Discurso del presidente del Gobierno en el acto de inauguración del Parador de Lleida

20.7.2017

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Lleida

Señor ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital; señor alcalde de Lleida; señor delegado del Gobierno; señor delegado territorial del Govern de la Generalitat de Cataluña; autoridades; queridos amigos, señoras y señores,

Quisiera comenzar mi intervención diciendo que me sumo a las citas de personas que han colaborado, cada uno a su manera, desde puestos de más o menos de responsabilidad, para que este Parador sea hoy una realidad. Me sumo a todo lo que ha dicho el alcalde y me gustaría añadir a alguien, que es al señor alcalde, que, sin duda alguna, ha dado una gran batalla para que ahora haya lo que estamos inaugurando en estos momentos.

Y gracias a todos ustedes por compartir lo que es, sin duda, un día de alegría para Lleida. Ante todo, yo quería felicitarles. Acoger un Parador es algo muy importante para cualquier ciudad y también para Lleida. Yo vivo en una provincia que tiene, como Lleida, cuatro Paradores. Creíamos hasta hace cinco minutos que estábamos a la cabeza del escalafón; pero nos han dicho que hay una provincia que tiene cinco, con lo cual he dado las correspondientes instrucciones para que se produzca un empate a la cabeza de la clasificación. Es, lisa y llanamente, un acto de justicia.

Pero, en fin, un Parador es importante para cualquier ciudad y, sin duda alguna, también lo es para Lleida. Lo es para su crecimiento, lo es para su empleo, lo es para que la conozcan y, por tanto, para que la estimen muchas más personas, y para poner en valor lo mucho que tiene Lleida, todo lo que va de la belleza de su casco antiguo a su historia, a sus tradiciones, a su oferta cultural o a su riqueza gastronómica.

Así pues, creo que todos los ilerdenses pueden hoy estar de enhorabuena. Creo que el Parador es positivo para la ciudad, para la comarca del Segrià y, también, para la provincia en su conjunto. Y, si Lleida ya contaba con unas excepcionales vías de comunicación, también cuenta ahora con un nuevo establecimiento de prestigio.

Los Paradores Nacionales tienen su propio poder de atracción. En todas las lenguas del mundo, parador es sinónimo de hospitalidad, de bienestar y de excelencia. De hecho, la propia marca "Paradores" es una de las marcas turísticas más reconocida y prestigiosas a nivel global, y una marca que, de modo natural, nos remite a España y nos habla de calidad turística y de lugares únicos. Por eso, no es de extrañar que otros muchos países hayan intentado --en algunos casos con más éxito; en otros, con menos-- reproducir el modelo.

Paradores tiene noventa años a sus espaldas. Es una empresa antigua, pero siempre ha sido una empresa pionera y es un motivo de orgullo para todos, porque con Paradores nace un paradigma de turismo sostenible, turismo de calidad y profundamente vinculado --lo que también es muy importante-- a lo local; un turismo con las raíces de lo auténtico y, a la vez, con el confort de lo contemporáneo, el turismo que hoy ambiciona todo el mundo. Y aquí, en este Convent del Roser, tenemos la prueba.

El propósito de Paradores es mantener, rehabilitar y dar nueva vida a edificios notables ligados a nuestra historia, salvándolos en muchas ocasiones del deterioro y convirtiéndolos en estándares de la prosperidad de numerosos municipios. En Cataluña, que con este cuenta ya con ocho Paradores, es algo que pienso que se sabe muy bien; especialmente, aquí en Lleida, donde inauguramos hoy, como decía al principio de mi intervención, el cuarto Parador Nacional.

Hablamos de este Convent del Roser, un edificio testigo de importantes capítulos de nuestra historia, de la Edad Media a la Guerra de Sucesión española; de un convento de dominicos que, con orígenes en los tiempos de Jaime I y Santo Domingo de Guzmán, ha sido siempre central en el itinerario de esta ciudad y que hoy, definitivamente recuperado, aspira a ser referente de su presente y de su futuro.

Yo creo que este Parador refuerza la imagen de Lleida como destino atractivo de turismo de interior y de calidad. Y esto es algo que se proyecta en creación de riqueza y en generación de empleo y oportunidades de negocio, y no solo en Lleida, porque los Paradores han sido siempre los mejores puntos de partida para conocer nuestra geografía, y este Convent del Roser es un lugar ideal para adentrarse también en la Cataluña interior. Con su emplazamiento y con su apuesta por la gastronomía de la zona, además este nuevo hotel va a convertirse, estoy convencido, en un imán para un turismo tan importante como es el de origen nacional.

Señoras y señores,

Como ustedes saben, España vive años de grandes marcas turísticas. Sin duda, hay muchas cosas que explican este hecho: desde nuestro legado artístico, a nuestro patrimonio natural y de fiestas internacionalmente conocidas, a una cocina en pleno auge.

