Intervención del presidente del Gobierno en la segunda sesión plenaria de la XXIV Cumbre Iberoamericana

9.12.2014

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Veracruz (México)

Muchas gracias, señor Presidente. Buenos días a todos otra vez.

Coincido con lo que ha dicho usted en su intervención inicial. La innovación es un tema capital para nuestro futuro y celebro que se trate aquí en ésta reunión plenaria.

Pienso que los países de América Latina, España y Portugal afrontamos una época de creciente competencia a nivel mundial, y hay un desafío, y el desafío es que para prosperar en la Sociedad del Conocimiento debemos apostar cada vez más por la innovación. ¿Por qué? La innovación es uno de los factores básicos del desarrollo de los países; es una herramienta central para el crecimiento económico y para generar empleos de calidad, y permite mejorar la calidad de vida de los ciudadanos con productos, procesos y servicios más adaptados a sus necesidades y producidos a menor coste. En una economía globalizada, además, constituye una condición necesaria para que nuestras empresas y nuestras sociedades puedan hacer frente a la siempre creciente competencia internacional. En definitiva, la innovación es la base para crecer de forma sólida y sostenible generando prosperidad para todos.

Dicho esto, quisiera decir que son muchas las empresas iberoamericanas que han logrado liderar sus sectores gracias a su capacidad para innovar y a todos se nos ocurren ejemplos en distintos sectores, en modelos de negocios, en energías renovables, en técnicas medioambientales, en aeronáutica, en software y también en pymes. Son empresas todas ellas que han logrado proyectarse al exterior, porque ofrecen algo nuevo.

Especial referencia merecen las empresas iberoamericanas y multilatinas que apuestan por el talento y la innovación en los países en los que operan, y no sólo en su sede corporativa. En este sentido, yo quiero elogiar las iniciativas que, a través del apoyo al talento emprendedor, permiten poner en prácticas las ideas innovadoras sin necesidad de salir de Iberoamérica o peregrinar a Silicon Valley.

Pues bien, no faltan modelos de éxito; pero, dicho esto, tenemos importantes retos por delante para situar a nuestras economías entre las más creativas y que Iberoamérica e innovación sean cada vez más términos asociados. Para ello debemos aunar los esfuerzos públicos y privados. Creo que las empresas deben innovar en procesos productivos y destinar recursos a la investigación, porque de ello depende su supervivencia a medio plazo. Y creo que los Gobiernos también podemos acompañar y facilitar el proceso creativo: por un lado, debemos garantizar la existencia de condiciones que lo faciliten, mejorar nuestros sistemas educativos, fomentar la cultura del esfuerzo --muy importante-- y crear entornos jurídicamente seguros. Esto también es muy importante, porque los últimos estudios de referencia subrayan que las instituciones fuertes e independientes que crean y hacen respetar reglas de funcionamiento claras y predecibles son fundamentales para que prospere la innovación. Las instituciones son, así, parte del ecosistema de la innovación.

Por otro lado, y también quiero llamar la atención en este punto, desde el punto de vista de la regulación debemos proteger y estimular la innovación mediante una adecuada remuneración de los esfuerzos realizados, a la vez que se asegura un acceso amplio a dichos avances por el conjunto de la sociedad, de forma que se genere más innovación en el futuro. Yo pienso, sinceramente, que es mucho lo que podemos avanzar juntos por este camino. Compartimos lenguas y cultura, lo que facilita la comunicación de ideas, conocimiento y prácticas, y nos ayuda a llegar a una verdadera Comunidad Iberoamericana innovadora.

Quisiera decir otra cosa. Hasta ahora, las relaciones entre mi país e Iberoamérica en materia de innovación se habían desarrollado casi exclusivamente bajo el paraguas de la cooperación. Esto es algo que estamos cambiando, evolucionando hacia unas relaciones basadas en la colaboración equilibrada entre nosotros, desarrollando políticas conjuntas y compartiendo experiencias.

Un ejemplo del nuevo paradigma de la colaboración es el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, el CYTED. Este programa ha ayudado a que se estructuraran los sistemas de ciencia, tecnología e innovación de muchos países de la región; un programa en el que se ha ido intensificando al colaboración por parte de todos y cada uno de los actores implicados. Los estatutos de CYTED se han modificado recientemente para dotar a la innovación de un papel central y ello permitirá que la iniciativa Iberoeka, cuyo objetivo es impulsar la competitividad de las empresas iberoamericanas, cobre un renovado protagonismo.

Estamos, además, revisando la arquitectura de los diferentes programas iberoamericanos relacionados con la ciencia y la innovación para introducir un principio integrador en todos ellos: el principio "de la idea al mercado". Es algo que estamos haciendo, tanto en España, como en Europa.

