Discurso y posterior coloquio del presidente del Gobierno en la conferencia "Restaurando la competitividad", organizada por el diario "Financial Times"

14.10.2014

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Madrid

Señoras y señores, muy buenos días a todos. Muchas gracias por su asistencia y muchas gracias al "Financial Times" por organizar estas jornadas y por invitarme. Es para mí un honor estar aquí. Gracias también por sus palabras al señor Rachman, editor de la sección internacional del periódico.

Se me ha pedido que mi intervención dure veinte minutos; ahora he escuchado quince y en cualquier caso así será. Hablaré de la economía española y dividiré mi exposición en tres apartados: en primer lugar, cómo estábamos cuando llegamos al Gobierno y qué hemos hecho desde entonces; en segundo lugar, cómo estamos ahora y, en tercer lugar, cómo veo yo el futuro.

Nosotros llegamos al Gobierno en el año 2011. Yo tomé posesión como presidente del Gobierno el día 21 de diciembre. Nuestro primer año de Gobierno fue, pues, 2012. La situación entonces, repito, en el año 2012, era la siguiente: según algunos, España iba a la quiebra y tendría que pedir un rescate; según otros, España tendría que salir del euro, sin más; luego había quien decía que el euro iba a desaparecer, que iba a haber dos categorías de euro, etc. etc. Pero ya no voy a entrar en eso.

También se decía que no íbamos a ser capaces de corregir los graves desequilibrios de la economía española, ni mejorar, en consecuencia, nuestra competitividad y, por tanto, que no íbamos ni a crecer, ni a crear empleo durante mucho tiempo.

Probablemente, quienes así pensaban tenían sus razones para hacerlo: el déficit público, por encima del 9 por 100; el del sector exterior o la inflación estaban desbocados; una parte de nuestro sistema financiero estaba, como luego se vio, en quiebra; el diferencial de competitividad con el resto de la Unión Económica y Monetaria era inaceptable; la deuda externa, descomunal; el paro llevaba cuatro años largos aumentando sin parar; el crecimiento no era tal, porque estuvimos durante mucho tiempo en recesión, y, por si ello no fuera suficiente, la prima de riesgo llegó a superar los seiscientos puntos básicos y en el bono a diez años pasaba su rentabilidad por encima del 7 por 100.

Así estábamos. ¿Qué hicimos en esa situación? Lo que hicimos fue aprobar un programa de cinco puntos: nuestro programa de política económica que yo ya anuncié poco tiempo después del Debate de Investidura; dos, responsabilidad española; tres, responsabilidad europea. Y en España había que hacer dos cosas: primero, un proceso de consolidación fiscal y, en segundo lugar, un proceso de reformas estructurales.

Voy a hablar, en primer lugar, del proceso de consolidación fiscal. Con un déficit público por encima del 9 por 100, como es perfectamente entendible, no se puede vivir y, además, corre uno el riesgo muy serio de que acaben por cortarle la financiación.

Quiero decir que la sociedad española ha hecho un enorme esfuerzo y que todos deberían reconocérselo. Hemos reducido el déficit en dos años, el año 2012 y el año 2013, estando en recesión, porque en el año 2012 el crecimiento económico fue -2,1 por 100; y, en 2013, -1,2 por 100. Y créanme que eso es muy difícil. Terminamos el año 2013 en el 6,3 por 100 de déficit público, cifra todavía muy elevada, pero casi tres puntos por debajo de donde lo cogimos, insisto, y lo hicimos en dos años de recesión económica. El objetivo para este año es el 5,5 por 100, lo cumpliremos y así deberemos continuar en el futuro. Y cuanto más crecimiento económico haya, cuanto más haya, más fácil nos será acabar con el déficit público.

