financiero, que los hay, como Amado Franco Lahoz, economista, abogado y eficaz presidente de Ibercaja hasta 2004. Amado supo anticiparse al cambio de ciclo, al inicio de la crisis, con medidas como el freno a determinados créditos que, al final, sirvieron y permitieron a su entidad afrontar con más seguridad el posterior tsunami financiero.

Amigas y amigos,

La sociedad española necesita ciudadanos con talento, personas comprometidas en hacer de su trabajo un motor para la expansión de ese talento. España necesita personas dispuestas a aprender a lo largo de su vida y a superarse a sí mismas cada día; personas con la determinación de ser mejores y de hacerlo al servicio de una España mejor. Esta es la historia de Miguel Cuenca Valdivia como inspector de Trabajo y Seguridad Social. Ha sido, como recordaba en su intervención, secretario general de Empleo y ha desempeñado, con talento, eficacia, mesura y mucho sentido común, múltiples cargos directivos en el ámbito de las relaciones laborales.

Es la historia también de Javier Moscoso del Prado, fiscal, jurista, abogado del Estado y, actualmente, presidente del Consejo de Redacción de Thomson Aranzadi; un auténtico emblema, como saben de ustedes, en el mundo del Derecho. Fue ministro de la Presidencia en el primer gobierno de Felipe González, sus aportaciones fueron ricas y diversas e incluyen un reconocimiento a todos los funcionarios del Estado a un tiempo para resolver asuntos particulares después del trabajo; tiempo de libre disposición al que legó su nombre. Su intervención me creó a mí un problema, porque él decía que era extraño que pudiera recibir una Medalla del Trabajo aquella persona que permite que la gente pueda trabajar menos tiempo. El problema más grave lo tengo yo, porque yo se los quité al principio de la crisis. Tengo que decir que ya los han recuperado todos y es una muestra más de que las cosas van un poco mejor. Lo que no tengo claro es si algún día me la darán o no me la darán, pero eso ya será otro momento.

Finalmente --no puede estar aquí con nosotros, pero yo iré a Galicia en septiembre--, está Gerardo Fernández Albor. Gerardo Fernández Albor cumplirá en septiembre cien años. Eso nos debe a todos mucha moral y enfocar el futuro con mucho optimismo. Fue el primer presidente de la Xunta de Galicia. No solo fue presidente de la Xunta de Galicia; fue médico, miembro de prestigiosas sociedades científicas, de prestigiosas asociaciones culturales y, además, piloto de aviación. Yo confío, como decía antes, en tener pronto el honor de hacerle entrega en mi ciudad natal, Santiago de Compostela.

Queridos amigos,

Termino ya. Todas las personas que hoy recibís esta Medalla al Mérito en el Trabajo sois un buen retrato del país que queremos, un país con valores y que valora el trabajo, el afán de superación y el esfuerzo compartido. Sois el retrato de esa España que trabaja para ser mejor, que son muchísimos más de los que algunos creen. Enhorabuena a todos, a los premiados y también a sus familiares, que os apoyan.

Un país es admirado cuando lo son sus gentes y se define por cómo trata a esas gentes admirables. Tenemos la obligación de reconocer el mérito y el Gobierno intenta hacerlo en nombre de todos los españoles, porque hacer que nuestro país sea mejor es un asunto de todos. Queremos seguir trabajando y con referentes como los de hoy seguro que conseguimos que los mejores años de la historia de España sean los que tenemos por delante, los que quedan por vivir y los que quedan por escribir.

Muchísimas gracias.