Reunión informal de la UE

Respuestas a los medios de comunicación

16.9.2016

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P.- Presidente, querría comentarle un par de temas nacionales, si me permite. Durante esta semana se han sucedido una serie de noticias relacionadas con casos de corrupción: la decisión del Tribunal Supremo en relación con Rita Barberá, el "caso de los ERE"… Quería saber cómo cree que todos estos casos pueden influir en el momento político, en el momento de bloqueo que está viviendo España.

Por otro lado, querría saber también su opinión respecto al caso concreto de la ex alcaldesa de Valencia por el hecho de no abandonar su escaño en el Senado.

Presidente.- En la formación del Gobierno lo que influye es la actitud del señor Sánchez, que no ha planteado alternativa, porque es una alternativa absolutamente lesiva para los intereses de España la aritmética que puede plantear, y que no ha aceptado ninguno de los planteamientos que le hicimos: el primero, una coalición, que en este momento creo que hubiera sido lo mejor para nuestro país, a la vista de los resultados de las elecciones; en segundo lugar, si eso no lo quería, el llegar a acuerdos sobre seis o siete asuntos que son capitales para el futuro de los españoles y que además inciden en su vida diario, y eso tampoco lo quiso; pero luego tampoco quiso la única opción razonable que quedaba, que era dejar gobernar al partido que ganó las elecciones. Eso es lo que influye a la hora de formar Gobierno.

En cuanto a los temas por los que me pregunta, yo tengo que decir que respeto todas las decisiones judiciales y que lo que tenemos que intentar entre todos es que estas cosas no se vuelvan a repetir nunca. Sí hay un dato que es positivo, que es que en España no hay impunidad, que los Tribunales actúan y que son los propios Tribunales los que dan o los que quitan razones a las personas contra las cuales proceden. Por eso, creo que ése es un dato muy positivo y serán los Tribunales, lógicamente, los que tengan que decir si tienen o no culpa las personas por las que usted se ha interesado.

En relación con la pregunta que me hace sobre Rita Barberá, como usted sabe, Rita Barberá ha abandonado el Partido Popular. Nosotros le pedimos en su día que renunciara a la militancia, ella lo ha hecho y, a partir de ahí, el presidente del Partido Popular ya no tiene ninguna autoridad para con ella.

P.- Siento insistir, presidente, pero le quería seguir preguntando por este tema de Rita Barberá. Por lo que ha trascendido, usted no ha hablado con ella en los últimos días. No sé si tiene alguna conversación pendiente con ella y si, como le ha reclamado parte de su partido, y sobre todo toda la oposición, deberían pedirle, aunque no tengan autoridad sobre ello, el acta de senadora.

Presidente.- No sienta usted el insistir. Hace bien, si lo considera oportuno y conveniente; pero, sinceramente, ya he respondido a la pregunta. Rita Barberá ya no es militante del Partido Popular y, por tanto, el presidente del Partido Popular no tiene ninguna autoridad sobre ella, como no la tengo sobre otras muchas personas.

P.- Presidente, en los últimos días se está produciendo un debate interno dentro del Partido Socialista. Quería saber si usted considera que esto es positivo para el desbloqueo político que hay en España y si le hace ser más optimista ante la posible formación de Gobierno en las próximas semanas.

También quería preguntarle sobre los casos de corrupción y el "caso de los ERE". ¿Cree que esto también quita autoridad, autoridad moral, al Partido Socialista a la hora de criticar al Partido Popular y a usted mismo por los casos de corrupción del PP?

Presidente.- Realmente, la corrupción no es algo de un partido ni es algo de una organización concreta y determinada; es decir, la corrupción es algo que va unida a la condición humana. En cualquier caso, yo no voy a calificar ninguno de los temas por los que usted me ha preguntado. Serán los Tribunales los que tengan que decidir lo que ha ocurrido en el caso de los ERE; serán los Tribunales. De momento, los Tribunales están actuando, van dando pasos y, al final, dirán si las personas son inocentes o si son culpables. Y yo, desde luego, no voy a afirmar, como hace otra mucha gente, que unas personas son inocentes o son culpables, porque eso le corresponde a los Tribunales.

