Intervenciones de la canciller de la República Federal de Alemania y del presidente del Gobierno en la clausura del Encuentro Empresarial germano-español

1.9.2015

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Berlín

Sra. Merkel.- Señor presidente del Gobierno, querido Mariano; señores ministros, señor Rosell, señor Garamendi, señor Grillo, señor Kramer, señoras y señores,

Gracias por lo que nos acaban de entregar como conclusiones del encuentro entre el empresariado español y alemán, lo que demuestra que hay una estrecha cooperación. Esta Cumbre Empresarial también habla de la fortaleza de las relaciones económicas entre España y Alemania. Estoy impresionada por el alto nivel y el número de participantes, y creo que se puede decir que hay relaciones realmente vivas y constructivas, no sólo entre los dos Estado, sino también entre las empresas, y esto fortalece nuestra amistad.

Hace exactamente tres años que se celebró una cumbre muy parecida en Madrid. El entorno era difícil. España formaba parte de los países que tenían que recurrir a un programa de ayuda y una serie de medidas necesarias, pero poco populares, tenían que ser implementadas. En aquel momento queríamos decir que las reformas no son un fin en sí mismas, sino que sirven para aumentar la competitividad.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, siempre dijo que había dos retos: crecimiento y puestos de trabajo. En los últimos tres años España trabajó para lograr estos dos objetivos y lo hizo con éxito.

En nuestras conversaciones de ayer y de hoy, por supuesto, hemos hablado del balance de este paquete de reformas y de esta senda de reformas, y se ve, y esto es obvio, que el rumbo emprendido está dando buenos resultados. El programa ya quedó atrás. España cuenta con una tasa de crecimiento de más del 3 por 100 para este año, situándose así entre los países con más crecimiento en Europa y en la zona euro. Y creo que en Alemania deberíamos tomar ejemplo.

Entre los retos más importantes figuraba el elevado número de desempleados y por eso es motivo de satisfacción que España ahora esté entre los países de la Eurozona donde más bajado la tasa de paro el último año. La tasa de paro juvenil, por supuesto, sigue muy elevada. Ya se ha comentado también por parte de las empresas que hay una responsabilidad, igualmente, por parte de las empresas pequeñas y medianas, y que siempre se intenta dar una perspectiva a estos jóvenes.

Sabemos aquí, en Alemania, que les cuesta, sobre todo, a los jóvenes encontrar un puesto de trabajo cuando les faltan capacidades prácticas, porque dijimos muchas veces que hay muchos universitarios en Alemania; pero eso no siempre lleva al objetivo de encontrar un empleo. Por eso, celebro que el Gobierno español opte por una formación profesional más práctica y que muchas empresas alemanas tengan este gran compromiso en España. Realmente es algo digno de mención y quisiera darles las gracias por este compromiso.

Las empresas alemanas son uno de los inversores más importantes en España. En 2013 había 25.000 millones en inversiones en España y el comercio bilateral también ha venido desarrollándose de forma muy positiva en los últimos tres años, para alcanzar los 60.000 millones de euros, y esa tendencia al alza se ha confirmado a principios de 2015: tanto las exportaciones alemanas a España, como al revés, han vuelto a aumentar.

Es decir, las empresas alemanas realmente cuentan con España y valoran de forma positiva las perspectivas que se les ofrecen en España: las reformas de los últimos años están dando sus frutos, hay menos costes laborales unitarios, más competitividad internacional y una reestructuración del sector financiero, lo que --ya lo hemos comentado en la conferencia de prensa-- ha hecho también que haya vuelto a aumentar el volumen de crédito, lo que es importante para una economía dinámica.

El éxito de países como España, pero también de Portugal o Irlanda, muestra que los programas de apoyo europeos han sido el buen camino para estos países; es decir, el vínculo de la solidaridad, por una parte, y la propia responsabilidad, medidas propias, de los países como las dos caras de una misma moneda. También este nuevo programa de ayuda para Grecia se basa en estos cimientos.

Señoras y señores,

He dicho ya muchas veces, y lo quisiera resaltar, que el euro es mucho más que una moneda común. Es la expresión económica, simbólica y política de nuestros estrechos vínculos en la Unión Europea, y, junto con el Mercado único, es el cimiento de nuestra prosperidad común. La crisis europea y la crisis de la deuda nos han mostrado algunos puntos débiles. En los últimos años hemos alcanzado ya muchos objetivos, pero todavía no hemos llegado al final. También tenemos que seguir hablando del futuro desarrollo de la Unión Económica y Monetaria, y siempre nos tenemos que comparar con los socios internacionales, cuáles son nuestras posibilidades de competitividad y dónde tenemos que hacer ajustes para ser más competitivos.

