Intervención y posterior coloquio del presidente del Gobierno en los Desayunos Informativos de Europa Press

27.4.2015

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Madrid

Señoras y señores,

Muy buenos días a todos y gracias por su asistencia a esta Tribuna. Perdonen que no les cite a todos ustedes; pero, en cualquier caso, reitero mi agradecimiento. Les estoy muy agradecido a todos.

Quiero agradecer a Europa Press, en la persona de su presidente, Asís Martín de Cabiedes, así como en la de su director, Javier García Vila, la invitación para participar en estos desayunos informativos y haberlo hecho por un motivo tan señalado como la celebración del décimo aniversario de esta brillante iniciativa.

Desde hace una década estas Tribunas Informativas de Europa Press se han convertido en un referente imprescindible para el análisis de los asuntos que marcan la actualidad económica, política y social de España. Me atrevería a decir que hoy este tipo de foro de debate es más necesario que nunca.

Hablar con sosiego, argumentar, razonar y contraponer ideas y propuestas es una receta imprescindible para cualquier país y cualquier sociedad que pretenda progresar en la fortaleza de sus instituciones y en el bienestar de sus ciudadanos. Los grandes países se hacen con diálogo y argumentos; en definitiva, con vocación de concordia. La demagogia y la frivolidad sólo garantizan la regresión y la pérdida de nivel y de influencia.

Por tanto, creo que es de justicia dar la enhorabuena a Europa Press por este aniversario y por haber trabajado para que nuestro país sea un país de diálogo, de propuestas serenas y de objetivos compartidos.

Señoras y señores,

Diez años constituyen una cifra redonda, un período de tiempo que invita a hacer balance, a elevarse sobre las circunstancias de la actualidad cotidiana, a recordar el camino que hemos recorrido entre todos desde 2005 hasta hoy y, principalmente, a atisbar el futuro al que queremos encaminar nuestros pasos.

Para ello me he permitido hacer un pequeño ejercicio de hemeroteca y recordar dónde estábamos hace diez años y de qué hablamos entonces. Hace diez años los periódicos hablaban, como siempre, de cosas muy variadas. Algunas hoy todavía nos parecen importantes y otras no tanto.

No voy a entrar en detalles; pero sí les diré que, aparentemente, España vivía entonces una plácida situación económica. Bien es verdad que en aquellos mismos periódicos el 27 de abril de 2005, pero en las últimas páginas y sin mayor relevancia ni repercusión, también podíamos encontrar titulares como los siguientes: "El déficit comercial aumentó el 43'3 por 100 durante los dos primeros meses del año"; "Caruana --gobernador del Banco de España por aquel entonces-- pide reformas urgentes para impulsar la competitividad"; "El Banco de España advierte de que los pisos están sobrevalorados en más de un 20 por 100"

Estas noticias, las tres, se corresponden a la prensa de un sólo día, un día como el de hoy, pero diez años atrás.

Realmente, releer hoy estas noticias, conociendo lo que todos hemos tenido que vivir después, es una buena lección que todos deberíamos aprender para el futuro.

Los datos estaban ahí, pero nadie les hizo caso. Las advertencias también estaban ahí pero, con todos mis respetos, he de decir que fueron ignoradas por todos y especialmente por quienes más obligación tenían de haberlas atendido, que eran los responsables del Gobierno de la nación. No sé si por incompetencia, por pereza, por falta de coraje o por lo que fuera, el hecho cierto es que no se prestó atención a lo importante y se desdeñó la necesidad de hacer reformas.

Como consecuencia de aquella inacción, la economía española acumuló los letales desequilibrios que provocaron la mayor crisis que ha padecido España en generaciones, por no hacer caso a lo importante o por hacer caso a lo importante cuando ya era tarde.

Señoras y señores,

De este modesto ejercicio de la lectura de la prensa de un día hace diez años, podemos extraer con bastante claridad algunas lecciones importantes; lecciones que nos ayudan a explicar lo que nos ha pasado y lo que no debe repetirse en el futuro:

  • Primera lección: la economía es a los países lo que la salud a las personas: tendemos a no hacerle mucho caso cuando nos encontramos bien y sólo valoramos lo mucho que significa cuando nos falta. Cuando a los países les va bien, no se habla de economía y sólo nos acordamos de ella y descubrimos toda su importancia en medio de la crisis. Recuerden ustedes cuántas mañanas se han despertado con la evolución de la prima de riesgo como primera noticia de todas las radios y piensen en la cantidad de conceptos económicos que hemos aprendido en estos años: la prima de riesgo, la "seniority", los productos estructurados, etc., etc.

Insisto, la economía, al igual que la salud en las personas, es la base sobre lo que se sostiene todo lo demás: las prestaciones sociales, las pensiones, los servicios públicos y, si me apuran, hasta la confianza política. Por lo tanto, es importante mantener siempre un ojo sobre la economía y tenerla a punto, aun cuando las cosas puedan ir muy bien, porque ésa es la mejor manera de garantizar que continúen yendo bien y que no se tuerzan.

  • Segunda lección: Ignorar los síntomas de una enfermedad sólo puede contribuir a agravarla; por el contrario, actuar desde el primer momento hace que el tratamiento sea más breve y más eficaz. Dicho de otra manera, en este mundo globalizado, que cambia a una velocidad prodigiosa, sólo podrán estar a la cabeza del desarrollo aquellos países ágiles y dispuestos a mantener una permanente vocación de reforma y de adaptación a las nuevas circunstancias. Quienes renuncien a ello se garantizan, o la irrelevancia, o un severísimo proceso de adaptación para recuperar el tiempo perdido.

A eso volveré más tarde, pero quería dejar apuntadas estas dos reflexiones, porque en esta intervención inicial yo voy a hablar de economía. Ya sé que hay muchos otros asuntos sobre los que podríamos hablar esta mañana y, sin duda, tendremos ocasión de hacerlo durante el coloquio, en el turno de preguntas; pero en esta intervención inicial permítanme referirme a los asuntos que, de lejos, son los que más preocupan a los españoles: la situación económica y el empleo.

Señoras y señores,

Para ordenar una cuestión tan compleja y tan amplia intentaré responder a unas preguntas muy simples: ¿De dónde partimos, qué hemos hecho, dónde estamos y, lo más importante, hacia dónde vamos?

¿De dónde partimos? Voy a ser muy breve en este punto, porque todos lo conocemos.

Al inicio de la Legislatura la economía española presentaba gravísimos desequilibrios que era preciso corregir:

  • un déficit público disparatado,
  • una economía poco competitiva, con una inflación por encima de nuestros socios,
  • un alto endeudamiento público y privado, y
  • un sector financiero muy débil.

¿En qué se traducía todo esto?