Pero sí tengo que decir que eso le puede ocurrir a cualquiera, como hemos visto, y pienso que lo que debemos hacer quienes tenemos alguna responsabilidad en política es lo que hemos intentado hacer en los últimos tiempos: presentar leyes, actuar con contundencia, ponernos todos de acuerdo y fijarnos como objetivo capital el que esto no vuelva a ocurrir nunca más en nuestro país. Así veo yo las cosas.

En cuanto al debate interno, yo no puedo entrar, ni debo, en el debate que se pueda producir en otro partido. Cada uno, lógicamente, toma sus propias decisiones, opina, se manejan y se gobiernan a sí mismo como estiman oportuno y conveniente. Yo lo que sí digo es que aquí están sorprendidos, siempre que vengo a una reunión europea, de la situación que se está produciendo en España. Pero lo que más sorprende ya no es que el que gane no pueda gobernar; lo más sorprendente es que no se pueda plantear ninguna alternativa razonable a quien ha ganado las elecciones y, por tanto, haya un empeño, que parece que es lo que hay, en que se vuelvan a convocar nuevas elecciones. Esto es algo verdaderamente inaudito, es algo sorprendente, y créanme que me cuesta mucho trabajo saber exactamente a qué se debe.

Pero, al final, lo que decide el Partido Socialista lo decide el Partido Socialista, y no los demás. A ustedes les corresponde opinar sobre ello y a mí, respetar sus decisiones, me gusten o no me gusten.

P.- Presidente, por favor, cuando habla de "más seguridad en Europa", me gustaría saber cómo piensa España que debe ser esta mayor seguridad; por ejemplo, qué cambios en política económica, si España está por un mayor control de fronteras interiores, si España está de acuerdo con resucitar el proyecto de una especie de defensa europea o si España está dispuesta a dedicar más presupuesto precisamente a esta defensa europea.

Presidente.- Yo creo que la seguridad… Cuando hablo de seguridad, me refiero a tres o cuatro cosas muy concretas: en primer lugar, al terrorismo. El número de actos terroristas en Europa ha aumentado, y mucho, desde que en Madrid fuimos golpeados, como usted recuerda perfectamente, en el año 2004. Este último año y el año pasado 2015 fueron especialmente duros y sangrantes; todos recordamos los atentados terroristas que se han producido.

En la intervención que he tenido hoy aquí yo dije que, desde mi punto de vista, lo más importante que podíamos hacer ahora en materia de lucha contra el terrorismo… Sin duda alguna, hay muchas medidas, todo es perfeccionable, pero lo más importante es que haya la mayor coordinación y el mayor intercambio de información posible entre los diferentes servicios de información de los distintos países. Sinceramente, creo que esto es capital. Y ya sé que es difícil, porque las agencias de información la cuidan mucho. No es fácil. Creo que se ha avanzado mucho. Yo, sinceramente, estoy satisfecho y creo que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad españoles y nuestro Centro Nacional de Inteligencia están actuando muy bien; pero creo que ése es uno de los esfuerzos en los que hay que incidir en el futuro.

Usted me habla de la política de defensa. Sin duda alguna, yo creo que es importante avanzar en la política de defensa, siempre mejorando la colaboración de toda Europa unida en una política de defensa con la OTAN. Europa está interviniendo… Y España, también; es uno de los países que más interviene en varias operaciones como Unión Europea. Pero, sinceramente, creemos que Europa tiene que tener más fortaleza y más capacidades para poder intervenir, como las grandes potencias, en temas que luego nos afectan directamente, como vemos lo que está pasando en Libia o lo que está pasando en Siria. Ahí, lógicamente, hay muchos problemas que nos afectan como ciudadanos europeos: lo que está sucediendo con los refugiados o lo que está sucediendo ahora en Libia y en todo el Mediterráneo. Aparte del terrible drama personal que esto supone, porque es terrible lo que está sucediendo, realmente nos afecta a los Gobiernos, nos afecta a las personas, nos crea nuestros problemas con los Presupuestos, etcétera.

Hay un dato muy positivo, que tanto en el discurso que pronunció el presidente de la Comisión, el señor Juncker, como en lo que hoy dijo el presidente del Consejo Europeo, es que va a haber una atención especial de la Unión Europea --asunto del que ya se empezó a hablar en serio en la Cumbre de La Valeta, en Malta, el año pasado-- con África. Esa es una reclamación que llevamos haciendo desde hace muchos años. Tenemos que ayudar a los países del continente africano a que tengan más empleo, a que tengan mejor educación y a que vayan mejorando su nivel de vida y bienestar, porque ahí, actuando en origen, sin duda alguna, está la manera de solucionar muchos de esos problemas a los que me refiero.

