Conferencia de prensa del presidente del Gobierno después de la Cumbre del G-20

12.11.2010

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Seúl

Presidente.- Buenas tardes. Quiero darles cuenta de lo que ha sido esta nueva reunión del G-20 y permítanme que inicie la información sobre el contenido de esta Cumbre aquí, en Seúl, haciendo una valoración general de lo que hoy ya representa el G-20 para la economía internacional y lo que representa para España.

Son cinco Cumbres, con ésta de Seúl, las que llevamos celebradas de líderes del G-20 --Washington, Londres, Pittsburgh Toronto y Seúl-- desde noviembre de 2008, desde el momento en el que se produce la mayor crisis del sistema financiero desde la Gran Depresión, que origina una gran crisis económica.

En esas cinco Cumbres, contando con la de hoy de Seúl, se ha consolidado por primera vez en la Historia un foro estable, institucionalizado, de cooperación internacional de los países que representamos el 85 por 100 del PIB mundial y de las organizaciones internacionales determinantes para el funcionamiento del sistema financiero y de la economía en general: Naciones Unidas, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio, Organización para el Desarrollo y la Cooperación, Organización Internacional del Trabajo y Fondo para la Estabilidad Financiera.

Nunca en la Historia ha habido una participación tan representativa y con un programa de cooperación en el ámbito financiero y económico para lograr equilibrio, desarrollo, crecimiento y, en consecuencia, bienestar.

Les recordaré, porque tiene su importancia, que el G-20 dio una primera respuesta a la crisis financiera, una primera respuesta consistente en rescatar y salvar el sistema financiero, en el entendimiento de que, si se hubiera hundido el sistema financiero, los perjuicios para los ciudadanos ahorradores y para la economía, en general, hubieran sido devastadores.

Pero no sólo hubo un compromiso de rescatar con el esfuerzo del dinero público, sino también de reformar el sistema financiero. Y hemos de concluir que con esta reunión, con esta Cumbre de Seúl, ha habido un importante avance en la reforma del sistema financiero; avance que se expresa en una mayor regulación y en una mayor supervisión. Quizá lo más representativo y lo más importante sean los Acuerdos de Basilea III para exigir mucho más capital y muchas más garantías a las entidades financieras. Con esta reforma del sistema financiero impulsada por el G-20 no deberíamos nunca jamás volver a vivir una crisis del sistema financiero como la que hemos vivido.

Junto al rescate del sistema financiero y la reforma del sistema financiero nos comprometimos a reformar las instituciones financieras internacionales: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Y la reforma se ha culminado.

Tiene una especial importancia la reforma del Fondo Monetario Internacional en una doble dirección: reformar el gobierno del Fondo Monetario Internacional, la representatividad en el órgano de gobierno, y, también, la capacidad del Fondo Monetario Internacional para prevenir y responder a situaciones de dificultades financieras de los Estados. También se ha hecho.

Además, la reforma del Fondo Monetario Internacional, en lo que es la parte de gobierno y representatividad, ha afectado positivamente a España porque, como saben, ahora vamos a tener la representatividad del 2 por 100 frente al 1'4 por 100 que teníamos anteriormente. Ganamos peso, ganamos representatividad y ganamos importancia en el Fondo Monetario Internacional que, a la vez, ha ganado fuerza y papel en el sistema monetario internacional. Y es evidente que este avance de la representatividad de España tiene que ver con nuestra participación y presencia en el G-20.

Además de responder a la crisis financiera, de reformar las instituciones financieras y de reformar la regulación del sistema financiero, desde el G-20 se ha impulsado una política de cooperación macroeconómica; en una primera fase, con una respuesta coordinada, por primera vez en la Historia, con estímulos fiscales ante la recesión económica; estímulos fiscales que han dado resultados porque detuvieron la recesión y han permitido que hoy estemos en un momento, a nivel mundial, de crecimiento, aunque todavía un crecimiento débil, especialmente en algunas áreas económicas.