Más allá de contra la crisis actual, tenemos que garantizar que los países del euro también puedan competir a nivel internacional. Para eso es importante cómo queremos conformar y mejorar la estructura de la Unión Económica y Monetaria. No basta con cifras presupuestarias, hace falta una competitividad similar y una actividad de inversión similar.

Estamos convencidos aquí, en Alemania, de que sólo nos va a ir bien a largo plazo si le va bien a Europa, porque todos estamos interconectados. Por eso queremos que Europa salga fortalecida de la crisis de la deuda y que España continúe por esta senda de éxito. Por supuesto, juega un papel importante porque es la cuarta economía de la Eurozona; es decir, España juega un papel central.

Querido Mariano Rajoy,

En nuestra conferencia de prensa conjunta hace tres en años Madrid dijiste, y cito: nuestras reformas no sólo son necesarias para España, sino para Europa. Te digo que eso era correcto en aquel entonces y hoy España es la amiga y la socia. Los contactos entre nuestros dos países son realmente muy buenos --también te lo digo después de ayer--, no sólo en la cooperación política, sino también a muchos niveles de la sociedad. Esta Conferencia de hoy es otro ejemplo de ello. Creo que nuestros dos países pueden beneficiarse de estos contactos.

Quisiera, pues, agradecerles a los organizadores de esta Cumbre Empresarial y felicitarles por haber organizado este evento. En cuanto a la presentación de Marca España, que se va a producir esta tarde en la Potsdamer Platz, quisiera, por supuesto, desearles mucho éxito con esta presentación. Viendo la cantidad de alemanes que se van a de vacaciones a España, que aprecian su país y que realmente le tienen mucho cariño, les va a recordar que nosotros, los alemanes, le deseamos mucho éxito a España.

Gracias por haberme invitado a este Encuentro.

Presidente.- Señora Canciller, querida Angela; señores ministros, señores presidentes de las organizaciones empresariales, presidentes y consejeros delegados de las empresas, señoras y señores,

Es para mí un placer dirigirles unas palabras en este Encuentro Empresarial y les doy las gracias por su invitación.

Tal vez, alguno de ustedes recuerden que ya tuve el honor de hablar en este foro en otra ocasión; yo, desde luego, lo recuerdo muy bien. Fue, como aquí se ha dicho, en el año 2012, cuando mi país atravesaba los peores escollos de una crisis económica agravada por las turbulencias a escala europea en torno al euro. Hoy les hablo en unas circunstancias que, por fortuna, son radicalmente distintas. Son muchas las cosas que han cambiado y no las voy a tratar ahora por extenso. Baste con decir que en el año 2012 España todavía estaba en una profunda recesión, manifestada en toda su crudeza con unas intolerables cifras de desempleo, y que también en 2012 en toda Europa había dudas sobre la irreversibilidad de nuestro gran logro: la moneda única, nuestra moneda, el euro.

Tres años después, nadie duda que el euro es irreversible y mi país, que encabezaba los rankings de destrucción de empleo y crecimiento negativo de la economía, hoy crece más de un 3 por 100 anual y genera más de la mitad de los puestos de trabajo que se crean en Europa. Son, pues, muchas las cosas que han cambiado.

Si en 2012 les expuse las líneas maestras de mi proyecto reformista para España, hoy, en 2015, ya puedo hablarles de los frutos que están dando estas reformas, que por entonces apenas empezaban a ponerse en marcha. Y, créanme, en 2012 ya fue un placer acudir a este Encuentro Empresarial; pero hoy, como pueden comprender, el placer y la alegría son mucho mayores. No faltan los motivos.

Quisiera resaltar, con todo, que de entre las muchas cosas que han cambiado hay algunas que permanecen, sin embargo, inamovibles. Una es el firme compromiso europeísta del pueblo y, por supuesto, del Gobierno español, que constituye una de nuestras más nobles tradiciones intelectuales y políticas, y que ha sido un norte para todos en los peores momentos de la crisis. Y otra es la profunda comunidad de valores, convicciones e intereses que compartimos alemanes y españoles.

