Intervención y coloquio posterior del presidente del Gobierno en el Foro ABC

6.10.2015

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Madrid

Señor presidente del Congreso de los Diputados, señora presidenta de la Comunidad de Madrid, señora vicepresidenta del Gobierno, señores Ministros, autoridades, señora presidenta de ABC, señor presidente de Vocento, señor presidente de Deloitte, señor consejero delegado de Ferrovial, señoras y señores, amigas y amigos,

Quiero comenzar esta intervención expresando mi gratitud al diario ABC y a Deloitte por haberme invitado a participar en este Foro que, como aquí se ha dicho, se ha consolidado como un espacio imprescindible para la reflexión, el análisis y las propuestas sobre nuestro país y su futuro.

Agradezco a ABC su invitación y a todos ustedes, su presencia. Por mi parte, intentaré corresponder a su amabilidad con un uso igualmente amable del tiempo; es decir, con una primera intervención que espero que sea breve, entre otras razones, porque no me cabe la menor duda de que don Ángel Expósito se encargará en el coloquio posterior de que nos extendamos sobre lo que yo les pueda decir ahora y me temo que sobre lo que no les voy a decir ahora, también.

Señoras y señores,

Como ustedes saben, el viernes pasado --se ha dicho aquí y se ha dicho bien, porque es una noticia muy importante-- la agencia de calificación Standard and Poor's mejoró su calificación sobre nuestro país. Esta cuestión es muy importante, porque refleja la mejora de la confianza que suscita España en el exterior, aunque no es menos cierto que nuestra deuda soberana ya venía comportándose desde hace tiempo sin el menor problema en los mercados internacionales. De hecho, se está colocando a unos tipos de interés históricamente bajos y, en algunos tramos, incluso a tipos negativos.

La revisión al alza de esta agencia de rating, sin duda, es una buena noticia. Viene a reconocer el cambio estructural que se ha producido en España en esta Legislatura. Las agencias de rating, que hace unos años eran acusadas de todo tipo de oscuros manejos y conspiraciones contra nuestro país, hoy certifican la pujanza de nuestra economía. Les ahorro los comentarios elogiosos sobre las reformas realizadas por este Gobierno y otro tipo de afirmaciones que figuran en su diagnóstico, porque me interesa subrayar lo que para mí es más importante: es que Standard and Poor's dibuja un escenario, proyecta un horizonte para España; un horizonte absolutamente inimaginable hace algunos meses.

Dice, ni más ni menos, que España puede crecer a un ritmo de 4 por 100 del PIB nominal en los próximos cuatro años, lo que significa, entre otras cosas, estabilidad; una estabilidad que, entre otras cosas, nos va a ayudar a que sigamos mejorando nuestras cuentas públicas que, sin duda alguna, es todavía un reto muy importante para el futuro de nuestro país.

Señoras y señores,

¿Quién, en su sano juicio, podía pensar eso hace tres años? ¿Cuántos de quienes nos reunimos hoy aquí hubiéramos apostado por este ritmo de crecimiento de nuestra economía? ¿Es que alguno de nosotros se hubiera atrevido a pronosticar hace tres años que nuestro país podía crear la mitad de los nuevos empleos que se crean en toda Europa, como está sucediendo en estos momentos?

Convendrán conmigo en que ni los más entusiastas entre los escasos optimistas que se podían encontrar en España hace tres años hubieran firmado que hoy íbamos a ser la economía de las grandes de la zona euro que más creciera y la que más empleo creara. Esa es la verdad. Ninguno de nosotros hubiéramos apostado por ello.

No hace tanto tiempo de aquello, todos nos acordamos: éramos el enfermo de Europa; las páginas de economía de los periódicos más parecían crónicas de sucesos; la prensa internacional se recreaba con juegos de palabras y de imágenes hablando del "pain in Spain", y vivíamos pendientes de la evolución de la prima de riesgo como si nos fuera la vida en ello. Y lo cierto es que se nos iba la vida en ello: la vida de las finanzas públicas, la supervivencia de tantas empresas, miles de puestos de trabajo y, en buena medida, hasta nuestro modelo de sociedad.

Pues bien, desde la tranquilidad que nos ofrece el panorama actual podemos convenir que la situación que dejamos atrás no era producto de la mala suerte ni era producto de una conjura de enemigos exteriores, las agencias de rating o la prensa internacional. Hoy sabemos que era fruto de nuestros problemas; era la consecuencia final de malas políticas; de la frivolidad, el desorden, la autocomplacencia, y de la pereza para hacer las reformas que necesitaba el país.

España era un país que se había vuelto caro, le costaba vender en el exterior, compraba mucho de fuera y esto llevó a que nos endeudásemos en exceso. Nos encontrábamos con una recesión en marcha, con destrucción de empleo y con una recaudación absolutamente insuficiente --perdimos setenta mil millones de euros en dos años-- para atender los servicios públicos. En definitiva, un colapso que nos había llevado a perder toda la credibilidad de nuestro país en el entorno internacional.

Ante esta situación algunos decían que sólo existían dos opciones: salir del euro o pedir a Europa el rescate de nuestra economía. Eran muchos quienes lo decían, muchos quienes habían tirado la toalla y habían dejado de confiar en España. Porque, señoras y señores, eso es lo que significaba el rescate: certificar el fracaso de nuestro país y condenar a nuestros compatriotas a años de penurias y empobrecimiento, por no hablar de la renuncia absoluta a nuestra soberanía económica y de ser desposeídos del derecho a decidir nuestro destino por nosotros mismos. Y a algunos ejemplos no tan lejanos me remito.

Lo cierto es que pudimos, entre todos, conjurar aquella amenaza. Escogimos el camino del esfuerzo, de la responsabilidad; la vía de la exigencia y la vía de las reformas. Les ahorro el relato de todas y cada una de las que hemos acometido en estos años; pero creo que estoy en condiciones de decir, sin faltar a la verdad, que este Gobierno, al que tantos acusan de inmovilista, ha realizado la mayor labor reformadora de la historia reciente de España; entre otros, mercado de trabajo, sistema financiero, estabilidad presupuestaria, pensiones, energía, administraciones públicas, unidad de mercado, transparencia, educación, formación, etcétera. Casi ningún aspecto de nuestra estructura productiva quedó al margen de esta amplísima labor reformadora. Y hay que continuar. Hay que continuar, esto es insuficiente.

Pues bien, hoy, con todos los defectos que se puedan poner, que sin duda los hay, creo que es evidente que España, no sólo ha sorteado la quiebra en esta Legislatura; también hemos puesto en marcha, y esto ha sido muy importante, un ambicioso plan integral de competitividad que ha transformado, para bien, nuestra economía y ha permitido que, por primera vez, arranquemos un ciclo económico de expansión sin devaluar nuestra moneda. Insisto, por primera vez.

Ahora contamos con un 30 por 100 más de empresas exportadoras, y esto es también muy importante, y hemos pasado de exportar menos de una cuarta parte de nuestro PIB a un tercio. Nunca antes se había conseguido esto.

También por primera vez estamos creciendo sin deteriorar nuestro sector exterior. Por primera vez, la demanda externa y la interna van en la misma dirección y contribuyen al crecimiento.