Quiero decir que, además de este proceso de consolidación fiscal que continua, hicimos un ejercicio de transparencia muy importante, puesto que en España había una deuda comercial que no era todavía deuda financiera, pero era una deuda que efectivamente existía, y con el Plan de Proveedores, que sirvió, entre otras cosas, para pagar a los proveedores, y con el Fondo de Liquidez Autonómico para atender los vencimientos de algunas Comunidades Autónomas pusimos en circulación 105.000 millones de euros.

Por tanto, primero, consolidación fiscal. Segundo, reformas estructurales. Ésta es la gran operación que se ha hecho en España en estos años y esto supone, sobre todo, sentar bases sólidas para el futuro de nuestro país. Voy a recordar sólo algunas --tengo un cuarto de hora--, sólo recordar: primera, Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera que aprobamos al mes de llegar al Gobierno; segunda, reestructuración total del sistema financiero español que nos obligó, incluso, a nacionalizar tres entidades financieras, tercera, reforma laboral, muy importante; cuarta, reforma energética para suprimir y evitar un aumento descomunal del déficit de tarifa que llevaba el sistema a la quiebra; quinta, reforma de la Administración Pública por primera vez en treinta años, que todavía sigue en marcha; sexta, Ley de Unidad de Mercado; reforma de la Ley de Educación; Ley de Desidenxación de la Economía; diversas leyes sectoriales en materia agroalimentaria, de telecomunicaciones, etcétera; Ley de Emprendedores; reforma fiscal, que se aprobará a final de este año; tarifa plana en Seguridad Social --cien euros para quienes hagan contratos indefinidos--, etc., etc.

Hay muchas más, pero éstas son las más importantes. Este proceso de reformas estructurales es, sin duda alguna, lo que nos ha permitido salir antes de la recesión económica; pero lo más importante son los efectos estructurales que en el medio y largo plazo de la economía española va a suponer este amplio paquete de reformas estructurales al que acabo de hacer referencia.

Hablé antes de un programa de cinco puntos; dos, españoles: la consolidación fiscal y las reformas estructurales. Había tres puntos europeos que voy a limitarme, simplemente a apuntar.

Primero, reformas en Europa. Es necesario más mercado interior: aún queda mucho por hacer, pero algunas cosas se han hecho. Segundo, más integración europea: se han hecho muchas cosas, sobre todo después del Consejo Europeo de junio del año 2012 cuando se habló de Unión Bancaria, de Unión Fiscal, de más Unión Económica y Unión Política; hoy la Unión Bancaria es un hecho, pero todavía hay que continuar. Y, por último, política monetaria: es necesaria más adecuada al momento concreto en el que vivimos, hemos vivido y vamos a vivir. Tengo que decir que el Banco Central Europeo en el ámbito de sus competencias, y respetando su independencia, ha hecho algunas cosas interesantes.

Pues bien, señoras y señores, hasta aquí la primera parte de mi intervención: cómo estábamos y qué hemos hecho. Se la resumo: ¿Cómo estábamos? Muy mal. ¿Qué hicimos? Poner en marcha un proceso de consolidación fiscal, reformas estructurales y trabajar en Europa para mejorar las cosas.

Paso ahora a la segunda parte de mi intervención: ¿Cómo estamos ahora después de todo esto a lo que acabo de hacer referencia? Estamos mejor que en el año 2012, mejor que en el años 2013 y peor que en el año 2015 y en los siguientes.

Voy a hacer una breve explicación de por qué estamos mejor que en los años 2012 y 2013. Estamos mejor, porque ya no habla nadie del rescate de la economía española. Ya nadie habla de la quiebra de la economía española. Nadie habla de la ruptura del euro. Hemos conseguido corregir en buena parte nuestros desequilibrios, hemos establecido bases sólidas para el futuro, hemos corregido nuestro diferencial de competitividad con Europa y de la prima de riesgo, por fortuna, nadie habla porque hoy está en menos de la quinta parte de lo que estaba hace menos de dos años. Y, además, lo más importante: estamos creciendo. Llevamos cuatro trimestres consecutivos creciendo: 0'1 por 100 en el tercer trimestre del año pasado, 0'2 por 100 en el cuarto, y este año, en el primero, 0'4 por 100 y, en el segundo, 0'6 por 100; y todo esto después de una larguísima temporada de recesión en nuestro país.