Hace muy pocos meses conmemoramos el trigésimo aniversario de la firma del Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas. Con aquella firma el sueño de generaciones de españoles se hacía por fin realidad y Alemania tuvo un papel muy destacado para hacerlo posible. Sin el compromiso de su país a favor de España en el Consejo Europeo de Stuttgart de 1983, nuestra participación en el proyecto europeo muy probablemente hubiese sufrido un retraso muy grande. Desde entonces, más allá del color de los distintos Gobiernos, Alemania y España han demostrado convicción y su responsabilidad europeísta. Y esta honda sintonía europeísta entre nuestros dos países es, al mismo tiempo, reflejo y apoyo de una realidad aún superior: la simpatía que se profesan y los profundos lazos que nos unen a españoles y alemanes, tanto sociales como culturales, y económicos.

Señoras y señores,

Estando, como estamos, en un Encuentro Empresarial, me gustaría ahondar hoy en la vertiente económica de nuestra relación, que atraviesa un momento singularmente dulce. De ello les voy a hablar ahora, no sin agradecer a las organizaciones empresariales el trabajo que han dedicado para que este Encuentro pueda llevarse a cabo y para que las empresas de ambos países tengan un foro en el que compartir sus experiencias y poner en común sus puntos de vista acerca de la economía y el futuro de Europa.

Señoras y señores,

Nuestras empresas mantienen una estrecha relación, tal y como muestra que Alemania siga siendo, año tras año, nuestro principal proveedor mundial y nuestro segundo cliente. Nuestros intercambios comerciales crecieron el año pasado un 10,9 por 100 y este año también van por buen camino. Muestra de ello es que en el primer semestre el comercio bilateral ha marcado un máximo histórico al superar los 31.300 millones de euros, las exportaciones españolas a Alemania crecen a una tasa del 10,8 por 100 y las alemanas a nuestro país, a un ritmo del 13 por 100.

Nuestras relaciones no sólo se están intensificando en mercancías, también en servicios. Atrás quedaron los años en que España exportaba poco más que turismo de sol y playa. En 2014 más de la mitad de los ingresos de nuestro país por servicios fueron servicios distintos a turismo y viajes, tales como los servicios de ingeniería, consultoría, financieros, telecomunicaciones o transportes. En el caso de Alemania, el año pasado nuestras empresas exportaron servicios no turísticos por valor de 4.619 millones de euros.

En cuanto a las inversiones, los últimos datos muestran también la fuerte interconexión entre nuestras economías. Alemania es el cuarto país inversor en España, con una posición que alcanzó los 31.209 millones de euros en 2013, y España mantiene una inversión directa en Alemania de cerca de 10.000 millones de euros.

Pues bien, estas cifras y este dinamismo se explican por la buena marcha de nuestras economías y por la cada vez mayor integración europea. En España, el cambio de ciclo ha sido posible gracias a la corrección de desequilibrios que se habían acumulado durante años y gracias a la recuperación de parte de la competitividad que habíamos perdido, porque en una Unión Monetaria ésta es la única forma de recuperar unas bases sólidas.

El cambio de patrón de nuestra economía queda patente en el fuerte aumento de las exportaciones sobre el PIB: nueve puntos en los últimos cinco años. A día de hoy, España exporta más que las grandes economías avanzadas, sólo por detrás de Alemania.

Señoras y señores,

Como les adelantaba al comienzo de mi intervención, España ha aplicado una ambiciosa agenda reformista que ha alcanzado la práctica totalidad de nuestra economía; una agenda que buscaba recuperar la competitividad perdida para volver a crecer y crear empleo, y así hemos hecho.

Hace tres años les pedí esfuerzos a las empresas como parte fundamental de la sociedad. Toda la sociedad ha contribuido al cambio de situación en España y las empresas, también. Y gracias a esos esfuerzos, hoy España se encuentra entre los países que más crece y más empleo crea en Europa.

Es verdad que todavía tenemos muchos problemas; el más importante, las elevadísimas todavía cifras de desempleo. Pero es verdad que se está caminando en la buena dirección y ahora lo que toca es perseverar. Nos hemos fijado como gran objetivo nacional para los próximos cuatro años el llegar a la cifra de veinte millones de españoles cotizando a la Seguridad Social, trabajando. Se puede hacer. Se trata de crear 500.000 puestos de trabajo cada año; el año pasado 2014 fueron 440.000 y este año 2015 serán 600.000. No hay ninguna razón, si perseveramos en la política y continuamos con las reformas estructurales, para que España no pueda crear 500.000 puestos de trabajo al año durante los próximos cuatro años.