Pero en Europa y en el mundo hay muchos lugares con un gran clima y con un patrimonio notable, y no por ello reciben más viajeros. Por eso, cuando más de 75 millones de personas nos visitan, como ocurrió el año pasado, este dato significa que algo hemos hecho bien como país. En este sentido, quiero resaltar que España es reconocida como destino turístico por su calidad. El Foro Económico Mundial ha vuelto a señalar este año a nuestro país como el destino turístico más competitivo a nivel mundial, destacando nuestra oferta única de recursos naturales, nuestras infraestructuras y conexiones aéreas, y el decidido apoyo de las políticas públicas al sector; aspectos a los que se deben sumar, entre otros, la seguridad en su sentido amplio e integral.

A veces, tendemos a castigarnos, a poner el énfasis en lo que no va bien; pero yo creo que podemos estar orgullosos de ser uno de los tres líderes turísticos mundiales, con Francia y con Estados Unidos, y de seguir una senda ascendente por la cual en los cinco primeros meses de este año hemos recibido ya 28 millones de viajeros, esto es, un 11,6 por 100 más que el año pasado, 2016. Todo ello nos permite decir que este va a ser un buen verano, se va a incrementar el número de turistas en un 9 por 100 respecto al año pasado y vamos a llegar a los 38 millones de visitantes solo entre mayo y agosto.

También es muy importante la calidad del turismo. El gasto turístico nos da buenas noticias: en 2016 creció un 9 por 100 y este verano está previsto que crezca un 10 por 100. Este es un dato muy positivo y, por tanto, estamos ante un sector que debemos cuidar por lo mucho que le importa a nuestro país.

Es muy importante también citar lo que está pasando en Cataluña. En 2016, Cataluña volvió a revalidar la primera posición como destino preferido de los turistas extranjeros, acercándose a los dieciocho millones de turistas, esto es, un 23,8 por 100 del total; una tendencia que se confirma este año 2017 y con aumentos significativos, tanto en número de viajeros, como en gasto por turista.

Y eso también ocurre aquí, en Lleida, donde el incremento es del 7 por 100, respecto al año 2015, y estoy convencido de que, con el aumento de plazas hoteleras y con el significado de todo tipo que tiene este establecimiento, este Parador que hoy estamos inaugurando, Lleida va a superar sus mejores datos en el futuro.

Señoras y señores,

Quisiera hacer otro comentario que creo que es importante. Para la media de Europa, España es un país grande pero, ante todo, es un país profundo. No hay un solo rincón en el que no nos sintamos tentados a detenernos por los restos de su pasado, por un pueblo con encanto, por un nuevo museo o por un buen restaurante. Y este riquísimo bagaje es el que tenemos que lucir ante el mundo, diversificando nuestra oferta.

Los Paradores de turismo, a los que hoy se suma el Convent del Roser, son una apuesta lúcida y sostenida en el tiempo para descubrir los tesoros que guardamos. Por eso, el Gobierno, en una etapa que saben ustedes que ha sido, y que todavía continúa siendo, complicada para las cuentas públicas del conjunto de las Administraciones, ha intentado apostar por el turismo y, también, por esta empresa --que ya tiene, como les decía antes, noventa años-- que se llama Paradores.

Para terminar, les diré que lo hacemos porque estamos orgullosos de nuestro turismo. Es una industria de vanguardia, es más del 10 por 100 de nuestro Producto Interior Bruto, da empleo a más de dos millones de personas en nuestro país y es una industria que muy pocos en el mundo saben hacer como nosotros. Afina lo mejor de nuestra imagen y saca lo mejor de nosotros mismos. Nos lleva a superarnos día a día y nos da un premio que no da ninguna otra industria por importante que sea, que es conquistar el corazón y la memoria de millones de personas que se llevan de España, en general, y de Cataluña, en particular, el mejor de los recuerdos.

Aquellos que nos visitan nos conocen y se convierten, por algo será, en nuestros mejores embajadores, porque a España no solo se va; a España siempre se quiere volver e impresiona mucho saber que, a lo largo y ancho del mundo, somos la felicidad o el sueño de millones de personas que nos eligen para sus más importantes momentos de ocio, descanso, placer y diversión.

El turismo también ha sido importante puertas adentro. Con él los españoles aprendimos a modernizarnos y a ser más tolerantes en años todavía difíciles. Con el tiempo, el turismo nos ha enseñado, como viajeros o como anfitriones, lo importante que es abrirse al otro, lo necesario que es conectar con los demás, la obligación que tenemos de valorarlos y aprender, y lo absurdo que es poner balizas entre nosotros.

Los catalanes conocen y valoran la importancia de Paradores porque, cuando viajan por el resto de España, escogen libremente alojarse en esos emblemáticos establecimientos. Y este Parador, como decía el alcalde al principio, fruto de la colaboración y el entendimiento entre Administraciones, así lo demuestra. Es una imagen elocuente de lo mucho y muy bueno que podemos hacer juntos, de cómo nos podemos ayudar y apoyar los unos a los otros, y que eso vaya en beneficio de todos, y de cómo las mejores apuestas son las que, lejos de poner distancia, saben acercarnos. Y eso es lo que reivindicamos hoy: frente a los caminos de la ruptura que no llevan a ninguna parte, apostamos por las vías del sentido común y la empatía, porque son las únicas que nos llevan a todos mucho más lejos; son las vías por las que hoy y, sobre todo, en el futuro va a transitar el mundo. Y pienso que ahí debemos estar todos.

Muchas gracias.

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