Rueda de prensa de Mariano Rajoy tras ser designado por el Rey candidato a la presidencia del Gobierno

Intervención del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy

28.7.2016

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Presidente.- Señoras y señores, muy buenas tardes y muchas gracias por su asistencia a esta convocatoria.

Como saben, acabo de reunirme con S.M. el Rey en el marco de la ronda de consultas políticas que el Monarca ha venido realizando durante esta semana para analizar con los distintos Grupos la formación del nuevo Gobierno.

Como saben también, el Partido Popular ganó las elecciones del pasado 26 de junio y las ganó con más apoyos, y con mucha más distancia sobre sus rivales que la que había conseguido en diciembre.

Les ahorro los detalles que ya conocen. Lo que quiero subrayar es que el mensaje de los ciudadanos ha sido esta vez mucho más claro que en diciembre sobre sus preferencias políticas. Aun así, el respaldo obtenido dista mucho de conformar una mayoría suficiente para poder asumir la responsabilidad de gobernar sin contar con apoyo de otros Grupos. Lo sabemos y desde el primer momento hemos actuado en consecuencia promoviendo todo tipo de contactos políticos para evitar un nuevo bloqueo de la situación absolutamente indeseable.

Le he trasmitido al Rey mi convicción profunda de que, después de más de siete meses de interinidad, todos los dirigentes políticos tenemos una responsabilidad para con los ciudadanos españoles. Sin duda, yo soy quien más responsabilidad asumo como presidente del partido más votado; pero todos los demás, en función de los apoyos recibidos, también tienen que colaborar para evitar que se repita lo que ocurrió en España desde el pasado día 20 de diciembre hasta ahora.

No nos podemos permitir una nueva legislatura fracasada ni una nueva frustración. Debemos evitar unas terceras elecciones, debemos dar cauce a la voluntad expresada por los españoles en las urnas y ser respetuosos con lo que han votado, y debemos ofrecer cuanto antes una solución que permita mantener la pujanza de nuestra recuperación económica.

Hoy hemos conocido los datos de la Encuesta de Población Activa que certifican un intenso ritmo de creación de empleo, ya por tercer año consecutivo, y eso es la mejor prueba de que vamos por el buen camino.

Ayer conocimos también que, gracias a la credibilidad ganada por España durante estos años y gracias a las reformas comprometidas por el Gobierno, la Unión Europea ha fijado una nueva senda de reducción del déficit sin sancionarnos por la desviación de nuestros objetivos iniciales. Creo que son dos magníficas noticias que han de servirnos de acicate para no bajar la guardia y para seguir haciendo las cosas bien.

Necesitamos ponernos cuanto antes a la tarea para cumplir nuestros compromisos con nuestros socios y, sobre todo, para avanzar en el gran objetivo nacional que debe ser la reducción del desempleo.

Necesitamos ponernos cuanto antes a la tarea también para afrontar con determinación los graves retos que tenemos planteados ante nosotros. Precisamente, ayer mismo asistimos a un nuevo y muy grave desafío al orden constitucional y a nuestras instituciones, en este caso por parte de algunos órganos del Parlament de Cataluña. Daremos, como siempre hemos hecho, la respuesta pertinente en defensa de la Ley, de nuestras instituciones y de los derechos de todos los españoles. De hecho, también he aprovechado la ocasión para informar al Rey de los próximos pasos que iré dando, como estoy haciendo, y haré, con los dirigentes de las principales fuerzas políticas de nuestro país.

Todo el mundo debe tener la seguridad de que cumpliremos con nuestra obligación; pero a nadie se le escapa que este gravísimo desafío institucional es uno de los argumentos más poderosos que urgen la formación de un Gobierno estable y sólido a la mayor brevedad posible.

Con estas prioridades, mantener la recuperación económica y hacer frente a los retos y amenazas que tenemos ante nosotros, a los pocos días de las elecciones enviamos al resto de grupos políticos un documento de trabajo con propuestas para un programa de gobierno compartido. Lógicamente, se trata de un documento que parte de nuestros propios planteamientos, pero está abierto, como no podía ser de otra manera, a la discusión. Nunca lo consideramos como un contrato de adhesión, sino como un guion para la negociación. Era y es una propuesta abierta al diálogo y al pacto, que fija grandes objetivos para España, sobre los que podemos encontrar consensos, y que sugiere propuestas para hacer realidad esos consensos.

He informado también al Rey de las conversaciones que, pública y privadamente, he venido manteniendo con el resto de líderes para explorar la posibilidad de fraguar acuerdos de gobernabilidad, que considero absolutamente necesarios para el país. Asimismo, le he dado traslado de los pactos, a mi modo de ver bastante generosos y sensatos, que se han alcanzado para conformar la Mesa del Congreso.

