Palabras del presidente del Gobierno en su visita al contingente español de la misión EUTM-Malí

3.5.2015

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Bamako (Malí)

Muy buenos días a todos.

General, encantado estoy yo y lo digo de corazón. La salud y la moral se ven, se notan, se palpan y, por tanto, no hay nada que contarle a nadie; pero hablaremos, porque efectivamente hoy es el Día de la Madre, con todas las madres de todos los aquí presentes que podamos. Por tanto, estoy muy agradecido.

Tenía apuntado aquí, y es verdad, que como presidente del Gobierno, tengo el honor de visitar a las tropas españolas en el extranjero. Lo hice en Afganistán --estuvimos en Kabul y luego estuvimos en Herat y en Qala-i-Now; lo hice luego en Djiubti, lugar también complicado, y ahora lo hago aquí, en Mali, muy honrado; la verdad, muy honrado.

No siquiera hacer un gran discurso, pero sí quisiera decirles dos o tres cosas, sólo dos o tres cosas. La primera es que pueden estar ustedes orgullosos de la labor que están haciendo. Realmente, como ustedes saben, complicaciones, problemas y dificultades las hay en todos los países del mundo. En algunos hay más problemas y más dificultades, y un menor nivel de calidad de vida, que en otros; pero, si hay algo que es capital para asegurar el futuro de un país, es que un país tenga un ejército con formación, con conocimientos y que sepa manejar las cosas en los momentos difíciles.

Los países donde no hay un ejército cuya función básica es garantizar la independencia de su país y los derechos y las libertades de las personas es muy difícil que funcionen; y donde no hay ejército es la ley del más fuerte y la ley del más fuerte nunca es, como todos sabemos, la ley más justa.

Lo que están haciendo es muy importante. En cualquier faceta de la vida la formación es capital. Cuanto más conozca una persona, más sepa y más conocimientos haya atesorado a lo largo de su vida, sin duda alguna, muchas posibilidades va a tener.

Por tanto, lo que están haciendo de ayudar a un país a que tenga un buen ejército para garantizar su libertad y su seguridad, para luchar contra el terrorismo y para garantizar los derechos de las personas es una de las labores más nobles que se pueden hacer y yo se lo quiero agradecer y les quiero felicitar por ello.

Como saben ustedes, vivimos momentos difíciles en muchos lugares del mundo y nosotros aquí, estamos, fundamentalmente, para ayudar al pueblo de Malí, para ayudar a su Gobierno y para intentar que se llegue a entendimientos y acuerdos. A final, los grandes enemigos de toda la Humanidad son los que disponen a su antojo de la vida, de los derechos y de las libertades de los demás. España ha dado, a lo largo de su Historia, muchas batallas contra el terrorismo. El terrorismo hoy es el enemigo de todos los demás, piensen como piensen y sean quienes sean, y, sin duda alguna, cuando estamos aquí o cuando estamos fuera de España, estamos defendiendo también las libertades, los derechos y la seguridad de todos los españoles.

Yo ya no quiero extenderme más en esta intervención. Me habían hecho aquí unos papeles; pero creo que es mejor que uno diga las cosas como realmente las siente. Pero sí voy a decir una cosa, para terminar, que es la siguiente: voy a pedirles que levanten sus copas --espero que todo el mundo las tenga-y me acompañen para brindar por el primer soldado de España.

Señor Ministro, Embajador, Almirante, General, autoridades, señoras y señores, oficiales, suboficiales, tropa, queridos amigos, ¡por el Rey! ¿Por las fuerzas Armadas! Buen fin de misión y feliz regreso a casa de los que se van que, además, creo que se van a Pontevedra que, como saben todos, es una de las ciudades más importantes que existen por el mundo adelante. Muchas gracias.

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