Intervención y posterior coloquio del presidente del Gobierno en el Foro ABC

24.1.2017

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Madrid

Señora presidenta del Congreso de los Diputados, señora presidenta de la Comunidad de Madrid, señora vicepresidenta del Gobierno, señor presidente de Vocento, señora presidenta-editora del diario "ABC", señor director de "ABC", autoridades, patrocinadores, señoras y señores, amigas y amigos,

La última vez que tuve la oportunidad de compartir con ustedes este Foro hacía sólo unos días que se había cerrado la Legislatura y estábamos, como se ha recordado aquí hace un momento, a las puertas de una campaña electoral para los comicios del 20 de diciembre del año 2015.

¿Quién de los aquí presentes hubiera sido capaz de anticipar en aquel momento los acontecimientos que ocurrieron en la política española desde entonces hasta hoy? ¿Alguien hubiera podido suponer que tendríamos que repetir las elecciones generales, o que se iban a celebrar dos sesiones de investidura fallidas, o que finalmente se iba a constituir un Gobierno sin el apoyo mayoritario de la Cámara? Ciertamente, no.

Indudablemente, 2016 fue un año atípico, incierto, políticamente convulso y sin el menor precedente en nuestra reciente historia democrática; un año en el que todos tuvimos que aprender a desenvolvernos en unas circunstancias hasta entonces desconocidas.

Esa experiencia adquirida en un año de total incertidumbre no debemos echarla en el olvido. Nos equivocaríamos si pensáramos que hemos vivido una especie de sarampión político contra el que ya estamos vacunados y que todo volverá a ser como antes. En absoluto. Hemos vivido una etapa sin precedentes, pero no una etapa excepcional. No hay más que ver los fenómenos políticos que están ocurriendo en todo el mundo para saber que muchos de los valores que inspiraron las democracias liberales y las instituciones que éstas alumbraron a lo largo de los años están siendo sometidos a un profundo proceso de cuestionamiento en todas partes.

Digo más, si comparamos el comportamiento demostrado por los españoles, después de soportar una crisis durísima, con el de otros países menos castigados por el paro y la recesión, comprobaremos, una vez más, la moderación, la responsabilidad y la sensatez de la sociedad española; virtudes que, junto a la paciencia, se pusieron claramente de manifiesto a lo largo de este convulso 2016 que hemos dejado atrás.

En parte por ello, en parte por las reformas aprobadas en la Legislatura y también por la seguridad que dio contar con unos Presupuestos, pudimos comprobar con satisfacción que la economía española no se resintió de la incertidumbre política. Nuestro Producto Interior Bruto creció, al menos, un 3,2 por 100, el doble de la media de la Eurozona y el mayor crecimiento de los países grandes del euro.

Por lo que se refiere al empleo, esta semana conoceremos los datos de la EPA sobre el conjunto del año; pero, si hablamos en términos de afiliación a la Seguridad Social, ya sabemos que 2016 supuso un record absoluto en materia de creación de empleo: 540.000 nuevos afiliados. También marcó un record histórico en reducción de paro: casi 400.000 personas registradas en las listas del desempleo encontraron un puesto de trabajo el año pasado.

Permítanme subrayar dos datos más, para mí importantes, que acreditan que la recuperación está llegando a todos los hogares españoles, y también a los más vulnerables:

- El número de hogares con todos sus miembros en paro ha bajado en un año en 134.700, un 8 por 100 menos.

- El desempleo de larga duración, el que genera mayor exclusión social, se ha reducido a un ritmo especialmente intenso durante 2016: durante el tercer trimestre de ese año, 123.500 personas que llevaban, al menos, un año en el paro, encontraron empleo. Esta cifra se eleva a 315.000 si lo medimos en términos anuales.

Podría desgranar aquí muchos otros datos económicos, pero no quiero aburrirles con cifras a esta hora de la tarde. Sólo quiero dejar constancia de la fortaleza de nuestra recuperación económica, porque preservar esa recuperación ha de ser nuestra principal prioridad para los próximos meses.

Tampoco necesito recurrir a más datos para elevar algunas conclusiones, sólo tres, sobre lo que ha ocurrido en España en 2016:

- Primera, la solidez de la recuperación de nuestra economía, que no sólo no se resintió de los avatares políticos, sino que es la de mayor crecimiento entre los grandes de la Eurozona. Se trata, además, de un crecimiento más equilibrado y sostenible que en el pasado, en el que el sector exterior y nuestra competitividad son claves.

- Segunda, el comportamiento prudente y responsable de la sociedad española, que no se ha dejado cautivar por los cantos de sirena de demagogos o extremistas. Hoy eso es algo alabado e, incluso, me atrevería a decir que envidiado en otros países.

- Y, en tercer lugar, este 2016 nos ha enseñado que nunca se puede renunciar al diálogo. El diálogo es un imperativo político y una necesidad ineludible en situaciones tan complejas como la actual. Los españoles dijeron que querían diálogo entre los políticos y, finalmente, después de no pocas vicisitudes, ese diálogo está rindiendo sus primeros frutos. Considero que ésta es una de las lecciones más provechosas del año que dejamos atrás: la política no puede ser un enfrentamiento eterno y estéril; la política también es acordar y ceder desde distintas posiciones partidarias en aras del interés general y del bien común.

Hemos iniciado, por tanto, señoras y señores, este 2017 en una situación mejor de lo que cabría suponer dadas las circunstancias políticas:

- En este año 2017 seguiremos creciendo con fuerza. Nuestras previsiones apuntan a una tasa de crecimiento del 2,5 por 100. Según la OCDE, lideraremos el crecimiento entre las principales economías desarrolladas. En la primera mitad del año conseguiremos recuperar todo el Producto Interior Bruto que se destruyó durante los cinco años continuados de recesión. Les recuerdo que se perdieron diez puntos de PIB, algo sin precedentes en nuestra historia.

- Este crecimiento económico se trasladará de manera casi automática al empleo. Este año se crearán más de 400.000 empleos, lo que permitirá que la tasa de paro continúe bajando hasta situarse, en 2019, si hacemos las cosas bien, en el entorno del 13 por 100. Mantendremos, por tanto, el ritmo marcado para lograr la recuperación del mercado de trabajo, con la vista puesta en la cifra de veinte millones de españoles con trabajo, que debe seguir siendo nuestro gran objetivo nacional.

- Seguiremos reduciendo el déficit público, y eso cuesta mucho, como todos ustedes saben. Nuestro compromiso es llegar a un 3,1 por 100. Ya adelanto que no será fácil; pero resulta inexcusable para consolidar la confianza en el país que tanto esfuerzo costó recuperar. Después de haber alcanzado un déficit del 11 por 100, éste se situará claramente por debajo del 3 por 100 en 2018.

