Discurso del presidente del Gobierno en la clausura de las Jornadas "La Industria en España. Reflexiones", organizadas por UGT

1.6.2017

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Burgos

Señor presidente de la Junta de Castilla y León, señora ministra de Empleo, resto de autoridades, señor secretario general de la Unión General de Trabajadores, señor secretario de la FICA, señoras y señores, queridas amigas y amigos,

Quiero comenzar mi intervención dando las gracias al secretario general de la UGT y a quienes le acompañan en la dirección por invitarme a estas Jornadas. Me siento muy honrado. No es un cumplido, sino que digo lo que siento, y comparto las reflexiones que acabamos de escuchar en la última parte de su intervención. Muchas gracias.

Quiero, en segundo lugar, felicitar a la Unión General de Trabajadores por su iniciativa. Sinceramente, creo que han acertado. Debatir sobre política industrial es debatir, hablar, escuchar a los demás y plantear decisiones, que se pueden o no tomar en el futuro, sobre un tema importante. En un momento como el que vivimos, en que los temas importantes parece que no tienen la atención de demasiada gente, créanme ustedes que es absolutamente reconfortante el poder asistir a una reunión de estas características.

Por tanto, muchas gracias y muchas felicidades.

Yo vengo aquí a dar mi opinión, que es exactamente lo que se me ha pedido, como todos los demás que han intervenido a lo largo de estas Jornadas supongo que lo habrán hecho con la suya.

Quisiera decirles que este es un tema muy amplio, con muchos condicionamientos. Son, sin duda alguna, muchos los factores que pueden influir en una buena o en una eficaz política industrial. No me puedo referir a todos ellos en una intervención de estas características y, por tanto, me ha parecido oportuno escoger algunos asuntos que creo que también pueden ser importantes; insisto, como otros que me dejaré en el tintero.

Todos ustedes conocen sobradamente cuál era y sigue siendo el objetivo principal del Gobierno que yo he presidido a lo largo de los últimos tiempos: el objetivo principal era --no podía ser otro-- la recuperación de la actividad económica y, con ello, la creación de empleo. Esta ha sido y es, y va a tener que seguirlo siendo durante mucho tiempo en el futuro, la prioridad en nuestro país.

Tras cinco años de recesión y de destrucción de empleo sin precedentes en la historia económica de nuestro país, la economía española lleva tres años de crecimiento económico y dos años seguidos a un ritmo que duplica la media de la zona euro, y, además, crea medio millón de nuevos empleos al año desde 2014. En mi opinión, y siendo absolutamente consciente de que es todavía mucho lo que tenemos que hacer y, por tanto, también lo son los retos de futuro, esto es un éxito colectivo, porque vivimos la peor crisis económica que ha vivido nuestro país en muchísimos años. Es un éxito colectivo del esfuerzo de los españoles, en primer lugar; de las reformas que ha llevado a cabo el Gobierno y, también, de la responsabilidad de los agentes sociales.

Aunque, como ustedes saben, a lo largo de toda esta crisis ha habido momento en que no hemos coincidido, yo tengo que decir que los agentes sociales, y en particular la Unión General de Trabajadores, han contribuido, sin duda, al cambio de rumbo que hoy vive la economía española, y no solo por haber actuado responsablemente en momentos de extrema dificultad, sino porque también han hecho aportaciones concretas e importantes para nuestro país. Entre otras, puedo citar su participación en el segundo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, en el Plan Prepara, en el Programa de Activación para el Empleo, en la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven o en la llamada Garantía Juvenil.

Señoras y señores,

El año 2017 también se ha iniciado con fuerza. En la primera mitad de este año vamos a recuperar el nivel de PIB que teníamos antes de la crisis. Este es un año ciertamente increíble, porque entre los años 2009 a 2013 perdimos el 10 por 100 de nuestro Producto Interior Bruto; pues bien, por fin, este año vamos a recuperarlo. Y en el empleo, los datos de abril --solo me voy a referir a éstos-- muestran que ya tenemos más de dieciocho millones, en concreto, 18.122.222 cotizantes a la Seguridad Social y, por tanto, estamos en el camino de recuperar los veinte millones de ocupados, que fue la cifra máxima que conseguimos antes de la crisis. Yo creo que, si mantenemos la dirección de la política económica, ello sucederá a finales del año 2019.