En cualquier caso, aunque eso todavía siga siendo el reto, es evidente que se ha producido un cambio de ciclo en la economía española y que, como les acabo de decir, hemos pasado de una situación de recesión, de déficit y de destrucción de empleo a la recuperación de la senda del crecimiento y la creación de empleo. Y de lo que se trata ahora, vuelvo a señalarlo, es de perseverar.

La economía española está creciendo a un buen ritmo: un 1 por 100 trimestral y un 3,1 por 100 anual en el segundo trimestre, y para el conjunto de este año esperamos crecer al 3,3 por 100. En el año 2012, nuestro primer año en el Gobierno, la economía española cayó un 2,1 por 100; en el año 2013 cayó un 1,2 por 100; en 2014 crecimos ya un 1,4 por 100 y este año vamos a crecer un 3,3 por 100.

Hay un dato que también es importante: se está creciendo y se está creando empleo, pero con los precios en niveles moderados y es que la recuperación de la competitividad se encuentra en el origen del cambio del patrón de nuestra economía, al igual que el sector exterior. Las exportaciones marcan mes a mes nuevos máximos, al igual que el turismo, donde en 2015 vamos a superar un nuevo récord en la llegada de turistas a nuestro país: 38 millones hasta julio, después de que en 2014 alcanzásemos los 65 millones de visitantes. Se están también creando más empresas que nunca y todos esos datos positivos tienen su reflejo en el afianzamiento de la confianza internacional, tal y como muestra que la inversión extranjera directa ha crecido un 9,8 por 100 en el último año.

Señoras y señores,

En todo este proceso de recuperación y en la consolidación de nuestro crecimiento Europa también ha desempeñado un papel muy importante, al igual que la moneda común. Sin el euro Europa no puede ser el bloque económico mundial que todos queremos que sea, y todos los Estados hemos hecho importantes esfuerzos políticos ante los obstáculos que nos hemos encontrado. Hemos avanzado en la integración europea, pero debemos seguir trabajando para que ésta sea plena. En este sentido, hemos mantenido en España una posición activa y constructiva, y hemos aportado importantes elementos de debate para la reforma de la gobernanza en la Unión Económica y Monetaria.

La idea central es que para que una Unión Monetaria funcione adecuadamente es necesario que exista una cierta sincronía entre las economías de los países que forman parte de esa Unión. Para ello es necesario avanzar gradualmente en los siguientes ámbitos: en primer lugar, conseguir un mercado interior más integral: deben adoptarse medidas en ámbitos como energía, banca minorista o agenda digital, entre muchos otros; en segundo lugar, es necesario que los ciudadanos se beneficien plenamente de ese mercado interior y esto implica, en particular, avanzar en la movilidad laboral; en tercer lugar, debemos mejorar la coordinación de las políticas económicas para evitar que se acumulen desequilibrios fiscales y externos que pongan en riesgo el euro, y para ello son necesarios nuevos indicadores de competitividad, como existían en el proceso de Maastricht, que permitan a los Estados miembros aplicar políticas económicas compatibles con la moneda única.

También tenemos que empezar a hablar de la Unión Fiscal y en el corto plazo se debe avanzar en el ámbito de la armonización fiscal, con iniciativas en contra de la erosión de bases fiscales y el traslado artificial de beneficios, así como medidas para mejorar la lucha contra el fraude fiscal.

Todo esto debe acompañarse con una profundización de la Unión Política, que garantice que el sistema de gobernanza que se acuerde para la zona euro respete la legitimidad democrática en la toma de decisiones.

Señoras y señores,

Tanto Europa como España han logrado salvar una de sus horas más difíciles. Nada de esto, sin embargo, puede permitirnos un solo segundo de conformismo o de complacencia. Como demuestra la propia historia del proceso europeo, sólo la voluntad de ir hacia adelante nos ha permitido superar los desafíos que hemos encontrado en el camino.

Como todos ustedes saben, el proyecto europeo tal y como hoy lo conocemos tomó su primera forma en la Comunidad Europea del Carbón y del Acero. Eso es tanto como decir que el afianzamiento de los vínculos económicos y la generación de empleo y riqueza están en la misma entraña del sueño europeísta.

