Intervención del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy

25.10.2016

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La Moncloa, Madrid

Sr. Rajoy.- Muy buenas tardes a todos y muchas gracias por su asistencia a esta convocatoria.

Como saben, acabo de estar en Zarzuela con motivo de la ronda de consultas políticas que ha convocado el Rey Felipe VI. Saben también que ésta es la segunda ronda que ha convocado el jefe del Estado después de las elecciones celebradas el 26 de junio, que ganó con claridad el Partido Popular, y a falta de muy pocos días para que se cumpla el plazo que obligaría a convocar unas terceras elecciones.

Además, esta nueva ronda se produce después de la decisión adoptada por el Partido Socialista de permitir desbloquear la situación política y arrancar la Legislatura; una decisión cuyos motivos y pormenores no voy a comentar, no debo hacerlo, pero sí diré que me parece una decisión razonable y responsable, como fue razonable y responsable en su día la decisión que adoptó Ciudadanos de negociar con el Partido Popular un apoyo para apoyar mi candidatura a la Presidencia del Gobierno.

El Rey me ha encargado que vuelva a someter mi candidatura a la investidura como presidente del Gobierno y yo he aceptado el encargo. Creo que es una actitud coherente con la posición que he defendido a lo largo de todo este infructuoso período de interinidad política. Siempre me han escuchado ustedes decir lo mismo. Desde el primer momento, allá por diciembre, he defendido que los resultados electorales nos obligaban a un entendimiento entre los partidos constitucionalistas, entre quienes compartimos una posición común en defensa de la unidad nacional, en nuestra pertenencia a la Unión Europea y en la lucha contra el terrorismo; también, entre quienes compartimos el objetivo de mantener la recuperación económica, la creación de empleo y nuestro sistema de protección social.

Esa fue mi posición desde siempre y hoy celebro que ese entendimiento se pueda abrir paso, aunque sea de forma limitada. De momento, estamos ante un acuerdo clarísimo y rotundo para evitar repetir las elecciones por tercera vez. Esto es algo muy significativo y ya supone consecuencias muy positivas para España.

En estas nuevas circunstancias, sin más demora y sin ningún tipo de recelo, he aceptado someterme de nuevo a la confianza de la Cámara. Soy perfectamente consciente de las dificultades que entraña el hecho de gobernar en minoría pero, si alguien pensaba que mi partido o yo mismo podíamos caer en la tentación de abandonar la responsabilidad con España por jugar con tácticas ventajistas, se ha equivocado de plano. España necesita un Gobierno cuanto antes y yo estoy obligado a hacer todo lo que esté en mi mano para que eso sea una realidad.

Los tiempos son los que son y las circunstancias son las que son. Me gustaría contar con una mayoría parlamentaria más amplia y más comprometida con un programa de Gobierno que despejara desde el primer minuto todas las incertidumbres. Ya sé que no va a ser así pero, en cualquier caso, yo les garantizo que, si resulto investido, trabajaré desde el primer día para que ese Gobierno sea capaz, estable y duradero. Soy consciente de que eso sólo será posible con diálogo y con acuerdos.

Sé que para eso cuento con todo el apoyo, toda la lealtad y todo el sentido común de los militantes de mi partido. Si al principio de mi intervención he querido reconocer la actitud responsable y razonable de otros partidos políticos, permítanme que ahora, al final, reconozca también el mérito del Partido Popular. Tampoco estos meses han sido fáciles para los militantes de mi partido, pero han sabido actuar con responsabilidad, inteligencia y mesura. No tengo la menor duda de que en el futuro seguirán trabajando de la misma manera. Quiero desde aquí darles a todos las gracias por su entereza.

Y termino ya. España ha vivido en estos meses una situación sin precedentes en nuestra historia y creo que también sin precedentes entre nuestros socios y vecinos: dos elecciones generales, más de trescientos días de un Gobierno en funciones, una parálisis legislativa absoluta y multitud de problemas demorados. Espero y confío en que los días que le quedan a esta semana nos permitan a todos poner fin a esa época y abrir un nuevo período basado, no en los maximalismos, sino en el diálogo, el entendimiento y la cooperación.

Responsabilidad y compromiso son las palabras que tendremos que conjugar todos en los próximos tiempos.

Muchas gracias y estoy a su disposición para lo que quieran preguntarme.