Además, todo el mundo espera que la economía española siga creciendo y creando empleo de forma sostenida. Por ello, los organismos internacionales han revisado recientemente al alza sus previsiones de crecimiento de la economía española para los años 2017 y 2018. El Gobierno también lo ha hecho y prevemos que nuestra economía crecerá, al menos, un 2,7 por 100 este año.

Asimismo, el crecimiento económico por primera vez en mucho tiempo es equilibrado: crecemos porque producimos y porque exportamos, y no porque nos endeudamos. Lo muestra el superávit por cuenta corriente que tenemos desde hace cuatro años y que continuará, si hacemos las cosas bien, hasta el año 2020.

En este sentido, quiero decirles a ustedes lo que yo pienso sobre un acontecimiento, para mí muy importante, que se ha producido en el día de ayer, que es la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. La aprobación de los Presupuestos Generales va a ayudar a que se creen, porque se van a crear, quinientos mil empleos en el año 2017; dará un mensaje de confianza en España dentro y fuera de nuestras fronteras, y, además, un horizonte de estabilidad y futuro a los agentes económicos y sociales.

Pues bien, señoras y señores,

El sector industrial tiene mucho que ver con todo esto a lo que acabo de hacer referencia de forma sintética, en la recuperación económica y también en la creación de empleo. Les daré unos datos: el sector industrial representa hoy el 16 por 100 del Producto Interior Bruto español y casi el 14 por 100 del empleo; el 33 por 100 del Producto Interior Bruto en Burgos, que es la provincia más importante desde el punto de vista industrial en proporción a lo que es de nuestro país.

El Índice de Producción Industrial, que había caído de forma continuada durante la crisis, lleva 41 meses seguidos con tasas positivas y durante este período el conjunto de la producción industrial ha crecido un 8 por 100.

El sector industrial también ha contribuido de manera sustancial al crecimiento equilibrado de la economía española, al que me referí anteriormente. Les daré un dato: si en 2011 por nuestras aduanas salían bienes industriales por valor de algo menos de 18.000 millones de euros al mes, en 2017 esa cifra supera los 23.000 millones de euros --es la media del primer trimestre de este año 2017--; un incremento de casi el 28 por 100.

En lo que respecta al empleo, también desde 2014 se está recuperando el empleo en la industria. Así, según la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de este año 2017, este crece al 3,6 por 100, por encima de la media del conjunto de la economía, que lo hace al 2,7 por 100. Además, se han recuperado ya casi 275.000 empleos de los perdidos durante la crisis en el sector y encadenamos 36 meses consecutivos de incrementos de afiliación.

El sector industrial, además, como se ha recordado aquí esta mañana, es rico en empleo indefinido, en productividad y en inversión en I+D. Así, por ejemplo, su tasa de temporalidad es inferior a la media y, en el último año, la contratación indefinida ha crecido cerca de un 16 por 100; una cifra superior en más de tres puntos a la media nacional. Además, al ser un sector líder en productividad, su retribución media también es superior a la media.

Señoras y señores,

Apostar por lo que hay que apostar, que es el crecimiento económico y la creación de empleo en los próximos años, exige afianzar un sector industrial fuerte y competitivo; un sector industrial que debe ser capaz de adaptarse al entorno cambiante y globalizado, y, en particular, al reto y a la oportunidad que supone la economía digital. En este contexto es en el que se enmarca el objetivo, compartido por España y la Unión Europea, al que se refería en su intervención anterior el secretario general de la UGT, de que el sector industrial alcance un peso del 20 por 100 del PIB en 2020.

Para hacer frente a estos retos es necesario llevar a cabo, en primer lugar, y para mí muy importante, las políticas económicas adecuadas. No lo olvidemos, las políticas económicas adecuadas son buenas para el sector industrial y para el resto de los sectores que conforman lo que es la economía española.