Hoy, como ayer, los agentes privados, los empresarios, son quienes llevan la iniciativa, día a día, en la creación de prosperidad en este gran espacio de libertades llamado Europa. Contamos con ustedes para seguir avanzando hacia la meta que da sentido a todo un continente y a un proyecto que se funda sobre una sólida comunidad de valores que compartimos.

Señoras y señores, muchísimas gracias por su atención.

COLOQUIO CON LA CANCILLER DE LA REPÚBLICA FEDERAL DE ALEMANIA Y CON EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO

P.- Represento al 70 por 100 del sector de las Pymes. Soy del norte de Westfalia y el 80 por 100 de las empresas asociadas trabaja en las Pymes en nuestro país. Tengo una pregunta y una petición que se dirige a la señora Canciller. Ayer dijo en televisión que en Alemania tenemos que ser un poco más latinos. Es una traducción libre que me permito. A lo mejor, algunas Directivas muy técnicas deberían quedar relegadas a un segundo plano, viendo la situación actual. Simplemente quería preguntarle sobre el salario mínimo. Nos ha costado doscientos mil puestos de trabajo en Alemania. Suspéndalo con cierta ligereza latina.

Señor Presidente, como empresa solamente tengo 65 empleados pero, no obstante, con mucho éxito he empleado una chica francesa de 23 años, que ahora trabaja en Alemania y no sufre el 25 por 100 de desempleo en su país. Pienso ahora emplear un español o una española, para luego beneficiar y crear un nuevo empleo en un nuevo mercado. ¿Qué piensa usted de esto?

Sra. Merkel.- Lo que dije es que, aparte del rigor alemán, también hace falta un poco de flexibilidad. Lo dije sin ninguna connotación regional.

No le puedo dar la esperanza de que el salario mínimo que acabamos de poner en marcha lo vayamos a cambiar. Por supuesto, ya hemos efectuado algunas modificaciones sobre el tiempo laboral. Sigue el debate, pero no va a cambiar el principio del salario mínimo.

Presidente.- Las expresiones o las palabras "rigor" y "flexibilidad" van íntimamente unidas, porque la flexibilidad es también una prueba de rigor.

En cuanto a que usted contrate una chica francesa y un español, realmente a mí me parece muy bien. ¿Qué quiere que le diga? Me parecería mejor si pudiera contratar más gente. Como he intentado señalar en mi intervención, el reto más importante que tiene España en estos momentos es la creación de empleo. Entre los años 2008 y 2011 se perdieron en nuestro país 3.400.000 puestos de trabajo. Fíjese todavía el esfuerzo y todas las cosas que tenemos que hacer.

Luego, paradójicamente, más del 10 por 100 de las personas que trabajan en España son extranjeros; hay gente de la Unión Europea y gente de otros lugares del mundo. Pero, desde luego, ése es el reto de mi Gobierno. Somos plenamente conscientes de que el crecimiento y la creación de empleo es lo que hace que los países puedan progresar, que las cosas vayan mejor. En nuestro país vemos ahora como la recaudación de las Administraciones Públicas, a pesar de que hemos bajado los impuestos, está mejorando y está mejorando porque hay más actividad y porque hay más empleo, y menos desempleo, y por tanto hay que gastarse menos dinero en el desempleo.

Por tanto, a mí me parece muy bien lo que está haciendo usted. Coincido en su afirmación inicial sobre las Pymes. También en España el 80 por 100 de los trabajadores por cuenta ajena lo hacen en una Pyme. Las grandes empresas tienen también su gran importancia, porque de ellas dependen también muchas pequeñas y medianas empresas. Pero es verdad que lo que, al final, da estabilidad a un país, da seguridad y da certidumbre es un amplio tejido empresarial y, sobre todo, un amplio tejido empresarial de Pymes. Los países que progresan son los que tienen empresas, porque las empresas son las que crean los puestos de trabajo, y los que estamos dedicados a gobernar los países lo que tenemos que hacer es generar condiciones para que sobre esos puestos de trabajo puedan las empresas hacer las cosas bien, a la mayor rapidez posible.

P.- Una reflexión desde la organización de las infraestructuras en España. El objetivo primordial de España de reducción de déficit público ha supuesto la introducción de reformas importantes en nuestro país y ello ha limitado la inversión pública en infraestructuras prioritarias, como el equipamiento público, logísticas, etcétera. Sería necesario que la Unión Europea facilitase la adopción de planes extraordinarios de infraestructuras que no tuvieran efecto en el incumplimiento del déficit público, en especial en países como España, que está cumpliendo sus obligaciones en tiempo y forma.

