Palabras del presidente del Gobierno en su visita al Instituto Cervantes con motivo del XXV aniversario del Instituto y del IV Centenario del fallecimiento de Miguel de Cervantes

22.4.2016

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Muy buenos días a todos y muchas gracias por acompañarnos en esta visita al Instituto Cervantes.

En estos días, que, como saben, son tan cervantinos, lo primero que quería decirles es que esta institución no podía tener un nombre más idóneo que el de nuestro escritor más insigne, porque ya desde su propio nombre adivinamos su función: promover la potencia cultural e histórica de España con el objetivo de contribuir al prestigio intelectual y cultural de nuestra nación. De acuerdo también con esta alta misión, es lógico que el Instituto Cervantes tenga como sede este edificio tan histórico y representativo en el que nos encontramos.

Señoras y señores,

La cultura española es una cultural global y, como ustedes saben bien, en la promoción de la cultura en español el Cervantes parte, con todo acierto, de esta base. En un mundo con pocas culturas globales, la española lo es y lo es porque ha sabido enraizar en otros continentes y sumar a su acervo una riqueza de realidades políticas, geográficas e históricas tan unidas como diversas entre sí.

Como presidente del Gobierno de España, es un honor, como recordaba en su intervención Víctor García de la Concha, ser presidente ejecutivo del Patronato del Instituto Cervantes, porque su labor representa el cuidado y la difusión del que seguramente sea nuestro patrimonio más importante, nuestra lengua, porque el español nos une en una comunidad de quinientos millones de personas y es la lengua que a lo largo de los siglos ha ayudado a modelar nuestra identidad y conformar nuestra historia.

Estamos ante una lengua viva, rica, expresiva, con la que se han escrito grandes páginas de la literatura universal de las que debemos de estar orgullosos. Es nuestra primera carta de presentación ante la Historia y ante el mundo, y debemos cuidarla como el vínculo de unión que es para seguir construyendo juntos nuestro futuro compartido.

Por fortuna, además hablamos de una lengua que no está sola, porque ese futuro compartido incluye también, por supuesto, el rico patrimonio de otras lenguas españolas que también promociona el Instituto Cervantes. El catalán, el gallego y el vasco son grandes lenguas, con un pasado extraordinario y un presente y un porvenir estimulantes, y constituyen una muestra de la pluralidad que ha sido clave en el éxito de España como modelo de convivencia abierto, diverso e integrador. Con este bagaje nos proyectamos en el mundo como el gran país que somos.

Queridos amigos,

En este 2016 celebramos el IV Centenario --ya saben todos ustedes-- de la muerte de don Miguel de Cervantes y, como recordaba en su intervención Víctor García de la Concha, el XXV Aniversario de este Instituto. Estos dos acontecimientos son una oportunidad para rendir un homenaje a nuestra lengua y a nuestra literatura, y para repensar el gran potencial cultural de España.

En primer lugar, el IV Centenario de la muerte de Cervantes es una magnífica ocasión para releer o empezar a leer sus libros, para reivindicar su genialidad y para valorar la universalidad de su obra y de su figura; una figura que, incluso en tiempos recientes, ha servido para dar nombre a una estrella, a la que con toda lógica acompañan los planetas Quijote, Dulcinea, Rocinante y Sancho. Creo que ni siquiera la imaginación de Cervantes le habría llevado a pensar en una aventura semejante, aunque si por algo destaca su imaginación es por su perenne capacidad para sorprendernos.

Hace ahora cuatro siglos, en las que fueron sus últimas palabras, Cervantes se acordaba de sus lectores en el prólogo del "Persiles" deseando verlos "presto, contentos en la otra vida". Como lectores agradecidos que somos, cuatro siglos después de su muerte los españoles nos seguimos encontrando con él en esa otra vida que nos ofrecen sus páginas.

Miguel de Cervantes fallecía un año después de haber escrito la segunda parte de "El Quijote". Con ella completaba la primera novela moderna. Hablamos de nuestra obra más universal, en la que desplegó una sabiduría y una libertad creativa que de inmediato le ganó un hueco en el corazón de los lectores de España y, es importante señalarlo, de los lectores de todo el mundo. Tanto es así que hace siglos que no sólo "El caballero de la triste figura", sino el conjunto de sus personajes y lugares, de Sancho a Dulcinea y de La Mancha a las playas de Barcelona, forman parte de un mundo del que todos somos partícipes.

