Palabras del presidente del Gobierno durante el acto de imposición de condecoraciones al secretario general de la ONU y a otras personalidades

20.12.2016

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Nueva York

Señor Secretario General, señora Ban, señor Vicesecretario General, señor jefe de Gabinete del Secretario General, señoras y señores,

Nos hemos reunido hoy para reconocer solemnemente los méritos de un hombre extraordinario, el señor Ban ki-Moon, secretario general de las Naciones Unidas, y los de sus colaboradores más cercanos.

Señor Ban, a lo largo de su mandato, las Naciones Unidas han adoptado la Agenda 2030, se ha firmado la Convención del Cambio Climático y se ha creado ONU Mujeres. Bajo su liderazgo, se ha reformado la organización internacional más grande del mundo, que se ha convertido en una entidad más eficiente al haber incorporado cambios significativos en los métodos de trabajo, racionalizado el presupuesto y hecho más eficiente el gasto.

Las prioridades del señor Ban en Naciones Unidas han coincidido con las de mi país. Citaré sólo unos ejemplos: la diplomacia preventiva, los derechos humanos, la responsabilidad de proteger, la agenda de mujeres, paz y seguridad o la lucha contra el terrorismo y el extremismo violento.

También queremos darle las gracias por fundar la Base de Apoyo de Naciones Unidas en Valencia, que usted inauguró con el entonces Príncipe de Asturias y actual Rey de España. La Base está creciendo y se ha convertido en una entidad de referencia.

España se ha sentido muy cómoda trabajando con usted y creemos que también usted se siente cómodo a nuestro lado. Quizás sea ése el motivo por el cual ha visitado oficialmente España en doce ocasiones durante estos diez años, lo que nos honra enormemente.

Por todo ello, me llena de orgullo anunciar el reconocimiento de mi país imponiéndole una de sus condecoraciones más prestigiosas, el Gran Collar del Mérito Civil. Con esta condecoración reconocemos también al niño al que la vida enseñó muy pronto la dura lección de convertirse en un refugiado. Todavía recordamos sus emotivas palabras durante una de sus visitas a España. Nos dimos cuenta de que usted nunca olvidará que un día fue uno de ellos.

Estimados amigos,

No seríamos justos si no honráramos hoy también a la señora Ban, esposa del Secretario General. Usted lleva junto a su esposo más de 45 años y ha acompañado al Secretario General en centenares de viajes durante los últimos diez años, incluidas la mayoría de sus visitas a España. En ellos hemos podido apreciar y admirar su profesionalidad, su amabilidad y su compromiso.

Durante más de cuarenta años, la señora Ban se ha involucrado en las actividades relacionadas con las mujeres, los niños y los ancianos. Ha promovido el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, se ha involucrado en la iniciativa "Mujeres para la paz", que recauda fondos para que una mujer de cada continente pueda cursar un máster, y es también una líder destacada en la lucha contra la violencia de género.

La condecoración que hoy le otorgamos va también dirigida a todas las mujeres que ha defendido durante estos años y a subrayar algunas de las prioridades de España, entre las que figura potenciar el papel de las mujeres en Naciones Unidas y erradicar la violencia de género.

Enhorabuena a ambos.

Señoras y señores,

Si existe un diplomático que se merezca el apodo de "el hombre de Naciones Unidas", ése es Jan Eliasson. Pertenece al linaje de diplomáticos suecos que ha servido a las Naciones Unidas al más alto nivel, como Dag Hammarskjold, o a los nobles propósitos que inspiraron su creación, como Raul Wallenberg.

Ha sido casi todo en su país y en Naciones Unidas: embajador en Washington y ante Naciones Unidas; ministro de Asuntos Exteriores; vicepresidente del ECOSOC; enviado especial del Secretario General; secretario general adjunto; presidente de la Asamblea General y, actualmente, Vicesecretario General.

Queremos reconocer sus sólidos principios, además de su flexibilidad, cualidad indispensable para un gran mediador. Nagorno-Karabaj, Darfur, Sudán, Irán e Irak han sido testigos de sus habilidades para prevenir conflictos y conciliar bandos enfrentados. Es también un gran defensor de la acción humanitaria, como demostró en Sudáfrica y en Sudán del Sur durante la década de los años 90.

El señor Eliasson ha sido también crucial en la elaboración de la iniciativa del Secretario General "Los Derechos Humanos, Primero", que España respalda en su integridad.

Muchos le conocen como "el hombre del agua", por su firme compromiso con el acceso de todos al agua y al saneamiento. Siguiendo su estela, España y Alemania hemos dedicado buena parte de nuestros esfuerzos al reconocimiento de ambos como derechos humanos.

Mi más sincera enhorabuena.

Amigas y amigos,

Si el puesto de Secretario General es "el trabajo más imposible del mundo", ser su jefe de gabinete significa gestionar lo imposible. Conviene ser periodista, abogado, político y diplomático. Todo ello es el señor Mulet, además de un hombre brillante, extraordinariamente amable y muy eficiente.

Desde que fuera representante especial del Secretario General en Haití y, posteriormente, en calidad de Subsecretario General encargado de las Operaciones de Mantenimiento de la Paz, así como en su actual puesto, el señor Mulet siempre ha sido eficaz y atento con España. Para nosotros es un viejo y verdadero amigo, a quien, en realidad, ya habíamos otorgado esta condecoración hace un tiempo, pero no la habíamos podido imponer por razones administrativas, algo que afortunadamente puedo hacer hoy yo.

Es difícil resumir sus méritos en pocas palabras, pero resaltaría dos: es capaz de congregar a muchas personas al mismo tiempo alrededor de una meta y es también muy sensible a las situaciones sobre el terreno, aquellas que afectan a personas reales en situaciones reales, lo que le impulsa a ser un hombre de acción.

Quiero compartir con ustedes un dato poco conocido de Edmond Mulet. Su apellido, lejos de provenir de ancestros franceses, como mucha gente cree, es, en realidad, catalán y, por tanto, tiene raíces españolas. Quizá por ello tiene tanto cariño a España y nosotros a él.

En nombre de España, mi más profundo agradecimiento, señor Secretario General, señora Ban, señor Vicesecretario General y señor Mulet.

Muchas gracias.

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