Por ello, y bajo esta perspectiva, les planteo qué acciones consideran que se podrían llevar a cabo para hacer más compatibles las exigencias de reducción del déficit público con el objetivo de relanzar la inversión en Europa.

Presidente.- Lo que dice usted es sustancialmente cierto. Nosotros en el año 2011 tuvimos un déficit público por encima del 9 por 100, lo cual suponía que teníamos que pedir en el mercado noventa mil millones de euros, en una situación en la que se discutía la propia existencia del euro, se hablaba del euro a dos velocidades, la prima de riesgo de España superaba los seiscientos puntos básicos y por el bono a diez años pagábamos más del 7 por 100. Era una situación de extrema dificultad.

Nosotros hemos tenido que reducir el déficit público, porque no se puede vivir permanentemente con unas cifras de déficit como ésa, ¿no?. De hecho, en los Presupuestos para el año que viene, 2016, que hemos presentado, el objetivo de déficit que planteamos es ya del 2,8 por 100 para salir del procedimiento de déficit excesivo. Y han sido la consolidación fiscal y las reformas estructurales las que nos han permitido levantar la cabeza.

Es verdad que eso ha generado muchos problemas y muchas dificultades, porque hemos tenido que reducir mucho el gasto público. Realmente, solamente hubo dos partidas donde no aplicamos la reducción: la primera fue la partida de pensiones y la segunda fue el seguro de desempleo; pero nos hemos gastado en seguro de desempleo treinta mil millones de euros al año. Lógicamente, ahora está bajando porque se están generando puestos de trabajo. Pero aun así hemos intentado mantener un cierto nivel en las inversiones públicas. Es verdad que no son otros tiempos, pero yo estaba en Galicia este domingo y, repasando algunas notas, solamente en Galicia invertimos en la Alta Velocidad 3.500 millones de euros a lo largo de esta Legislatura, porque se trata de terminar la Alta Velocidad. Y en la Alta Velocidad de la Y vasca, que es otra de las grandes prioridades, también hacemos inversiones fuertes.

Ahora bien, lo que usted ha planteado, según me ha parecido entender, es: ¿se puede hacer un procedimiento en el cual las inversiones no cuenten en el déficit público a efectos de la Comisión? De esto hemos debatido mucho, pero también se ha planteado con los gastos de defensa, por ejemplo, porque, si queremos estar, tenemos que invertir en defensa. Lógicamente, ha sido otra de las partidas donde hemos tenido que reducir los gastos.

Yo creo que lo más importante, al menos lo que yo me he fijado como objetivo después de la experiencia que he podido acumular a lo largo de los años… De lo que se trata es de intentar hacer las cosas bien en nuestro país y, si ya nos ponemos el año que viene en un déficit por debajo del 3 por 100, ya, a partir de ahí, va a aumentar la recaudación, vamos a poder hacer más inversión, va a haber empleo y se van a generar más recursos.

Por tanto, yo creo que en este momento ése ya no es el tema más importante. Creo que lo más importante ahora es seguir con las reformas --es lo más importante; en el papel que nos han dado lo he ojeado así, por encima, ahí se plantean unas cuantas cosas que son importantes-- y, si uno sigue con las reformas y se preocupa de hacer las cosas bien, todo lo demás vendrá por añadido, porque lo demás son cosas de corto plazo. Si se puede hacer, a mí me vendría bien. ¿Qué quiere que le diga? Pero lo importante es ser capaz de hacer en tu país lo que tienes que hacer.

P.- Soy Ana Botín, del Banco Santander. Somos el mayor banco de la Eurozona. Estamos en diez países, con 185.000 empleados; entre ellos, Alemania, donde tenemos más de cinco mil empleados y seis millones de clientes.

Hemos comentado antes, en la discusión empresarial, que, además de hacer y pensar cuál es la Europa que queremos en el ámbito de la educación, de las infraestructuras, del modelo de Estado y de regulación, también es importante tener campeones globales europeos, y hoy los tenemos. Los tenemos en distintos sectores: el financiero, el de comunicaciones o el industrial. Y la pregunta es muy fácil, muy sencilla; es: ¿es esto importante en la agenda de los Gobiernos? ¿Cómo Europa, en el nuevo modelo económico, conseguimos tener empresas líderes en ese mundo digital? Es la primera pregunta.

