Intervención de Mariano Rajoy posterior al Consejo Europeo

23.6.2017

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Presidente.- Señoras y señores, muy buenas tardes.

Quiero empezar mi intervención expresando mi felicitación a la Unión Europea por haber sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia. Me han escuchado en muchas ocasiones mi convicción profunda de que la Unión Europea es uno de los proyectos políticos más nobles y exitosos de la historia. El Premio Princesa de Asturias reconoce esos valores, la superación de los enfrentamientos que han marcado nuestra historia para crear un futuro de paz y prosperidad para las próximas generaciones de europeos. Sesenta años después de su fundación, la Unión Europea sigue impulsando políticas para unir a más de quinientos millones de personas y mejorar su día a día.

Mi enhorabuena, pues, a los presidentes, Tajani, Tusk y Juncker, y, a través de ellos, a todos los ciudadanos de la Unión Europea, verdaderos destinatarios de este Premio.

Hoy, afortunadamente, nos hemos reunido en unas circunstancias de mayor confianza y estabilidad en mucho tiempo: mejora la economía y mejora también la confianza en el proyecto europeo. En esa línea, los trabajos del Consejo Europeo que hoy finaliza han estado guiados por un objetivo claro: la protección de nuestros ciudadanos y la atención a sus inquietudes y necesidades: su seguridad, su economía y su modelo de confianza.

En este Consejo Europeo hemos reafirmado nuestro empeño por combatir la lacra terrorista mediante la estrecha coordinación de nuestros países. A tal efecto, hemos dado un impulso a la creación de mecanismos de control sobre las personas que entran y salen de nuestro territorio, las bases de datos necesarias para ello y los métodos automatizados para autorizar un viaje a territorio europeo. Esos instrumentos nos ayudarán a combatir la barbarie terrorista que busca poner en cuestión nuestro modo de vida en libertad y en democracia.

También hemos recalcado la necesidad de combatir el terrorismo en su origen, la radicalización y el odio, fenómenos que hoy se valen de Internet para la consecución de sus fines perversos. Por ello, hoy nos hemos propuesto intensificar los recursos en la lucha contra la radicalización, reclamando el apoyo de la industria de acceso a Internet y sus proveedores de contenidos.

Como saben, la lucha contra la radicalización en Internet ha constituido una prioridad en España desde hace años y buena muestra de ello han sido la reciente reforma en nuestro Código Penal en materia de adoctrinamiento y adiestramiento por Internet para la realización de actos terroristas. Ello ha permitido a nuestros jueces emitir sentencias condenatorias contra las personas culpables de dichos delitos y la intensa participación de nuestro país en iniciativas internacionales destinadas a combatir la radicalización a través de Internet.

Además, este Consejo Europeo, a iniciativa de España, ha dedicado especial atención a las víctimas del terrorismo, tal y como refleja el documento de Conclusiones que hemos aprobado. Nuestro país es promotor de una importante iniciativa en este aspecto, como es la elaboración de una Carta Europea de los Derechos de las Víctimas, que preste certeza sobre cuáles son sus derechos y refuerce su protección en la Unión en su conjunto.

En este Consejo también hemos abordado en profundidad cuestiones relacionadas con la defensa y seguridad exterior de la Unión, en línea con los trabajos que venimos realizando desde hace un año, cuando pusimos en marcha la nueva estrategia global de la Unión Europea. De este modo, a través de nuestras acciones en favor de la paz y la estabilidad en nuestra vecindad y en otras partes del mundo, estamos contribuyendo también a la protección de la Unión y de sus ciudadanos. En definitiva, se trata de aportar mayor certidumbre a la vida cotidiana de todas las personas.

Además, la Europa de la defensa es uno de los ámbitos en los que podemos progresar más decididamente en la integración europea. España es uno de los principales impulsores de esta política, que busca alcanzar una mayor autonomía estratégica por parte de la Unión. Este compromiso tiene su reflejo en nuestra participación en las operaciones militares de la Unión Europea desde su nacimiento y de las que ahora mismo somos el primer contribuyente.

Creo que podemos sentirnos satisfechos porque una de las conclusiones de este Consejo es que salimos con una agenda definida para poder lanzar la cooperación estructurada permanente en un plazo razonable. Esta cooperación dotará a la Unión de las capacidades necesarias para atender a las misiones más exigentes.

También hemos debatido sobre los mecanismos de respuesta rápida de la Unión Europea. España lleva los últimos diez años contribuyendo a los grupos de combate de la UE, porque creemos que es una herramienta útil en la solución de las crisis.