Junto a los estímulos fiscales, el G-20 trabaja sobre los equilibrios macroeconómicos en general y, desde luego, también sobre la corrección de los déficits fiscales y la estabilidad fiscal de los países, mensaje éste que fue especialmente importante en Toronto.

Pero el campo de actuación y la agenda de cooperación en la economía internacional no se han quedado sólo en el sistema financiero, con ser importante; o en la reforma de las instituciones financieras, con ser decisivo, o en la regulación del funcionamiento de los bancos y de las otras entidades de crédito, que sin duda era especialmente relevante, sino que se ha extendido a otros campos, como decía.

El comercio. Hoy hemos dedicado una buena parte del debate a la Ronda de Doha, convencidos, como estamos, de que extender el libre comercio, levantar barreras y reducir protección es una fuente de crecimiento y de empleo. Lo es especialmente para países como España, en donde el incremento de nuestra capacidad de exportar va a ser decisivo en los próximos años para nuestra capacidad de crear empleo y de crecer económicamente. Por ello, nos interesa especialmente que culmine la Ronda de Doha y nos interesa especialmente que ese espíritu, que afortunadamente se ha mantenido, de rechazar el proteccionismo desde el G-20 se mantenga y vaya en la dirección adecuada.

Otros campos del ámbito económico, como les decía. Junto al comercio, el desarrollo. El G-20 ha llegado a una conclusión: la política de desarrollo es parte de la política económica. Abrir nuevas fuentes de crecimiento, nuevos polos de actividad económica, e incluir a países, a regiones, a sectores, en la economía supone un beneficio general para la economía mundial y para la capacidad de crecimiento. De ahí que se haya insistido en la seguridad alimentaria, en la capacidad de generar infraestructura, en el sector agrario y en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio.

Dentro de esos nuevos campos, junto al comercio y al desarrollo están también la energía y la lucha contra el cambio climático, que es una de las grandes cuestiones para el equilibrio de la economía mundial: la apuesta por el ahorro y la eficiencia energética, la apuesta por las energías renovables, en definitiva, la apuesta por los cambios energéticos que estamos viviendo decididamente y que van a representar un gran potencial de empleo.

En definitiva, el G-20 tiene una amplia agenda para la economía internacional. Ha logrado en estos dos años acuerdos y reformas, cooperación y visión a largo plazo, y se ha consolidado como una institución fundamental para el desarrollo y el bienestar en las próximas décadas. De ahí que directamente vaya a la segunda consideración de esta intervención y es que España ha consolidado su participación en el G-20.

Permítanme que afirme que, dada la evolución y la configuración de creciente papel, fuerza y representatividad del G-20 en el mundo, el que España esté en el G-20 supone el hecho más importante en política exterior para nuestro país de la última década.

Ha habido muchos países que han apoyado la razonable pretensión de España para participar en este foro y, desde luego, España debe responder con responsabilidad y con capacidad de proponer y de aportar al G-20. Así lo hemos hecho en esta Cumbre y así seguiremos trabajando desde el Gobierno para enriquecer todas las tareas, cada vez más importantes, del G-20; tareas que en el próximo año tienen, como saben, en la Presidencia francesa una expectativa muy fuerte. Sólo los temas derivados del debate de hoy a la Presidencia francesa tienen un gran calado y, desde luego, confiamos plenamente en la tarea que pueda hacer la Presidencia francesa.

Termino expresando mi agradecimiento a Corea, al Presidente Lee y al Gobierno coreano por el desarrollo y organización de esta Cumbre que, desde luego, desde el punto de vista organizativo, ha sido un modelo de eficacia; de eficacia a lo coreano como todo el mundo puede percibir y como han resaltado, por cierto, muchos países.