Ahora tenemos los precios controlados y, por primera vez también, encadenamos veinticinco meses con la inflación por debajo de la alemana y la de nuestros socios del euro, lo que nos permite ser más competitivos y, a la vez, aumentar nuestro poder adquisitivo.

Señoras y señores,

Este es el gran cambio que se ha hecho en España, éstas son las cosas nuevas que están pasando, las que nos dan confianza en que el ciclo que hemos iniciado será largo si no volvemos a las andadas, porque lo que antes deterioraba la economía, los elementos de debilidad anteriores, ya no están presentes. Por eso Standard and Poor's dibuja el horizonte al que me refería al principio de esta intervención.

Señoras y señores,

El Gobierno de España espera en el año 2015 un crecimiento del PIB del 3,3 por 100 y del 3 por 100 para 2016. De cumplirse estas previsiones, hacia finales de 2016 España volvería a estar en sus máximos de Producto Interior Bruto. Este año, España va a ser la economía del euro que más crezca entre las grandes, con una diferencia considerable respecto al resto. Para los años siguientes, hasta el año 2018, la economía española está en condiciones de mantener este ritmo de crecimiento.

Si se mantiene el rumbo en la próxima Legislatura, la economía española podrá crecer al tiempo que se reduce el endeudamiento público, que también es muy necesario. A partir de 2016 el déficit público estará por debajo del 3 por 100 del PIB de la regla de Maastricht. De hecho, a partir de ese año se registraría superávit primario; es decir, los ingresos públicos excederían de los gastos si se descuentan los intereses de la deuda.

La economía española podrá crecer, si se hacen las cosas bien y se impone el sentido común, con una inflación moderada. Antes siempre ocurría que el crecimiento iba acompañado de subidas de los precios del consumo muy altas, muy superiores a las de nuestros socios europeos. Esto hacía que el poder adquisitivo no subiera tanto y que los productos españoles fueran cada vez más caros frente a los de otros países del euro; es decir, se perdía competitividad. Ahora es al contrario, la economía española crece más que la de nuestros socios europeos, pero nuestros precios se están moderando con la media de la eurozona. Y el objetivo, y no es fácil, por cierto, es mantener esta situación.

La economía española crece sin endeudarse con el exterior. España ha sido, como saben, tradicionalmente una economía que crecía a costa de pedir dinero en el exterior. Sin embargo, con la competitividad ganada España puede mantener un superávit externo, al menos, hasta 2018 y, lejos de endeudarse más, se irá reduciendo paulatinamente la deuda externa. Si se confirman las previsiones, nunca antes España habría tenido un superávit externo durante un período de tiempo tan prolongado.

En resumen, son previsiones que reflejan un cambio completo de modelo: la economía española crece ahora porque produce y porque exporta, no porque se endeuda para comprar lo que producen otros. Y como consecuencia de todo ello --y esto es lo que más nos importa a todos--, se está creando empleo a un ritmo desconocido: en 2015 se van a crear más de medio millón de empleos, ritmo que se puede, se debe y es necesario que se mantenga en los años siguientes. En los próximos cuatro años España podría recuperar los veinte millones de ocupados que se registraron antes de la crisis. Ése es mi objetivo, a ello voy a dedicar todos mis esfuerzos y pienso que es el reto más importante para los próximos cuatro años.

Señoras y señores.

Cuando estamos en vísperas electorales, se vuelve a poner de moda un clásico de la política y es que las distintas formaciones que concurren a los comicios hablan del cambio y prometen el cambio; el cambio de gobierno, claro. Pero, curiosamente, nadie habla del cambio del país, del cambio que ha experimentado España de la mano del Partido Popular:

- Es el cambio que ha empezado a generar empleo, aunque todavía haya que crear mucho más; empleo para muchísimos españoles. Hoy hay más de un millón de afiliados más a las Seguridad Social que en enero del pasado año; pues queremos que sean muchísimos más los españoles que puedan trabajar y que también estén afiliados a la Seguridad Social.

- Es el cambio que ha devuelto el crédito a tantos pequeños emprendedores y el que ha dado tranquilidad a los pensionistas. Éste ha sido uno de los retos más difíciles que hemos abordado en esta Legislatura, la vuelta del crédito: del crédito hipotecario, del crédito para las Pymes y del crédito para las grandes empresas.

- Es también el cambio que ha dado tranquilidad a los pensionistas, con la reforma de las pensiones, y el que ha permitido a tantas empresas mejorar sus cuentas de resultados de manera indudable; sin duda, por su talento, su esfuerzo y por su visión, pero también por algunas decisiones que hubo que adoptar.

- Es, en suma, el cambio que, como decía al principio de esta intervención, ha devuelto la confianza a España.

En este punto, si me permiten, quiero hacer una consideración de carácter casi personal, porque los políticos, aunque algunos no se lo crean, también somos seres humanos.

Para un político, o por lo menos para mí, que llevo dedicado a la política la mitad de mi vida, no existe mayor satisfacción personal que haber recibido un país deprimido y al borde de la quiebra, y poder presentar al final de la Legislatura un país en crecimiento y en condiciones de abrir una larga etapa de prosperidad, porque esto es lo más importante: estamos en condiciones de abrir una larga etapa de prosperidad. Esto es lo que da sentido a una vocación política. Y creo hablar no solo en mi nombre sino en el de todos los hombres y mujeres de mi partido que han colaborado en esa empresa y a quienes estoy enormemente agradecido.

Por supuesto que no es un mérito personal, ni de un partido, Una tarea de esta magnitud exige un enorme esfuerzo colectivo que siempre tendremos que agradecer al conjunto de los españoles. Toda la sociedad española ha estado a la altura del reto al que teníamos que hacer frente; todos han dado lo mejor de sí mismos: de su esfuerzo, de su entrega y también de su solidaridad, porque no hubiéramos podido hacerlo si no lo hubiéramos hecho juntos. Y ahora que empezamos a recoger los frutos de tanto esfuerzo les aseguro que la cosecha será mucho mayor si no nos equivocamos.

Me gustaría que en el debate público hubiera un mayor espacio a este reconocimiento, que no es al Gobierno, sino al conjunto del país. España, señoras y señores, ha hecho algo extraordinario en estos años; repito, algo extraordinario. No es la primera vez que lo hace porque la sociedad española es una de las grandes historias de éxito a nivel mundial y yo siempre he confiado en esa capacidad de nuestra sociedad. Creo que todos debemos enorgullecernos de lo que hemos conseguido hacer juntos. Yo, desde luego, no voy a dejar de hacerlo, de comentarlo y de agradecerlo.

Pero vamos al futuro, que es lo más importante para todos los que estamos aquí.

Dentro de poco los españoles volverán a votar y lo harán en un ambiente muy distinto; no porque vaya a ser cerca de la Navidad, sino porque ya no estamos ante un país que se desmorona, como era aquella España de 2011, sino ante otro erguido y decidido a avanzar.

Soy plenamente consciente de la importancia de estas elecciones. Está en juego que esa recuperación incipiente se fortalezca y se consolide o que volvamos a la etapa de las ocurrencias y las frivolidades. Está en juego seguir avanzando o retroceder; crecer o volver a lo que dejamos atrás.