Por último, creo que la implicación de la Comisión Europea en los asuntos de defensa a través del Fondo Europeo de Defensa es un hecho histórico y es una buena noticia. Esperamos mantener con la Comisión un diálogo fluido en la gestión de esos fondos. Todo ello redundará en beneficio de nuestra industria, con especial atención a las Pymes.

En este Consejo también hemos hablado de cuestiones económicas en un ambiente de mayor optimismo que con el que hablábamos hace unos años. Europea está saliendo de la crisis con un crecimiento que lo es en todos los países, pero que en España es singularmente robusto. El Consejo Europeo de junio ha respaldado las recomendaciones específicas por país para 2017. Este año España recibe tres recomendaciones, una menos que en 2016 y también menos que países como Francia, Italia o Portugal, y solo una más que Alemania u Holanda. El menor número y el contenido continuista de las recomendaciones reflejan el giro de 180 grados que ha experimentado la economía española.

Les recordaré que, por ejemplo, en 2013 recibimos nueve recomendaciones y que, gracias al esfuerzo de los españoles y a las reformas emprendidas, España hoy es competitiva, crece y crea empleo. Los datos lo demuestran: en 2016, la economía española creció un 3,2 por 100, a la cabeza de las grandes economías de la zona euro y prácticamente el doble que la media de la zona euro. Este crecimiento se ha traducido en una intensa creación de empleo. Desde 2014, este ritmo ha sido de medio millón de nuevos empleos al año. Desde el máximo de la crisis, el número de personas en paro se ha reducido en más de dos millones, 2.023.000 personas.

Además, los datos que conocemos de 2017 confirman la pujanza de la recuperación. España sigue liderando el crecimiento en Europa, con una tasa del 0,8 por 100 en el primer trimestre --de nuevo, por encima de la zona euro-- y esto significa un 3 por 100 en términos interanuales. A este ritmo, la economía española rebasará el nivel de Producto Interior Bruto previo a la crisis durante este semestre.

El Gobierno en estos momentos prevé que en 2017 crezcamos, al menos, un 2,7 por 100. Digo "lo prevé en estos momentos" y otros organismos son más optimistas y están revisando al alza las previsiones para 2017; por ejemplo, el Banco de España hasta el 3,1 por 100 y CEOE y FUNCAS estiman un crecimiento del 3,2 por 100.

Se mantiene también el dinamismo en la creación de empleo. Según la EPA, ya hay en España 18.438.000 personas ocupadas, en línea con los últimos datos de afiliación a la Seguridad Social que muestran que tenemos más de 18.300.000 cotizantes. En concreto, y según las cifras últimas de las que disponemos, que son las del mes de mayo, se han creado en los primeros cinco meses del año, de enero a mayo, ambos inclusive, casi quinientos mil empleos; en concreto, 496.359.

También en 2016 cumplimos con el objetivo de déficit, 4,5 por 100, y en 2017 reduciremos el déficit hasta el 3,1 por 100 y saldremos del procedimiento de déficit excesivo en 2018.

El crecimiento español es, además, un crecimiento equilibrado, en el que el sector exterior y la competitividad son protagonistas, y los últimos datos nos demuestran que esta tendencia continua. Las exportaciones de bienes han crecido a un ritmo anual de casi el 10 por 100; este es un dato enormemente positivo. Han crecido un 9,8 por 100 hasta abril y han alcanzado, de nuevo, un máximo histórico.

Y precisamente de crecimiento, empleo y competitividad hemos hablado también en este Consejo. Nos hemos centrado en dos grandes temas: el comercio internacional y el mercado interior.

Respecto al comercio internacional, el Consejo Europeo ha reiterado su convencimiento de que el comercio contribuye a la creación de riqueza y al empleo, y que por ello es necesario promoverlo y combatir el proteccionismo. España ha apoyado esta idea porque, en nuestra experiencia, la apertura al exterior siempre ha llevado a crecer y a crear empleo, y los últimos datos son un magnífico ejemplo: por primera vez en su historia, España acumula ya cuatro años seguidos de superávit exterior y ello ha significado oportunidades, crecimiento y empleo.

Además, he defendido, y así lo recogen las Conclusiones, que la apertura exterior debe darse en condiciones de igualdad. Es importante que todos los países respetemos las mismas reglas y velemos por el respeto y la promoción de estándares exigentes.

Respecto a los acuerdos comerciales, España ha seguido impulsándolos. Hemos vuelto a abogar por avanzar, y se está haciendo, en las negociaciones con MERCOSUR y con México.

En cuanto al mercado interior, este Consejo Europeo ha repasado los avances en los ámbitos de Mercado Digital, Unión del Mercado de Capitales y Unión de la Energía. La construcción de un mercado interior completo y que funcione bien es uno de los pilares del proyecto europeo y siempre ha sido una prioridad para mi Gobierno. Me referiré a dos ámbitos concretos, que son la Unión de la Energía y el Mercado Digital.