P.- Al respecto de esta Cumbre, uno de los primeros apartados del comunicado final habla de que continúan los desequilibrios y que la recuperación mundial sigue siendo desigual, y también advierte del peligro de buscar soluciones unilaterales. En este sentido, la Cumbre se ha producido justo cuando hay aparentemente dos crisis, por lo menos, que están concentrando toda la atención: una es la de las divisas y otra es la de la deuda, fundamentalmente, de Irlanda, que está extendiéndose también a otros países, como Portugal y España.

Yo quería preguntarle si en el G-20 se ha discutido esta última cuestión y si ha habido algún tipo de postura común, porque los mensajes que estamos recibiendo son un poco contradictorios. Merkel dice que está a favor de una ayuda a Irlanda pero, al mismo tiempo, insiste en que los acreedores deben correr con parte del coste de los ajustes a partir de 2013, que es lo que aparentemente ha causado la crisis. Yo querría saber si nos podría clarificar esto un poco.

Presidente.- Hay una amplia lista de temas que el G-20 ha abordado. He resumido los acuerdos que se venían gestando de Cumbres anteriores: en particular, la reforma del sistema financiero y, en particular, la reforma de las instituciones financieras que tiene un gran calado y una enorme importancia. El G-20 tiene por delante otras materias de gran calado que espero que tengan en el año 2011 acuerdo y decisión al respecto; entre otras, como he referido, el comercio, la Ronda de Doha.

Por supuesto, hay un deseo y un compromiso incipiente --así lo definiría-- para que la cooperación económica mundial sea cooperación en el ámbito financiero --y hemos dado pasos de gran calado, de gran importancia, de importancia histórica--, sea cooperación en el ámbito energético --y hay pasos que se han dado, pero quedan muchos por dar-- y sea cooperación en la política monetaria o cambiaria. Ha empezado el debate y, seguramente, este debate va a estar durante todo 2011. Igual que ha habido, al menos, dos o tres Cumbres del G-20 para perfilar, definir, toda la reforma del sistema financiero y toda la reforma de las instituciones financieras, tengo el convencimiento de que seguiremos en el debate sobre la cooperación en política monetaria, sabiendo que es un tema donde hay una contraposición de intereses muy notable.

Igual que en el ámbito comercial. Llevamos diez años para culminar Doha. ¿Por qué? Porque hay intereses contrapuestos entre países emergentes y países desarrollados. Parece que ahora hay una determinación de concluir este gran acuerdo comercial que generará crecimiento económico y que generará empleo. Y mi reflexión es la misma: el G-20 es un factor fundamental para poder avanzar en ese acuerdo, para poder en su día tener una cooperación mayor en política monetaria o para ver culminada la cooperación en política financiera.

Sobre la situación de algún país en la zona euro, en concreto de Irlanda, sabe que la Unión Europea se ha dotado de un mecanismo de prevención de una situación de crisis de deuda soberana para algún país y corresponde a ese país y a las instituciones comunitarias y, en su caso, al Fondo Monetario Internacional decidir si se aplica.

Sobre otras consideraciones, diré que --una vez más, parece que el tiempo puede demostrar que esa información es irrefutable-- que España tiene una posición sólida, más allá de que, como ha pasado en algún otro momento, cuando existe alguna preocupación o alguna situación de la zona euro, como fue en su momento Grecia o como puede ser en otro momento otro país, nos veamos afectados en cuanto a los diferenciales y a la prima de riesgo de nuestra deuda soberana. Pero reitero la solidez, la solvencia y la confianza.

En segundo lugar, en relación con la presencia, el papel, del sector privado en una situación de resolución de crisis y una posible reestructuración de la deuda privada, debo recordar dos cosas: una, que en ningún caso esto afectaría a la deuda vigente de los países, como es conocido; dos, que hay un mandato del último Consejo Europeo para que el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, evalúe, previa consulta con los distintos países, la posibilidad de que la deuda privada tenga algún papel a la hora de afrontar una crisis. Me expresé en su momento y voy a volverme a expresar: en ese momento, en ese proceso de consulta, España va a posicionarse en contra de esa hipótesis.