Y lo más importante: el 30 de septiembre de este año, hace unos días, había en España 356.258 afiliados más a la Seguridad Social que en septiembre del año anterior. Éste es el cambio y me voy a detener con mucha brevedad: tras 68 meses seguidos, repito, 68 meses, es decir, casi seis años, en los que cada mes del año de todos los años había menos afiliados a la Seguridad Social que el mismo mes del año anterior, en febrero de 2014 se produce el cambio y en febrero de 2014 había más afiliados a la Seguridad Social que en febrero del año 2013. Eso continuó hasta el mes en el que estamos y va a continuar en el futuro.

Por otra parte, la última EPA que hemos conocido, la del segundo trimestre, ya habla de un aumento de la ocupación en España, en términos interanuales, de casi 200.000 personas, cosa que no ocurría en nuestro país desde tiempo inmemorial.

Y si hablamos de los registros del INEM, tengo que recordar que hoy ya hay menos personas apuntadas en el registro del INEM que en diciembre del año 2011.

Pues bien, señoras y señores, éste es el cambio. El cambio es que ya se crea empleo neto en España; pero, lógicamente, eso es insuficiente y, por tanto, lo que tenemos que hacer ahora es perseverar y seguir trabajando. Y con ello ya entro en la tercera parte de mi intervención: ¿Qué vamos hacer en el futuro y cómo veo yo el futuro de la economía española?

Tenemos que perseverar en los cinco puntos a los que hice referencia en la primera parte de mi intervención. Hay que seguir con la consolidación fiscal: insisto, este año tenemos que estar en el 5'5 por 100 y tenemos que continuar el año que viene, 2015, en 2016 y en el futuro.

Hay que seguir, en segundo lugar, con las reformas estructurales. En este momento las más importantes son: la reforma de la Administración, que lleva su tiempo, sobre la cual ya hemos tomado decisiones; la reforma de la unidad de mercado; la formación de los trabajadores --un tema muy importante-- y, luego, la reforma fiscal. La reforma fiscal supone una rebaja de impuestos en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas para todos los contribuyentes españoles y también supone una rebaja de cinco puntos en el Impuesto de Sociedades, además de otras normas en las que no voy a entrar porque debo ajustarme al tiempo.

En Europa tenemos que seguir trabajando en los tres puntos a los que antes he hecho referencia. Primero, mercado único: prioridad importante el mercado único de la energía, con las interconexiones con Francia; mercado único digital, de servicios y servicios financieros. Segundo punto, integración: hemos avanzado mucho, como he dicho antes, en la Unión Bancaria y creo que debemos seguir avanzando y comenzar a hablar ya en serio de Unión Fiscal en el futuro próximo. Y, por último, es importante que las condiciones de liquidez cada vez sean mejores en nuestro país y en el conjunto de la Unión Europea.

¿Cómo van a ir las cosas si seguimos perseverando? España va a seguir en crecimiento económico. Insisto, hemos crecido los cuatro últimos trimestres: el tercero y el cuarto del pasado año; el primer y el segundo de este año, vamos a crecer este trimestre y el Gobierno piensa que este año 2014 el crecimiento económico va a ser del 1'3 por 100. Le recuerdo que venimos de un crecimiento económico negativo del -1'2 por 100 en el año 2013 y del 2,1 por 100 en el año 2012, también negativo. El año que viene, la previsión de crecimiento para España, según el Gobierno, que coincide en este caso con muchos prestigiosos analistas nacionales y de fuera, es que el crecimiento económico en España será del 2 por 100.

El sector exterior este año va a continuar en positivo. Tengo que decir que las importaciones están subiendo porque ha mejorado la demanda interna, pero nuestra competitividad nos permite seguir con un sector exterior en positivo.