Con toda franqueza y también con toda humildad, no veo en el panorama político, por lo que escucho, ninguna otra fuerza política capaz de llevar a buen término este reto. Con toda franqueza y, repito, con toda humildad.

Hace unos cuantos años --cinco, como se recordó hoy aquí--, en un Foro de ABC como éste les dije que el ADN del PP era la disciplina presupuestaria, que hay que mantener, la vocación reformista, la seguridad y la previsibilidad. Con este ADN hemos ido afrontando los retos que en cada momento se plantean a la sociedad española, ya fuera la amenaza de quiebra, la lucha contra el desempleo, la crisis migratoria --otro de los grandes retos con los cuales no se puede frivolizar de ninguna manera, a los cuales nos vamos a enfrentar España y Europa en los próximos años-- o --otro muy importante también-- el desafío ilegal del secesionismo.

Sobre este asunto, y ya entrando en la parte final de mi intervención, permítanme tan sólo unas pequeñas precisiones:

- Mientras sea presidente de Gobierno velaré por el cumplimiento de la Ley y lo haré como he venido haciéndolo hasta hoy: por supuesto, con sentido del deber y de la responsabilidad; pero también con sentido de la proporción y de la prudencia.

- Siempre he estado dispuesto al diálogo y siempre voy a seguir estándolo, pero no para romper la soberanía nacional ni para liquidar los derechos y la igualdad de los españoles.

- Trabajaré para recomponer la fractura que se ha abierto en el seno de la sociedad catalana, pero no perderé un minuto de mi tiempo en tratar de dar satisfacción a quien tiene como único norte la deslealtad y la desobediencia a las leyes que nos hemos dado entre todos.

- En definitiva, colaboración desde la lealtad, encontrarán en mí toda; exigencias e imposiciones desde la deslealtad, ninguna.

Termino ya.

El Partido Popular --al menos, así lo pienso yo-- es el gran partido de las clases medias españolas y no por casualidad. Lo es porque, cuando gobernamos, la sociedad crea empleo y en cuanto se puede se bajan los impuestos; porque buscamos lo que une a los españoles y no lo que les enfrenta; porque nos guía la moderación y no el dogmatismo. Hemos demostrado que somos eficaces en el Gobierno, prudentes y responsables. Somos un gran partido que responde a un único interés, como debe de ser: el interés general.

Hemos ganado claramente las dos elecciones de ámbito nacional que se han celebrado en España en esta Legislatura, las europeas y las municipales, en el peor de los escenarios; no ha habido escenario peor. Con este aval y con el de la labor realizada durante estos años acudimos a las urnas el próximo 20 de diciembre para ofrecer a los españoles un proyecto de futuro:

- Una España que va a seguir siendo una España unida, en la que todos tengamos los mismos derechos.

- Vamos a decirles que vamos a trabajar por una España mejor cohesionada, con unos servicios públicos sostenibles y bien financiados, que también contribuyan garantizar a la igualdad de los españoles.

- Vamos a seguir dando la batalla por la formación, tema capital. Hablo de los jóvenes y del sistema educativo, que ya ha empezado a mejorar; pero hablo también de aquellas personas que necesitan mejorar su formación profesional para volver con éxito al mercado laboral. Ese es uno de los grandes retos que tenemos ante nosotros, porque es la pieza sobre la que se asienta la igualdad de oportunidades de una sociedad.

- Vamos a continuar con las reformas, no podemos parar, y vamos a continuar también con el proceso de consolidación fiscal. Eso ha sido fundamental para que la situación haya cambiado en nuestro país. Cuando veo ahora a algunos anunciando contrarreformas de las reformas que se hicieron, afirmando que van a liquidar la reforma laboral, realmente no sé qué pensar. Hay que continuar con las reformas y hay que continuar con el proceso de consolidación fiscal, porque es lo que ha funcionado.

- Vamos a trabajar para intentar bajar más los impuestos. Yo tuve que subir los impuestos. No tenía otra alternativa; al menos, así lo vimos en el Gobierno. Ya hemos comenzado a bajarlos y creemos que estamos en condiciones de hacerlo en el futuro, sobre todo, si la recaudación tributaria sigue aumentando como está sucediendo ahora, a pesar de haber bajado este año los impuestos.

- Es fundamental conseguir que haya más empresas. Hay que lograr que surjan nuevas empresas, aunque sean pequeñas, y que las que hoy son pequeñas se conviertan en medianas y las medianas, en grandes empresas. Ésta tiene que ser gran prioridad en la próxima Legislatura.

- Y, sobre todo, vamos a decir a los españoles que nuestra prioridad es la lucha contra el paro, es seguir creando empleo. Queremos y necesitamos muchos más puestos de trabajo: trabajo para tranquilizar y dar seguridad a los pensionistas, para dar esperanza a los jóvenes, para que las familias puedan llegar a fin de mes con más facilidad y para mantener nuestra sanidad y nuestra educación públicas y universales.

Por todo eso necesitamos mucho más empleo y ése vuelve a ser, una vez más, el reto de la próxima Legislatura; lo he dicho antes y lo reitero ahora, al final de mi intervención. Podemos hacerlo. Se trata de crear quinientos mil puestos de trabajo cada año, años 2016, 2017, 2018 y 2019. Si este año 2015 se van a crear 600.000 y el año pasado se crearon 440.000, si las cosas se hacen con sentido común, si priorizamos bien y si continuamos el proceso de reformas, no les quepa a ustedes la más mínima duda que llegaremos a tener una Encuesta de Población Activa con veinte millones de personas trabajando.

Eso será, sin duda, lo que garantice la mejora del bienestar y riqueza del país, y lo que nos permitirá sostener los grandes pilares del Estado de Bienestar que, sin duda alguna, es uno de los grandes retos que tenemos ahora y en el futuro; un país donde ya hay 9.250.000 pensionistas y un país donde vemos que los servicios públicos, como la sanidad y otros, son de lo mejor y de lo que podemos sentirnos muy orgullosos; y somos uno de los pocos países del mundo donde tenemos una sanidad gratuita, pública y universal… Para mantener todo esto, sin duda alguna, necesitamos generar actividad económica y necesitamos crear mucho empleo.

Señoras y señores,

Muchas gracias por su atención y estaré a su disposición. Gracias.

COLOQUIO CON EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO

Ángel Expósito.- Antes dijo en su intervención, señor Rajoy, que iba a hablar de un montón de cosas en su discurso y que luego, en el coloquio, seguramente yo le preguntaría por muchas cosas de las que no iba a hablar en su discurso. ¿De qué cree usted que son las preguntas que me han llegado de los colegas y de los asistentes? ¿De qué temas?

Presidente.- De lo que yo le dije en mi intervención inicial.

Á. Expósito.- Todavía no ha respondido y ya están con sonrisitas. Pues, si le parece, empiezo por los dos temas que más han preguntado mis colegas.

Primer capítulo: ¿Ha dado el electorado cinco avisos al Partido Popular y al Gobierno?