P.- Abundando en la pregunta anterior, usted avanzó hace algunos meses un posible retorno a la tranquilidad en el mercado de deuda que, desafortunadamente, parece que se ha roto. Me gustaría saber si los países miembros de la Unión Europea que en su momento pactaron este mecanismo de rescate no están un poco decepcionados porque, al final, no ha dado los frutos que se esperaban, en el sentido de que los mercados han vuelto atacar otro que consideran un eslabón débil de la cadena, incluso un eslabón que ha hecho los ajustes más draconianos de toda la zona del euro y que parece que tampoco le ha servido para los mercados.

En esta línea quería saber si durante el encuentro del G-20 se ha sentido presionado o en la tesitura de tener que volver a defender la fortaleza de la deuda española.

Una segunda pregunta, ésta sobre el G-20: ¿España se ha tenido que posicionar en algún momento en tema de política monetaria?

Presidente.- Si aprobamos un mecanismo de respuesta a una posible crisis es porque esa hipótesis no podía descartarse, porque lo peor que podría pasar en los mercados es que la situación de un país llegara al límite de no poder cumplir con sus obligaciones de pago, con sus deudas, y no tener, siendo un país de la zona euro, un mecanismo de respaldo y de respuesta a esa situación. Creo que el mecanismo es un factor de tranquilidad, de estabilidad.

Los mercados no son, en este caso, los que producen una u otra situación. La situación es algún país que tiene un déficit del 30 por 100 en relación con el PIB y una situación grave en su sistema financiero. Ésa es la realidad y lo que debemos esperar, y espero, es que, si el mecanismo se tiene que aplicar, eso genere la confianza. ¿A quienes? A los acreedores de la deuda que, en definitiva, son los que generan la volatilidad en los mercados cuando perciben o anticipan una situación de dificultad de pago de los compromisos por parte de un país.

Sobre si he tenido que hacer algún esfuerzo, es que no me ha preguntado nadie sobre nuestra situación. Por tanto, no ha habido lugar para ello.

He dicho que sería conveniente… En mi opinión, ha sido incipiente el debate. Creo que sobre esto llevamos hablando en las últimas semanas pero, dado el calado, para lograr una cooperación efectiva vamos a necesitar más tiempo y, sobre todo, las grandes potencias van a necesitar más tiempo.

Saben que el Gobierno se ha pronunciado. Entendemos que la política monetaria debe responder a los fundamentales de una economía, así como la política cambiaria. Por tanto, algunos países deberían de hacer esfuerzos en una dirección y otros países deberían hacer esfuerzos en la dirección contraria para lograr un equilibrio mayor en el conjunto del sistema monetario, que sería muy deseable. Algunas monedas, seguramente, tienen que tener un valor mayor y otras no deberían de tener la tentación proteccionista para competir con esas monedas que están ciertamente infravaloradas.

P.- Presidente, yo tenía un par de preguntas. Por seguir un momento con el G-20, ¿qué nivel o qué grado de confianza tiene usted en ese compromiso, aunque sea incipiente, que han alcanzado ustedes en el G-20 de que no se van a devaluar las monedas unilateralmente, teniendo en cuenta los antecedentes próximos de lo que ha hecho la Reserva Federal estadounidense o lo que hace China con el yen? Eso por un lado.

Si me permite una pregunta de carácter doméstico, hoy está a punto de comenzar la segunda jornada del juicio contra Arnaldo Otegi y va a declarar ahí el presidente del Partido Socialista en Euskadi, Jesús Eguiguren. ¿Tiene usted alguna preocupación por esa declaración, por lo que pueda decir Eguiguren, y cómo responde desde el Gobierno al Partido Popular que ya han pedido que aclaren ustedes, o el Partido Socialista, o el Gobierno, esas declaraciones que el propio Otegi hizo ayer en la Audiencia Nacional diciendo que el Partido Socialista o el Gobierno conocían la celebración del acto de Anoeta de antemano?

