Discurso del presidente del Gobierno en un acto con motivo del Día Internacional de la Mujer

8.3.2017

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Señora ministra de Empleo y Seguridad Social; señora ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; señora presidenta de FEDEPE; señoras y señores,

Antes que nada, yo quiero que mis primeras palabras en el día de hoy sean para recordar a todas y cada una de las mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas; y también quiero recordar a todas las mujeres que todavía sufren la violencia de género, que es la mayor y más insoportable manifestación de desigualdad que aún existe. Nuestra prioridad es apoyarlas para que puedan salir de esa situación e insistir en la importancia de dar ese primer paso. Les animo a que denuncien, porque hay salida: ocho de cada diez mujeres, ocho de cada diez, lo consiguen. Deben saber que cuentan con el respaldo de todos; por supuesto del Gobierno, pero también del resto de las Administraciones y poderes públicos, y de todos los españoles en su conjunto. Estamos con ellas y estamos comprometidos con la igualdad, la justicia y la dignidad de las mujeres, y es necesario recordarlo en un día como hoy.

Amigas y amigos,

Si tuviera que resumir lo que voy a decir en los próximos minutos, diría que vamos bien, pero tenemos que hacer un esfuerzo para ir mejor.

Un mundo laboral en transformación, un planeta 50-50 en 2030, es el objetivo que plantea Naciones Unidas en este Día Internacional de la Mujer. Yo agradezco a FEDEPE su presencia aquí para conmemorar juntos el 8 de marzo. En mi opinión, creo que representáis de forma muy clara los objetivos que ha de marcarse una sociedad para que la igualdad entre hombres y mujeres, lejos de ser una proclama, un eslogan o un deseo, sea real y efectiva.

Yo creo que el problema que tenemos aquí --lo acabo de decir en el Parlamento-- no es un problema legal, porque, en cualquier caso, las leyes se pueden siempre mejorar; creo que contamos con un buen marco jurídico, que consagra la igualdad. Tampoco creo que tengamos un problema de diversas capacidades; hoy en nuestras Universidades estudian ya más mujeres y presentan mayores tasas de éxito y mejores expedientes académicos. Y el reto que tienen nuestras sociedades, por tanto, es el de la igualdad real, porque, pese a lo que dicen las leyes, sobre las mujeres recaen muchas veces responsabilidades que no les corresponden de modo exclusivo y estereotipos que afectan a sus vidas y que condicionan su desarrollo laboral y social. Por eso, ya no basta con pensar solamente en el punto de partida, sino que debemos asegurarnos y pensar en la meta de llegada.

Yo creo que todas las que formáis FEDEPE sois el mejor ejemplo de que es posible. Representáis, como decía la presidenta en su intervención anterior, a un grupo de mujeres que han alcanzado metas profesionales muy importantes. Estáis en dónde quisisteis estar, en dónde os propusisteis llegar, e imagino que no sin esfuerzo, renuncias, sacrificios, muchas veces mayores que el resto de vuestros compañeros.

Me consta que desde esos puestos directivos estáis ayudando a que las cosas cambien más deprisa en vuestras empresas, en vuestras organizaciones y en vuestros equipos. Conocéis en primera persona, y por eso podéis hacerlo mejor, las barreras y los clichés que han frenado durante mucho tiempo el desarrollo de las mujeres en el mundo laboral. Por tanto, sois las que mejores podéis entenderlo y, por tanto, las que más podéis hacer para que las cosas continúen cambiando.

Hoy FEDEPE está de celebración: treinta años desde que arrancó este proyecto y veinticinco desde los premios, a los que te referías también en tu intervención. Pues bien, durante estos años las cosas han cambiado mucho en España. En España tenemos una cierta tendencia a fijarnos en lo que no va bien; pero hay cosas que van bien, en cualquier faceta de la vida las hay, y España es un país bastante mejor, por suerte para nosotros que somos españoles, que aquello que algunos quieren contarnos. Por tanto, hay algunas cosas que han ido bien en este tiempo aunque, como os decía en el resumen de mi intervención, lo importante no es lo que pasó, sino lo que tenemos que hacer para que las cosas vayan mejor en el futuro.