  • En recesión, crecimiento negativo de la economía,
  • En aumento del paro: 3.400.000 personas perdieron su empleo en la Legislatura que comenzó en 2008 y terminó en 2011,
  • En el desplome de los ingresos de las Administraciones Públicas de más de setenta mil millones de euros,
  • Y en enormes dificultades para financiarnos, como lo demostraba la huida de la inversión extranjera y la continua escalada de la prima de riesgo.

Ésa era la situación, a grandes brotes. Eso es lo que nos encontramos al llegar al Gobierno. Ésa es la herencia que recibimos.

Ante esta situación, algunos decían que sólo teníamos dos opciones: salir del euro o pedir a Europa el rescate de nuestra economía. ¿Se acuerdan ustedes? Algunos ahora andan flojos de memoria; pero yo me acuerdo muy bien de todas las sugerencias, las peticiones e, incluso, instrucciones que tuve que escuchar dentro y fuera de España sobre el famoso rescate.

Lo cierto es que la opción del Gobierno no fue ninguna de las dos: ni nos salimos del euro, ni pedimos el rescate. Apostamos por una tercera opción. No era la más fácil ni la más rápida; pero entendíamos que era la más justa, la más acertada y la más duradera. Optamos por una ofensiva de reformas para ganar competitividad y, como dije en mi investidura, recuperar la senda del crecimiento económico y la creación de empleo.

¿Qué hemos hecho? Superar la crisis, crecer y crear empleo eran los objetivos prioritarios que nos fijamos al acceder al Gobierno de la nación y de hecho lo siguen siendo, y a ellos dedicamos todas nuestras energías.

Basamos nuestra actuación en tres ejes:

  • Primero, un programa de consolidación fiscal que permitiera reconstruir la confianza que se había perdido en España y, al mismo tiempo, garantizar la sostenibilidad de los servicios públicos esenciales como sanidad, educación, pensiones o prestaciones por desempleo.
  • En segundo lugar sanear el sistema financiero, una parte del cual estaba prácticamente quebrado, con lo que esto significa en términos de confianza para un país, y, además, no estaba cumpliendo su misión básica de facilitar crédito a familias y empresas.
  • En tercer lugar, poner en marcha todas las reformas necesarias para que nuestra economía recuperara su competitividad. Estas reformas operan sobre multitud de ámbitos: mercado laboral, energía, administración, educación, unidad de mercado, fiscalidad, transparencia y buen gobierno, etcétera. Y todas ellas, contempladas en conjunto, suponen el mayor y más rotundo esfuerzo de modernización que ha experimentado España en su historia reciente.

Pues bien, después de todo lo hecho en estos tres años largos, cabe preguntarse dónde estamos hoy.

Señoras y señores,

Como consecuencia de todas esas políticas, la situación del país claramente se ha reconducido.

España ha corregido sus desequilibrios fundamentales y ha ganado competitividad:

  • Así, nuestro déficit público ha pasado del 9 al 5'7 por 100. Tuvimos que hacerlo en recesión y manteniendo los pilares básicos del Estado del Bienestar.
  • Desde hace año y medio nuestra inflación es inferior a la de Alemania; es decir, ganamos competitividad y ganamos capacidad exportadora. Hoy, en relación con el Producto Interior Bruto, tenemos más potencia exportadora que Estados Unidos, Japón, Reino Unido o Francia.
  • Nuestros bancos han superado con éxito las pruebas europeas de solvencia y el crédito se va recuperando.
  • La prima de riesgo ha descendido de forma vertiginosa, pagamos los intereses más bajos de nuestra historia y hemos llegado, incluso, a financiarnos a tipos negativos. ¡Quién lo diría hace menos de tres años!

Pero lo más importante de todo es la vuelta al crecimiento económico y la creación de empleo. El año pasado, y después de seis años de crisis, la economía española volvió a crecer: un 1'4 por 100; fue el segundo mayor crecimiento de la zona euro. Y, paralelamente, también por primera vez desde el año 2007, empezamos a crear nuevos puestos de trabajo; una tendencia que se ha consolidado, tal y como acaba de certificar la última Encuesta de Población Activa.

Señoras y señores,

En España se está creando empleo desde hace varios meses y se está creando de manera intensa, a un ritmo del 3 por 100 anual. Dicho de otra manera, más de medio millón de nuevos puestos de trabajo en los últimos doce meses.

Se crea más empleo y la mayoría de esos nuevos empleos son indefinidos. Y según la EPA, el descenso del paro en los últimos doce meses fue de 488.000 personas. Es decir, ya estamos por debajo de la tasa de desempleo que había al inicio de la Legislatura y estoy convencido de que la evolución a lo largo de este año será aún más positiva.

No tengo la menor duda de que vamos a ver confirmado nuestro pronóstico de llegar al millón de nuevos empleos en el período 2014-2015 --al millón, insisto-- y creo, sinceramente, que en ese millón de españoles que hoy tienen un empleo es donde mejor se encarna la transformación que ha protagonizado nuestro país en apenas dos años y medio. Un cambio que ha sido realmente notable.

Así lo ven y lo reconocen, desde luego, fuera de España. No voy a extenderme en ello, porque hay todo tipo de muestras de ese reconocimiento; el principal, además de la facilidad de financiación, es la cantidad de inversiones extranjeras que estamos recibiendo. Pero creo que también reconocen el cambio dentro de España todos aquellos que se preguntan, con sinceridad y sin anteojeras ideológicas, si hoy estamos mejor o peor que hace tres años.

Yo soy perfectamente consciente de las dificultades que tienen muchas personas a las que aún no ha llegado la recuperación. Ellas son el principal objetivo de nuestra labor. Pero, del mismo modo que reconozco que muchos aún no lo han notado, también aseguro que cada vez más españoles perciben en su vida cotidiana el cambio de rumbo: porque están gastando más en su cesta de la compra, porque están comprando coches, porque se van de viaje o disfrutan de su ocio con más alegría que antes, porque han empezado a comprar pisos, porque los bancos les vuelven a dar crédito y, también, porque lo dicen cuando se les pregunta.

Sin duda, muchos aún no lo habrán notado, muchos; pero es un hecho objetivo que la renta de los hogares creció el año pasado un 1'4 por 100 y, de hecho, en el último trimestre el ritmo de crecimiento fue del 3'5 por 100. Les recuerdo que en 2011 caía un 4 por 100.

Éstos son datos objetivos; las cifras que certifican el cambio de situación por mucho que algunos las ignoren y otros las desprecien. Del mismo modo, son datos objetivos los que demuestran que todo el esfuerzo de recuperación de la economía española se ha hecho preservando los servicios públicos esenciales:

  • Las pensiones se han revalorizado todos los años. Ni se han congelado ni se han rebajado, como tuvieron que hacer otros países, sobre todo, los sometidos a rescate.
  • Tenemos 800.000 tarjetas sanitarias más que en 2012 y el mayor número de becas universitarias de toda la historia de España.
  • Se ha reforzado la protección de las personas más vulnerables a través de diversos mecanismos como el Plan PREPARA, la mejora en la equidad del gasto farmacéutico, la Ley de Segunda Oportunidad y otros.
  • Igualmente se ha reforzado el apoyo a las familias en la reforma fiscal con nuevas deducciones y nuevos mínimos exentos.