Presidente.- Queda mucha tarea por delante para lograr una cooperación en el ámbito de la política monetaria. Es bastante notable y, desde luego, el Gobierno de España desea que ese camino se recorra y tengamos una cooperación. Al día de hoy tenemos un compromiso incipiente para buscar esa cooperación, pero no una cooperación real y sería muy bueno que eso se produjera. Desde luego, para nosotros, como país de la zona euro, puede comprenderse que determinados movimientos que hemos vivido en los últimos meses, ciertamente tienen algún factor de preocupación aunque, si queremos lograr algún día la cooperación en política monetaria, debemos ser hoy prudentes y no decir o señalar con el dedo a nadie, porque, en definitiva, todos los países en algún momento o en otro han jugado, han utilizado, buscando una posición de ventaja, aunque sea a corto plazo, porque, en definitiva, estamos hablando de ventaja, casi siempre, a corto plazo.

Fíjese en que hemos salvado la tentación proteccionista en esta crisis, eso tiene una enorme importancia, y tenemos por delante intentar esa cooperación en política monetaria.

En relación con lo que decía del Partido Popular, el Partido Popular sabe perfectamente el gran esfuerzo y el resultado tan positivo que estamos haciendo, que estamos llevando a cabo, en la lucha antiterrorista y sabe, y hemos hablado en muchas ocasiones, lo que ha sido esa tarea desde el año 2004. Y también sabe el Gobierno que cada vez que hay una declaración de algún miembro de Batasuna el Partido Popular siempre pregunta.

Como normalmente ayuda, no vamos a decir nada más; pero creo que lo que debe hacer siempre es ayudar, siempre ayudar. Y sabe que cada pregunta de esas que ha lanzado no sirve para nada porque realmente no sé muy bien qué es lo que puede buscar, qué puede pretender. Tenemos un objetivo común los demócratas, el PP, el PSOE y el Gobierno: acabar con ETA cuanto antes, garantizar la libertad y que la democracia se imponga definitivamente en Euskadi. Y, como además hay una buena relación y una estabilidad en el ámbito del Gobierno vasco con el Partido Popular, a ello me remito y preservémosla, que es importante.

P.- ¿Le preocupa lo que pueda declarar Eguiguren?

Presidente.- No, no me preocupa. Conozco bien a Jesús Eguiguren, dirá lo que piensa y respetaremos lo que piensa. Compartiremos más o menos pero, desde luego, lo respetaremos. Espero que todo el mundo sea prudente y no hagamos propaganda de este proceso de enaltación por el terrorismo en el que están encausados varios miembros de la ilegalizada Batasuna. No hagamos propaganda a quienes no se la merecen, desde luego.

P.- Como usted sabrá, Marruecos ha anunciado la expulsión de tres periodistas que estaban en El Aaiún de la Cadena SER para informar sobre lo que está sucediendo allí. Me gustaría saber qué valoración hace de la actuación de Marruecos en este caso y también si su Gobierno tiene pensado hacer alguna gestión o alguna acción ante el Gobierno de Marruecos ante los acontecimientos de las últimas semanas en las que se han producido algunas violaciones de la libertad de prensa para periodistas españoles.

Presidente.- Sí, estamos haciendo, yo diría que permanentemente, gestiones con Marruecos para que el derecho a la información se pueda llevar a la práctica en El Aaiún y en todos los lugares. Lo hacemos desde el diálogo que tenemos con Marruecos, desde la actitud de cooperación que tenemos con Marruecos y también desde la preocupación y el apoyo a los periodistas directo, personal, que está haciendo el Ministerio de Asuntos Exteriores y que seguiremos haciendo.