En 1987, y desde entonces no ha pasado tanto tiempo, en España trabajaban el 33 por 100 de las mujeres; hoy la tasa de actividad se ha incrementado veinte puntos y nunca ha habido un 8 de marzo con tantas mujeres trabajando. Este 8 de marzo es el 8 de marzo donde hay más mujeres en España trabajando en la historia de España, y a eso han contribuido, sin duda alguna y sobre todo, la sociedad española, pero también organizaciones como la que vosotros conformáis. Yo, por eso, quiero daros las gracias hoy por trabajar por la mujer, porque trabajar por la mujer hoy es trabajar más que nunca por España.

A España, en un mundo tan complejo y competitivo como el que vivimos, le toca también competir y hay que competir en talento. El talento es nuestro principal activo para continuar creciendo económicamente, para mejorar nuestra productividad y para reforzar la sostenibilidad de nuestro modelo de bienestar. Necesitamos, por tanto, el talento de todos, el de las mujeres y el de los hombres, y para eso hay que seguir derribando las barreras, reduciendo brechas y abriendo caminos al liderazgo femenino. ¿Existen dificultades? Sin duda, pero las dificultades existen en todas las facetas de la vida y con determinación es siempre posible combatirlas.

La igualdad entre hombres y mujeres empieza con el empleo, y es la herramienta más importante para conseguir, sin ningún género de dudas, la igualdad real. En España hemos vivido una crisis, la crisis más importante que ha vivido nuestro país desde hace muchísimo tiempo: cinco años seguidos de crecimiento económico negativo no lo habíamos visto nunca en nuestra vida; 3.700.000 empleos perdidos entre 2009 y principios de 2014 no lo habíamos visto nunca en nuestra vida, y el 10 por 100 del Producto Interior Bruto perdido en esos cinco años tampoco lo habíamos visto, y espero que no lo veamos nunca.

En esa crisis, entre 2007 y 2011 España aportó… Es realmente una estadística dramática: siete de cada diez nuevas mujeres que se iban al paro estaban en España; siete de cada diez. Pues bien, la semana pasada conocimos los últimos datos de la Oficina Europea, Eurostat, donde se nos decía que en el último año más de la mitad de las mujeres que abandonaron el paro en Europa lo hicieron en España.

Hemos recuperado ya todo el empleo femenino destruido durante la crisis y, como os decía antes, hoy hay más mujeres trabajando que ningún otro 8 de marzo de la historia. Por tanto, este es un dato positivo, una buena base para seguir trabajando de cara al futuro, porque aún la tasa de ocupación, la diferencia entre hombres y mujeres, es muy importante: está por encima de los diez puntos. Pero insisto, en el año 1987 estaba en los 36 puntos. Caminamos bien, pero todavía tenemos mucho qué hacer.

Otro asunto diferente: la igualdad empieza con un empleo, pero continúa con políticas que permitan corregir las brechas que demuestran las desigualdades que aún persisten entre mujeres y hombres. Queda mucho por hacer, pero estamos avanzando.

Otro dato importante: hoy, el 55 por 100 de los alumnos matriculados en la Universidad son mujeres y eso corrige una brecha que ha existido siempre, que es la brecha educativa.

Otro dato: desde 2011, dos de cada tres emprendedores en España han sido mujeres y eso contribuye a reducir la brecha en el emprendimiento. El 93 por 100 del empleo femenino recuperado es a tiempo completo y eso es un paso importante para corregir la mayor parcialidad. La presencia de mujeres en los Consejos de Administración del IBEX se ha cuadruplicado en la última década, aunque es verdad que veníamos de unas cifras ciertamente ridículas y es verdad que aquí hay que hacer un esfuerzo también de cara al futuro.