Presidente.- Yo no voy a polemizar con el señor Aznar, porque a lo que tengo que dedicarme, fundamentalmente, es a intentar convencer a los españoles de que es bueno que el Partido Popular continúe en el Gobierno. Creo que es lo mejor para el Partido Popular y para España.

Á. Expósito.- ¿Espera contar usted con José María Aznar en la campaña de las generales?

Presidente.- Esa respuesta vale para esa segunda y tercera pregunta sobre el mismo asunto.

Á. Expósito.- Pero imagino que invitar a las generales no es polemizar, ¿no?

Presidente.- Ya he respondido a la primera pregunta, a la segunda, a la tercera y a las siguientes.

Á. Expósito.- Le preguntan: ¿considera que Aznar es desleal con sus reiteradas críticas?

Presidente.- Son ustedes inasequibles al desaliento; yo, también.

Á. Expósito.- Como diría aquél, se sorprendería a lo de inasequible al desaliento. Otra pregunta: ¿qué número de escaños obtenidos por el PP serían el 20-D un buen resultado? ¿Cree que por primera vez podría gobernar una fuerza que no sea la más votada?

Presidente.- ¿Número de escaños? No voy a dar un número concreto porque no hace al caso, ni tiene ningún sentido. Como usted comprenderá, a mí me gustaría tener el mayor número de escaños posibles y en esto no soy distinto de todos los demás candidatos que se puedan presentar a estas elecciones.

En cuanto a la segunda pregunta, ¡hombre!, a mí me gustaría que en España fuéramos como en Portugal y en Alemania; es decir, que la oposición fuera gente seria. Pero, después de lo que hemos visto en las últimas elecciones municipales, cuando se nos anunció que no se iba a votar y, además, se solemnizó que no se iba a pactar con Podemos, y luego vimos lo que vimos, el Partido Popular ganó en Madrid y no gobierna; ganó en Zaragoza y no gobierna; ganó en Valencia y no gobierna; ganó en Sevilla, no gobierna; ganó en Cádiz, no gobierna; ganó en A Coruña, no gobierna... A mí, francamente, eso que no se hace en ningún lugar europeo --insisto, recuerdo ahora lo que hemos visto en Portugal o en Alemania; al final, me parece lo mejor y lo más serio para los países--, eso no depende exclusivamente de mí. Yo, desde luego, siempre soy partidario de que el más votado sea el que gobierne.

Á. Expósito.- Preguntan si estaría dispuesto a pactar con un partido de centro- izquierda como Ciudadanos para conservar el poder. En ese mismo sentido tengo alguna otra pregunta. Dice: presidente, ¿es Ciudadanos de centro-izquierda?

Presidente.- Con absoluta franqueza, el Partido Popular es el partido de gobierno hoy en España y es el partido que ha tenido más apoyos en las últimas elecciones generales en España. Hemos desarrollado una labor de Gobierno, a la que me referí en mi intervención inicial, que no fue ciertamente fácil, como todo el mundo sabe. Creo que hemos gobernado con dignidad y creo que los resultados están ahí, y, sobre todo, y más importante que los resultados, lo que está ahí es una posibilidad de que el país dé un salto adelante muy importante en los próximos cuatro años.

Entonces, yo de lo que me tengo que ocupar es de mi partido y de explicarles a los españoles qué hemos hecho en el Gobierno y qué queremos hacer en el futuro.

Mi partido no es un invento de antes de ayer, ni ha nacido en una tertulia en televisión; éste es un partido que ha nacido con la democracia y es un partido que se ha hecho, no desde arriba, sino desde abajo, donde mucha gente ha trabajado; que ha ido sumando a lo largo de la historia. En un determinado momento ya nos unimos todas las fuerzas del centro y la derecha, y hubo el Congreso del Partido Popular. Es un partido que tiene gente en toda España, que se presenta a todas las elecciones. En cualquier pueblo, por pequeño que sea y flojo que sea el resultado, hay alguien enarbolando la bandera del Partido Popular. Es un partido que ha ganado las últimas elecciones municipales, que son generales en toda España; es un partido que tiene más alcaldes que nadie en España, que tiene más concejales, que está gobernando y que ha superado una situación difícil.

De esto es de lo que tengo que ocuparme yo. De los demás, se tendrán que ocupar ellos. Y lo siento mucho, yo de lo que me voy a ocupar es de intentar explicar a los españoles por qué es lo mejor para España que el Partido Popular continúe al frente del Gobierno. Hacer elucubraciones sobre qué pasaría en el supuesto de que se produjera… Pues mire, no lo sé, porque, a lo mejor, no se produce nunca y, por tanto, yo no tengo que responder a esa pregunta porque no hay caso y así no perdemos el tiempo.

Á. Expósito.- ¿Le puedo hacer la pregunta otra vez e insistir, porque la pregunta no iba por cómo estaba el PP, sino por Ciudadanos?

Presidente.- Ya le he respondido muy bien, pero puedo hacerlo de otra forma, si usted se empeña.

Á. Expósito.- Que me ha respondido es cierto; que me ha respondido muy bien permítame que le diga "no".

Presidente.- Eso en su opinión.

Á. Expósito.- Por supuesto.

Presidente.- Que en este caso no coincide con la mía.

Á. Expósito.- Es equivocada, supongo, ¿no?

Otra pregunta dice: Llegado el caso, si Ciudadanos pusiera como condición para apoyar al PP el cambio de candidato, ¿estaría usted dispuesto con tal de evitar otro Gobierno?

Presidente.- Vale la respuesta a la pregunta anterior.

Á. Expósito.- A mí me da que vamos a acabar el coloquio en tiempo récord; pero es una impresión que me da así, a bote…

Presidente.- Hay temas muy importantes sobre los que podemos profundizar.

Á. Expósito.- No le quepa duda y también los tengo. Tengo para todo. Ya lo verá.

Presidente.- Ha dicho que también los tiene. ¿Qué quiere decir de los anteriores, entonces?

Á. Expósito.- Quiero decir que he empezado por el mayor número de preguntas que tenía, pero tengo muchas más y me llegan más.

Presidente.- Ha estado usted bien.

Á. Expósito.- Le hago ésta, así, a bote pronto: ¿qué ha hecho mal el PP en estos cuatro años? ¿Cabe un poco de autocrítica?

Presidente.- Sí, supongo que habremos hecho muchas cosas mal; pero, como siempre sucede en la vida, conviene ir a la mayor y ¿cuál es la mayor? ¿Para qué se nos eligió por una mayoría de españoles a finales del año 2011, porque eso es ir a la mayor? Se nos eligió porque España estaba en una situación de pre-quiebra; España estaba en recesión económica; en una legislatura 3.400.000 españoles habían perdido su puesto de trabajo y la economía española tenía todos los desequilibrios posibles: déficit público, déficit del sector exterior, tenía inflación, y teníamos problemas de competitividad. Ya había algunos países del resto de la Unión Europea que estaban sometidos a un rescate y, entonces, se nos dijo: intenten ustedes arreglar esta situación.