Nosotros desde el primer momento hemos puesto en marcha una política económica que ha buscado corregir, por un lado, nuestros desequilibrios macroeconómicos y, por otro lado, reforzar la competitividad de la economía, y en particular de nuestra industria, llevando a cabo las reformas estructurales necesarias. Eso seguiremos, si conseguimos los apoyos suficientes, haciéndolo a lo largo de esta Legislatura.

Para la industria, la inversión es un factor esencial, como no se le escapa a nadie de los aquí presentes, y para poder invertir se necesitan confianza, estabilidad y costes financieros reducidos. Por eso decía antes que era importante que ayer hayamos podido sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado.

La reforma financiera, la reducción del déficit público y la reforma tributaria son elementos que inciden directamente en el impulso de la inversión y, por tanto, inciden directamente en la industria. Además, un sector tan abierto como el industrial, que compite, no lo olvidemos, globalmente y que necesita adaptarse de manera continuada, se beneficia muy especialmente de un funcionamiento flexible y eficiente de la economía, y eso es lo que hacen las reformas estructurales que hemos puesto en marcha.

Por otra parte, y ese, sin duda alguna, es un asunto muy importante y uno de los grandes retos de futuro, la industria es una gran demandante de energía. Aproximadamente, el 70 por 100 del consumo eléctrico, que se dice pronto, es industrial y, por ello, la energía --estoy de acuerdo con lo que hemos escuchado-- es un factor de competitividad fundamental para las empresas y para el empleo industrial. Por ello, la reforma energética que llevamos a cabo fue capital para cortar, aunque aún no sea suficiente, la espiral de crecimiento de los precios de ese input esencial.

Llegados a este punto, ¿cuál es la política industrial que debe hacer España? En mi opinión, tenemos que perseverar en esta línea y construir, no dar marcha atrás, sobre lo ya realizado. Y sería bueno, como aquí se ha dicho, que lo hiciéramos de común acuerdo con todos los implicados: Gobierno, agentes sociales y partidos políticos. Ustedes hablan de un Pacto de Estado por la Industria. Me parece bien. Lo podemos llamar trabajar todos conjuntamente en la misma dirección para tener un sector industrial fuerte y generador de empleo en la economía globalizada. Por tanto, debemos trabajar por ello y yo manifiesto la disposición del Gobierno a hacerlo.

Señoras y señores,

Además, como decía antes, de construir sobre lo ya realizado y además de lo importante que es --siento volver a reiterarlo-- para la política industrial una política económica razonable, me gustaría referirme a tres ámbitos concretos: al reto digital, a la energía y a las políticas industriales específicas sectoriales y a las Pymes.

Empezaré refiriéndome al reto digital, que se trata de una verdadera revolución a la que nuestra economía, en general, y la industria, en particular, deben sumarse.

La introducción de las tecnologías digitales en todos los ámbitos del tejido productivo es un elemento crítico para competir hoy en día y nuestras empresas, en particular las industriales, deben adaptarse. Desde este punto de vista, contamos con el Plan Industria Conectada 4.0, que apoya firmemente la necesaria transformación digital de nuestra industria potenciando los sectores industriales que van a protagonizar el futuro.

Por otro lado, y para aprovechar las oportunidades de la economía digital, estamos impulsando las redes de nuevas generación para que las empresas tengan acceso físico a la infraestructura digital. Hace pocas fechas, el Consejo de Ministros autorizó la convocatoria de ayudas para la extensión de la banda ancha de nueva generación, por un importe de 100 millones de euros, lo que supone un incremento del 58 por 100 --le damos importancia-- respecto a la convocatoria del año pasado.

Además, el Gobierno está impulsando la digitalización de los servicios públicos a través, por ejemplo, del historial clínico digital, la tarjeta sanitaria interoperable y los trabajos para avanzar en la Tarjeta Social. Creo que todo ello va a favorecer el desarrollo de un sector industrial asociado a las nuevas tecnologías.

