Discurso del presidente del Gobierno en la inauguración de la Academia de Oficiales de la Guardia Civil

17.3.2016

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Aranjuez

Señor ministro del Interior; señor director general de la Guardia Civil; señor rector de la Universidad Carlos III; autoridades militares, policiales y académicas; señor coronel director de la Academia; señoras y señores; amigas y amigos todos,

Hace pocos meses, en la explanada del Palacio Real de Madrid, tuve la gran satisfacción de presidir el acto castrense en el que se concedía una Enseña Nacional, en su modalidad de Bandera, a la Zona de la Guardia Civil de Madrid.

Tuve entonces ocasión de expresarles, como presidente del Gobierno de España, lo que hoy les reitero a todos: mi gratitud y admiración por el servicio que prestan los hombres y mujeres que componen esta institución tan valorada, tan respetada y tan querida por los españoles.

El de hoy es un día importante para la Benemérita. Estamos inaugurando unas extraordinarias instalaciones que van a acoger la Academia de Oficiales y donde también se ubicará el Centro Universitario de la Guardia Civil.

Esta nueva Academia representa un paso más en la vocación de excelencia y modernidad del Instituto Armado. No en vano, la preparación, la formación y el conocimiento han sido siempre, y hoy son más que nunca, imprescindibles para que la Guardia Civil cumpla con las altas misiones que tiene encomendadas.

Tenemos en la Benemérita profesionales extraordinariamente preparados. A partir de ahora, me alegra decir que esa preparación, reconocida dentro y fuera de España, será todavía superior y por eso han merecido tanto la pena los esfuerzos destinados a hacer de esta Academia una realidad.

Señoras y señores,

Desde los tiempos del Duque de Ahumada, los valores propios de la Guardia Civil permanecen inalterables; pero el espíritu de servicio del Instituto Armado ha sabido adaptarse y enriquecerse siempre según las necesidades de cada tiempo. En concreto, por lo que se refiere a los oficiales de la Guardia Civil, el modelo seguido hasta ahora, basado en compartir formación militar y policial, ha dado frutos de gran éxito.

Estamos hablando de una formación diversa, completa, moderna y actualizada; una formación compatible y homologable con la que reciben los directivos y líderes de cualquier gran organización o institución, ya sea pública o privada. Y debo decir que es esa formación, al proyectarse en la realidad del trabajo diario, la que ha afianzado la más que justificada admiración de que hoy goza la Guardia Civil entre los ciudadanos españoles. En ellos vemos, en efecto, a los defensores de lo más precioso que tenemos, nuestra legalidad, y en ellos también apreciamos cómo el talento y la capacidad son los mejores aliados de la vocación de servicio.

Señoras y señores,

Como ustedes bien conocen, tanto la Guardia Civil, como la Policía Nacional, han renovado recientemente sus respectivos estatutos profesionales y modelos de carrera. Esta nueva Ley de Régimen de Personal de la Guardia Civil ha venido a aprobar un modelo profesional y de carrera más avanzado, respetuoso con la tradición, naturaleza militar y funciones de la Guardia Civil.

Entre los principales propósitos de esta gran renovación hay que mencionar la actualización de los sistemas de enseñanza y promoción profesional de los oficiales; unos sistemas que van a quedar plenamente incorporados el sistema educativo español, con capacidad para impartir titulaciones universitarias del Espacio Europeo de Educación Superior, y cuyo epicentro se ubicará en estas instalaciones que hoy inauguramos.

Se trata, en definitiva, de que los jóvenes que aquí están cursen sus estudios y hagan compatible su vocación de Guardia Civil con el enriquecimiento que aporta el mundo universitario, abierto a otros ámbitos de conocimiento, y que reciban una enseñanza puntera que esté acorde con la importancia de las funciones que desempeñan las unidades del Instituto Armado.

La formación que reciban los oficiales de la Guardia Civil ha de seguir siendo ser tan integral y completa como para poder dirigir complejas investigaciones, desarrollar capacidad de análisis en el ámbito de la lucha contra el terrorismo o el crimen organizado, ejercer el mando en grandes unidades de seguridad ciudadana o de tráfico, gestionar sofisticados medios tecnológicos o supervisar actividades tan sensibles como las dirigidas a los menores, a los mayores o las víctimas de violencia de género.

Señoras y señores,

Voy concluyendo ya mi intervención., pero no quería hacerlo sin antes dirigirme a los protagonistas de esta nueva Academia: sus alumnos.

La enseñanza y la formación que se imparten en este centro les van a aportar los amplios conocimientos técnicos y profesionales que necesitan los directivos de un gran cuerpo de seguridad como la Guardia Civil. Y, al contacto con estudiantes de fuerzas de seguridad de otros países, todos ustedes se enriquecerán también humanamente.

Y es importante subrayar este componente, que no es sólo curricular o técnico, porque, para ser ustedes grandes oficiales de la Guardia Civil, necesitan, sin duda, amplios conocimientos; pero su mayor distinción estará siempre en encarnar con fidelidad los valores propios de la Benemérita. Porque, si los españoles necesitamos guardias civiles cada día más preparados y cada día más competentes, los necesitamos también comprometidos con ese ideal de servicio que ha hecho de la Guardia Civil una institución única en el mundo.

Queridos amigos,

Benemérito significa ser digno de galardón y recompensa por los servicios prestados. Nunca una institución como la que ustedes integran ha representado mejor esta noble condición, tan útil y tan necesaria para la defensa de la libertad y la seguridad de la democracia española.

¡Larga vida a la Benemérita!

Muchas gracias.

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