Y hay un asunto que me preocupa mucho --insisto, mucho-- y sobre el que quiero llamar su atención: los indicadores de pobreza y exclusión, los de Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, que no dejaron de subir durante los años de la crisis, ya empezaron a descender en 2013 y, sin duda, cuando conozcamos los correspondientes a 2014, veremos que esa mejora se acentúa.

Señoras y señores,

Vamos ahora con la cuestión esencial, el futuro; ¿A dónde vamos, qué podemos esperar y, sobre todo, qué debemos hacer? Consolidar la recuperación, evitar la vuelta atrás y perder el terreno que tanto nos ha costado ganar.

Se trata, en suma, del primer y gran objetivo: no volver a la situación con que nos encontramos en 2011. Se trata de asegurar y profundizar el nuevo ciclo económico, de proteger el proceso de crecimiento y creación de empleo.

Esta misma semana, el jueves, día 30, enviaremos a Europa nuestro Programa de Estabilidad y nuestro Plan Nacional de Reformas para 2015. Les adelanto ya que ese documento incluirá una nueva previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto. Como saben, a la hora de elaborar los Presupuestos nuestra previsión inicial fue del 2 por 100. Más tarde, durante el Debate de la Nación, la revisamos al alza y la fijamos en el 2'4 por 100. Hoy estoy en condición de anunciarles que este año 2015 el crecimiento de la economía española será del 2'9 por 100 y para el año que viene, para 2016, la cifra será de ese mismo tenor.

Señoras y señores,

Esto no es voluntarismo ni son fuegos artificiales. Si por algo se ha caracterizado mi Gobierno es por su prudencia a la hora de hacer previsiones. Pues bien, con esa misma prudencia les digo que España va a ser la economía del euro que más crezca entre las grandes y con una diferencia considerable respecto a la media de la eurozona. ¡Quién nos lo iba a decir hace sólo un par de años!

Esa previsión de crecimiento supone que en este año crearemos más de medio millón de empleos. De hecho, como les acabo de decir, ése es el ritmo que ya ha puesto de manifiesto la última Encuesta de Población Activa.

Para que estas previsiones se cumplan o, incluso, se mejoren vamos a mantener el impulso reformista que nos ha guiado en toda la Legislatura, con especial atención en ámbitos como la Administración Pública, la formación para el empleo, el apoyo a los autónomos, la unidad de mercado o la innovación.

No voy a entrar ahora en detalles; pero sí quiero subrayar que en los presupuestos de 2015 hemos dado prioridad a la I+D+i, con un aumento de las dotaciones de casi el 5 por 100, y que nuestra intención es mantener avances similares en los próximos años, si los españoles así lo desean.

Segundo gran objetivo, mejorar el bienestar de las clases medias y luchar contra la desigualdad y la exclusión.

Señoras y señores,

La verdadera causa de la pobreza y la desigualdad es el paro. Lo que pone en riesgo los servicios públicos es la caída de la recaudación: setenta mil millones entre los años 2008 y 2011.

Es la crisis, y no la lucha contra la crisis, lo que amenaza las políticas sociales. Por eso, hemos hecho de la creación de empleo nuestra principal prioridad.

Pero, además, ya está en marcha la reforma fiscal que ha prestado especial atención a colectivos de rentas medias y bajas, así como a las personas más vulnerables. Como saben, se ha creado tres impuestos negativos, también conocidos como "cheques familiares", para familias numerosas, monoparentales y con dependientes a su cargo. El año que viene entrará en vigor la segunda fase de la reforma fiscal y, en total, calculamos que nueve mil millones de euros habrán vuelto a los bolsillos de los contribuyentes.

Tercer gran objetivo, garantizar a medio y largo plazo la sostenibilidad de nuestro Estado de Bienestar. Éste es el tema más importante para el futuro de nuestro país: garantizar el sistema de pensiones --el 40 por 100 del gasto del Gobierno que yo presido-- y la sanidad pública. Insisto, gran objetivo nacional para medio y largo plazo: garantizar la sostenibilidad de nuestro Estado del Bienestar.

En este punto permítanme que dedique unos momentos a compartir con ustedes una reflexión, porque creo que éste es, como les acabo de señalar, el gran reto que tenemos ante nosotros, no sólo los españoles, sino todos los europeos, porque es en Europa donde existe esto que llamamos Estado del Bienestar; todos, en suma, quienes disfrutamos de algo que no existe en ninguna otra parte del mundo, eso que conocemos como el Estado del Bienestar.

Les pongo un sólo ejemplo: España dedica, como acabo de señalar, prácticamente el 40 por 100 de los Presupuestos del Gobierno de la nación a las pensiones; China, ese gran gigante económico que compite con éxito en todos los mercados, le dedica el cero por ciento.

Podría buscar otros muchos ejemplos. Hace muy pocas fechas todos ustedes recordarán que una persona fue tratada de una enfermedad, desconocida prácticamente en Occidente, el ébola, aquí, en Madrid. Fue tratada, curada y gratis. A la misma hora, en Houston alguien que tenía la misma enfermedad entraba en un hospital con un talón de quinientos mil dólares por delante.

Ejemplos como éstos son para que nos demos cuenta de la nación y del país en que vivimos podríamos poner muchos, pero creo que no hacen al caso. Les he dado dos suficientemente elocuentes.

Todos queremos que Europa siga siendo la misma Europa en la que nos hemos criado y en la que, a pesar de todas las dificultades, los ciudadanos podemos sentirnos seguros, confiados y amparados ante las dificultades. Ésa tiene que ser nuestra legítima aspiración.

Pero mantener ese Estado del Bienestar en un mundo tan global y competitivo nos obliga a ser extremadamente ambiciosos en la vocación reformista y extremadamente eficaces y equilibrados en la gestión de los recursos. Por eso nuestro objetivo para la próxima Legislatura será volver a la normalidad prevista en el artículo 135 de la Constitución; ése que dice que no hay que tener déficit, que es el mismo que dice que hay que rebajar el porcentaje de deuda pública sobre el PIB. Sin duda, la operación que se hizo en España de consolidación fiscal y de la que formaron parte todas las Administraciones (locales, autonómicas y el Gobierno de la nación) fue una de las decisiones que más credibilidad nos ha dado en los últimos tiempos.

Por tanto, estabilidad económica y reformas son los elementos que, necesariamente, han de marcar el futuro de nuestro país en los próximos años. En el reciente Debate sobre el Estado de la Nación ya plantee cual ha de ser, a mi juicio, el gran objetivo nacional: veinte millones de empleos al final de la próxima Legislatura. Es el umbral que garantiza la sostenibilidad de nuestro Estado del Bienestar. Veinte millones de empleos para estar a resguardo ante eventualidades y para continuar creciendo en bienestar y en seguridad.