Señoras y señores,

No sólo arrancamos el año con buenos datos y buenas previsiones económicas; también se ha producido un notable cambio en el ambiente político. Me refiero a los acuerdos que ya están en marcha y que constituyen el eje principal de esta nueva Legislatura.

Los primeros fueron, obviamente, los que suscribimos en verano con Ciudadanos y con Coalición Canaria, que permitieron el desbloqueo político y despejaron la amenaza de unas terceras elecciones. Ya con la Legislatura en marcha, y en apenas unos meses, el diálogo político, social y territorial se ha plasmado en numerosas iniciativas conjuntas, que abarcan todo tipo de áreas. Entre otros, les recuerdo los siguientes acuerdos:

- Los objetivos de estabilidad presupuestaria y deuda pública para 2017, que suponen el marco presupuestario para todas las Administraciones.

- La subida, a instancias del Partido Socialista, del Salario Mínimo Interprofesional.

- El impulso del Sistema Nacional de Garantía Juvenil.

- El Real Decreto Ley, acordado con el Partido Socialista y con Ciudadanos, por el que se regula la financiación del bono social y otras medidas de protección de los consumidores de energía eléctrica.

- La Ley de Autónomos.

- El acuerdo para la ampliación del calendario de aplicación de la Ley de Educación y la creación de una subcomisión parlamentaria para el Pacto Educativo.

- El último de estos importantes acuerdos lo aprobó el viernes pasado el Consejo de Ministros. Se trata del Real Decreto Ley para facilitar el acuerdo entre las entidades financieras y los afectados por cláusulas suelo tras la sentencia de Estrasburgo, acordado con el Partido Socialista y Ciudadanos,

Si a todos estos acuerdos en el ámbito parlamentario sumamos las negociaciones para la renovación del Pacto de Toledo sobre las pensiones -un asunto de importancia capital--, la mesa de diálogo social con empresarios y sindicatos, y los compromisos alcanzados en la reciente Conferencia de Presidentes autonómicos, podemos concluir que se está abriendo en la vida pública española un horizonte esperanzador y tranquilizador, que hace falta mantener; un horizonte de confianza.

- Esperanzador, porque cada acuerdo que se consigue es simiente para nuevos pactos. Cada vez que los responsables políticos demostramos que podemos entendernos se recortan los recelos, se suaviza la polarización y se reduce la desconfianza acumulados en un período demasiado largo de desabrido enfrentamiento político.

- Tranquilizador, porque los pactos generan confianza: confianza entre quienes pactamos, entre quienes perciben los beneficios de esos pactos y entre quienes desde fuera comprueban que España es un país capaz de seguir adelante a pesar del complejo panorama político. A nadie se nos escapa, además, que las reformas aprobadas con el consenso de varios partidos políticos, son reformas que nacen con el sello de la estabilidad; son reformas destinadas a durar en el tiempo.

En resumen, señoras y señores, encaramos 2017 con una economía que se está recuperando con fuerza, que crea empleo, que es competitiva y que debemos preservar en ese buen estado de forma; y encaramos 2017 con un ambiente político mucho más sosegado y dialogante, un diálogo articulado en torno a tres ejes (político, social y territorial) y que ha producido ya sus primeros frutos.

El mandato de diálogo que nos dieron los españoles en las urnas exige gobernar con moderación, prudencia y solvencia. Hoy en España no hay alternativa a la negociación y al pacto, y eso significa hacer concesiones para alcanzar acuerdos.

En una situación como la actual es bueno asumir que, probablemente, ninguna de las distintas formaciones políticas vamos a poder cumplir nuestro programa de máximos; pero sí podemos colaborar todos en diseñar soluciones útiles al conjunto de los españoles.

Para nuestro país es vital que sepamos actuar con la moderación, la responsabilidad y la finura necesarias para proteger esta feliz confluencia de crecimiento económico y diálogo político, porque vamos a necesitar de ambos -crecimiento económico y diálogo político-- para hacer frente a las incertidumbres que ensombrecen el camino de nuestra recuperación.

El mayor reto que encaramos los españoles es, sin duda, el desafío a la unidad de nuestra nación y de nuestra soberanía nacional. Por desgracia, me he tenido que referir a este asunto muchas veces en los últimos años y hoy no voy a decir nada distinto de lo que ya me han oído decir en otras ocasiones. En España se cumplirá la Ley, que es tanto como decir que se cumplirá la voluntad de los españoles. Quien quiera cambiar la Constitución tiene a su disposición los mecanismos legales para hacerlo.

Por mi parte, seguiré velando por el bienestar de los españoles y ello incluye a los siete millones largos de españoles que viven en Cataluña. Atenderé, en la medida de lo posible, sus demandas; pero no daré un solo paso que menoscabe la igualdad de todos ante la Ley.

Dialogaré todo lo que tenga que dialogar sobre lo que se me plantee, pero no sobre lo que no me pertenece. Éste es el único, pero importantísimo, límite en mi disposición al entendimiento, que es sincera y es leal. Mi mano sigue estando tendida y me atrevería a decir que a algunos responsables políticos de Cataluña les iría mejor, y creo que a todos, si buscaran esa mano tendida en vez de seguir abrazados a la radicalidad y maniatados por el extremismo.

Pues bien, además de seguir defendiendo nuestra unidad nacional, este año 2017 nos va a obligar a luchar contra la incertidumbre y la inestabilidad que van a generar varios procesos en curso. El más importante de todos, no tengan duda, es la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El Brexit es una seria amenaza por dos evidentes razones:

- Por un lado, tiene un impacto económico directo importante en nuestras relaciones bilaterales. Sin entrar en otras consideraciones, sólo les diré que uno de cada cinco turistas que llegan a España es británico --casi 17 millones de británicos visitaron España el año pasado--; les diré también que el Reino Unido es el primer destino de inversión de las empresas españolas, como saben muy bien, y nuestro tercer socio comercial.

- Por otro lado, el Brexit es uno de los acontecimientos recientes, quizá el más relevante pero no el único, que exigen una reflexión seria y profunda por parte de los líderes europeos; una reflexión que debe llevarnos a actuar, tanto en el corto, como en el medio plazo, para que el proyecto europeo sea percibido como más sólido y como una fuente de beneficios muy evidente por nuestros ciudadanos.

Mi Gobierno va a trabajar para que la salida del Reino Unido de la Unión Europea se produzca de la manera más ordenada posible, de forma que ello redunde en un beneficio mutuo y cree el menor número de problemas a los ciudadanos británicos y españoles. Intentaremos preservar los beneficios económicos que se derivan de una relación intensa; pero ello debe hacerse también desde la defensa de los principios básicos y fundacionales de la Unión Europea para no introducir incertidumbres ni riesgos en un proceso de integración de cuya solidez depende el bienestar de nuestros ciudadanos.