Y la segunda es: ¿cómo desde el sector empresarial podemos ayudar a los Gobiernos a entender qué es lo que hay que hacer para digitalizar, para conseguir que empresas como Santander, como Telefónica, Volkswagen, podamos competir, en concreto con las empresas americanas, en este nuevo entorno? ¿Cómo podemos ayudar?

Sra. Merkel.- Los dirigentes de Telefónica están contentos.

P.- Es una pregunta que le hubiera gustado hacer a Cesar, pero ha delegado en mí para hacerla.

Sra. Merkel.- Sí, está bien; ha delegado en otra persona.

Bromas aparte, el presidente francés, François Hollande, y yo tuvimos una reunión con la Mesa Redonda Europea y el presidente de la Comisión para, justamente, evocar este tema de la digitalización y también ejercer presión en cuanto a la aceleración de la legislación europea. Tenemos el paquete de telecomunicaciones que, por lo menos, va por buen camino y el Reglamento de base sobre Protección de Datos que ahora tiene que ser aprobado por los ministros competentes. En ambos casos tenemos que velar por que el Parlamento reconozca las necesidades de la digitalización de los datos y que no vea en el tratamiento de datos sólo un problema de protección de estos datos, sino también la posibilidad de crear productos nuevos, nuevas cadenas de creación de valor.

Hemos tenido un intenso debate con la Comisión y también con las empresas para decir que nos hacen falta reglas muy diferentes para dejar claro que esto lo vemos como un modelo de crecimiento y para poder sacar las conclusiones correctas. Se trata también de cuestiones del derecho de ayudas públicas, de tener el enfoque bueno en la perspectiva de crecimiento y campeones, como usted dice. Entre las grandes empresas de internet no hay ninguna empresa europea. En cuanto a la producción industrial y la digitalización, a la que llamamos Digitalización 4.0, aquí, en Alemania. si quieren volver a ser líderes todos los que ahora son productores industriales en la actualidad y no ser el taller de aquellos que manejan los datos, eso es algo que tenemos que impedir, porque de eso depende la prosperidad de Europa.

Como Primeros Ministros, en el Consejo Europeo siempre hemos dicho, una y otra vez, que la Agenda Digital debe ser un tema central y en octubre volveremos a reunirnos. La Comisión ha atendido muchos de los deseos formulados por los empresarios y lo vamos a continuar en París en octubre, y vamos a hacer lo que es necesario.

P.- Represento al Instituto de Economía Alemana, en Colonia. Mi pregunta va dirigida al señor Rajoy. Ahora hemos escuchado la importancia de los campeones europeos dentro de España y de Europa. Mi pregunta va dirigida hacia otro grupo de empresas, las Pymes.

Hemos podido escuchar antes al señor Garamendi la importancia vital que tienen las Pymes para España y, tanto el Fondo Monetario Internacional, como otras organizaciones, dicen que las Pymes en España tienen una productividad más bien baja en comparación con otras economías de Europa; no por falta de espíritu de trabajo, que no tiene nada que envidiar, sino por otras razones. Y, debido a la importancia que tienen las Pymes para toda la economía española, me gustaría saber qué medidas piensan tomar para aguantar la productividad de esas empresas para hacerlas más competitivas.

Presidente.- Hay muchas medidas, que son las generales de la economía, que producen beneficio para todos: para las grandes empresas, para los ciudadanos y también para las pequeñas y medianas empresas. Una circunstancia en la que haya actividad económica y aumente el consumo y la inversión, evidentemente, va a beneficiar a una Pyme.

Yo creo que las Pymes tienen, sin duda alguna, muchas dificultades todavía en España. Hemos tomado ya decisiones importantes a lo largo de los últimos tiempos, sobre todo en materia fiscal y en materia de bonificaciones de cuotas a la Seguridad Social, que es muy importante. Y realmente donde creo que debíamos incidir en el futuro era, sobre todo, en todos los temas de formación.

Hoy en día la formación es capital. España es un país en el cual tres cuartas partes de sus alumnos son estudiantes universitarios y sólo una cuarta parte han hecho Formación Profesional. Hoy en España hay muchas empresas, grandes, pero también pequeñas y medianas, que, paradójicamente, en un país con un elevado nivel de paro, no encuentran gente cualificada para determinadas funciones.