En relación con la energía --como decía antes, tema capital--, debemos tomar decisiones responsables y equilibradas, y que, permitiéndonos cumplir con nuestros objetivos medioambientales y de penetración de las nuevas tecnologías renovables, ayuden a nuestra industria a ser más competitiva. Me refiero a lo siguiente: evitar que vuelvan a generarse déficits energéticos consecuencia de decisiones políticas. Nosotros estamos comprometidos con no subir la parte de la factura energética que depende del Gobierno: los costes regulados. Ello dañaría a la competitividad, en particular, de nuestra industria y, de hecho, desde la reforma del sector eléctrico, que fue una de las cosas más difíciles que hemos abordado en los últimos años, estos costes regulados no se han subido ningún año y en 2016 se rebajaron un 2,8 por 100. Esta es la línea a seguir.

Segundo, las decisiones sobre con qué fuentes de generación eléctrica se debe producir también deben ser responsables, como decía en su intervención el secretario general de la UGT, para asegurarnos de que el acceso a la energía se hace a precios estables y competitivos en el mercado. En este sentido --estoy de acuerdo--, es fundamental que contemos con todas las tecnologías. Por ejemplo, las últimas subastas de renovables se han hecho a coste cero para el consumidor.

En tercer lugar, seguiremos aprobando programas específicos para apoyar la eficiencia industrial. Desde 2014 se han destinado más de cien millones de euros a políticas de eficiencia energética en la industria, lo que ha movilizado inversiones de más de 451 millones, gracias al Fondo Nacional de Eficiencia Energética. Y en las próximas convocatorias se prevé que las industrias puedan lograr un anticipo del 40 por 100 de su ayuda de forma inmediata, cuando acometan este tipo de proyectos.

En cuarto lugar --este es otro tema capital y créanme que es difícil--, hay que seguir impulsando las interconexiones con el mercado energético europeo. Insisto, este es un tema capital. Es un tema que depende de muchos factores, hemos celebrado algunas reuniones de alto nivel aquí, hace pocos días estuve en Portugal y es nuestra idea volver a reunirnos los Gobiernos francés y portugués con la Comisión y el Gobierno español para darle un empuje a las interconexiones eléctricas que, insisto, son fundamentales.

Por último, quiero decir que, por primera vez, los Presupuestos Generales del Estado, los que se aprobaron ayer, contienen partidas importantes para reducir los costes energéticos de las industrias electro-intensivas.

Señoras y señores,

Respecto a una política industrial específica, estamos poniendo en marcha un marco estratégico integrador de todos los elementos relevantes como, por ejemplo --a título de ejemplo--, la digitalización de nuestro tejido industrial, la empleabilidad de los trabajadores y la innovación, que soy consciente de que es un tema capital; pero en un Presupuesto como este, que todavía tiene menos gasto que el del año 2016 porque todavía tenemos que seguir reduciendo el déficit público, la partida de I+D+i sube el 4,3 por 100 y, sin duda alguna, debe hacerlo y mucho más en el futuro, y también debe colaborar todo el sector privado en ello.

En particular, para mejorar la empleabilidad de los trabajadores es muy importante lo que hemos escuchado aquí hace un rato también: la Formación Profesional Dual. Es más fácil para las grandes empresas y es más complicado para las Pymes, pero éste es un tema capital y hay que adaptarse también a las nuevas tecnologías de los trabajadores.

Hace no muchas fechas se nos presentó en el Consejo Europeo un informe a los jefes de Estado y de Gobierno donde se hablaba de que cientos de miles, que se dice pronto, de puestos de trabajo habían quedado vacantes en el conjunto de Europa durante un año por baja cualificación o por falta de personas cualificadas en materias relacionadas con las nuevas tecnologías.

Sin duda alguna, éste es uno de los grandes retos, también en el futuro.

Además, la política industrial, el nuevo marco estratégico, se ha de ver complementado con agendas sectoriales que establecerán "hojas de ruta" para impulsar la competitividad de los principales sectores. Hemos iniciado los trabajos en el sector de la automoción, tan importante, como saben, en Castilla y León, y en otros, como el aeronáutico, el químico, el espacial, los bienes de equipo y el agroalimentario, también muy importante --está compitiendo con el automóvil el sector agroalimentario en el segundo puesto en las exportaciones españolas--; también el cemento, el papel, la moda o el textil.