Asimismo, debemos trabajar en el marco de las instituciones comunitarias para que esta indudable crisis del Brexit pueda alumbrar una Unión Europea más cohesionada, más eficaz en su toma de decisiones y con mayor ambición política.

Para ello serán determinantes los resultados de las elecciones que este año se celebrarán en Francia y Alemania. España, que es el cuarto país de la zona euro, espera que los dos mayores socios mantengan su vocación europeísta y su determinación de avanzar en un proyecto que, con todos sus defectos, es la mejor iniciativa política que ha visto el mundo en siglos: el proyecto de la Unión Europea.

Además de todo esto, señoras y señores, acabamos de asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de los Estados Unidos y a sus primeras decisiones de gobierno. Creo que es el interés de todos mantener las mejores relaciones posibles con Estados Unidos, sea quien sea el inquilino de la Casa Blanca. Somos socios estratégicos y aliados sólidos, y así debemos seguir en el futuro. Desde esas relaciones de amistad seguiremos defendiendo nuestras convicciones que pasan por un modelo de sociedad abierta e integradora, por la cooperación multilateral y por la libertad de comercio.

Como ven, tenemos unos cuantos asuntos importantes en el mundo a los que prestar mucha atención. Por si esto no fuera suficiente, la subida del petróleo está teniendo su lógico impacto nuestra economía y en el proceso de formación de precios, que hasta ahora había tenido un comportamiento muy positivo. Estaremos atentos a la inflación y también a los precios de la energía.

Por otra parte, las subidas de tipos de interés en Estados Unidos o un posible cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo también constituyen elementos de incertidumbre con indudable impacto en nuestra economía doméstica. Sin embargo, las decisiones que adoptó el jueves el Banco Central Europeo son decisiones tranquilizadoras y recuerdo que son decisiones que se adoptaron por unanimidad.

En conclusión, este año 2017 se nos presenta con un horizonte mejor del que cabría imaginar hace unos meses, pero no exento de algunos nubarrones.

Alguien podría decir que los famosos "vientos de cola", que también han ayudado a nuestra recuperación económica, están a punto de desaparecer o cambiar de dirección. Puede, incluso, que los más pesimistas acaben teniendo razón y así ocurra; pero, aún en ese caso de un súbito empeoramiento de las circunstancias externas, no debemos olvidar lo fundamental y lo fundamental es que los aviones no vuelan por el viento de cola, vuelan por la potencia de sus motores.

De eso es de lo que nos tenemos que preocupar, de que los motores de nuestra recuperación sigan funcionando a pleno rendimiento: me refiero a nuestro crecimiento económico, a la creación de empleo, a nuestra competitividad, a la estabilidad política e institucional o a la tranquilidad social.

Nuestra primera obligación es seguir restañando los daños causados por la crisis. Este año recuperaremos el nivel de PIB anterior a la crisis, como les dije antes; pero aún estamos lejos de recuperar el nivel de ingresos públicos y de empleo. En el año 2016 la recaudación del conjunto de las Administraciones públicas en España todavía fue más baja que en el año 2007: veinte mil millones de euros menos. Y entre el año 2016 y el año 2007 la cifra dedicada a pensiones subió en cuarenta mil millones de euros. Lo que hemos tenido que hacer, señoras y señores, no ha sido fácil y lo que hay que seguir haciendo en el futuro tampoco lo será.

Hemos recuperado ya la mitad de los puestos de trabajo destruidos en cinco años de recesión (2009, 2010, 2011, 2012 y 2013), pero nos queda la otra mitad, y sólo podremos dar por superada la crisis definitivamente cuando alcancemos ese objetivo de que veinte millones de españoles cuenten con un empleo.

Debemos continuar también poniendo orden en nuestras cuentas públicas de forma equilibrada y prudente, pero también exigente. No olvidemos somos que todavía el país europeo con mayor déficit. Hemos evitado el riesgo de una sanción; pero no podemos desentendernos, ni de nuestros compromisos, ni del objetivo del equilibrio presupuestario. Ello está en la base de nuestro crecimiento.

Debemos avanzar en nuestra competitividad, con un permanente afán reformista y de adaptación continua. En esta línea, quiero anunciarles que el Gobierno aprobará esta misma semana el primer Documento de Regulación Aeroportuaria que contempla una reducción continuada de las tarifas aeroportuarias durante los próximos cinco años. Esta rebaja, que en el conjunto del periodo será del 11 por 100, persigue mejorar la competitividad de los aeropuertos españoles y contribuirá también a mantener la pujanza de nuestro potente sector turístico, un sector que genera el 11 por 100 del PIB y el 13 por 100 del empleo en España. Además, esa rebaja tarifaria se hará mejorando la calidad de los servicios aeroportuarios, porque permite a AENA invertir más de dos mil millones de euros en los aeropuertos españoles en los próximos cinco años.

Debemos pensar también en el medio y largo plazo y anticiparnos a los retos del futuro. El primero de ellos es el mantenimiento de nuestro sistema de protección social: las pensiones, la educación, la sanidad o la dependencia.

Hoy, de cada cien euros que gasta el Estado, es decir, el conjunto de las Administraciones públicas, repito, de cada cien, veintiocho son para pensiones, catorce para sanidad, nueve para educación y más de cuatro para seguro de desempleo.

Hoy catorce millones de españoles perciben algún tipo de renta pública --no incluyo a los funcionarios-- y el gasto social supone el 70 por 100 del presupuesto de gastos de todas las Administraciones públicas.

Este sistema de protección social no tiene parangón en la mayor parte del mundo y nos obliga a ser enormemente exigentes y responsables en su gestión.

De todo ello hablamos la semana pasada en profundidad durante la Conferencia de Presidentes autonómicos y por ello hemos convenido en diseñar a lo largo de este año un nuevo modelo de financiación autonómica --algo muy complejo, por cierto-- del que dependen buena parte de esos servicios sociales

De este debate en el seno de la Conferencia también salió un compromiso para elaborar una Estrategia Nacional frente al reto demográfico. Éste es otro asunto de capital importancia. Les vuelvo a recordar que hoy gastamos en pensiones cuarenta mil millones de euros más de lo que gastábamos a final de 2007 y vuelvo a recordarles que hoy recaudamos veinte mil millones de euros que en el año 2007.