Es un objetivo realizable. Sólo con mantener en los próximos años el ritmo de crecimiento y creación de empleo que ahora mismo tenemos en España, lo habremos conseguido en la próxima Legislatura.

Señoras y señores, voy terminando.

Juntos, todos los españoles hemos sacado adelante una tarea que parecía imposible, y recuerden 2012. La sociedad española ha tenido un comportamiento ejemplar y ha demostrado, otra vez, que con buenas políticas es capaz de lograr metas que parecen inalcanzables.

Hemos superado muchísimas dificultades y problemas que parecían irresolubles. Probablemente, cada uno de ustedes y cada una de las personas que nos escuchan podrían enumerar con precisión los esfuerzos que ha tenido que hacer estos años. A todos yo se lo agradezco de corazón. Sus esfuerzos individuales han permitido un gran éxito colectivo.

Ahora tenemos ante nosotros la oportunidad, que es real, de entrar en un largo período de crecimiento y bienestar para todos los españoles. Desde mi Gobierno y desde mi partido, el Partido Popular, vamos a hacer todo lo posible por no frustrar esa esperanza.

Y a partir de ahora, hablamos de lo que ustedes deseen. Muchísimas gracias.

Coloquio con el presidente del Gobierno

Moderador.- Presidente, como usted comprenderá tengo decenas y decenas de preguntas. Es imposible hacerlas todas y mucho menos, contestarlas. He organizado el desayuno en cinco grandes áreas: una, obviamente, economía; otra, corrupción; otra, Cataluña; la cuarta, los ciclos electorales que tenemos por delante y los partidos emergentes y su influencia en el sistema político; y terminaremos con la situación en el PP. Y ya le adelanto, Presidente, que hay muchos, muchos, compañeros que están interesados en su futuro personal. A ver si nos dice algo.

Pero antes, Presidente, la actualidad se nos cruza siempre y quería preguntarle por este terrible terremoto que ha habido en Nepal y, sobre todo, por la situación de los españoles, sobre todo, si tiene usted algún dato, si se ha conseguido ya contactar con los ciento y pico que estaban perdidos o sin contactar.

Presidente.-Realmente, los acontecimientos que se han producido en Nepal… El terremoto es tremendo, es dramático. Hay muchísimas personas que han fallecido. El ministro de Asuntos Exteriores está en la India y he tenido varias conversaciones con él en las últimas horas. Hemos ya conectado con muchos ciudadanos españoles que están allí, bien viviendo o bien simplemente se han acercado por unas o por otras razones en las últimas fechas.

Hay todavía más de cien personas que sabemos que están en Nepal, que son españoles, con los que no hemos podido contactar. Es posible que algunos no estén en este momento ya en Nepal pero, en principio, lo que estamos es intentando poder establecer contacto con todos y vamos a mandar una avión de las Fuerzas Aéreas Españolas para que a la mayor celeridad posible puedan volver a nuestro país. No sé si probablemente ya ha llegado a Nepal, pero ésta fue la última conversación que tuve con el ministro de Asuntos Exteriores que, insisto, está en Nueva Delhi.

Moderador.- Presidente, gracias. Vamos entonces a hablar de economía.

Nos ha dado usted el dato del 2'9 por 100 de crecimiento para este año, para 2015, y 2016. Es verdad que ya nos acercamos a datos de crecimiento anteriores a la crisis, pero quería preguntarle: ¿en el cuadro macroeconómico que aprobará el Consejo de Ministros el jueves se incluirán también algunas reformas que queden pendientes? Lo digo porque el Eurogrupo volvió a pedir el jueves a España que haga reformas, que siga haciendo reformas, sobre todo, en dos ámbitos: en el mercado laboral y en el sistema tributario.

Presidente.- Como he dicho en mi intervención, la política económica que se ha aplicado a lo largo de estos años, y que ha sido dura pero que no tiene por qué ser igual en el futuro, es la que nos ha permitido superar hasta el presente momento la crisis, volver al crecimiento económico y generar empleo. Estaba basada, fundamentalmente, en cinco pilares que yo ya di a conocer cuando me presenté pidiendo el voto a la Cámara en su momento, a finales del año 2011.

Los cinco pilares eran, fundamentalmente, dos de decisión nacional y tres de decisiones europeas. Los dos de decisión nacional eran la consolidación fiscal, es decir, la reducción del déficit público, y las reformas estructurales. Y tres, por llamarlos de alguna forma, más de competencia europea pero, lógicamente, también de competencia nuestra, porque nosotros somos el cuarto país en PIB de la zona euro en Europa, y de los Veintiocho, superados también en PIB por el Reino Unido.

En primer lugar, era necesario continuar con las reformas no sólo a nivel nacional, sino también a nivel europeo; fundamentalmente, profundizar en el mercado interior. No les quiero aburrir, pero uno de los temas más importantes es el Mercado Único de la Energía, pero también están el Mercado Único Digital, el mercado de servicios… Hay todavía muchas cosas que hacer en Europa.

Hay un segundo asunto europeo: profundizar en la integración. Se ha hecho ya la Unión Bancaria con el Mecanismo de Resolución y la supervisión ya de la inmensa mayoría de las entidades financieras se hará por el Banco Central Europeo; pero todavía tenemos que trabajar en la Unión Fiscal, que es difícil, y en la Unión Política, que es mucho más difícil todavía,

Y, luego, había un quinto punto que era también muy importante, que era proveer de liquidez a la economía europea. Las últimas decisiones del BCE para mí son bienvenidas; pero hubieran sido mucho más bienvenidas si se hubieran adoptado en el año 2012 en lugar del año 2014.

Pero es igual. Yo creo que sobre las reformas que se han hecho en España a lo largo de estos años la política de consolidación fiscal fue muy importante; pero también fueron muy importante algunos acontecimientos que se produjeron desde fuera, que no nos ayudaron al principio pero que nos ayudan ahora.: una es la bajada del precio del petróleo y otra es la bajada del tipo de cambio con respecto al dólar que, sin duda alguna, ha sido fundamental para nuestras exportaciones.

Por tanto, ahí hay que seguir. Yo he apuntado al artículo 135 de la Constitución en mi intervención. Nosotros tenemos que seguir bajando el déficit. Quiero decir que el déficit es del 5'7 por 100 del año 2014; pero el objetivo que nos había marcado la Comisión Europea era el 5'8 por 100. Quisimos apostar e ir más lejos, y dijimos el 5'5 por 100, y hubiéramos cumplido el 5'5 por 100, de no ser por la sentencia del "céntimo sanitario" de los tribunales europeos que en cualquier caso hay que cumplirla. Pero lo importante no es una décima arriba o una décima abajo; lo importante es tener la voluntad, y llevarla a buen término, de hacer la política que es sensata y razonable.

