Conferencia de prensa del presidente del Gobierno y del presidente del Consejo Europeo

Intervención de Mariano Rajoy en la rueda de prensa conjunta

31.3.2015

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Madrid

Presidente.- Señoras y señores, muy buenos días y muchas gracias por su asistencia.

Permítanme, en primer lugar, dar la bienvenida a España al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Ya había tenido ocasión de recibir a Donald Tusk con anterioridad cuando era primer ministro de Polonia. Debo decir que en las múltiples veces que me he reunido con él, ya sea en España, en Polonia, o en Bruselas, nos hemos entendido muy bien y hemos hecho avanzar conjuntamente importantes expedientes de interés común europeos como, por ejemplo, la Unión de la Energía.

Hoy nos visita por primera vez en calidad de presidente del Consejo Europeo. Se trata de una rápida visita de trabajo para tratar la dimensión meridional de la Política Europea de Vecindad. El hecho de que el Presidente Tusk se involucre personalmente en un asunto que España considera de importancia vital para Europa, como es su relación con los vecinos de la ribera sur, es, sin duda alguna, una noticia excelente.

Como bien saben, España ha sido, tradicionalmente, y continúa siendo hoy, uno de los principales impulsores de la política de la Unión Europea para con el Mediterráneo. Consideramos fundamental que Europa contribuya con todos los instrumentos a su alcance a la creación de un verdadero espacio de prosperidad compartida entre ambas orillas del Mediterráneo. Se trata de una verdadera exigencia derivada de la filosofía fundacional del proyecto europeo que busca la unión de los ciudadanos y la eliminación de las fronteras para generar beneficios tangibles para las sociedades.

Y permítanme lamentar profundamente que la frontera entre Europa y el Mediterráneo continúe siendo, a fecha de hoy, una de las principales brechas, en términos de renta, en el mundo entero. Los dirigentes europeos no podemos quedarnos de brazos cruzados ante esta situación de flagrante desigualdad. La cooperación con la ribera sur es un verdadero imperativo humanitario y estratégico, como muestran los múltiples intereses que nos unen, desde la inmigración hasta el terrorismo yihadista, pasando por la energía y los intercambios comerciales.

Nuestra acción debe ser conjunta y ambiciosa. De ahí que España haya organizado, en estrecha coordinación con las instituciones de la Unión Europea, una Conferencia ministerial sobre la Vecindad del Sur, que tendrá lugar en Barcelona el próximo 13 de abril y en la que participaré. En nuestra reunión he informado al Presidente Tusk sobre la preparación de dicha Conferencia que ofrecerá una buena oportunidad para mantener un diálogo franco y constructivo con nuestros vecinos del Sur. Veinte años después del Consejo Europeo de Barcelona, que lanzó el Proceso Euromediterráneo, el Gobierno español vuelve a situar a Barcelona en el centro político en la Unión Europea y lo hacemos convencidos de que el futuro de Europa y el del Mediterráneo están más unidos que nunca.

En relación con Libia, el Presidente Tusk y yo hemos coincidido en la necesidad de alcanzar una salida política y negociada al conflicto. En este sentido, apoyamos la labor de mediación impulsada por el representante especial del secretario general de las Naciones Unidas, Bernardino León. El objetivo ahora es lograr un alto el fuego y la formación de un Gobierno de unidad nacional que sirva de base a un proceso de transición ordenado e inclusivo. Las armas deben ceder paso, de una vez por todas, a la política.

Como es obvio, hemos dialogado sobre el terrorismo yihadista que constituye claramente la principal amenaza a la que nos enfrentamos, pone en peligro la seguridad de nuestros ciudadanos y amenaza el modelo de convivencia democrática de nuestras sociedades. Debemos poner todo nuestro empeño en erradicarlo. Para ello, es clave que desarrollemos un esfuerzo integral y permanente en cooperación con el resto de la Unión Europea, con nuestros aliados y, especialmente, con los países árabes y musulmanes que están sufriendo en carne propia la sinrazón yihadista. Lo he dicho alguna vez, pero quiero repetirlo hoy: Esta lucha no es entre el Islam y el Cristianismo, es una lucha entre la civilización y la barbarie.

Hemos tratado, asimismo, la situación en Túnez, país al que viaja esta tarde el Presidente Tusk. Los ataques terroristas del 18 de marzo suponen un intento de destruir una transición ejemplar. En estos últimos años las instituciones, los partidos políticos y la sociedad civil tunecina han hecho gala de una encomiable madurez política, culminando satisfactoriamente la transición hacia la democracia y hacia el Estado de Derecho. El camino recorrido ha convertido a Túnez en un referente para una región convulsa. Túnez cuenta con nuestro apoyo para la consolidación de sus instituciones, la recuperación económica y, por supuesto, la lucha contra el terrorismo.

Finalmente, en nuestra reunión hemos analizado también la evolución de la situación en Ucrania, así como el grado de cumplimiento de los Acuerdos de Minsk, sobre la premisa de que sólo cabe una solución política para esta crisis basada en estos acuerdos. La desescalada lograda hasta ahora, el alto el fuego, aunque frágil, y la progresiva retirada de armas pesadas son también fruto de estos acuerdos y de los esfuerzos realizados en el Formato de Normandía, que España apoya. Ahora ha de avanzarse en el desarrollo del proceso político y, del mismo modo, el Gobierno debe llevar a cabo, y a buen término, las reformas económicas emprendidas para lograr la estabilidad que todos deseamos.

Señoras y señores, muchísimas gracias por su atención y tiene ahora la palabra el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.