Hemos puesto en marcha, y está funcionando muy bien y en muy poco tiempo, la Formación Profesional Dual, que aquí conocen muy bien; hemos venido a verla aquí y también a Austria. Sin duda alguna, estos temas van a ayudar a la mejora de la productividad de las pequeñas y medianas empresas. Desde luego, el conocimiento es un tema capital, y las habilidades, el saber, es lo que al final lleva al progreso.

Hemos incrementado también el número de estudiantes de Formación Profesional en sólo tres años en un número importante, y creo que ya hemos conseguido llevar a la sociedad española a la idea de que ser un estudiante de Formación Profesional, al final, a lo que puede llevar es a tener una vida con mayores posibilidades de trabajar y con mayores posibilidades de producir y, por tanto, de vivir mejor.

Yo creo que, fundamentalmente, el tema de las Pymes es un problema de que se necesita mayor formación y se necesita una mayor cualificación, aparte de todas las decisiones de tipo fiscal. Nosotros hemos creado tarifas planas a la Seguridad Social de cincuenta euros y para todas las empresas que contraten los primeros quinientos euros de sueldo no pagan Seguridad Social. Todo eso ayuda, pero creo que el tema más importante hoy es el de la formación y mejorar la cualificación.

P.- Represento a la Confederación de la Industria Farmacéutica en Alemania, Señor Presidente, uno de los motores de la industria española hoy en día, aparte del turismo y de los servicios, es la industria del ladrillo, según acabo de leer hace poco. ¿Qué planes tiene el Gobierno en España para incrementar las inversiones en Investigación y Desarrollo, en las Pymes sobre todo, que es lo que crea en realidad empleos de alta calidad, y no caer en patrones que en el pasado agravaron la crisis de 2008?

Presidente.- Hoy en día el ladrillo en España está de capa caída. Es verdad que ha mejorado un poco con respecto a los últimos años, pero la construcción ha tenido una aportación muy negativa en nuestro Producto Interior Bruto. Sin embargo, este año, ya no; este año se está recuperando la construcción y, siempre y cuando se hagan las cosas de una manera razonable, sin duda alguna es un dato muy positivo. Yo, al menos, así lo veo.

España no vive del ladrillo, como no vive del turismo. Nosotros, como he señalado antes, somos el segundo país europeo que más nivel de exportación tenemos en relación con el Producto Interior Bruto, sólo superados por Alemania. Y España lo que exporta es, primero, bienes de equipo, que es lo que más exportamos, y, luego, a una distancia muy grande, pelean el segundo puesto los productos químicos, el automóvil y la industria agroalimentaria. Y España, también en servicios, como he señalado en mi intervención, no es sólo turismo; tiene un nivel de exportación muy fuerte en otro tipo de servicios diferentes. La nuestra es una economía muy diversificada. El equivalente al 46 por 100 de nuestro PIB está invertido por empresas españolas fuera; hace no muchos años era el 5 por 100.

Por tanto, no puedo aceptar la afirmación de que España viva de la construcción, y sobre todo en los últimos años, donde no se ha construido nada después de los problemas que tuvimos.

Otra cosa distinta es que no haya que hacer un esfuerzo en materia de I+D+i. Eso, sin duda alguna, igual que la formación, la cualificación, es fundamental para las Pymes y para las no Pymes.

Tuvimos que hacer, como he señalado antes y es sabido, un gran esfuerzo de consolidación fiscal y, como he dicho antes, hemos tenido que reducir todas las partidas presupuestarias. Pero una de las grandes prioridades, tanto del Presupuesto de este año 2015 como del del año 2016, del que ya he dicho antes que ya hemos hecho el debate de totalidad, es recuperar el gasto en I+D+i. Y somos plena y absolutamente conscientes de que buena parte de nuestro futuro nos lo jugamos ahí porque, al final, el que innove, el que sepa y el que tenga conocimientos, es el que va a triunfar.

Por tanto, ésa es una de las prioridades del Gobierno. No hemos podido los años 2012 y 2013 atenderla como nos hubiera gustado; pero de la misma manera que no hemos podido atender tantas y tantas partidas presupuestarias que eran importantes.

Pero, insisto, lo del ladrillo, eso no es cierto. No vivimos de la construcción, ha bajado mucho en los últimos tiempos y España es un país, vuelvo a señalar, con una economía muy diversificada. Y lo primero que exportamos son bienes de equipo, que se producen en nuestro país, por tanto.

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