Por tanto, tenemos que seguir trabajando en esa dirección. La deuda pública ha seguido aumentando en estos años, pero es que todavía tenemos mucho déficit: el 9 por 100 en el año 2011. Tuvimos que hacer las operaciones de proveedores y tuvimos que atender a cubrir el déficit público de muchas Comunidades Autónomas que, simplemente, no podían pagar los servicios públicos fundamentales. Es decir, se ha hecho una gran operación de saneamiento, pero a partir de 2016 empezará también a bajar la deuda pública.

Por tanto, primero, es imprescindible continuar las políticas de reducción de déficit público y empezar a bajar la deuda pública; segundo, hay que continuar con las reformas estructurales y, en la medida que pueda, si los españoles quieren, seguiremos bajando los impuestos.

Subimos los impuestos, como todos ustedes saben, a los diez días de llegar al Gobierno, el día 30 de diciembre del año 2011. Luego, tuvimos que subir el IVA, en pleno mes de julio del año 2012, cuando la economía española estaba en una situación de prequiebra y el rescate estaba a un cuarto hora de mi despacho. Ya hemos tomado algunas decisiones para este año 2015, que afectan al Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, y también para el año 2016. Son nueve mil millones de euros los que van a quedar en mano de los contribuyentes y la idea del Gobierno, en la medida en que vaya habiendo crecimiento económico y en la medida en que la economía genere más actividad y aumente la recaudación,; nuestro plan es seguir haciendo bajadas de impuestos.

Es muy importante también la reforma de la Administración Pública. Es una gran operación que se ha puesto en marcha. Créanme que es prácticamente imposible el conseguir colocar una sola línea sobre este asunto. Comprendo que no es muy emocionante, pero puedo asegurarles que es una de las reformas más importantes que se han llevado a cabo en muchos años en nuestro país.

También hemos puesto en marcha, y también es difícil pero lo importante es que ya se dan pasos en la buena dirección, la reforma de la Ley de Unidad de Mercado.

Tenemos, sin duda alguna, que mejorar, y algunos pasos hemos dado la buena dirección, todo el tema de la formación. Es decir, hay que liquidar el abandono escolar, que es una bofetada a la igualdad de oportunidades. Hay que mejorar la calidad de nuestra educación. Tenemos que tener en el informe PISA datos más positivos que lo que tenemos. Está aumentando mucho en nuestro país el número de personas que estudian Formación Profesional, pero mucho; éste es un dato muy positivo. También la Formación Profesional dual, que ha sido un gran éxito, tanto en Alemania como en Austria, está mejorando en nuestro país. Es verdad que es difícil llevarlo a las empresas pequeñas.

Pero como le iba diciendo, es muy importante esto y también es muy importante que Europa crezca. Nos interesa que a nuestros vecinos les vaya bien, a todos, sin excepción, a los del norte, sur, este y oeste, para que a nosotros nos vaya mejor.

Moderador.- Presidente, ¿esa bajada de impuestos podría incluir, en su momento, la rebaja del IVA cultural?

Presidente.- Esa bajada de impuestos podría incluir la rebaja de cualquier impuesto.

Hay algunos sectores a los que no les hemos subido los impuestos e, incluso, se los hemos bajado. Es decir, hemos subido el IRPF, hemos subido el IVA; pero hemos tomado decisiones muy importantes, sobre todo, en relación con las pequeñas y medianas empresas, y los autónomos. Y también Sociedades baja en la última reforma.

Luego, hay algunas decisiones que no son decisiones menores y a las que se presta poca importancia. Voy a poner un ejemplo: la Tarifa Plana a la Seguridad Social, los cincuenta euros, y la última medida que ha tomado el Gobierno: que los primeros quinientos euros del sueldo de una persona a la que se contrate con carácter indefinido no tributan a la Seguridad Social. Eso sí es una bajada de la Seguridad Social, que es un impuesto que algunos califican como impuesto contra el empleo.

Por tanto, aquí está abierto todo; pero, en cualquier caso, tenemos que tener un sistema tributario justo y tenemos que tener cotizaciones a la Seguridad Social, porque ya hay 9.250.000 pensionistas en nuestro país, no hay que olvidarlo. Hay países en los que hay cero, pero aquí hay 9.250.000 y la pensión media está en más de mil euros al mes.

Moderador.- Presidente, voy terminando con la parte económica. Uno de los asuntos que puede enturbiar la relación , no sólo en España, sino en toda Europa, o por lo menos retrasarla, es Grecia. El jueves el Eurogrupo fue muy duro con Grecia. ¿Cómo cree que puede acabar esto? ¿Habrá acuerdo, finalmente?

Presidente.-Ha dicho usted una gran verdad. Yo veo en este momento como enemigos de la recuperación en España la inestabilidad política --ése es un enemigo posible de la recuperación; es difícil determinar en qué grado-- y, luego, Grecia.

La situación en Grecia es la siguiente: Grecia estaba bajo programa; Grecia no podía ir a los mercados; sólo financia a Grecia la Unión Europea, los Estados o el MEDE, que es un mecanismo de financiación europeo, y Grecia, a cambio de esa financiación, tenía que cumplir un programa, que era un compromiso para reducir su déficit y su deuda pública, y tenía que hacer reformas estructurales para generar crecimiento y empleo. Lo iba haciendo. De hecho, el último año, las cosas no iban mal. Luego cambió el Gobierno, el nuevo Gobierno tomó la decisión de decir que ellos no aceptaban nada de lo que le pudieran decir la Comisión, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario; pero, claro, el problema es que ésos tres eran los que le prestaban y, entonces, si no acepta nada, corren el serio riesgo de que no les financien.

En este momento se está discutiendo. Se dicen muchas cosas sobre esto. El principal acreedor de Grecia es Europa. España ha hecho un préstamo bilateral de casi siete mil millones de euros. Ese préstamo bilateral se empieza a devolver dentro de treinta años --figúrense que se lo hicieran a ustedes-- y los intereses se empiezan a devolver dentro de diez años. También al MEDE le debe una cantidad muy importante. España tiene avalados dieciocho mil millones; es decir, si no los paga Grecia, los paga España. También empiezan a pagar dentro de treinta años y los intereses, dentro de diez años.

Pero el problema de Grecia no es de reestructurar la deuda, porque entre empezar dentro de treinta o dentro de cincuenta no hay mayores diferencias. Alguna sí hay, pero no es ése el tema. La clave es poder tener crecimiento económico y empleo, y para eso hay que hacer lo que ha hecho todo el mundo, que es consolidación fiscal, reformas estructurales, etc., etc.