En el futuro van a ser muy importantes para mantener esta situación el tipo de cambio del euro, el precio del petróleo y la situación en el resto de los países de la Unión Europea. Piensen ustedes que España todavía exporta más de la mitad de sus exportaciones al resto de Europa, aunque esa cifra ya es menor que hace dos o tres años; pero nuestro primer cliente y proveedor es Francia; después, es Alemania y, después, muy igualados, Reino Unido, Italia y Portugal. Por tanto, la situación en esos países nos afecta muy directamente al conjunto de la economía española.

En cuanto al consumo interno, está mejorando y va a continuar así en el futuro; también, los indicadores de confianza del consumidor y ya hemos visto en las últimas fechas algunos datos buenos, incluso, en comercio minorista, automóviles, turismo, etcétera.

En cuanto al futuro, creemos que es muy importante para que se mantenga el consumo la reforma fiscal, que va a dejar en dos años en manos de los contribuyentes nueve mil millones de euros; también el aumento del empleo y, también, aunque en menor medida, la reducción de los tipos de las hipotecas.

En cuanto a la inversión y actividades industriales, hay buenas perspectivas, el coste de financiación va a la baja, seguimos manteniendo la competitividad y hay más demanda porque hay más consumo, lo que hace que España sea un país atractivo para invertir, tanto para inversores nacionales, como para los de fuera. Tengo que decir que la inversión extranjera ha subido este año, en comparación con el pasado, dos puntos del PIB, veinte mil millones de euros. Hablo sólo del sector privado y no me refiero a la compra de deuda pública.

En cuanto al empleo, seguirá mejorando la situación. Cuando nosotros hicimos la previsión de empleo para este año, habíamos dicho que iba a haber una caída del 0'2 por 100 y al final de este año tendremos una subida del 0'7 por 100; y creo que el año que viene también va a ser un año bueno para el empleo.

En suma, la situación sigue siendo complicada. Es evidente que hemos superado los peores momentos, pero este año habrá crecimiento económico, por primera vez en mucho tiempo en España; insisto, por primera vez en mucho tiempo. Hemos vivido la crisis económica más importante de las tres últimas generaciones, hemos estado mucho tiempo perdiendo trabajo, hemos estado mucho tiempo con crecimiento negativo y ahora podemos decir: por primera vez, año 2014 hay crecimiento económico; año 2014, se crea empleo neto; año 2015, habrá más crecimiento económico y más empleo neto.

Pero tenemos que perseverar en las políticas que se han puesto en marcha en estos últimos tiempos. Ha habido que tomar decisiones duras y difíciles, todos somos conscientes de ello. El pueblo español ha estado claramente a la altura de las circunstancias, porque ha comprendido que algunas cosas había que hacerlas, y creo que, a pesar de los pesares, España puede decir hoy que ha enfocado con claridad el camino de la recuperación económica y que ha sabido mantener los pilares fundamentales del Estado de Bienestar.

Muchísimas gracias.

Coloquio con el presidente del Gobierno

P.- Muchas gracias, Presidente, por la muy interesante y muy clara intervención sobre el progreso que se ha conseguido en la economía española. Me gustaría hablarle sobre la economía dentro de un ratito, pero por la noche hubo noticias dramáticas, muy interesantes, de Cataluña. Así que me gustaría empezar preguntándole cuál es su reacción a estas noticias de que no van a seguir adelante con sus planes para el referéndum.

Presidente.- Efectivamente, yo creo que ésta es la noticia más importante que hemos conocido en la noche de ayer. Esta mañana, en este momento, hay anunciada una comparecencia del presidente de la Generalitat, del señor Mas, creo recordar que a las diez de la mañana, y a mí no me gustaría adelantar acontecimientos.