Pero, además, las proyecciones demográficas apuntan en España, y en toda Europa, a un cambio en la estructura de la población muy preocupante. Si en 2015 la población mayor de 65 años suponía el 18 por 100 del total, en 2030 ese porcentaje se elevará hasta el 25 por 100, con todo lo que eso implica en nuestro sistema de bienestar social. Afortunadamente, vivimos cada vez más, somos el segundo país del mundo, tras Japón, en expectativa de vida; pero estamos obligados a adaptar nuestra economía a esa feliz circunstancia. Vamos a crear un Comisionado del Gobierno para hacer frente al reto demográfico, para debatir con las Comunidades Autónomas, y también en las Cámaras, cuáles son las medidas, la gran mayoría de ellas de medio y largo plazo, que debemos adoptar en el futuro.

En suma, señoras y señores, no quiero extenderme más. Podremos hacerlo luego en el coloquio sobre los asuntos que ustedes y don Ángel Expósito consideren; pero antes de concluir esta intervención, a modo de cierre, quería lanzar un mensaje de optimismo realista.

Es cierto que tenemos ante nosotros muchas incertidumbres. Ignorarlas sería irresponsable e imprudente por mi parte. Ya saben que cualquier realidad ignorada prepara su venganza; pero también forman parte de nuestra realidad algunas certezas que no debemos despreciar. Entre ellas recordaría estas lecciones que nos ha enseñado a todos el convulso 2016 y a las que me referí al inicio de esta intervención:

- Que la economía española se fundamenta sobre bases sólidas.

- Que la sociedad española se ha caracterizado siempre por comportamientos responsables y maduros. Y hay que darle las gracias a mucha gente: a los empresarios, muchos de los cuales no habían salido nunca al exterior y lo han hecho. Lo que ha ocurrido con el sector exterior --cuatro años seguidos con superávit-- no había ocurrido nunca en nuestra historia. Esto ha sido fundamental para ir poco a poco consolidando la recuperación económica. A todas esas personas que han hecho un esfuerzo y que han contratado, como aquí nos recordaba alguno de los intervinientes, gente, sin duda alguna les debemos mucho los españoles. También a todas las personas que han trabajado y a muchos que han tenido que hacer un esfuerzo, porque las condiciones presupuestarias eran las que todos ustedes conocen.

- Y la tercera conclusión es que los ciudadanos, pero también los políticos, ganamos más con el diálogo y el acuerdo, que con los vetos y la exclusión.

Sobre esas tres certezas podemos fundamentar una acción política que consiga hacer de este incierto 2017 otro año ganado para la confianza, para la recuperación económica y para el bienestar de los españoles.

Por mi parte, ¿qué les puedo decir para terminar? Ofrecí acuerdos en diciembre de 2015, reiteré esos ofrecimientos a lo largo de todo el año 2016, y ahora, por fin, espero que estos acuerdos que vienen jalonando los primeros días de 2017 marquen la tónica general de una legislatura que a mí me gustaría que fuera, y haré todo lo posible para que sea así, larga y fructífera para los españoles. Por falta de esfuerzo por mi parte, y por la de muchísimos, no ha de quedar.

Muchas gracias.

Coloquio con el presidente del Gobierno

Ángel Expósito.- Tengo más preguntas que casi nunca; por lo tanto, voy a intentar ser breve y voy a intentar agrupar por temas, Presidente, porque, si no, no nos va a dar tiempo a formular, como digo, por lo menos los capítulos.

En su intervención ha hablado de riesgos internacionales, de dudas, del panorama del mundo mundial y la primera pregunta tiene que ver con ese panorama del mundo mundial, con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, pero también tiene una derivada claramente española. Me la formuló esta mañana Carlos Herrera y dice: "España, la hispanidad, razonablemente está molesta por la posible supresión del español de la web de la Casa Blanca. ¿Piensa el Gobierno de España indignarse también con la supresión del español de tantas web en Cataluña?".

Presidente.- La web de la Casa Blanca, según ha dicho el portavoz de la Casa Blanca, y, por tanto, tenemos que hacerle caso, no ha eliminado en el momento presente el idioma español, ¿no?, sino que la web de la Casa Blanca está en construcción. Por tanto, yo tengo la total y absoluta convicción de que el español seguirá en la web de la Casa Blanca, lo cual es muy razonable, teniendo en cuenta, además, que el 18 por 100 de las personas que viven en Estados Unidos hablan en español y que el 8 por 100 de la población mundial también lo hace.

Por tanto, no podemos afirmar ni tenemos ningún dato que nos permita hacerlo que la web de la Casa Blanca vaya a eliminar el español. Quiero decir, además, que la web del Gobierno español también está traducida al inglés, como buen seguro todos ustedes conocen.

A mí me gustaría que la web de la Generalitat también estuviera traducida al castellano, igual que la web de otros lugares de España, y creo que sería algo muy positivo para todos, entre otras cosas, porque también en Cataluña habitan más de siete millones de personas que hablan también el castellano, y en otros muchos lugares de España les importan las decisiones que adopte la Generalitat de Cataluña y lo que quiera decirnos a todos.

A.Expósito.- Tengo muchas preguntas referidas al problema y al tema de Cataluña; ahora voy con ello. Pero, por ir con capítulos, seguimos con el tema de Donald Trump. Preguntan qué es más o qué le preocupa más, que sea "populista" o que sea "nacionalista".

Presidente.- Yo no voy a dar por sentado que sea una cosa ni que sea la otra. Yo soy el presidente del Gobierno de España y, por lo tanto, entre mis obligaciones hay una que es muy importante, y estoy absolutamente convencido de que todos convendrán conmigo en que esto que digo es cierto: yo quiero tener la mejor relación posible con el presidente Trump, como hemos tenido el Gobierno que yo presido una magnífica relación con el anterior Presidente, que además vino a España en la última parte de su mandato. Concretamente, como a buen seguro ustedes recordarán, en julio del año 2016. Estados Unidos y España somos desde hace muchos años socios, aliados, compartimos valores, compartimos principios y hay voluntad de seguir haciéndolo y, por tanto, tener la mejor relación posible con Estados Unidos, lo cual no quiere decir que yo no defienda, como por otra parte es mi obligación, algunas cosas en las que creemos el conjunto de los españoles, como, por ejemplo, el libre comercio. Para mí es algo muy positivo.

Siempre que España miró hacia el exterior las cosas nos fueron bien. Como decía a lo largo de mi intervención, nuestro sector exterior ha ido muy bien a lo largo de estos años de crisis, ha sido decisivo para superar la crisis. Creo que el libre comercio genera crecimiento, genera empleo, va eliminando la pobreza, es bueno para el consumidor y a mí me gustaría que el Tratado de Libre Comercio que estábamos negociando --tengo que decir que con muchos problemas-- la Unión Europea y Estados Unidos pueda seguir negociándose en el futuro, a la vez que me gustaría poder negociar con MERCOSUR o cualquiera otra región del mundo porque, insisto, creo que es bueno y positivo para la gente.