También, la brecha salarial se ha reducido cuatro puntos --son los últimos datos que ha aportado Eurostat hace unas fechas--, aunque todavía queda mucho pendiente por hacer también en materia de salarios.

Y un dato que también debemos resaltar es que ya hay 180.000 mujeres que perciben el complemento en sus pensiones por el que se reconoce su aportación como madres trabajadoras. El balance del primer año, porque llevamos un año con esta nueva norma, ha permitido reducir en más de once puntos la brecha en pensiones.

Estos son datos positivos y son datos que, sin duda alguna, nos mueven y nos tienen que mover para seguir trabajando en el futuro. Cuando hay voluntad de hacer las cosas, cuando hay ganas y cuando esa voluntad y esas ganas se plasman con determinación y coraje, siempre se consiguen resultados.

Hay un tema que es muy importante, que es el avance en las políticas de conciliación y corresponsabilidad, porque todos sabemos que ahí están las barreras que dificultan el desarrollo profesional de las mujeres. Durante los últimos años se han aprobado medidas importantes en España en este sentido: hace pocas fechas hemos hecho efectiva la ampliación del permiso de paternidad a veintiocho días, duplicando su duración; también hemos ampliado el derecho a la reducción de jornada, de ocho a doce años; hemos introducido una ayuda para que los autónomos puedan acogerse igualmente a esa posibilidad, y también hemos impulsado que el permiso de lactancia pueda ser disfrutado por ambos progenitores.

Pero, como llevo diciendo a lo largo de esta intervención, aún queda mucho camino por recorrer y por eso ahora queremos impulsar un gran pacto nacional por la conciliación y por la corresponsabilidad, muy importante para todos, mujeres y hombres, porque estoy absolutamente convencido de que cada vez son más los hombres que también defienden el derecho a estar con sus hijos, participando más activamente en su cuidado y en su educación.

Y voy concluyendo. El camino se recorre andando y tenemos que perseverar. Y hoy, Día Internacional de la Mujer, es el día para recordar que en España tenemos grandes proyectos colectivos: primero, poner fin a la lacra de la violencia de género, como os decía al principio; segundo, ofrecer oportunidades a los más de dos millones de mujeres que todavía quieren trabajar y no pueden, porque no encuentran una oportunidad; y, tercero, cerrar todas las brechas, que no son solo una injusticia sino, además, una desventaja competitiva para un gran país que debe competir, como os decía antes, en talento.

En FEDEPE vuestro esfuerzo constante por la fuerza transformadora del liderazgo femenino es una causa que vale la pena, porque hay quien se cree que las Administraciones tienen que resolver todo, o los Gobiernos. Los Gobiernos y las Administraciones llegan hasta donde llegan, y a veces es mejor que en algunas cosas dejen hacer a la gente, que lo hace bastante mejor. Por tanto, es muy importante todo lo que vosotros podáis aportar a esta causa y a la causa general que nos concierne a todos, que es que en nuestro país cada vez haya mayores cotas de bienestar y de riqueza para todos.

El futuro de España depende, en gran medida, de que entre todos --vuelvo a insistir-- seamos capaces de lograr lo que nos recuerda Naciones Unidas en el día de hoy, ese planeta 50-50 en 2030, y una España 50 por 50, a ser posible, mucho antes.

He querido en esta intervención fijarme en algunos aspectos positivos porque, como decía al principio, ya resulta un poco cansado que haya algunos que solo vean cosas que no funcionan y a veces hay unas cuantas que funcionan. Y yo, al menos, como presidente del Gobierno, pero sobre todo como ciudadano español, me siento muy orgulloso de vivir en uno de los mejores países del mundo para vivir, con nuestras carencias y nuestros problemas, que los tenemos, como los tienen otros; pero un país que en esta materia y en otras va por el buen camino, da pasos en la buena dirección y, además, tiene una sociedad muy comprometida para hacer cada vez una nación, España, más justa.

Muchas gracias y enhorabuena.

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