Yo puedo decir una cosa: el que no se celebre el referéndum, si efectivamente así es, es una excelente noticia. España es una democracia, es un país avanzado y cumplir la Ley es una obligación de todos, y más de los que asumimos responsabilidades de Gobierno. Por tanto, eso de confirmarse sería una excelente noticia.

A partir de ahí, yo creo que conviene recordar que España es la nación más antigua de Europa. España consiguió su unidad nacional hace muchos siglos y no hay ningún país más viejo que España en Europa. Hemos hecho muchas cosas juntos a lo largo de nuestra historia.

En los últimos cincuenta años España es el cuarto país del mundo donde más ha crecido la renta per cápita y España aprobó una Constitución en el año 1978 en un momento muy difícil donde tengo que decir-- yo no estaba allí, pero la voté como ciudadano-- que los españoles y la clase política estuvieron a la altura de las circunstancias. Esa Constitución es la garantía de nuestros derechos y de nuestras libertades; esa Constitución es democracia; esa Constitución nos permitió entrar en Europa; esa Constitución nos permitió vivir los años de progreso más importantes de nuestra historia y esa Constitución estableció un modelo de Estado que es el más descentralizado del mundo, del mundo, con la única excepción de algunos Estados de Canadá y que da más autonomía que la que nunca en la historia tuvieron las Comunidades Autónomas.

Si quitamos las pensiones, el gasto público del Gobierno que yo presido es el 20 por 100 del gasto público español. Las regiones en España son el 38 por 100 del gasto público español.

A partir de ahí, ¿qué creo que debemos hacer? Yo siempre digo lo mismo: en la vida lo mejor es mirar hacia el futuro, ¿no? Yo creo que hay que superar algunas cosas que hemos vivido en los últimos tiempos, creo que debemos dialogar, creo que debemos hablar y yo, desde luego, quiero decir que somos muchos los que queremos, sinceramente y de corazón, vivir juntos, porque hemos hecho muchas cosas juntos y muchas más creemos que podemos hacer en el futuro donde cuanto más grande seas, mejor, porque más va a influir y más a contar lo que tú digas.

P.- Es una noticia muy bienvenida, desde luego, para usted; pero, claro, ha habido cientos de miles de personas en Cataluña que pedían el referéndum. Hablaba usted de hablar con ellos, de dialogar. ¿Qué nueva oferta puede tener usted para Cataluña?

Presidente.- Mire, las únicas ofertas que yo puedo hacer son las ofertas de futuro. Es decir, hasta el presente momento lo único que se le ha planteado al Gobierno de España, se le ha anunciado, es que se iba a celebrar un referéndum que no es legal. El Gobierno no puede estar por encima de la Ley, ni el propio Parlamento. Es una situación muy diferente a la del Reino Unido. En el Reino Unido la soberanía la tiene el Parlamento y, por tanto, el Parlamento puede tomar las decisiones que estime oportunas y conveniente, y así lo hicieron. En España la soberanía no la tiene el Parlamento, la tiene el pueblo español, y el pueblo español aprobó una Constitución y en esa Constitución hay algunas cosas que sólo se pueden cambiar si lo dice el pueblo español. Yo no puedo y la Cámara de los Diputados española, tampoco.

Por tanto, si los gobernantes pretendemos situarnos por encima de la Ley, le estaremos dando un hachazo a lo que es la quintaesencia de un sistema democrático. A partir de ahí, las cosas están y podemos hablar de todo. Yo puedo hablar de todo, siempre lo he dicho. Jamás me he negado al diálogo, pero creo que lo más importante en estos momentos es que seamos capaces de construir un proyecto juntos.

España es la cuarta economía de la zona euro, 46 millones de habitantes, y hemos hecho, como le señalaba antes, muchísimas cosas de futuro. España es un país que ha progresado muchísimo. Yo lo que quiero es un proyecto de progreso, un proyecto de mayor integración europea y un proyecto que mejore nuestra competitividad, que nos saque definitivamente de la crisis económica. Tenemos que mejorar muchas cosas (la investigación, la ciencia, la tecnología, la formación de la gente…) y lo que queremos ser, y estamos en condiciones porque lo hemos sido, es un gran país; pero juntos.