Yo creo que ahí hemos cumplido y todo es opinable y todo es discutible, y, como he dicho en mi intervención anterior, todavía tenemos muchas reformas estructurales por hacer, todavía tenemos que seguir haciendo un esfuerzo de consolidación fiscal, hay que perseverar y hay mucha gente que todavía no tiene un puesto de trabajo. No hemos llegado a la cifra máxima de personas trabajando que hubo en España. Pero yo creo que hoy éste es un país que ya crece, que está creando empleo, que ha superado sus desequilibrios y que, si hacemos las cosas bien, el horizonte que se abre desde el punto de vista económico es bueno.

Por tanto, ése es, en mi opinión, el mandato más importante que nos dieron los españoles. Luego se han producido, a lo largo de estos tiempos, también acontecimientos importantes. El tema de la corrupción. Hay quien ha dicho, efectivamente, que no hemos reaccionado rápidamente, que hemos sido muy timoratos, que podíamos hacerlo de otra forma y que no lo comunicamos bien. Pues, probablemente, tengan razón. Hay cosas que se hacen bien, otras que no se hacen tan bien y hay cosas que se pueden hacer en un momento y no en otro.

Pero yo sí quiero decir que, desde que yo soy presidente del Gobierno al menos, los Tribunales de Justicia -entiendo que siempre-, la Fiscalía y la Agencia Estatal Tributaria todos han actuado con independencia, han tomado las decisiones que ellos han estimado oportuno y conveniente, y el Gobierno ha respetado su trabajo, como el de la Guardia Civil, la Policía Nacional o la Agencia de Vigilancia Aduanera.

Creo que hemos presentado un paquete muy importante, que puede ser bueno a la hora de reprimir, pero sobre todo a la hora de prevenir que se puedan producir acontecimientos de esa manera, y también en nuestro partido hemos tomado decisiones importantes en ese sentido.

Sin duda, ha sido un tema difícil, muy doloroso para todos, que ha movido mucho a mi partido y, probablemente, ahí pudimos haber sido más rápidos y más diligentes.

Luego, el otro tercer gran tema… Hay muchos más, pero el otro tema que ha dado mucho que hablar en esta Legislatura ha sido el tema catalán. Yo le voy a explicar claramente lo que yo he hecho en este tema y voy a hablar también del famoso inmovilismo que, como decía en mi intervención inicial, a este Gobierno se le podrá acusar de muchas cosas, pero me temo que hacerlo de inmovilismo es profundamente inexacto, por no utilizar otro tipo de calificativos.

Nosotros hablamos, yo personalmente hablé y también a través de otras personas, con los dirigentes de la Generalitat; pero el Gobierno tenía dos posibilidades: o aceptar el Pacto Fiscal, que era un sistema de Concierto Económico, similar al vasco o al navarro; o, si no, aceptar un referéndum. ¿Es inmovilismo el negarse a un pacto fiscal, el decir que el modelo de financiación autonómica se tiene que discutir por todos y entre todos, como hasta ahora? Si eso es inmovilismo, entonces, sí. Yo ahí, evidentemente, no acepté el Pacto Fiscal. Y, si es inmovilismo negarse a autorizar un referéndum que afecta a la soberanía nacional, pues también soy un inmovilista. Pero, sinceramente, creo que ahí actué como debe actuar un presidente del Gobierno responsable y, además, no se tiene tan difícil; no va a haber nunca un presidente del Gobierno que juegue con estas cosas.

Inmovilismo y otra de las cosas que se dicen: el referéndum del 9 de noviembre. Yo creo que una cosa es hablar y otra es decidir, y conviene que los gobernantes decidan con prudencia, con proporcionalidad y sabiendo muy bien cuáles son las consecuencias de sus decisiones. Y por parte de algunos se reclamaba algo que yo estoy muy orgulloso de no haber hecho, porque creo que no hubiera sido lo más positivo para la imagen de nuestro país.

Á. Expósito.- ¿A qué se refiere?

Presidente.- A que impidiera que hubiera una urna en la calle o en ningún sitio. Eso era una de las demandas que se me hacían.

A partir de ahí, nosotros en el tema catalán hicimos lo más urgente y lo más importante para la gente, que a veces nos olvidamos de ello. Es que, cuando nosotros llegamos al Gobierno, la Generalitat de Catalunya no se podía financiar, no podía ir a los mercados. La última vez que se financiaba lo hacía al 7,75 por 100 a un año, los famosos "bonos patrióticos". Hoy la Generalitat de Catalunya se financia al cero por ciento, igual que el resto o una parte muy importante de Comunidades Autónomas.

Aprobamos un Plan de Proveedores, con lo cual la gente, los catalanes, pudieron cobrar. Algo tan razonable como que los proveedores de las Administraciones pudieran cobrar, y eso es muy importante.

Pusimos en marcha, como se ha recordado aquí, el Fondo de Liquidez Autonómica. Gracias a eso pudieron refinanciar sus deudas muchas Autonomías y, además, cubrir su déficit; es decir, los servicios públicos fundamentales que les prestan a los ciudadanos.

Por tanto, ¿pudimos haberlo hecho mejor? Siempre se puede hacer mejor. No le quepa a la persona que pregunta que las cosas siempre se pueden hacer mejor; pero creo que se ha actuado con prudencia, con proporcionalidad, con sentido común, sin abdicar de las responsabilidades que nos corresponden como Gobierno de España y, desde luego, sin renunciar a lo que son los principios básicos de nuestra Constitución y de nuestra convivencia.

A partir de ahí, habrá que dialogar y habrá que recomponer puentes; pero yo desde luego sé a lo que como presidente del Gobierno no estoy dispuesto a ceder nunca.

Á. Expósito.- Tengo muchas preguntas referidas a algunos de los capítulos que acaba de mencionar; por ejemplo, Cataluña. Le voy a hacer un par de ellas juntas. ¿Cómo le devuelve la ilusión de ser españoles a los más de dos millones que han votado por la independencia? Y otra más dice: Y ahora ¿qué? ¿Qué puerta se puede entreabrir con el próximo Gobierno de la Generalitat?

Presidente.- Hay un dato que es muy importante. A las urnas estaban convocados cinco millones y medio de ciudadanos de Cataluña, y, efectivamente, dos millones votaron a favor de fuerzas políticas que mantenían una determinada posición; dos millones, pero hubo tres millones y medio que no lo hicieron. Votó a favor el 36 por 100 del censo electoral y el resto, no. Y de votos efectivamente emitidos fueron el 47 por 100 y el 53 por 100, no. Es decir, también es bueno tener estos datos en la cabeza para poder conformar un juicio de valor con mayor amplitud.

¿La vuelta de la ilusión a estas personas? Yo creo que a lo largo de mucho tiempo por parte de algunos se ha hecho un esfuerzo para separar y no para unir, para generar problemas en lugar de intentar resolver problema. Claro, cuando se le dice a la gente machaconamente desde todas las tribunas frases como "España nos roba" o "España no nos quiere", es evidente que eso da lugar a que se genere ambiente.

A veces dicen: ¿quién es el responsable de todo esto? Entonces se dice que si el Partido Popular podía haber sido más contundente, que si el Partido Socialista podía haber hecho… Todo el mundo podía haber hecho pero, al final, las responsabilidades las tiene quien las tiene y quien tiene la mayor responsabilidad es quien, siendo el líder de un partido político que estaba en la centralidad de Cataluña, de repente rompe, tras 37 años, con su socio de Unió, se alía con toda la izquierda de Cataluña, deja a su partido con el peor resultado de la historia y acaba generando este problema. También conviene ahí buscar los responsables.