A mí me gustaría muchísimo… Creo que sería una pésima noticia que ocurriera algún acontecimiento no deseado en el tema de Grecia. Estoy absolutamente convencido de que lo mejor para los griegos, lo mejor para los europeos, para Grecia, para España y para todos es que Grecia siga donde está, y que cumpla sus compromisos. Creo que se puede negociar y hablar con la Unión Europea, y se puede llegar a posiciones de sentido común Y, desde luego, España, al menos el Gobierno que yo presido, es el primer interesado en que le vaya bien a Grecia y estamos siempre a disposición de ese país, de sus dirigentes y de sus gobernantes para resolver los problemas. Pero en la vida es muy importante una cosa, y todos ustedes lo entienden perfectamente, que es que, cuando uno tiene un compromiso, conviene cumplirlo porque es que, si no, no hay manera de ordenar la vida de nadie; ni en sociedad, ni entre países, ni entre personas, ni entre nadie.

Moderador.- Tampoco entiendo, Presidente, el problema, me va a permitir casi el tono humorístico. El problema es que tampoco el Eurogrupo odie a Varufakis, como dice él.

Presidente.-No. Es muy importante en la vida cuidar las declaraciones, ¿no? Yo no voy a entrar en discusiones sobre las declaraciones del señor Varufakis. Desde luego, no es verdad. Nadie odia a Grecia, ni al señor Varufakis, ni a nadie. Yo comprendo que, a veces, a la gente le apetece decir según qué cosas. A mí me ocurre a veces, pero también es importante…

Moderador.- Presidente, vamos a meternos en temas más complicados. Usted nos está dando datos económicos que son realmente positivos, sobre todo, comparándolos con la situación de la que veníamos; pero ¿por qué hay la impresión de que los ciudadanos y muchos votantes del PP no se lo están poniendo en el haber del Gobierno?

Presidente.-Supongo que habrá muchas razones. Si yo supiera exactamente cuáles eran las razones de una manera nítida y clara, como usted muy bien podría entender, ya hubiera tomado todas las medidas para que eso no ocurriera.

Yo creo que el Partido Popular ha asumido la responsabilidad de gobernar en España, probablemente, en el peor momento económico en décadas. Hemos tenido que tomar decisiones muy complicadas y muy difíciles. Ahora hemos hablado de las subidas a los impuestos y también hemos podido hablar, por fortuna, de las bajadas de impuestos, y creo que en el futuro podremos concretarlas más todavía. Hemos tenido que hacer reducciones importantes en los Presupuestos Generales del Estado: en los dos primeros años los Presupuestos de los Ministerios cayeron un 25 por 100. Y hemos tenido que hacer algunas reformas estructurales que han molestado a muchos sectores, soy plenamente consciente.

Pero hemos hecho eso por dos razones: primera, porque creíamos que era lo que había que hacer, para que las cosas en España mejorasen, y, luego, intentamos priorizar. ¿Qué dijimos que no íbamos a tocar? Las pensiones, y no las tocamos. Nos parecía razonable. Hay más de nueve millones de pensionistas en España y, lógicamente, una persona que tiene ochenta o noventa años tiene muchas menos posibilidades de defenderse que otras que tienen cincuenta, sesenta o los que sean. Nos parecía justo. Lo mismo ocurrió con el seguro de desempleo: hemos llegado a gastarnos más de treinta mil millones de euros --era la segunda partida, después de pensiones, del Presupuesto General del Estado-- en materia de desempleo. Y también nos parecía que debía ser así.

Se han preservado los grandes servicios públicos fundamentales a pesar de las declaraciones claramente intencionadas, desde el punto de vista político, de algunos; pero España sigue hoy teniendo un sistema de bienestar como casi ninguno otro en el mundo.

Por tanto, hay decisiones que han sido duras y difíciles, y que tienen un coste, y yo espero poder recuperarlas y convencer a los españoles en los próximos meses.

Hemos tenido problemas de corrupción que han aparecido en la luz pública y que, sin duda alguna, al Partido Popular le han hecho mucho daño. Le han hecho mucho daño. Creo que hemos sido capaces de tomar decisiones importantes. Todas las personas que se han visto involucradas en acontecimientos como ésos ya no están hoy en el Partido Popular. Creo que hemos aprobado un paquete de leyes y de iniciativas legislativas como no se ha hecho nunca desde 1977 en España. Otra cosa es que hayamos sabido explicarlo bien pero, desde el punto de vista de prevenir esos acontecimientos, creo que hemos dado pasos adelante importantes: hay cuatro proyectos, algunos de Ley Orgánica, en la Cortes.

Pienso también que todas las instituciones que pueden tener que decir algo en la lucha contra la corrupción han funcionado con independencia: lo ha hecho la Agencia Estatal Tributaria, lo ha hecho la Intervención General del Estado, lo ha hecho la Fiscalía, lo han hecho los Juzgados y, por supuesto, lo han hecho las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Hemos hecho todo cuanto estaba en nuestras manos. Seguiremos haciendo todo aquello que sea útil a estos efectos pero, de la misma manera que les digo esto, yo tengo que decir que yo no puedo aceptar que se genere un halo de sospecha o que haya un ambiente general de que todas las personas que se dediquen a esta noble actividad, como es la política, seamos personas que hagamos lo que no se debe hacer. Llevo muchos años en la vida pública y he visto decenas de miles de personas que se dedican a la actividad política, que son absolutamente honradas, que le dedican muchas horas y que, incluso, ni cobran, como ocurre con la mayoría de los concejales de nuestro país. Por tanto, es muy importante también que la mesura, la sensatez, el sentido común y el equilibrio a la hora de juzgar, como en cualquier faceta de la vida, se vaya imponiendo en nuestro país.

Insisto, esas cosas llevan a un cierto desgaste; pero, de la misma manera que le digo eso, yo le tengo que decir que el Partido Popular ganó las elecciones europeas el año pasado, perdiendo apoyos, pero es que en Francia las ganó Le Pen, en Reino Unido las ganó UKIP, en Italia el señor Grillo fue el segundo y en Grecia ganó Tsipras.

Por tanto, creo que estamos en condiciones, porque además creo que es fundamental para el futuro económico de nuestro país, de mantener las políticas que se han hecho estos años.

Moderador.- Presidente, el último caso que ha sacudido a la opinión pública, y muy especialmente a todo el entorno del PP, es el del señor Rodrigo Rato. En este sentido, la compañera Cristina de la Hoz, de "Zoom News", pregunta: ¿Cree que se ha sobredimensionado el "caso Rato"? Y añade: ¿Se ha manejado bien?

Presidente.- Yo sobre este asunto ya he dicho absolutamente todo lo que tenía que decir. Rato ha sido un compañero mío, personal, en el Gobierno y de muchas personas que están aquí. Hizo una gran gestión en su día. Dicho esto, las cosas son como son y creo que en este momento lo mejor que podemos hacer es dejar que sean las instituciones responsables las que tengan que tomar decisiones sobre este asunto, porque creo que eso es bueno para ellos, y que el señor Rato se pueda defender de las acusaciones que le han hecho, si se las han hecho, con absoluta tranquilidad.