Amigas y amigos,

En atención a lo especial de esta celebración, desde el Gobierno de España hemos querido liderar la organización de los actos conmemorativos de este Centenario a través de una Comisión Nacional creada al efecto. Hemos querido que sea un acontecimiento de todos y una celebración social abierta a actores públicos y privados, instituciones y particulares, tanto en España, como fuera de España. Creemos que es lo que corresponde a un autor que también es de todos y que representa lo mejor de nuestro talento.

Hasta hoy, el número de iniciativas que esta Comisión ha puesto en marcha asciende a 358, desde ambiciosas exposiciones sobre el legado cervantino, como la muestra, la más completa realizada hasta la fecha, coorganizada por la Biblioteca Nacional de España y Acción Cultural Española, hasta proyectos de creación plástica contemporánea, con cómics y grafitis incluidos, pensados para el público más joven. También nos trasladamos al universo cervantino gracias a propuestas tan variadas como conciertos de música de los siglos XVI y XVII o concursos de rap; teatro clásico y escena contemporánea, así como ciclos de cine y proyectos de creación literaria.

Es un elenco, en verdad, amplísimo de actividades de divulgación y fomento de la lectura, sin olvidar, por supuesto, las necesarias publicaciones e iniciativas académicas de investigación. Estas actividades se están celebrando por toda España y, es importante subrayarlo, en los cinco continentes. El Ministerio de Asuntos Exteriores, a través de las Consejerías Culturales de nuestras Embajadas; los centros culturales de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y los centros del Instituto Cervantes han programado una extensa agenda cultural que se extenderá también a 2017. Estamos seguros de que este potente programa servirá para que el nombre de Cervantes siga ejerciendo su seducción, como ha hecho desde hace siglos, en todo el mundo.

Amigas y amigos,

Voy terminando. Como les decía, a comienzos de este año celebramos también el XXV Aniversario del Instituto Cervantes. En sus inicios, en 1991, éste era un proyecto cargado de futuro y desde entonces, como nos recordaba en su intervención Víctor García de la Concha, no ha hecho más que materializar con brillantez este futuro. Lo hizo en un primer momento unificando criterios y asumiendo las redes preexistentes de centros culturales de español en el mundo, y, después, avanzando de modo sobresaliente en su presencia internacional con una gestión y unos esfuerzos que han evolucionado hacia su autofinanciación y sostenibilidad.

Esta internacionalización recién aludida destaca en dos contextos: por un lado, hemos asistido a la europeización del Instituto, que ha propiciado que por primera vez un español presida EUNIC, la red de redes de Institutos Nacionales de Cultura de la Unión Europea; y, por otro lado, como escuchábamos antes, también se ha impulsado la iberoamericanización, no en vano por primera vez, gracias a tu iniciativa, Víctor, a los españoles del Cervantes y de la Universidad de Salamanca, los mexicanos de la UNAM y los argentinos de la Universidad de Buenos Aires, hemos trabajado juntos en un proyecto estratégico para todos: el nuevo certificado español del Sistema Internacional de Evaluación de la Lengua Española.

Amigas y amigos,

Permítanme ir concluyendo ya en mi intervención.

En mi larga experiencia política he trabajado en ámbitos muy diferentes, todos ellos importantes; pero recuerdo de forma especial la etapa en el Ministerio de Educación y Cultura. Entonces tuve la oportunidad de potenciar de forma decidida el Instituto Cervantes como una pieza clave de nuestra acción exterior. Por eso, es una satisfacción ver cómo la proyección cultural española sigue mostrando la pujanza de España y de la cultura en español en todo el mundo.

Quiero dar la enhorabuena a todo el personal del Instituto y las gracias por estar aquí ahora, y a todo el sector profesional: profesores, traductores, intérpretes, hispanistas, creadores y artistas, gestores culturales, bibliotecarios… Quiero felicitarles a todos los que trabajáis en el ámbito de la lengua y de la cultura, porque el éxito del Cervantes, que es el vuestro, es también el éxito de España.

Pero, como escribe en "El Quijote" Miguel de Cervantes, "el agradecimiento que sólo consiste en el deseo es cosa muerta". Por eso les aseguro que mi agradecimiento ha estado y estará siempre acompañado de un sólido compromiso con la Institución para que el Instituto Cervantes y España tengan el futuro brillante que se merecen.

Muchísimas gracias a todos.