¿Qué hay que hacer ahora? Pues mucha pedagogía y mucha explicación. Desde luego, lo único que no hay que hacer es incumplir la Ley, liquidar la unidad nacional, la soberanía nacional y el principio de igualdad de los españoles. Pero habrá que explicar que ésta es la nación más vieja de Europa; que llevamos mucho tiempo viviendo juntos; que hay lazos afectivos, familiares, comerciales y de todo tipo que nos unen; que hemos hecho muchas cosas juntas, algunas malas, pero otras buenas: en los últimos cincuenta años España es el quinto país del mundo donde más ha crecido su renta per cápita, que hemos entrado en Europa, que nos hemos convertido en un país democrático, que somos un país exportador…, que somos un gran país. Es que España es un gran país.

Antes hablábamos del Estado de Bienestar, en mi intervención. Es que ¿en qué país del mundo hay un sistema de pensiones público…? No hay diez países en el mundo con un sistema de pensiones público como el de España. Uno de los grandes países del mundo, con un crecimiento del PIB, dedica a las pensiones públicas cero euros. Hay muy pocos países en el mundo con un sistema de sanidad como el de España.

Yo recuerdo, cuando se produjo aquí aquel desgraciado brote de ébola, que aquí, por fortuna, la sanidad española fue capaz de curar gratis a una persona que enfermó y eso debería ser motivo de orgullo para todos. En otro gran país del mundo, probablemente el más importante, a esa misma hora una enfermera entraba con un talón de quinientos mil dólares en la mano. De eso se puede estar orgulloso.

Del sistema de servicios sociales español también se puede estar orgulloso. También se puede estar orgulloso de la Alta Velocidad. Aquí todo el mundo reclama la Alta Velocidad para su pueblo, pero sólo hay un país del mundo con más kilómetros de Alta Velocidad que España; ese país es China.

Podemos estar orgullosos de nuestras infraestructuras de autovías y autopistas. ¿Quedan por hacer cosas? Sí, el Corredor Mediterráneo y todas las que ustedes quieran; pero comparémonos con los demás.

Podemos estar orgullosos de nuestro sector turístico, claro. Es que aquí este año van a venir 75 millones de personas. ¡Hombre!, no creo que vengan obligados. Algo bueno habrá en este país, el segundo país del mundo que va a recibir más turistas. Pues les gustará el sol, sin duda, y las magníficos hoteles que hay en España, y restaurantes; pero también la seguridad ciudadana y también supongo que los servicios públicos y las infraestructuras.

Todas estas cosas habrá que explicarlas. Habrá que hacer pedagogía, lleva su tiempo. Esto no lo puede hacer sólo el Gobierno. Hay una cierta tendencia a que el gobierno es responsable de todo lo malo y nada de lo bueno, y que tiene que hacerlo todo. Eso no es posible, pero creo que eso es una labor conjunta de todos los españoles.

P.- Otra pregunta: ¿cuándo podremos tener una educación nacional como las naciones serias? ¿Lo sucedido en Cataluña es debido a esta cesión?

Presidente.- He hablado de los servicios públicos fundamentales. Creo que tenemos un sistema de pensiones como nadie, creo que nuestro sistema sanitario es de los mejores del mundo y pienso que donde hay que hacer un esfuerzo importante es en materia educativa. Uno de los topicazos que circulan por el mundo adelante es que cada Gobierno que llega cambia el sistema educativo.

Á. Expósito.- Topicazo, no; es bastante verdad.

Presidente.- Esto es, lisa y llanamente, falso. En España en los últimos años sólo han estado en vigor dos sistemas educativos: el de Franco y el del Partido Socialista, porque el Partido Popular, cuando llegó al Gobierno, aprobó una ley y a las veinticuatro horas de volver al Gobierno el PSOE, sin que todavía hubiera entrado en vigor, fue derogada. Ahora hemos aprobado una nueva Ley de Educación, ha entrado en vigor esa Ley de Educación. Yo creo que damos pasos en la buena dirección.

Hemos dado pasos en la buena dirección en materia de Formación Profesional y de la Formación Profesional Dual. A mí, que en estos cuatro años el número de estudiantes de Formación Profesional haya aumentado en casi doscientos mil me parece un dato enormemente positivo para España, porque ahí es donde está el mercado de trabajo y ahí es donde está la posibilidad de muchos jóvenes de buscarse una vida. Lo mismo ocurre con la Formación Profesional Dual.

Queda muchísimo por hacer, pero el sistema de compatibilizar estudios y, al mismo tiempo, trabajo lo estamos haciendo con las grandes empresas. El tema es saber si podemos hacerlo también con las medianas empresas y luego con las Pymes; probablemente, necesitamos en España también más medianas empresas.

Pero, efectivamente, creo que en materia educativa es necesario hacer un avance y, sin duda alguna, es uno de los grandes retos para los próximos cuatro años.

Á. Expósito.- Si me permite la medio broma, entre paréntesis,, con eso de la Formación Dual, a ver si nos vamos a pasar, porque hay quien quiere poner a barrer las calles a los universitarios, imagínese, para que aprendan.

Permítame que se lo pregunte de otra manera: cada uno en su tiempo…

Presidente.- Eso que quede claro quién quiere hacerlo. Esta es una de las apuestas de futuro y están por ahí gracias a quién están.

Á. Expósito.- ¿A quién?

Presidente.- A los que lo han votado: al Partido Socialista.

Á. Expósito.- Le iba a preguntar de otra manera el asunto de la educación de antes: con perspectiva, no sé si histórica, pero sí con unos cuantos años, ¿fue un error la transferencia de la Educación a las Comunidades Autónomas?

Presidente.- Realmente, lo que ha sido un error es la deslealtad de algunos. Fundamentalmente, eso es lo que ha sido un error. Que la gestión de la educación la hagan las Comunidades Autónomas a mí no me parece mal. De hecho, hay muchísimas Comunidades Autónomas que lo hacen y algunas de esas Comunidades Autónomas están muy bien calificadas en el Informe PISA, como usted sabe: por ejemplo, Castilla y León; por ejemplo, La Rioja; y hay algunas otras. Lo que pasa es que conviene ser leales y, cuando el Estado hace la legislación básica, que es lo que le reservaron la Constitución y los Estatutos de Autonomía, conviene respetar la legislación básica del Estado.

Á. Expósito.- Sobre otro de los asuntos que expuso dos respuestas atrás, el asunto de la corrupción, me preguntan qué le ha castigado más al PP: los casos de corrupción o la gestión de la crisis.

Presidente.- Los casos de corrupción.

Á. Expósito.- ¿Alguno en particular?

Presidente.- Todos. Todos los que hemos vivido a lo largo de estos años.