A.Expósito.- Intentando hacer algún análisis político, ¿no considera que nos enfrentamos a dos tipos de problemas, o a un problema con el mismo nombre pero de dos dimensiones distintas; es decir, un nacionalismo interno --hay problemas de nacionalistas internos en Europa, no sólo en España, que también-- y problemas nacionalistas en las grandes potencias, como puede ser el caso del Reino Unido o el caso de Estados Unidos con Donald Trump?

Presidente.- ¿El señor Donald Trump? Hay que esperar a ver cuáles son las decisiones de Gobierno que adopta y, a partir de ahí, se le podrá juzgar. Pero, insisto, a mí lo que me importa es que mantengamos los vínculos que hemos mantenido a lo largo de muchos años. Antes he hablado de políticas económicas y Estados Unidos es el primer país del mundo en inversiones en España; estamos juntos en la OTAN y en materia de política de seguridad y de defensa colaboramos y lo hacemos muy intensamente, y a satisfacción de ambas partes. Por tanto, eso es lo que me importa a mí. Yo quiero tener una buena relación con Estados Unidos y ya me gustaría a mí que las decisiones que adoptara el presidente de Estados Unidos fueran en beneficio de su país y que también nos afectara a nosotros, como es natural.

Lo que ha ocurrido en Gran Bretaña es algo es algo distinto: se ha tomado una decisión, que yo ya he dicho y he defendido públicamente, y todos en la Unión Europea, que no nos gustaba. Es la primera vez en la Unión Europea, que es un espacio en el que todo el mundo quiere entrar, donde un país afirma que quiere salir. Yo no voy a entrar ni en las motivaciones, ni en las decisiones que se tomaron en su momento, ni en los porqués. A mí me gustaría que el Reino Unido siguiera en la Unión Europea. Como he apuntado antes, es un país para nosotros capital: el primer destino de nuestras inversiones, tercer socio comercial, el mayor emisor de turistas… Y creo que se pueda construir en una situación tan difícil como ésta.

No va a ser fácil todo el tema del "Brexit". En la comparecencia pública que tuvo el otro día la Primera Ministra algunas cosas aclaró; la primera, que ya no iba a participar en el Mercado Único, porque entendía que no se podían disociar las cuatro libertades. Ésa era la posición que defendíamos el resto de países de la Unión Europea. Aclaró, pero no demasiado, la relación de futuro que quería, que era un acuerdo de libre comercio lo más intenso posible. Vamos a ver en qué coincide eso. Y luego dijo algo que fue muy positivo, y que probablemente haya sido bien valorado, por tanto, por mercados, inversores y analistas: dijo que, en principio, el Reino Unido iba a conservar todo el acervo comunitario; es decir, se iría de la Unión Europea con las leyes que ya había incorporado a su Derecho, sin perjuicio de reservarse en el futuro hacer las modificaciones que ya, al estar fuera de la Unión Europea, podían hacer.

Pero, insisto, las cosas son como son y creo que lo que tiene que hacer España y lo que tiene que hacer la Unión Europea es mantener la mejor relación posible con dos países que son muy importantes y, además, estoy absolutamente convencido de que se puede hacer.

A.Expósito.- ¿Qué le preocupa más, si es que se puede poner en una balanza el nivel de preocupación: movimientos de ultraderecha ante las elecciones en Francia o Alemania de este año, y que hemos visto que se reunían en "chupipandi" el fin de semana pasado, o posible ruptura de Europa por movimientos nacionalistas internos? Cuando digo "internos", digo regiones, como hace bien poco el Tribunal Constitucional alemán sobre Baviera, cuestiones como Cataluña, el norte de Italia, Córcega, Escocia, Gales…

Presidente.- Hoy ha habido una sentencia del Tribunal Supremo británico donde, además de decir que los parlamentarios, los diputados, los miembros de la Cámara de los Comunes, y de los Lores, creo recordar que también, debían ratificar el "Brexit", dijo algo importante: que Escocia, Gales e Irlanda del Norte no tenían por qué ser consultados. Eso es algo importante.

A mí me preocupan las dos cosas. Yo estoy a favor de la moderación, de la sensatez, del sentido común, de la estabilidad política, y estoy a favor del proceso de integración europeo, en el que llevamos ya muchos años trabajando. Dentro de poco hay una reunión en Roma donde se celebra el 60º aniversario del Tratado de Roma. Creo que es a finales del mes de marzo.

Todo eso me preocupa, las dos. Me preocupan los movimientos de extrema derecha. Pero yo creo que en España hemos apostado firmemente por un proyecto que calificaba yo, en mi intervención inicial, de los mejores que se han puesto en marcha en mucho tiempo. Es decir, baste ver lo que ocurrió en Europa desde el año 1957, fecha del Tratado de Roma, hasta hoy y lo que ocurrió los sesenta años anteriores; entre otras cosas, dos guerras mundiales. Algunas cosas positivas se produjeron en Europa que, a pesar de que algunos lo vituperan, sigue siendo el espacio del mundo de mejor nivel de democracia, libertad, derechos humanos, progreso económico y social, y bienestar.

Por lo tanto, yo creo en el proyecto europeo. Soy optimista, creo que en Alemania y Francia va a haber unos buenos Gobiernos, y creo que esos movimientos que algunos plantean, como usted ha dicho, en distintos países de la Unión Europea, al final van a quedar en nada y quien los plantee y unilateralmente pretenda hacer lo que no hace, tiene que saber que se va a ir de Europa, porque son las reglas de juego que todos tenemos muy asumidas, muy claras y muy bien interiorizadas.

Por tanto, yo soy optimista respecto del futuro de Europa. Creo que estamos muy bien ahí. Europa es un proceso que ha costado su tiempo, llevamos muchos años. Empezó con la Comunidad del Carbón y el Acero, hay momentos que camina más rápidamente, otros lo hace más lentamente. El euro fue un momento fundamental. Y ahora ya se está hablando de la posibilidad de una Unión Fiscal, de un Presupuesto europeo, una autoridad hacendística europea, la Unión Política… Iremos avanzando poco a poco, pero dando pasos en la buena dirección. Yo creo que a Europa es un sitio a donde todo el mundo quiere venir y del que casi nadie se quiere ir.

A.Expósito.- Por cerrar el capítulo de política internacional, o nacional, porque esto sí que es, por desgracia, completamente producto de la globalización también, hemos hablado mucho de las incertidumbres sobre Estados Unidos, de la personalidad del Presidente, de cuestiones económicas y de primeras medidas. ¿Le preocupa que también cambie el rumbo Estados Unidos en la lucha contra el Daesh?