El Gobierno se ha pronunciado sobre los graves hechos que han sucedido en El Aaiún expresando su preocupación, profunda preocupación, y, ante todo, reclamando que el diálogo entre Marruecos y el Frente Polisario continúe, que se ponga el mayor esfuerzo por parte de los dos actores --ésa es la clave-- y que la investigación que la Fiscalía de Marruecos ha anunciado que se abra una investigación que aclare los hechos. El Gobierno de España está también dispuesto a comprometerse y a comprometer a la Unión Europea para dar una respuesta de carácter social a las personas, a las muchas personas, que están seguramente viviendo o teniendo dificultades.

Recordemos que el origen del campamento es un origen de reivindicación social, más allá de que luego eso se expresara en una reivindicación política, pero tiene una reivindicación social. El Gobierno de España está dispuesto a comprometerse, insisto, con la Unión Europea.

Por último, con carácter general sobre esta delicada cuestión, el Gobierno va a afrontar esta cuestión con Marruecos, en la Comunidad Internacional y en la Unión Europea con pleno sentido de la responsabilidad, sabiendo que la relación con Marruecos es una relación prioritaria para España, prioritaria; sabiendo que éste es un tema de los que podíamos denominar de Estado --de ahí que entienda que el Partido Popular deba tener una posición responsable-- y, por supuesto, siempre buscando el acuerdo entre Marruecos y el Frente Polisario. ¿Por qué? Porque es la única solución a este grave conflicto que lleva treinta años produciendo efectos muy negativos para mucha gente y para la estabilidad política.

Desde luego, esperamos que el diálogo que se ha abierto, que se ha reanudado, esta vez tenga avances sustanciales. Mientras tanto, que se aclaren los hechos. Vamos a dar todo el apoyo a las personas y a los españoles que puedan estar afectados; y, por supuesto, a los periodistas para los que queremos, y así se lo hemos trasladado a Marruecos, que puedan ejercer el derecho a la información. Toda esa tarea la hacemos, insisto, con un diálogo sincero, abierto y continuo con Marruecos.

P.- Independientemente del problema de déficit que efectivamente tiene Irlanda, parece que una parte de la situación que se está dando en los mercados con la deuda, no sólo de Irlanda sino de otros países, tiene que ver con ese debate, al cual usted ha hecho referencia, respecto a la posibilidad hipotética de que en un futuro prestamistas privados pudieran verse obligados, digamos, a una quita sobre el dinero prestado. Lo que me pregunto es si, a la hora de coordinar las políticas económicas, posiblemente habría que empezar por coordinar este tipo de debates y evitar que debates que son hipotéticos puedan tener efectos reales sobre la situación de los mercados, debates que son impulsados siempre desde el mismo país, dicho sea de paso.

En la Cumbre del G-20 uno de los temas prioritarios para España es el tema del empleo. No sé si realmente este tema ha salido y en qué medida se ha debatido el tema del empleo en el G-20.

Presidente.- Es verdad que es una de las interpretaciones que existe, que la tensión y la volatilidad que hemos visto en los mercados en los últimos días tiene que ver con el debate de la posible afectación de una situación de crisis y de rescate de la deuda soberana de un país a la deuda privada a través de una reestructuración. Es verdad que eso está ahí y es verdad también que el debate existe. Las cosas son como son.

Ha habido un país que ha abierto esa posibilidad en el seno de la Unión Europea, no para la situación actual, sino para el mecanismo de futuro --esto conviene dejarlo claro y, por tanto, los mercados tampoco tenían porqué sentirse afectados al día de hoy y expresar ninguna sensibilidad--; para el mecanismo de futuro permanente que hay que aprobar en 2013. El Gobierno de España no está de acuerdo, no estamos de acuerdo y, en consecuencia, no será fácil que esto prospere.

Eso es lo que quiero decir, pero el debate se produce porque hay quien lo ha propuesto con todo el derecho a que se debata, lógicamente, y a que se haga la reflexión. La Unión Europea es una organización democrática y funciona así.