El Gobierno ya ha hecho todo cuanto tenía que hacer y yo ya no voy a entrar más en este asunto.

Moderador.- Pero, a dos semanas escasas del comienzo de la campaña, ¿cómo se puede explicar esto? Es decir, ¿cómo se le puede explicar a los votantes del Partido Popular?

Presidente .- Desde luego, el que no se ha explicado bien he sido yo, me da la sensación. Ya he dicho que no voy a adelantar más acontecimientos y que las instituciones en nuestro país funcionan.

Moderador.- Otro asunto también de actualidad, y nos metemos ya con otros temas. Lo plantea la compañera Patricia de Arce, de la Agencia EFE. Dice: "¿El presidente del Gobierno es partidario de restringir o de ampliar las compatibilidades de los parlamentarios?".

Presidente.- Aquí se producen, en algunas ocasiones, acontecimientos muy curiosos, que es que hay quien se piensa que un país es su Gobierno. No. Mire usted, aquí somos 46 millones de españoles y aquí cada uno tiene sus propias responsabilidades. El Gobierno tiene unas muy importantes; pero, luego, también los empresarios que hay aquí tienen también algunas responsabilidades y alguna función muy importante, como la tienen las organizaciones sindicales, los partidos políticos y los diputados.

El Gobierno ya ha tomado decisiones que afectan al propio Gobierno en esta materia, como presentar a las Cortes una de las leyes a las que antes me refería: el Estatuto del Alto Cargo. Allí se establecen las incompatibilidades del Gobierno, que son todas. Las incompatibilidades de las Cortes Generales es algo que compete a las Cortes Generales, a cuyo Presidente, por cierto, le agradezco su presencia; está hoy aquí.

Ahora bien, dicho esto, yo no voy a entrar en ese asunto porque, insisto, mi responsabilidad es el Gobierno; dicho esto, yo soy diputado y tengo derecho a voto. Es muy importante no alejar demasiado a los diputados de la calle. Creo que hay unas incompatibilidades en este momento duras y muy exigentes, las mayores de la Unión Europea, y son los diputados los que tienen que tomar esa decisión. Pueden decir: "aquí, nada. ¿Incompatibilidades? Absolutamente todas". Pero, claro, corremos el riesgo de que sólo se dedique a la política alguien con unos recursos ilimitados o alguien con más bien pocos recursos. Conviene que el Parlamento sea muy representativo de lo que es el conjunto de la nación.

Insisto, las decisiones que tenía que tomar sobre altos cargos yo ya las he tomado; lo otro es competencia de las Cortes Generales, pero pienso que hacer demagogia es algo bastante poco útil; más bien, más dañino para España.

Moderador.- Presidente, vamos a hablar un momentito de Cataluña; es imposible ignorarlo. Yo quería preguntarle si sabe usted lo que son unas elecciones plebiscitarias.

Presidente.- Sí, las que no se van a celebrar en Cataluña el 27 de septiembre.

Creo que es importante que se le diga a todo el mundo que quiera escuchar lo que es la verdad: no existen. Las elecciones que se van a celebrar en Cataluña, si se van a celebrar, que le corresponde al presidente de la Generalitat tomar esa decisión, son unas elecciones autonómicas. Eso es lo que dicen la Constitución y el conjunto del ordenamiento jurídico español.

Por tanto, conviene decirle a la gente la verdad. Cada uno puede pensar lo que quiera y puede tener las opiniones que le parezcan mejor, y todos daremos nuestras razones y nuestros argumentos, si los tenemos y si somos capaces de hacerlo. Pero, desde luego, las elecciones plebiscitarias no existen.

Y mi opinión sobre lo… Yo lo he reiterado en muchas ocasiones: el Gobierno de España está dispuesto a hablar con todo el mundo que quiera hacerlo; entre otras cosas, es su obligación. Ahora bien, sólo hay una cosa de la que, por lo menos, yo no voy a hablar, y, si me lo permite, creo que nadie que haya sido o pueda ser presidente del Gobierno de España en el futuro lo haría, que es: de la unidad nacional, de la soberanía nacional, de la igualdad de los españoles y de la libertad y de los derechos fundamentales. Me parece que encontrar un interlocutor en el Gobierno de España, ayer, hoy o mañana, va a ser muy complicado en esa materia. A partir de ahí, podemos hablar de todo aquello que redunde en beneficio de los intereses generales de los ciudadanos.

Moderador.-¿Incluido de una reforma de la Constitución?

Presidente.- Eso es una de las pretensiones de algunas personas y yo no me opongo. Lo que pasa es que sí agradecería que se me dijera exactamente qué es lo que se pretende reformar porque, claro, decir "vamos a hacer una reforma de la Constitución"… Pero, si no sabemos qué es lo que queremos reformar, al final podemos acabar teniendo un problema.

En España se han hecho dos reformas de la Constitución desde el año 1978: una, que tenía un objetivo muy claro, que pudieran votar los ciudadanos extranjeros en las elecciones municipales en España --yo no sé si era de acuerdo con el Tratado de Maastricht, no me atrevería a asegurarlo; pero sí de acuerdo con la reforma de algún Tratado de la Unión Europea--; y la segunda gran reforma fue una reforma de un enorme calado, una reforma en la cual todos los países de la Unión Europea nos comprometemos a tener unos niveles de déficit público y de deuda pública, que son los establecidos en ese Tratado. Eso dio lugar a una reforma que se hizo en un cuarto de hora. Yo recibí una llamada del anterior presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el año 2011, en el verano, y me dijo: "oye, es muy importante hacer esto". Yo le dije que sí y se hizo, y se hizo bien.

Por tanto, las reformas deben de hacerse; pero teniendo muy claro cuál es el objetivo de las mismas.

Yo he hablado con algunas personas. Todo el mundo, como es evidente, cuando piensa de una determinada manera, tiene sus razones, tiene sus argumentos y no está escrito en ningún sitio, ni que tenga razón, ni que no la tenga, que es más importante.

Yo en este momento no la veo. No la veo porque no veo que en España haya un consenso suficiente en materia de reforma de la Constitución. Probablemente, sea el Título Octavo donde alguna gente crea que es más importante plantear esa reforma; pero ya fue muy difícil en el año 1978 la redacción del Título Octavo, con su artículo 150.2 y con sus disposiciones transitorias y adicionales.

Yo veo que ahora hay gente a la que le gustaría que el Estado tuviera más competencias que las que tiene y las autonomías, menos, y veo que hay otra gente que quiere exactamente lo contrario. No veo claro qué es lo que se podría producir en materia de financiación autonómica. ¿Qué pasa si alguien pide la supresión de unos sistemas de financiación distintos de los generales que hay en la Constitución o si alguien pide un sistema como ésos? ¿Cuál es la razón por la que habría que negárselo?