Presidente.- No me preocupa, porque estoy absolutamente convencido de que no lo va a cambiar, absolutamente convencido, y es algo que hemos escuchado hasta la saciedad a lo largo de las últimas fechas. Una de las grandes prioridades de la nueva Administración, y así se lo he escuchado a algunos de sus miembros, es la lucha contra el Daesh. Ahí es muy importante la colaboración entre todos porque, sin duda, estamos ante una amenaza tan cierta como que basta para demostrarlo los atentados que se han producido en Europa en los últimos tiempos, que están en la mente de todos.

A.Expósito.- Tengo bastantes preguntas relacionadas con la cuestión catalana. Pregunta mi colega Hermann Tertsch: ¿no ha llegado el momento de restablecer el imperio de la Ley en Cataluña como mensaje a toda España?

Presidente.- El imperio de la Ley tiene que estar vigente siempre. Eso es un principio básico de un sistema democrático. Se han tomado muchas decisiones en los últimos tiempos en Cataluña que van contra la Ley y todas, sin excepción, las ha recurrido el Gobierno que yo presido ante el Tribunal Constitucional, y en todos los casos, sin excepción, el Tribunal Constitucional le ha dado la razón al Gobierno que yo presido. En cualquier caso, como he dicho en mi intervención --sin duda alguna, estamos ante un asunto que podría requerir de varias conferencias y, aun así, probablemente, seguiríamos discutiendo todos--, hay algo que pueden tener ustedes la total y absoluta certeza de que no se va a producir aquí nunca, que es la ruptura de la unidad nacional, la liquidación de la soberanía nacional y del principio de igualdad de todos los españoles.

Eso no se va a producir, desde luego, por mi parte, porque no quiero; pero por una razón que se entiende muy bien: porque no puedo. Porque el derecho a decidir de todos los españoles es algo de lo que sólo pueden decidir los españoles, y todos tienen derecho a decidir sobre el conjunto de su país, como se ha encargado de decir la Constitución Española, que tiene dos tipos de preceptos: uno, que pueden modificar las Cortes Generales por sí solas y, otro, otros preceptos, que no basta el acuerdo de las Cortes Generales, aunque sea por unanimidad, sino que tienen que someterse a decisión del pueblo español. Y uno de esos apartados es el de la unidad de España, la soberanía nacional y la igualdad de todos.

A.Expósito.- Tengo un montón de preguntas, se lo puedo asegurar, Presidente, que se refieren a lo dicho por una sola persona, por un nombre propio. ¿Lo adivina?

Presidente.- ¿Quién?

A.Expósito.- Que si adivina a quién me refiero.

Presidente.- No.

A.Expósito .- Tengo un montón de preguntas referidas a Aznar, que habló ayer. Virginia Miranda, de "El Siglo"; Gloria, de "La Sexta"; Marisa Piqueras, de "Europa Press"…, un montón de colegas. Le formulo la pregunta que plantea Isabel San Sebastián; dice: "el presidente Aznar dijo textualmente: 'tenemos un país que se está desvertebrando social, política y territorialmente'. ¿Comparte usted el diagnóstico".

Presidente.- Gracias por no insistir.

A.Expósito.- ¿Por no insistir? Pero si he hecho una; puedo hacer muchísimas más.

Presidente.- Yo vengo aquí a dar mis opiniones, no a comentar las de los demás. No tiene ningún sentido, ¿no?

A.Expósito.- Sentido tiene porque la formulan los colegas; otra cosa es que no encuentre sentido quién la va a responder.

Presidente.- Gracias por no insistir, señor Expósito.

A.Expósito.- Pregunta mi compañero Ramón Pérez-Maura: cada vez hay más militantes relevantes del PP que organizan actos reivindicando la defensa de valores que antaño eran referencias del partido. ¿Por qué cree usted que surge esa preocupación?

Presidente.- El Partido Popular tiene un congreso y son esos congresos y son los momentos en que se elabora el programa electoral con el que nos presentamos a las elecciones cuando se toman las decisiones sobre nuestros principios y sobre nuestros valores. Dentro de poco tenemos un congreso, allí hay varias ponencias, se van a tratar todos los temas que importan al conjunto de los españoles y hay muchas enmiendas. Más de cuatro mil enmiendas de personas --a lo mejor, alguna ha hecho varias-- se van a presentar. Estas cosas se debaten, se discuten y, al final, se fija una posición, que es la del partido.

Pero esto sucede en mi partido y sucede en el resto de los partidos políticos de nuestro país, como estamos viendo. Quizá, el nuestro un poco más ordenado que los demás.

A.Expósito.- Tengo muchas preguntas referidas al Congreso del Partido Popular. La primera de ellas, y la plantean de distinta manera muchos compañeros, es si tiene ya decidido el presidente del PP cuál va a ser la fórmula para la Secretaría General del partido.

Presidente.- Eso lo lógico es que se lo comente a los compromisarios cuando estemos todos reunidos; pero será una buena decisión, no le quepa a usted la menor duda.

A.Expósito.- No tiene por qué, sinceramente… Referido al Congreso del PP, pregunta Carmelo Encinas --me la ha dejado esta mañana dicha también--: hemos leído que pretende crear un comité de notables en el Partido Popular, punto. ¿Es un antídoto contra Aznar?

Presidente.- Yo también lo he leído.

A.Expósito.- Ya, pero la pregunta no era si usted lo había leído; la pregunta era si esto es verdad o no.

Presidente.- Yo vengo aquí a dar mis opiniones, no a comentar lo que dicen los demás. No tiene ningún sentido.

A.Expósito.- No, si no es lo que dicen los demás; es si va a crear un comité de notables en el PP.

Presidente.- ¿Cómo?

A.Expósito .- Que si va a crear un comité de notables.

Presidente.- Pues mire, no.

A.Expósito.- Una última cuestión referida al Partido Popular también. Alberto Artero, también esta mañana en el programa de Herrera, me ha dejado la siguiente pregunta: Bárcenas dijo que con su llegada como líder del PP se acabó con Gürtel y con Correa. ¿Qué hacía o qué vio que hacía Correa para acabar con ellos?

Presidente.- Éste es un asunto que está en los Tribunales y creo que es bueno que estemos a lo que nos digan los Tribunales, y les dejemos trabajar con tranquilidad y la independencia y la libertad debidas.

A.Expósito.- Referido a los Presupuestos del Estado, preguntan si podemos dar por hecho que los Presupuestos Generales del Estado los va a pactar con el PNV.

Presidente.- Primero, hay algo que es positivo y que es bueno que recordemos todos, y es que tenemos aprobado el techo de gasto de la Administración Central del Estado, lo que podemos gastar. Tengo que decir que el techo de gasto de este año es inferior en 5.800 millones al techo de gasto del año pasado, lo cual es un dato muy revelador de lo que seguimos teniendo que hacer, y lo hacemos porque hay que bajar el déficit público este año del 4,6 al 3,1 por 100. Hemos hecho para eso dos cosas: en primer lugar, bajar el gasto y, en segundo lugar, intentar subir, con unos retoques en el Impuesto de Sociedades, los ingresos. En cuanto podamos hacerlo, pero todavía vivimos en una situación de extrema dificultad, revertiremos esa situación.