Señoras y señores,

Donde todos nosotros, pienso yo, debemos ser más ambiciosos en el ámbito del I+D, tanto en España, como en América Latina, es en la participación privada en las actividades de I+D, tanto en lo referido a su financiación, como a su ejecución. Fue un gran innovador como Albert Einstein quien dijo que, "si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo". Así, pasando a contarles el caso español, cuando en España nos hemos planteado cómo impulsar la innovación, lo primero que hemos hecho ha sido cambiar el enfoque. Con el fin de eliminar las fronteras que históricamente han separado la ciencia de la innovación, hemos empezado a abordar la I+D+i como un proceso único; un proceso que se inicia en la idea generada en un laboratorio y que debe terminar en el mercado en forma de producto o servicio.

Hasta ahora, la práctica habitual consistía en que unos, los científicos, investigaban y sacaban a la luz sus publicaciones, mientras otros, generalmente las empresas, se encargaban de patentar, de innovar y de generar productos y servicios. Entre unos, los investigadores, y otros, las empresas, establecíamos puentes, lo que hemos llamado transferencia. Pero en este proceso intermedio morían la mayor parte de los intentos que no se convertían, ni en patentes, ni en procesos creativos, ni en productos, ni en servicios. No conseguían, por tanto llegar, a una remuneración en el mercado que permitiera financiar la investigación, lo que a su vez la desincentivaba.

Por eso, una de las primeras decisiones de mi Gobierno fue acabar con esta separación. Establecimos una sola estrategia que abarcara la investigación y la innovación sin distinciones. Era la primera vez que se hacía. Nuestra intención con esto es incentivar la participación de todos los actores a lo largo de todo el proceso porque, si de verdad queremos mejorar, tenemos que trabajar todos juntos y crear lo que suele denominarse un Ecosistema de Innovación.

Esto, que otros muchos lo hacen, es una labor que tenemos que afrontar todos y cada uno de los que conformamos el sistema español de I+D+i: Administraciones, Universidad, organismos, centros de investigación, empresas, parques y centros científicos y tecnológicos o fundaciones. Para lograr esto, necesitamos sistemas adecuados de financiación; generación de talento y capacidad para emplearlo; movilidad, tanto del sistema público al privado, como del privado al público, tanto nacional como internacional; y entornos institucionales favorecedores de la iniciativa privada. Un auténtico círculo virtuoso a favor de la innovación.

Señoras y señores,

Yo pienso que también Iberoamérica se enfrenta a retos similares y el gran potencial que tiene la región necesita de la investigación y de la innovación para hacerlo realidad y para llevar crecientes niveles de bienestar a sus ciudadanos. Nosotros sólo podemos ganar colaborando en este ámbito. Es un salto que pienso que debemos dar juntos. Por eso, nuestros países se han puesto a trabajar en lo que llamamos Eje de Innovación, que tiene tres objetivos específicos: reforzar la generación de proyectos iberoamericanos de colaboración tecnológica orientados a mercado, fortalecer los sectores productivos estratégicos de la región y promover la inclusión de las Pymes iberoamericanas en las cadenas internacionales de valor a través de proyectos de I+D+i.

Para ello, se han establecido varias líneas de actuación y citaré sólo algunas:

- Una, la colaboración trasnacional de empresas, universidades, centros de investigación y tecnológicos en proyectos de I+D+i orientados al mercado.

- Dos, la puesta en marcha de plataformas tecnológicas sectoriales iberoamericanas.

- Tres, el apoyo a nuevas empresas de base tecnológica y a la colaboración entre ellas, así como a las entidades que desarrollan proyectos.

- Cuatro, la formación e intercambio de buenas prácticas y la cooperación mediante redes y asociaciones internacionales centradas en la innovación empresarial.

Yo pienso que todo esto contribuirá a que nuestros países aumenten su capacidad para crecer y a que nuestras sociedades sean capaces de enfrentarse a los retos como la salud, el cambio demográfico, la seguridad alimentaria, la generación de energía segura, limpia y eficiente, el transporte inteligente integrado, el medio ambiente o la eficiencia de los recursos y materias primas.

Señoras y señores,

Voy terminando. Yo quiero decirles que en España se hace hoy una buena investigación. Somos la décima potencia mundial en producción científica; tenemos varios centros de primer nivel; investigadores cuyo impacto mundial es importante en muchas áreas; infraestructuras punteras y participación importante en las mayores instalaciones y programas europeos e internacionales.

Nuestro avance en los últimos años ha sido importante y nos gustaría compartirlo con ustedes; de hecho, ya lo estamos haciendo. Yo pediría que emprendiéramos ahora juntos el viaje de la innovación; un viaje que hará que nuestras sociedades, nuestras empresas y nuestro bienestar salgan enormemente beneficiados.

En palabras del Premio Nobel español Severo Ochoa, que da nombre a los centros de excelencia que son referencia para la movilidad de talentos iberoamericanos, "la ciencia siempre vale la pena, porque sus descubrimientos, tarde o temprano, siempre se aplican". Yo creo que ésta es la frase y no otra que vivimos en alguna etapa de nuestra historia, que era la de "que inventen ellos". No, los que inventan son los que al final ganan, crecen económicamente, generan empleo y acaban siendo los mejores.

Muchas gracias, señor Presidente.

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