Me parece que en los tiempos de dificultad, en los tiempos de tensión, no es bueno hacer cambios, sobre todo cuando no hay claridad, ni mayorías, que yo no las veo suficientes, para sacarlo adelante. Pero eso es algo que está ahí y a lo que no se debe renunciar. De hecho, nunca se ha renunciado. Pero hoy, en este momento, y desde luego en este año, con varias convocatorias electorales, no me parece lo más prudente.

Moderador.- Por terminar con este asunto, hay tres preguntas de los compañeros de la prensa catalana, que me plantean exactamente lo mismo. Leo lo que dice Jordi Armenteras, de RAC-1: "¿Contempla unas elecciones generales en septiembre el día 27, coincidiendo con el anuncio de las catalanas?".

Presidente.- Mire usted…

Moderador.- La pregunta es muy directa, Presidente.

Presidente.- No, no. Si la he entendido perfectamente.

Yo no voy a descartar absolutamente nada pero, dicho esto, todos los que me conocen a mí saben que entre mis innumerables defectos no está el de hacer cositas a corto plazo. Eso no lo he hecho nunca y no lo voy a hacer tampoco ahora.

Moderador.- Pero ¿tampoco lo descarta?

Presidente.- Es por no cerrarme la puerta. La idea será hacer hacia finales de año las elecciones.

Moderador.- Tenemos cinco minutos y quiero tocar estos dos últimos temas: los procesos electorales abiertos y la situación en el PP. Así que vamos rapidísimo.

Presidente, las encuestas, evidentemente, son encuestas y, además, son difíciles de interpretar; pero todas están dando caídas significativas para el 24 de mayo en el voto del Partido Popular. En todo caso, da la impresión de que habrá que negociar a partir de entonces. ¿Cuál sería el aliado natural del Partido Popular para una posible negociación?

Presidente.- El aliado natural son los electores y es a lo que aspiramos. El Partido Popular aspira a ganar las próximas elecciones municipales y autonómicas. Vamos a hacer cuanto esté en nuestras manos y vamos a dedicarle todo el tiempo para explicarle a los españoles lo que hemos hecho y, sobre todo, la España que queremos de cara al futuro, donde el papel que desempeñen los Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas es muy importante. Por tanto, nuestro objetivo es ganar.

En el año 2011 tuvimos, como todo el mundo recuerda, unos resultados muy brillantes, los mejores resultados de nuestra historia. Vamos a trabajar lo indecible para tener también un muy brillante resultado en esta ocasión.

Hablar de los pactos y de los acuerdos que se puedan producir en el futuro creo que no tiene sentido en estos momentos. En este momento le toca hablar al conjunto de los ciudadanos y después, si es necesario, ya se buscarán: si hay acuerdos, si no hay acuerdos o a qué tipo de acuerdos conviene llegar o no.

Pero, insisto, el Partido Popular es una fuerza política que no se ha inventado hace media hora; es una fuerza política que tiene representación en toda España. Ya se han presentado las listas electorales. Somos el partido en España que más candidatos ha presentado en los ocho mil y pico Ayuntamientos largos. La mayoría de las fuerzas políticas se presentan en muy pocos sitios. Nosotros estamos ahí y aspiramos a ganar. Creo que estamos en condiciones de ganar. Nos ha tocado, como siempre nos suele ocurrir, lidiar con las situaciones más difíciles pero, claro, para algo se está en política y en cualquier faceta de la vida. Para lo fácil vale cualquiera y para lo difícil el Partido Popular sigue estando a disposición de todos los españoles, como siempre.

Creo que somos un partido que se ha creado en la oposición, que hemos pasado por momentos muy complicados a lo largo de nuestra historia y otros, buenos; pero siempre hemos dado la talla y por eso nos hemos ganado la confianza de mucha gente en nuestro país.

Moderador.- Presidente, ¿qué tal está el Partido Popular?

Presidente.- El Partido Popular está bien. Yo llevo en el Partido Popular desde hace muchos años. He sido concejal, he sido diputado provincial, he sido un militante de base, presidente de una junta local; luego, de una junta provincial, de Pontevedra durante ocho años, y luego he sido vicesecretario general del partido, secretario general y presidente. Le he dedicado mi vida al Partido Popular.

Todas las organizaciones, y sobre todo organizaciones con tantas personas y tanta gente, siempre pueden tener momentos mejores y peores. En el Partido Popular no somos todos iguales --como en cualquier faceta de la vida, cada uno tiene su forma de ser y cada uno tiene su carácter--; pero creo que es un partido que ha acreditado mucha solidaridad, mucha entereza, mucho coraje y mucho aguante en los momentos difíciles.

Yo he pasado algunos momentos difíciles en mi vida política, otros no tan difíciles; pero, desde luego, este partido es una fuerza política segura. Éste no es un partido del que se va uno, entra otro, la gente anda cambiando… No, es una fuerza política segura y sus militantes han acreditado siempre que son capaces de estar a las duras y a las maduras. Si algo garantiza el Partido Popular es la seguridad y la estabilidad. Es verdad que, a lo mejor, no es un partido que se ponga a las órdenes de muchos ni le dé coba a mucha gente; pero eso también es complicado en la vida y tampoco creo que sea malo para los intereses generales de los ciudadanos.

Yo estoy muy orgulloso de mi partido. Fíjese, como le decía antes, le he dedicado toda la vida y creo que es un seguro para el conjunto de los ciudadanos españoles, y así vamos a intentar transmitírselo.

Moderador.- Las dos últimas, Presidente. La penúltima: ¿un hipotético mal resultado el 24 de mayo provocaría algún cambio interno en el partido?

Presidente.- No tengo intención de provocar ningún cambio en el partido, con absoluta franqueza. También le diré una cosa: si lo tuviera, no se lo iba a decir, claro.

Moderador.- Me temo.

Presidente.- Pero, dicho esto, quédese con la primera afirmación.

Moderador.- Para terminar, tengo nueve preguntas de compañeros que se interesan por su futuro personal.

Presidente.- Se lo agradezco mucho.

Moderador.- Le voy a leer la que plantea Sara Medialdea, del diario "ABC". Dice: "en medio de tantas noticias o rumores sobre cismas internos y maniobras relacionadas con el 'post-marianismo', ¿sigue usted queriendo ser el candidato del PP a las generales este 2015, pase lo que pase el 24-M?

Presidente .- Sí, sí. Yo quiero ser el candidato. Y confíen en mí. Les irá bien.

Moderador.- ¿Un mal resultado no abriría ninguna reflexión?

Presidente.- Háganme caso.

Moderador.- Hemos cumplido escrupulosamente el tiempo, Presidente. De verdad que ha sido un placer y un honor tenerle con nosotros.

Muchas gracias. Gracias a todos.