Ya conocen la importancia para España de avanzar en el Mercado Interior de la Energía. Eso significa, en particular, aumentar nuestras interconexiones con nuestros socios. Más interconexión significa energía más segura y más barata, pero también poder tener un mayor grado de ambición en relación con las energías renovables, y eso es especialmente importante en un momento en el que estamos defendiendo nuestros objetivos de energía y cambio climático a partir de 2020. Las Conclusiones de este Consejo recogen la necesidad de seguir avanzando para conseguir nuestros objetivos en relación con la Unión de la Energía, incluyendo las interconexiones.

El otro tema al que quiero referirme es el ámbito digital. La digitalización de la economía es una realidad de la que Europa debe sacar el máximo provecho. Yo estoy satisfecho de que este Consejo Europeo le haya querido dar a este tema un impulso tan esencial. El ámbito digital, como recogen las Conclusiones, ha de entenderse desde un enfoque amplio, que englobe todos los aspectos con él relacionados: mercados e infraestructuras, pero también culturales, sociales, de ciberseguridad y otros. Todos ellos deben recibir un impulso a nivel europeo. Así, por ejemplo, yo creo que Europa debe hacer más para reducir la brecha digital y para ello, y así se lo he dicho a mis colegas, son fundamentales políticas de apoyo a la formación y a la adaptación de los trabajadores y de las Pymes, de las pequeñas y medianas empresas.

El impulso de lo digital es también prioritario para mi Gobierno. Por ello, en febrero de 2013 aprobamos la Agenda Digital para España, con esa misma filosofía de visión global.

Además de las cuestiones económicas y de seguridad, el Consejo Europeo se ha vuelto a ocupar de un reto fundamental, como es la política migratoria. Seguimos trabajando en su dimensión exterior, fomentando una mayor asociación con los países de origen y tránsito, y en su dimensión interior, impulsando mejoras en el sistema de control de fronteras y de protección internacional para los refugiados.

En este debate migratorio, España ha defendido la política que venimos realizando con nuestros socios y que ha dado resultados positivos: la construcción de una relación de confianza que promueva el desarrollo en los países de origen o tránsito y le permita luchar contra las organizaciones de crimen organizado que trafican con personas.

En cuanto a la reforma del sistema europeo común de asilo, España siempre ha defendido, y lo sigue haciendo, que los principios de solidaridad y responsabilidad deben tener siempre en cuenta la labor que se hace por los Estados miembros que, como España, invertimos esfuerzos en la vigilancia de la frontera exterior de la Unión. Creemos que es importante que la futura regulación tenga en cuenta ese esfuerzo que redunda en beneficio de todos.

En este Consejo Europeo también, y en otro orden de cosas, la primera ministra británica, Theresa May, ha anunciado la presentación la semana que viene de una propuesta sobre derechos de los ciudadanos. Nos congratulamos de que se esté dando prioridad a los ciudadanos, tal y como España ha venido defendiendo desde el principio del proceso. Analizaremos con detalle la propuesta británica para encontrar la fórmula más beneficiosa para nuestros ciudadanos.

También en materia de "Brexit", hemos mantenido una reunión a Veintisiete para intercambiar con nuestro negociador jefe, Michel Barnier, impresiones sobre la primera ronda de negociaciones que, como saben, se inició el pasado lunes.

Asimismo, los Veintisiete hemos adoptado una propuesta conjunta de los presidentes Tusk y Juncker sobre el procedimiento relativo a la reubicación de la Agencia Europea de Medicamentos y la Autoridad Bancaria Europea, ambas sitas ahora, como saben, en el Reino Unido. En virtud de dicho procedimiento, la Comisión analizará las distintas candidaturas con arreglo a criterios objetivos y la decisión se tomará en noviembre.

Como saben, el Gobierno español ha presentado la candidatura de Barcelona para ser sede de la Agencia Europea del Medicamento. Estamos convencidos de que Barcelona reúne las mejores condiciones objetivas, sobre todo, para garantizar que las actividades de la Agencia no se resientan por el traslado. Ello es particularmente importante en el caso de la Agencia Europea de Medicamentos, cuya labor resulta tan importante para la protección de la salud de las personas.

En resumen, como habrán podido comprobar, ha sido un Consejo intenso, con muchos temas muy importantes. Ha habido un alto nivel de debate, pero también de eficacia en la resolución de los mismos. La crisis económica y sus efectos sobre el proyecto europeo van quedando cada vez más atrás, la economía se recupera y la Unión Europea avanza, y con ello avanza también la confianza de los ciudadanos en un futuro mejor.

Muchas gracias y estoy a su disposición.