P.- Voy a pasar ahora a hablar de la economía. Evidentemente, ha vuelto el crecimiento y eso anima muchísimo. Para una persona de fuera es, sin embargo, sorprendente lo alto que sigue estando el paro. ¿Cómo cree que va a caer el paro y en cuanto tiempo cree que puede caer más?

Presidente.- En la Legislatura 2008-2011 se perdieron en España 3.400.000 puestos de trabajo; fue una etapa ciertamente difícil. En aquella etapa también se perdieron, en dos años sólo, setenta mil millones de euros de recaudación, es decir, siete puntos del PIB español. Y, sin duda alguna, el reto más importante que tenemos es el paro.

He dado algunos datos en mi intervención: hoy ya hay 356.000 afiliados más a la Seguridad Social que hace un año. También los datos de la EPA, que son los datos de Eurostat, dicen que de cada dos puestos de trabajo que se crean en la Unión Europea, de cada dos, uno se está creando en España. Lógicamente, ésa es nuestra prioridad capital y nuestro objetivo básico. Lo fue desde que llegamos al Gobierno y desde que yo hice el Debate de Investidura.

¿Qué es lo que vamos a hacer? Trabajando en todas las líneas a la que antes he hecho referencia. El paro no se crea con un decreto ni con una medida, es una política económica de conjunto. Para mí sigue siendo prioritario tener un déficit público razonable, sigue siendo prioritario continuar en las reformas estructurales y que en Europa se hagan las cosas de la manera más razonablemente posible. Vamos a prestarle mucha importancia a la formación de los trabajadores, porque creemos que ése es un tema capital. Vamos a intentar ayudar a las empresas y hace no muchas fechas hemos aprobado una tarifa plana a la Seguridad Social de cien euros para quienes contraten, con carácter indefinido a personas.

Y pienso que eso está funcionando. Ahora bien, España tradicionalmente, incluso en momentos donde entraron seis o siete millones de extranjeros aquí en España, siempre tuvo una tasa de paro de entre el 8 y el 10 por 100.

P.- Mencionó en su discurso que, aun cuando se recupera España, el resto de Europa tiene dificultades. ¿Está usted muy preocupado por esto? ¿Qué le parece este debate de austeridad? ¿Cree que hay demasiada austeridad en Europa?

Presidente.- Son dos cosas: si estoy preocupado por la situación económica de Europa y si hay demasiada austeridad.

¡Hombre!, a mí, con toda franqueza, me encantaría que a mis vecinos les fuera mejor que a mí; con toda franqueza se lo digo. El grueso de nuestras relaciones económicas y el grueso de nuestras exportaciones y de nuestras importaciones vienen del conjunto de Europa. Antes le he dicho Francia, Alemania y, luego, muy igualados, Italia, el Reino Unido y Portugal. Los últimos datos económicos que hemos conocido --los oficiales son los del segundo trimestre-- a mí no me gustan porque Europa ha crecido el cero por cien. España ha crecido el 0'6 por 100 en ese trimestre y con eso algo arreglamos, pero es importante que se crezca.

Ahora usted me pregunta por el famoso debate de la austeridad. Yo le voy a contar lo que fue mi experiencia. Yo llegué al Gobierno, como dije antes, el 21 de diciembre del año 2011, al primer Consejo Europeo al que asistí fue en enero del año 2012, llegué allí con un déficit público del 9'2 por 100 y a mí me dijeron que tenía que reducir el déficit público al 4,4 por 100 en el año 2012. Es decir, yo tenía que bajar en un año del 9,2 al 4,4 por 100 y, además, en recesión económica, porque luego el crecimiento fue negativo 2 por 100

Le voy a poner un ejemplo: si alguien va a un médico y le dice "tiene usted que bajar quince kilos porque, si no, puede tener problemas de salud", de acuerdo, pero no en una semana, déjeme un año.