En el tema de la gestión de la crisis efectivamente ha habido críticas, ha habido quejas y ha habido argumentos y razones. Claro, yo tengo que entender que, si a los funcionarios públicos durante cinco años se les congela el suelo, no van a dedicarse a aplaudir con fervor indisimulado al Gobierno. Y algunas decisiones que hemos tomado, evidentemente, a mucha gente no le han gustado. Pero, al final, todo el mundo, incluso los que son críticos, sabe que en España había que tomar algunas decisiones y que, al final, esas decisiones van a ser positivas para el conjunto del país.

Lo que pasa es que en el caso de la corrupción eso no ocurre. Las cosas se han producido como se han producido. Hemos, como les he dicho antes, tomado todas las decisiones que estaba en nuestras manos tomar y yo, desde luego, estoy dispuesto a considerar cualquiera que me quiera plantear, de buena fe, quien quiera hacerlo. Yo tengo aquí el paquete de leyes que hemos aprobado, pero no me parece oportuno. Algunas son ciertamente importantes, pero no me parece oportuno recordárselas a todos ustedes; sería muy pesado.

Creo que hemos tomado también decisiones en el ámbito partidario y, como le decía antes, el Estado de Derecho está funcionando y se actúa con independencia. Igual que nosotros nos hemos equivocado, otros pueden hacerlo también. Pero yo espero que todo lo que hemos vivido en los últimos tiempos sea un revulsivo de cara al futuro y que nunca más tenga usted que hacerle esta pregunta ni a mí ni a nadie.

Á. Expósito.- Ojalá. Estamos hablando de la corrupción en pasado, los casos que hemos vivido, y preguntan si casos que ahora están en todos los periódicos, como los casos del señor Rato, pueden perjudicar la campaña electoral.

Presidente.- Perjudicar, puede perjudicar cualquier decisión del Gobierno. Perjudicar, puede perjudicar la reforma laboral; perjudicar, pueden perjudicar la reducción del déficit público, la reestructuración del sistema financiero, la corrupción en su conjunto y las cosas que se le puedan atribuir a una u a otra persona.

Á. Expósito.- Hemos pasado ya casi veinte y pico minutos de coloquio; me quedan tres o cuatro capítulos. A ver si me da tiempo a plantearlos todos.

En cuestiones económicas tengo dos o tres preguntas. La primera es si España va a cumplir el déficit. ¿Es capaz de asegurarlo usted tajantemente?

Presidente.- Sí. Cuando llegamos al Gobierno, nosotros teníamos un déficit público --fue la primera gran sorpresa-- del 9,1 por 100 y a final de este año 2015 estará por debajo de la mitad del 9,1 por 100. Hemos tenido que reducir el déficit público, además, con dos años de recesión y, por tanto, pérdida de ingresos: año 2012 y año 2013. Yo sé que la Comisión ha dicho ahora que tiene sus dudas, pero es que el año pasado también las tenía y nos atribuyó en sus previsiones un punto o un punto dos más de déficit que el que tuvimos al final. Por tanto, yo creo que este año vamos a cumplir el déficit público.

Hay un dato muy positivo: los gastos se siguen controlando, pero los ingresos están aumentando. A pesar de que hemos bajado este año el Impuesto de la Renta dos veces y el Impuesto de Sociedades, la recaudación está aumentando como consecuencia de que hay más actividad económica. La recaudación, según decía hace pocas fechas el ministro de Hacienda, está aumentando alrededor de un 7 por 100 y ya está por encima de lo que presupuestamos como presupuesto de ingresos para este año.

Por tanto, yo confío en que eso sea así. Creo que eso es bueno y positivo para España. En los Presupuestos que hemos presentado en las Cortes, que se están debatiendo, la previsión para este año es 2,8 por 100, con lo cual ya estaremos por debajo del 3 por 100. Pero, insisto, creo que esto es muy importante para nuestro país y eso nos ha dado mucho crédito fuera, igual que antes nos lo hizo perder el aumento descomunal del déficit.

Á. Expósito.- ¿Me permite --a ver si cuela-- una confidencia? De los que estamos aquí --los periodistas valemos lo que valemos, que es, en este asunto que le voy a plantear, nada--, ¿cuánta gente le pidió, le aconsejó, le recomendó, que pidiera el rescate?

Presidente.- De los que estamos aquí, ninguno.

Á. Expósito.- Mire, Presidente…

Presidente.- Tengo buena vista.

Á. Expósito.- ¿Y de los que no están?

Presidente.- ¡Ah!, de los que no están ya hablaremos cuando estén.

Á. Expósito.- ¿Por qué la gente, la opinión pública o mucho votante, no es consciente de lo que seguramente sea el gran éxito de la economía española, y es haber evitado ese rescate? A lo mejor me niega la mayor. Yo, opinión personalísima, creo que la mayoría de los votantes no son conscientes o no valoran eso.

Presidente.- ¿El qué?

Á. Expósito.- El haber evitado el rescate.

Presidente.- Es que, a veces, se valora más un problema cuando se resuelve que cuando se evita el problema, y eso es muy importante. Le voy a poner un ejemplo, que no es aplicable a este caso: se produce un secuestro y se resuelve; pues para quien lo resuelve --yo fui ministro del Interior-- eso es muy positivo, pero sería mucho más positivo si se hubiera evitado. Aquí yo creo que ha pasado eso.

Á. Expósito.- Pregunta también en clave económica. Lo estamos viendo en todas las portadas estas semanas pero, con la que tenemos en clave política, le prestábamos menos atención y parece muy importante. Dice: Volkswagen anuncia una reducción al mínimo de sus inversiones. ¿Cuánto le preocupa al Gobierno? ¿Esto puede afectar a los resultados, al crecimiento?

Presidente.- A mí me preocupa, claro. Me preocupa porque yo he estado en Martorell, en la provincia de Barcelona, el mes pasado, el mes de septiembre, y allí, en mi presencia, Volkswagen anunció una inversión de 3.300 millones de euros en su factoría de Martorell y otra inversión de 1.000 millones de euros largos en su factoría de Navarra. Por tanto, me preocupa, pero desconozco absolutamente…

Á. Expósito.- La noticia ha salido en torno a la una, una y pico, como un anuncio de la compañía.

Presidente.- Pero es genérico, ¿no?

Á. Expósito.- Inversiones, al mínimo. Ahora mismo. No sé más.

Presidente.- Me preocupa. Intentaré que no sea así pero, claro, yo supongo que Volkswagen tendrá que hacer frente a algunos problemas en las próximas fechas. Yo lo que le deseo es que lo resuelvan a la mayor celeridad posible.

Tengo que decir que tanto Volkswagen SEAT, como todo el sector del automóvil en España, ha tenido un magnífico comportamiento a lo largo de esta Legislatura. Han apostado por España en los momentos más difíciles; lo ha hecho la Ford, lo ha hecho la OPEL... Yo he estado allí, he estado en Valencia, he estado en Zaragoza, he estado en Barcelona, he estado en Palencia y he estado en Valladolid. Han apostado mucho por España. Es un sector capital para nuestro país, compite para ser el segundo sector exportador con la industria agroalimentaria y productos químicos, y, desde luego, siempre tendrán el apoyo de los españoles, naturalmente si adecúan sus comportamientos a cómo deben de ser éstos.