El empleo ha sido objeto de análisis, prácticamente, en todos los capítulos de desarrollo de los temas fundamentales del G-20. ¿Por qué? Porque el comercio y las exportaciones son, ante todo, una fuente de empleo. Cada incremento de un 10 por 100 de las exportaciones españolas puede suponer un 1'5 por 100 de incremento del empleo y cada mil millones de euros que exportemos de más, crearemos 7.500 empleos en España.

El empleo ha estado presente, muy presente, en todo el debate sobre el nuevo modelo energético, la "energía verde", las energías renovables o el coche eléctrico; todo el capítulo que incluye la economía llamada "verde". Y el empleo ha estado también presente en una de mis intervenciones, en la que he pedido al Presidente Sarkozy, como presidente del G-20 durante el año 2011, que convoque una Cumbre de Ministros de Trabajo para hablar expresamente de empleo, de políticas activas de empleo, de formación y de cualificación, porque, sin duda, es el problema social más grave consecuencia de la crisis económica y, sin duda, es el reto más importante que tenemos los países donde ha habido un impacto muy serio, como es España, en el desempleo.

P.- Quería volver al tema del Sahara. Me han quedado algunas dudas. Primero, sobre todo, quería saber si el Gobierno tiene información sobre la posible muerte de un ciudadano español allí.

Después, cuando ha hablado de que España quiere impulsar o estaría dispuesta a participar en la respuesta social de la Unión Europea a la situación, no sé cómo se gestiona esto.

Por otra parte, Moratinos acudió a Argelia y no sé con qué mandato o en calidad de qué, y me gustaría saber si no teme que la participación del ex ministro en este caso menoscabe de alguna manera la autoridad de la nueva ministra de Asuntos Exteriores.

Por último, teniendo en cuenta que en España somos bastante susceptibles con si nos preocupamos, lamentamos o condenamos los actos violentos, no sé si por nuestra historia compartida con el pueblo saharaui nuestra respuesta como Gobierno esté siendo demasiado débil porque hablamos de preocupación, de profunda preocupación; pero no sé si los sucesos nos llevarían a subir un escalón en esa escala.

Presidente.- Debo decir dos cosas al respecto: empezando por la última pregunta, la primera es que debemos tener una información completa de lo que ha sucedido. Estará de acuerdo conmigo en que hemos tenido muchas informaciones, a veces contradictorias. Creo que es prudente tener una información completa.

Segunda, la respuesta del Gobierno es, desde la perspectiva del Ejecutivo, la que tiene que ser, la responsable, la sensata, la prudente, para la solución del conflicto y para los intereses de España. Los intereses de España es lo que el Gobierno tiene que poner por delante. Por tanto, es la respuesta más apropiada para la resolución del conflicto y, en consecuencia, para el pueblo saharaui y también para los intereses de España.

Sobre la misión de Moratinos he de decir que la misión estaba destinada a hacer una evaluación en distintos países sobre la situación de cara a la Cumbre de la Unión para el Mediterráneo. No tiene nada que ver con los sucesos que hemos vivido en El Aaiún y con la crisis que ha obligado a una respuesta inmediata por parte de la Ministra. No tiene absolutamente nada que ver y, por tanto, cualquier interpretación… Permítame que me parezca un poco extraño que una decisión precisamente de pedir a Moratinos esta gestión, porque sabe todo el mundo la importancia y la influencia que tiene en Oriente Medio, cuando es mía la decisión, pueda ser pensando o que produzca el efecto de afectar a la ministra de Asuntos Exteriores. Parece una lectura… No voy a decir lo que me parece.

Sobre la posible muerte de un ciudadano español, estamos trabajando para tener la información al respecto. Estamos trabajando a través de los servicios diplomáticos y de los servicios consulares, y, cuando la tengamos, lógicamente la facilitaremos.

Muchas gracias.