Tengo que decir que las conversaciones con la Comisión Europea fueron bien, que a España se le ha flexibilizado el objetivo de déficit, pero que España ha cumplido. Es decir, el tema es: vamos a intentar hacer las cosas, pero vamos a ser realistas. No se puede bajar cinco puntos de PIB, porque es imposible.

Por tanto, yo creo que sí es necesario que haya un control del déficit; es decir, no se puede vivir con déficits del 6 o del 7 por 100. Igual que no puede vivir una familia…, una familia que gana 1.000 no puede gastarse 1.200 toda su vida, porque al final quiebra. Eso es importante y eso debe ir acompañado también de reformas estructurales, como he dicho en mi intervención.

Ahora, por ejemplo, hay una buena iniciativa --vamos a ver cómo se concreta-- del nuevo presidente de la Comisión, el señor Juncker, que quiere hacer un plan de inversiones de trescientos mil millones de euros. ¡Bienvenido sea! Ojala eso se concrete y se haga con rapidez; pero, insisto, la economía tiene que ser el conjunto de muchas cosas y tener las cuentas públicas saneadas, yo por lo menos así lo pienso, creo que es capital.

P.- Usted ahora tiene muy buenas relaciones con la Comisión, pero parece ser que Francia va a tener una confrontación sobre su déficit. Recientemente en el "Financial Times" hablamos con el primer ministro italiano, el señor Renzi, y él dijo que sería ridículo que la Comisión rechazase el Presupuesto de Francia. ¿Qué cree usted?

Presidente.- Yo no le voy a decir a la Comisión, ni a Francia, ni al señor Renzi, lo que tienen que hacer o decir. Yo antes le he contado lo que es mi experiencia propia y mi experiencia propia me dice que, cuando se presenta un plan sensato, razonable y con visos de cumplimiento, y cuando se percibe claramente que hay voluntad de cumplir, se puede hablar y se llega a un entendimiento, y yo estoy absolutamente convencido de que así va a ser. Ojala que así sea.

P.- Pero ¿cuánto desarrollo cree que hay que conseguir sobre las reglas de déficit presupuestario? ¿O está usted conforme con las normas de déficit presupuestario que hay hoy en día?

Presidente.- Desde luego, en España, como le he dicho, pretendemos llegar al 5'5 por 100 de déficit, en el año 2014. Yo creo que es una cifra muy elevada. Nos obliga a estar demandando, en ese caso, 55.000 millones de euros y, además, luego eso va suponiendo también incrementos de deuda pública.

Al final, hemos visto que los últimos problemas que ha habido en Europa los tuvieron aquellos países que no hicieron bien las cosas y hemos visto cómo han funcionado los mercados en los últimos años.

Por tanto, hay una cosa que en la vida no falla nunca, que es hacer bien las cosas. Cuando uno lo hace bien, no tiene problemas ni aún en momentos de dificultad, y, cuando uno lo hace mal, a lo mejor en momentos de bonanza puede no tener problemas; pero, desde luego, en momentos de dificultad sí los tiene.

Yo creo que el Pacto Fiscal que hemos aprobado y hemos firmado todos los países de la Unión Europea, salvo, creo recordar, el Reino Unido y la República Checa --esto tuvo lugar a principio del año 2012-- fija unas normas de déficit público y deuda pública que a mí me parecen adecuadas sobre la base de que hay algo que también es muy importante, y que yo lo he demandado durante tiempo: la flexibilidad. La flexibilidad también es un principio y un valor en sí mismo.

P.- Decía usted en su intervención que nadie ahora habla como hablaba cuando usted llegó al poder sobre la posibilidad de la desaparición del euro o de que España tuviera que ser rescatada. Parece que los inversores están volviendo. ¿Les puede usted asegurar que la crisis de la deuda ha llegado a su fin y que las perspectivas de que se rompa el euro ya no existen?