No he tenido que explicarle al Rey cuál es la posición de los distintos Grupos, porque él la ha conocido de primera mano en sus conversaciones de estos días. Lo que sí he hecho es garantizarle mi compromiso de hacer todos los esfuerzos posibles para forjar esos acuerdos que España necesita.

El Rey me ha encargado que intente la investidura a la Presidencia del Gobierno. Le he explicado que, hasta el momento, no cuento con los apoyos para ello, pero que acepto el encargo, que buscaré esos apoyos. Lo he estado haciendo hasta hoy y, a partir de ahora, lo haré, además, con el encargo del jefe del Estado. Mi intención es hablar y negociar un eventual programa de gobierno. Por ello me dirigiré, de manera preferente, a los partidos constitucionalistas con los que parece más razonable encontrar acuerdos, hoy más que nunca.

Una gran mayoría de españoles comparten unos mismos valores: la defensa de la unidad y la soberanía nacional, nuestros derechos y libertades, nuestro compromiso con el proyecto europeo y la lucha contra el terrorismo. Creo que esos consensos son un buen punto de encuentro para avanzar en el diálogo.

Buscaré apoyos para un Gobierno moderado, estable, que tenga un apoyo parlamentario claro, un programa de actuación definido y un calendario para llevarlo a cabo. Ésa siempre ha sido, a mi juicio, la mejor opción para España en estos momentos.

Pero, si no es posible esta opción --insisto, en mi opinión, la mejor--, también estoy dispuesto a explorar la posibilidad de un Gobierno en minoría, sólo con los apoyos del Partido Popular. Bien es verdad que esta fórmula sólo es posible si el resto de Grupos garantizan una lealtad mínima para no bloquear cuestiones tan urgentes e importantes como las que tenemos planteadas ahora mismo: me refiero a los objetivos de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad de la deuda pública, a la transposición de las Directivas comunitarias, a la elaboración de los Presupuestos, a las medidas de la lucha antiterrorista o a las líneas fundamentales de nuestra política exterior, entre otros.

Voy a redoblar los esfuerzos de negociación. Abriré una ronda de contactos en busca de apoyos para gobernar; esta vez lo haré con el encargo del Rey. En un plazo razonable de tiempo informaré de las gestiones que he realizado, del resultado de las mismas, de los apoyos que he conseguido para una eventual investidura y, en consecuencia, de si estoy en condiciones o no estoy de formar Gobierno. Insisto, por mi parte no va a faltar ni empeño ni esfuerzo. Espero encontrar en mis interlocutores la misma voluntad de entendimiento y confío en que así será. Creo que son más las cosas que nos unen que las que nos separan, sobre todo, si dejamos de hablar de nuestras posiciones partidarias, las famosas "líneas rojas", y atendemos a los asuntos que de verdad preocupan e interesan a los españoles.

Creo que las elecciones --creo no, es un hecho objetivo-- han quedado atrás y es tiempo de que también queden atrás las arengas y las proclamas para conseguir votos. Ya se acabó la competición electoral, los españoles han decidido y ahora nos toca a sus representantes hacer honor a la confianza que les pedimos y que nos han otorgado.

Ya no es tiempo de rivalizar, ahora es el momento de construir, superar las diferencias y dar la solución que esperan los españoles.

España necesita un Gobierno: lo necesita por la situación económica, por las urgencias del calendario, por su estabilidad institucional, por su imagen internacional y también por la seguridad y certidumbre que esperan y reclaman, con razón, nuestros compatriotas.

España requiere un Gobierno porque todavía queda mucho por hacer para conseguir los niveles de progreso y bienestar a los que aspiramos. A pesar de la buena noticia de hoy, a la que me he referido al principio de esta intervención, aún falta mucho para alcanzar ese objetivo nacional de que veinte millones de españoles cuenten con un empleo.

Es preciso un Gobierno que haga frente, con el mayor consenso posible, a los gravísimos retos que tenemos ante nosotros y que no permiten ningún tipo de ensimismamiento. Les acabo de hablar de la amenaza a la unidad y soberanía nacional; pero podía hablarles también del terrorismo yihadista, del futuro de la Unión Europea, del mantenimiento de nuestro sistema de bienestar, etc., etc.

Es tiempo de hablar, de entendernos, de sumar esfuerzos y de colaborar, y eso también es hacer política y es política lo que toca hacer ahora. Eso es lo que yo creo y así se lo he transmitido al Rey.

Y termino ya. Desde mañana mismo reanudaré las negociaciones, ahora con el encargo del Rey y con los objetivos que les comentaba al principio de mi intervención: evitar las elecciones, respetar la voluntad de los españoles y conseguir cuanto antes ese Gobierno que los españoles necesitan y llevan esperando desde hace ya más de siete meses.

Estoy a su disposición para lo que tengan a bien preguntar.