Á. Expósito.- En clave internacional --a mí me parece el tema absolutamente clave y fundamental con la que está cayendo en el mundo, y no quiero, por haberlo planteado casi al final, que parezca menos importante; todo lo contrario--, dicen: o se arregla Siria y Libia, o no hay tu tía. ¿Hasta dónde está dispuesta España a intervenir?

Presidente.- Esto es verdad, lo que pasa es que… Antes le hablaba de los problemas, que hay que resolverlos cuando se han producido y los problemas que no hay que resolverlos porque no se han producido, cuando se evitan.

El tema de Libia afecta, fundamentalmente, a eso que llamamos la inmigración por razones económicas. Es decir, el año pasado llegaron a Italia, desde Libia, que es un país con enormes dificultades --no tiene un Gobierno, tiene dos, es muy difícil llegar a acuerdos y entendimientos--; llegaron 170.000 personas, y lo que hay es que hacer una política en origen desde las instituciones europeas, como ha hecho España. Porque a España llegaron 4.000 el año pasado y 170.000 a Italia. Por tanto, el tema de Libia es fundamental resolverlo. Había dos Parlamentos, el de Tobruk y el de Trípoli. Yo creo que terminaba el mandato de ambos ahora, en el mes de octubre; pero no me atreve a asegurarlo categóricamente. Pero es un tema donde se está trabajando, hay una mediación de Naciones Unidas y el enviado especial es un diplomático español, Bernardino León; pero eso es capital resolverlo.

Y del tema de Siria, ¿qué quiere que le diga? Ocho millones de desplazados dentro de Siria, dos millones y medio de personas en Turquía, un millón y pico en Jordania, otro tanto en el Líbano, y ahora estamos viendo lo que está sucediendo en todos los países de la Unión Europea y las consecuencias de todo tipo, no sólo económica sino de todo tipo, que esto está teniendo. El tema de Siria hay que acabar con él y yo sobre eso diría lo siguiente: en Siria la prioridad es la lucha contra DAESH, eso que llaman algunos el Estado Islámico, y, por tanto, toda contribución a luchar contra el DAESH es bien recibida. Ahora bien, conviene que no nos confundamos de enemigo: el objetivo es el terrorismo yihadista y no otros distintos.

Al final, la salida del conflicto pasa por una situación política en la que, en mi opinión, tiene que participar la oposición moderada y tiene que participar también el régimen de Damasco. Y luego, ya veremos; pero conviene tener muy claro en este caso, y siempre en la vida, quién es el enemigo. A veces, la gente en la vida se equivoca el elegir amigos, pero trae peores consecuencias elegir enemigos que amigos. O sea que conviene andar con mucho cuidado en este caso.

Á. Expósito.- He entendido que, en su opinión, en este corto y medio plazo, es importante hacerlo con Al-Asad.

Presidente.- Es importante tener en cuenta también al Gobierno sirio.

Á. Expósito.- Por ir cerrando, ¿volvemos a las cuestiones de política nacional? ¿Le parece?

Presidente.- Sí.

Á. Expósito.- En clave partidaria, del PP, preguntan si Feijóo formará parte de la lista electoral al Congreso y si sería conveniente…; si el señor Núñez Feijóo, don Alberto, va a formar parte de las listas para las generales.

Presidente.- La verdad es que no he hablado con Alberto Núñez Feijóo de esto. Todo el mundo quiere que sea candidato a la Presidencia de Xunta, pero lo más importante es escucharle a él.

Á. Expósito.- También se lo hemos preguntado pero, a lo mejor, es que es gallego; pero tampoco responde mucho, muy concreto a esto.

Presidente.- ¿Él? ¿No responde Feijóo a las preguntas?

Á. Expósito.- ¡A que le sorprende!

¿Las elecciones se siguen ganando por el centro en España, Presidente?

Presidente.- Yo creo que las elecciones se ganan desde la sensatez, la seriedad y el sentido común, haciendo cosas razonables; es lo más importante. Y creo que desde la moderación y la prudencia, y la competencia, a ser posible; eso también es muy importante. Son importantes los titulares y, luego, ser competentes.

Á. Expósito.- Preguntan si puede hacer un balance de estos meses de gobiernos de Podemos, apoyados por el PSOE.

Presidente.- Eso no lo dice por el atasco de tráfico de ayer o…

Á. Expósito.- No, pero el atasco no era culpa de la señora Carmena, aunque muchos nos acordamos de… Pero ése es otro debate.

Presidente.- Yo creo que, en el mejor de los casos, puedo decir que no se ha hecho nada, no se ha aportado nada y sí hay algunas cosas que me preocupan. Claro, decisiones como las que se han tomado en Barcelona suspendiendo durante un año la inversión en materia turística, a mí me parece enormemente preocupante, porque hay mucha gente que iba a invertir y ahora ya no lo va a hacer, y así nos lo han trasladado. Parar algunas grandes inversiones también aquí, en Madrid, que dependen del Ayuntamiento, algunas, insisto, muy importantes, tampoco me parece la mejor de las decisiones.

Conviene colocarse en la realidad y no intentar trasladar la realidad que tú tienes en la cabeza al mundo, que al final es el verdaderamente real. Creo que no han aportado absolutamente nada positivo a lo que es la gobernación de nuestro país y de nuestros municipios.

Á. Expósito.- Me apuntan: Pedro Sánchez ha dicho esta mañana en COPE, con Herrera, que no gobernará a cualquier precio, a la pregunta de si él fuera segunda fuerza y si llegaría a gobernar. ¿Le cree usted?

Presidente.- Yo ya juicios de valor hago pocos. Yo recuerdo que dijo que nunca pactaría con Podemos y no voy a repetir lo que he dicho hace un momento; y, desde luego, jamás pactaría con partidos independentistas, y, por ejemplo, en la tercera ciudad de Cataluña, Badalona, prefirió darle la alcaldía de Badalona a la CUP cuando el Partido Popular había ganado las elecciones con más del doble de votos sobre el segundo. Algo parecido ocurrió en Castelldefels, con una diferencia: que es que ahí el candidato y el alcalde fue del de PSOE y, a cambio de recibir el apoyo de todos los demás, metió a Castelldefels en la Asociación de Municipios Independentistas de Catalunya, lo cual debió de sorprender bastante a los señores y señoras de Castelldefels, donde ganó el PP, seguido del Partido Socialista. Con lo cual, parece que independentistas más bien pocos allí.

Por tanto, al final no se trata de hacer un juicio sobre lo que uno piensa o deja de pensar; aquí se trata de juzgar hechos y, realmente, visto lo que estoy viendo, tengo…, estoy en prevenga.

Á. Expósito.- Le comento dos frases y me dice cuál de las dos le gusta más, para terminar, ¿vale? "Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros" o "los trapos sucios se lavan en el vestuario".

Presidente.- Empate. Equis en la quiniela.

Á. Expósito.- ¿Pero quiere decir que le gustan las dos o que no le gusta ninguna?

Presidente.- Quiere decir lo que quiere decir, don Ángel.

Á. Expósito.- Presidente, es el primero Foro en esta Legislatura, ya ha costado, y es evidente que sigue siendo gallego.

Muchas gracias.

Presidente.- Muchas gracias.

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