Por último, este nuevo marco industrial quedaría incompleto si no fuera acompañado por una estrategia de impulso a las Pymes; una estrategia que parte de un dato de la realidad, de donde no conviene nunca alejarse: en la nueva economía, las Pymes también han de ser protagonistas de la producción industrial. Estamos trabajando para eliminar trabas y reducir costes de empezar nuevos negocios, crecer y expandirse, fomentando un marco regulatorio que favorezca el emprendimiento y el crecimiento empresarial. Se han de establecer facilidades para uno de los mayores obstáculos de nuestros pequeños y medianos emprendedores, que es el acceso a la financiación para inversión industrial.

Señoras y señores,

Voy concluyendo ya. Nuestra política económica --es un mensaje que vuelvo a repetir en esta intervención, porque me parece muy importante-- es buena para el crecimiento y la creación de empleo, y para que nuestra industria cuente con los elementos necesarios para adaptarse y competir en un mundo cada vez más complejo, más abierto y más cambiante.

El objetivo es un sector industrial fuerte y generador de empleo, capaz de innovar y de conquistar nuevos mercados. Todo ello traerá más desarrollo, más crecimiento, más trabajo, mejor trabajo, mejores sueldos y más bienestar. Y a ello creo que debemos dirigirnos todos a lo largo de los próximos tiempos. Si queremos hablar, pactar y acordar es para que las cosas les vayan mejor a todos, a los españoles, que es para lo que se supone que todos nos dedicamos a actividades públicas.

Tenemos que trabajar juntos y el diálogo social y el acuerdo político son elementos fundamentales para conseguir nuestros objetivos. Estamos, además, ante un escenario que va a requerir nuevos acuerdos. Todos compartimos un objetivo, que es que España y su sector industrial deben poder afrontar con éxito los retos de la globalización y de la transformación digital. Por tanto, un trabajo conjunto y entre todos, no solo es necesario; yo diría que casi es imprescindible si no queremos --perdón por la expresión-- hacer el ridículo.

Hemos sido capaces de alcanzar acuerdos en el pasado y, con altura de miras, responsabilidad y generosidad, estoy absolutamente convencido de que también vamos a hacerlo en el futuro. Nuestra prosperidad en nuestro trabajo y nuestro modelo social nos va en este reto. A veces, nos castigamos, en ocasiones incluso inmisericordemente, con las malas noticias que se producen en nuestro país; pero crecer y crear empleo requiere tener empresa, requiere que haya inversión, requiere un sector industrial fuerte, pero es que el crecimiento económico y el empleo son la garantía de que uno de los grandes logros de muy pocos países en el mundo --algo que no debemos olvidar--, como es el Estado de Bienestar, con sus pensiones, con su sanidad pública y con su educación para todos, se pueda mantener en el futuro.

Ahora estamos también debatiendo y estamos hablando con las organizaciones sindicales sobre el tema de las pensiones. Esto no es una broma. El gasto en las pensiones ya es el 40 por 100 del Presupuesto del Gobierno que yo presido en estos momentos, el 40 por 100. Hay 9.750.000 pensionistas en España. Es muy importante hacer las cosas bien para mantener eso de cara al futuro, en un país, como es el nuestro, que es el segundo con expectativas de vida, solamente superado por Japón.

Pues ese tema y el mantenimiento de la sanidad pública, que cada vez es mejor, donde cada vez las exigencias son mayores, requieren, sin duda alguna, que lleguemos a un entendimiento y que olvidemos algunas cosas que algunos, mal llamado, llaman "hacer política". Hacer política es hacer las cosas a lo grande, fijarse en lo importante, tomar las decisiones que haya que tomar y no ocuparse por los chismes, que es algo a lo que desgraciadamente estamos muy acostumbrados en los últimos tiempos.

Muchísimas gracias. Vuelvo a repetir lo que dije al principio: ha sido un honor estar aquí. Es la primera vez que hablo en una jornada organizada por la Unión General de Trabajadores tras 35 años en política. Es bueno que llegue. Gracias.

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