Presidente.- Sí, yo estoy absolutamente convencido de que el euro vino para quedarse y de que el euro es un proyecto del cual es imposible dar la marcha atrás. Además, estoy absolutamente convencido de que ningún país se va a ir del euro, absolutamente. Es decir, eso es una batalla que llevamos dando juntos muchos países durante mucho tiempo y es una batalla que se gana.

Tenga usted en cuenta que el proceso europeo no es fácil. Ahora mismo nos sentamos veintiocho; las decisiones se toman, en muchos cosas, por unanimidad y poner de acuerdo a todos no es fácil. Europa no es algo que se hiciera en media hora. El Tratado de Roma ya es del año 1956, aproximadamente, pero antes del Tratado de Roma estaba la Comunidad del Carbón y del Acero, y antes ya se había empezado a hablar de la unidad europea. Llevamos ya muchísimos años, muchísimos, y poco a poco se han ido tomando decisiones; quizás la más relevante haya sido la moneda. Hoy los países no tenemos política monetaria ni política cambiaria; ése es un cambio sustancial. El mercado único está muy avanzado y ahora ya la supervisión de nuestras entidades financieras no la va a hacer el Banco de España, la va a hacer el Banco Central Europeo.

Es decir, éste es un proceso que ha durado mucho tiempo, que todavía continúa, pero todos los pasos que se dan son pasos hacia adelante. Yo estoy absolutamente convencido de que el euro es absolutamente irreversible y de que, además, nadie se va a salir del proyecto del euro.

P.- Quisiera terminar con una pregunta sobre el tema con el que empecé: la política. Algunas personas ven una radicalización de la política europea. En mi propio país, hay un partido que quiere que el Reino Unido salga de la Unión Europea. ¿Este paso para la independencia de Cataluña y el aumento de la extrema izquierda son una respuesta a la crisis económica, cree usted?

Presidente.- Realmente, la pregunta es muy sugestiva. Permítame que le diga alguna cosa sobre Europa.

Grandes países del mundo, grandes economías mundiales, con un PIB brillantísimo, no tienen, por ejemplo, un sistema público de pensiones; no tienen, por ejemplo, un sistema sanitario público, a lo mejor tienen algo de educación pública Y Tienen pocas ayudas sociales. Europa es todavía el 25 por 100 del PIB mundial. Europa tiene un modelo de bienestar --me refiero a pensiones, educación, sanidad, etcétera-- como no tiene en el mundo nadie. Para preservar ese modelo, que yo creo que hay que preservar porque creo que es un gran logro, tenemos que ser muy competitivos y tenemos que hacer las cosas bien, y no debemos dejar que nos adelanten los demás.

Yo le digo una cosa: mucha gente no lo sabe o prefiere mirar para otro lado, pero yo, desde luego, me siento europeo, quiero vivir en Europa y no creo que haya nada mejor que Europa en estos momentos. Creo que el sistema de partidos tradicional europeo es el bueno. Los grandes países, los grandes, son aquellos que tienen un sistema de partidos, con tres, cuatro, dos, partidos. Fíjese en Estados Unidos, fíjese en Canadá, fíjese en el Reino Unido, fíjese en Alemania o fíjese en Francia. Cuando no hay partidos, pueden salir, como ha ocurrido en otros lugares del planeta, gente diversa, llamémosla de esa manera.

Por tanto, la crisis económica ha sido difícil y ha sido compleja; pero yo, desde luego, me siento en un Consejo Europeo donde hay veintiocho personas y esas veintiocho personas son presidentes de sus países y no he visto a nadie que me parezca atrabiliario ni extraño. Yo confío mucho en el sentido común de los ciudadanos europeos, porque eso también forma parte de nuestros valores, de nuestras esencias y de nuestra forma de ser.

P.- Muchas gracias.

Presidente.- Muchas gracias.