Yo no tengo ningún interés en no gastar ni tengo ningún interés en subir los impuestos o tomar algunas decisiones. Creo que hemos tomado una decisión equilibrada para bajar del 4,6 al 3,1 por 100, que es rebajar el gasto en 5.800 millones y tomar algunas decisiones en Sociedades. Y lo demás lo hemos dejado igual.

Ha sido importante eso y ha sido importante fijar ya los objetivos de estabilidad presupuestaria de todas las Administraciones. Ésa es una decisión que la hemos conseguido acordar con varias fuerzas políticas, que son Ciudadanos, el Partido Socialista, Coalición Canaria y el PNV. Y a esos partidos yo me voy a dirigir para intentar llegar a un entendimiento en el Presupuesto. Hay avanzadas conversaciones, porque ya se hicieron antes, con Ciudadanos y también con Coalición Canaria; pero yo hablaré con el PSOE y también con el PNV para intentar aprobar un Presupuesto.

Pero, en cualquier caso, insisto, es muy importante --son cosas que a veces se nos escapan-- que ya tengamos el techo de gasto y que, por tanto, transmitamos el mensaje a las instituciones europeas de que somos serios y de que España, a pesar de que tiene una composición su Parlamento, que es la conocida por todos ustedes, va a cumplir sus compromisos con la Unión.

A.Expósito.- En ese sentido, pregunta Nuria Vega, de "Colpisa", si el pacto con el PSOE es condición sine qua non para que el Gobierno envíe el proyecto de Presupuestos al Congreso.

Presidente.- No necesariamente. No necesariamente, porque aun sin un entendimiento con el PSOE, que sería positivo, pero yo entiendo también la posición del PSOE, se podría aprobar el Presupuesto. Por tanto, no necesariamente pero para mí, lógicamente, cuanto más apoyos tengamos, mejor. Pero hay que entender las posiciones, la situación de cada uno y, desde luego, respetar su voluntad.

Para mí ha sido un paso adelante muy importante, vuelvo a repetirlo, la aprobación del techo de gasto, los objetivos de estabilidad y las normas sobre ingresos, y creo que el PSOE ha tomado una decisión en beneficio, no del Gobierno del Partido Popular, sino de los intereses generales de España.

A.Expósito.- Permítame la expresión, pero la verdad es que la decimos los periodistas con cierta frecuencia, y salvando las distancias, y permítame la exageración, pero se dice que usted tiene el botón nuclear; es decir, que si, por lo que sea, no se llega a un acuerdo de Presupuestos o no salen los Presupuestos, y el PSOE está como está, usted hace "pim", aprieta el botón nuclear y nuevas elecciones. ¿Cabe, sopesa usted, esa posibilidad de apretar el botón electoral?

Presidente.- Francamente, no. Yo voy a intentar que esta Legislatura dure cuatro años. Voy a intentar que sea larga y que sea fructífera.

Yo recuerdo, cuando me sometí por segunda vez a la investidura, a finales de octubre, que algunos aconsejaban que, a lo mejor, unas nuevas elecciones en el mes de diciembre no serían malas para España, ni para nosotros. Tengo que decir que me parecía una irresponsabilidad ir a unas terceras elecciones cuando podía ser investido.

Por tanto, voy a hacer ahora todo cuanto esté en mis manos para no adelantarlas. Quiero que quede claro que no quiero adelantar y que haré lo posible para que la Legislatura dure el mayor tiempo. Después de lo que vivimos en el año 2016, creo que sería muy negativo para los intereses generales de todos mandar este mensaje; negativo aquí y negativo fuera de aquí; en el extranjero, quiero decir.

A.Expósito.- Nos quedan cinco minutos. Pido disculpas, sobre todo, a los colegas, porque no voy a poder formular el 80 por 100 de las cuestiones que han planteado; pero voy a intentar correr para que quepan las más posibles.

Cuestiones económicas. Pregunta Yolanda Gómez: ¿va a cambiar finalmente el copago farmacéutico? Esto tiene bastante relación con el gran problema demográfico que ha planteado usted antes.

Presidente.- No, no lo voy a hacer en esta Legislatura.

A.Expósito.- Preguntan si subirá el sueldo a los funcionarios, al menos, un 1 por 100, aunque no haya Presupuestos.

Presidente.- Ésa es una decisión que no está tomada. Lo bueno sería que hubiera Presupuestos y, cuando hubiera Presupuestos, tomaremos la decisión sobre esos y otros muchos asuntos. Por tanto, en su momento. Hasta ahora, lo que hemos es tomado la decisión de aplicar la Ley y, por tanto, la subida de pensiones es del 0,25 por 100. La subida de pensiones es del 0,25 por 100 pero el gasto en pensiones en este Presupuesto aumenta en tres mil millones de euros.

La pensión de quienes se están incorporando ahora al sistema ya es de más de 1.500 euros al mes. La media de todas las pensiones es de 1.050 euros, pero de los nuevos es de 1.500 euros al mes. Y ya les he dado antes algunos datos de pensiones: 40.000 millones de euros de subida entre 2007 y 2016, y suponen el 28 por 100 del gasto público español, de todas las Administraciones. Junto con la sanidad, éstos son los dos retos más importantes que tenemos como país y su solución va a requerir decisión y muchos apoyos para resolverlo, porque el objetivo tiene que ser mantener y preservar algo de lo que podemos sentirnos legítimamente orgullosos.

A.Expósito.- Por cierto, permítanme un paréntesis. Antes habló, y no sé cómo denominó el cargo, de un comisionado o una especie de comisionado especial para todo este asunto de la demografía. ¿Quién va a ser?

Presidente.- No tenemos el nombre todavía, pero queremos que sea una persona competente.

Hay muchos asuntos que están relacionados con el tema demográfico. Hay muchos pueblos de España que están siendo abandonados, porque no hay posibilidad en ellos de salir adelante. Sin embargo, hay algo que está avanzando en España mucho, y que es un sector que hay que tener en cuenta, que es el sector agroalimentario. Siempre, quien quiere hacer demagogia dice que aquí hay construcción y turismo; pero, además de construcción y turismo, exportamos y lo que más exportamos es bienes de equipo y, luego, hay tres sectores que compiten por el segundo puesto: el automóvil, los productos químicos y la industria agroalimentaria.

Hay muchas zonas de España donde esta industria agroalimentaria está cogiendo mucha fuerza. Es un sector económico que ya da empleo a mucha gente y tenemos que intentar que eso se mantenga en el futuro. Es un sector que está, como les decía antes, exportando mucho y que tiene grandes posibilidades de cara al futuro.

Pero, claro, es que ahí está todo, ahí está el tema de las pensiones, ahí está el tema de la sanidad… Tenemos un índice de natalidad bajo en este momento y tendremos que ver a fondo qué decisiones se pueden adoptar que sean realmente eficaces para poder conciliar bien la vida laboral y familiar. Creo que es un tema que hay que abordar, que no es para tomar una decisión para el jueves que viene pero, de cara al medio y largo plazo, tenemos que tener un plan, porque éste es un tema serio y de los de verdad importantes.

A.Expósito.- Tres o cuatro cuestiones casi, imagino, que tipo test. Preguntan: el precio de la luz esta noche alcanza su récord: "99 euros a eso de las 21:00 horas. Usted ha dicho que estará muy atento a los costes de la energía. Gracias. ¿Piensa hacer algo más; por ejemplo, rebajar los impuestos de la luz?".

Presidente.- Rebajar los impuestos… Ya me gustaría a mí rebajárselos a todo el mundo…

A.Expósito.- Y a mí.

Presidente.- Claro, sí. En el Impuesto de Sociedades, por ejemplo, el tipo es el 25 por 100; es el tipo más bajo de la historia desde la vuelta de la democracia a España, el más bajo. Jamás estuvo en el 25 por 100 el tipo del Impuesto de Sociedades. Durante veinticuatro años seguidos, con los Gobiernos del Partido Popular y del Partido Socialista, era el 35 por 100; luego, Rodríguez Zapatero lo rebajó al 32,5 por 100; luego, al 30 por 100 y nosotros lo hemos puesto en el 25 por 100. Pero durante veinticuatro años en España el tipo del Impuesto de Sociedades era el 35 por 100.

Lo mismo sucede con el IVA. Hay cinco países en Europa, de los veintisiete o, si quieren, de los veintiocho de la Unión Europea, que tengan el tipo superreducido al 4 por 100; uno de ellos es España. Cinco países. Tenemos el IVA por debajo del Reino Unido, Alemania, Francia e Italia. Es un dato positivo. Y tenemos un IRPF en la línea del resto de los países.

¿A mí? Si me preguntan, yo quiero bajar los impuestos, pero es que no basta con que quiera. Yo subí los impuestos al llegar al Gobierno el 30 de diciembre del año 2011 y hemos bajado en la misma cuantía el Impuesto de la Renta en el año 2015 en dos ocasiones. Ya he dicho antes que para bajar del 4,6 al 3,1 por 100 el déficit público este año nos hemos obligado, una vez más, a bajar el gasto público y hemos tenido que hacer retoques en el Impuesto de Sociedades. Pero es que, como les decía antes --ésta es es la fotografía más clara de la crisis económica que hemos vivido--, es que en el año 2007 todavía recaudamos veinte mil millones de euros más que en el año 2016. Es que en dos años, dos ejercicios presupuestarios, se perdieron 75.000 millones de euros de recaudación; eso, en pesetas, son más de once billones.

Pues aun así, este país salió adelante y aun así este país mantuvo su sistema de pensiones, su sanidad y su educación, a pesar de las dificultades y de lo bien que nos comprendieron y trataron mucha gente en España.

A.Expósito.- Le voy a hacer dos preguntas más, que estamos fuera de tiempo. ¿Le parece? La primera, y vuelvo a temas anteriores. Albert Calatrava, de "Catalunya Radio", dice si el Gobierno se ha movido para evitar la presencia de autoridades europeas en la conferencia de hoy del president Puigdemont en Bruselas; si han hecho ustedes algo para evitar presencias.

Presidente.- El señor Puigdemont fue a una sala del Parlamento, tiene perfecto derecho a ir, y dio una conferencia. Realmente, no sé si la dio o no la dio; pero realmente no tiene ningún sentido. Lo que es evidente es que al señor Puigdemont le han dado el trato que se merecía, y punto.

A.Expósito.- Isaac Blasco, de ABC, pregunta: ¿lo mejor para el PSOE y para España sería que Javier Fernández liderara el Partido Socialista?

Presidente.- ¡Hombre!, yo no voy a entrar en… Igual que a mí no me gusta que entren los demás en las decisiones de partido, tampoco voy a entrar. Lo que sí puedo decir es que yo tengo buena opinión. No sé si le hago… A lo mejor no le hago un favor, tampoco pasa nada; pero tengo muy buena opinión del señor Fernández. Me parece un hombre sensato, razonable y que ha logrado tranquilizar las cosas, y está ayudando a que esto esté un poco mejor. Ya digo, sin ánimo de fastidiar: tengo muy buen opinión.

A.Expósito.- Y la última cuestión. Preguntan si el Partido Popular es la socialdemocracia, pero un poquito de derechas.

Presidente.- Eso es uno de los topicazos y de los eslóganes que se hacen de vez en cuando por ahí. No, el Partido Popular es un partido que cree en la persona, que cree en su libertad y que piensa que el progreso de la humanidad lo hacen los hombres, su fuerza, su coraje, su determinación, sus fundamentos y sus valores; pero que tiene también la conciencia de que hay personas a las que no les va tan bien en la vida en un determinado momento o que tienen menos aptitudes y cualidades que otras, y a las que nunca se les puede dejar tirado.

Esto es lo que es el Partido Popular: un partido de amplia base y un partido como los que hay en muchos lugares de la Unión Europea; singularmente, en Alemania. Es el partido más apoyado de toda Europa y por eso tiene la Presidencia de la Comisión, la Presidencia del Parlamento y la Presidencia del Consejo Europeo. Es uno de los partidos que más ha hecho en el proceso de la construcción europea y que ahora está gobernando en una coalición, de aquella manera, con los socialdemócratas y con los liberales.

Y, luego, hay gente que hace eslóganes, pero eso tampoco está mal; no molestan a nadie.

A.Expósito.- ¿Se imagina que usted hubiera dicho aquí, en España, que los periodistas somos "los más deshonestos de la especie humana", o algo así, poco más o menos, que dijo…?

Presidente .- ¿Quién?

A.Expósito.- Donald Trump dijo hace unos días eso de "los periodistas son la clase o la especie más deshonesta entre los seres humanos", poco más o menos. ¿Se imagina que usted hubiera dicho algo de eso aquí?

Presidente.- Yo estoy a favor en eso de la opinión que de los periodistas tiene el patrono de los periodistas, porque hoy es su patrono. Pues yo estoy siempre con el patrono, siempre.

A.Expósito.- Presidente, muchas gracias.

Presidente.- Muchas gracias.