Luego, hay un tema, que es la seguridad económica. Europa tiene, como todos ustedes saben, el mejor sistema de bienestar del mundo. A veces, nos castigamos inmisericordemente y solamente hablamos de las cosas negativas. Europa tiene muchos problemas pero, claro, ¿quién tiene un sistema de pensiones públicas como Europa, o quién tiene un sistema de sanidad pública como Europa, o un sistema educativo, o un sistema de servicios sociales, o un sistema de ayudas a la gente? Eso es una señal de identidad de nuestro continente que debemos preservar y, siempre que podamos, debemos mejorarla. Eso requiere tener economías fuertes, tener economías competitivas, que generen recursos, y, desde luego, tener el mayor crecimiento posible y el mayor empleo, porque ahí está la clave de todo. Por eso siempre hemos fijado con prioridad el tema del empleo.

Esta crisis económica ha puesto en duda muchas cosas en muchos países. Hubo quien tuvo que tomar decisiones muy fuertes y hubo otros que pudimos salir adelante sin tomar decisiones tan complejas como las de otros.

Entonces, hay, efectivamente, un tema de seguridad. La gente quiere seguridad de que va a cobrar sus pensiones siempre, de que si va al médico es atendido, y ésa creo que debe ser una de los principales objetivos europeos para los próximos tiempos.

Hoy se ha hablado poco de Unión Bancaria; se ha hablado algo de seguir perseverando en el Mercado Único; sobre todo, yo puse el énfasis en los temas de la energía y del mercado digital --eso es competitividad y, por tanto, crecimiento y empleo--, y se ha hablado menos de la Unión Económica y Monetaria. Nosotros hemos planteado que la propuesta de junio del año pasado, para seguir avanzando, de los cinco Presidentes debería requerir un debate en un Consejo Europeo para ver hacia dónde vamos. Pero hemos intentado darle prioridad a las necesidades reales de la gente, a lo que la gente quiere que la Unión Europea dé respuesta, que son esos temas de seguridad y de protección, fundamentalmente.

P.- Presidente, yo quería volver al caso de Rita Barberá. Parece claro que, con la Ley en la mano, la señora Rita Barberá es la única que podría decidir sobre su escaño, si abandonarlo o no, y que usted, como presidente del partido, ya no tiene autoridad sobre ella. Pero a mí me gustaría preguntarle si a usted le parece suficiente el paso que ha dado ella de dejar el partido o si cree que sería un buen gesto de cara a la ciudadanía que, con la situación que está viviendo, dejara el escaño en el Senado.

Presidente.- Entiendo su interés, pero entienda que ya he respondido a esa pregunta.

P.- Presidente, en los últimos meses hemos visto que se está forjando una alianza entre los países del Mediterráneo. Recientemente hubo una Cumbre en Atenas y ayer mismo el primer ministro italiano, Matteo Renzi, dijo que quería hablar de los desequilibrios de la zona euro, de la cuestión de los desequilibrios económicos en países como Alemania, que también afectan al resto. Me gustaría saber cómo ha transcurrido ese debate, si España se ha alineado con esos planteamientos y, en general, si nos podría describir un poco cuál ha sido el tono de las reuniones. El presidente Tusk les había pedido que fueran brutalmente honestos; no sé si lo han sido. ¿En qué ha derivado esa intención?

Presidente.- Entrar en el detalle de cómo se han producido los debates no es algo que me corresponda a mí porque, lógicamente, cada uno puede dar una versión; pero yo podría darle algunas ideas.

En primer lugar, hay una enorme preocupación, bien es verdad que más en unos países que en otros -por ejemplo, esta preocupación es grande en Grecia, como lo puede ser en Hungría u otros países, o como lo puede ser en Croacia-, con el tema de los refugiados tras el acuerdo con Turquía. Todavía hay muchos refugiados en Grecia, toda la operación de reubicación y de reasentamiento no va con la agilidad que a todos nos gustaría. Nosotros ya hemos traído algo más de seiscientas personas y hoy han llegado, incluso, algunas personas de Grecia a España; somos el quinto país de la Unión Europea. Pero todavía hay que seguir haciendo un esfuerzo en esa materia. Luego, lógicamente, otros países se ven menos afectados, pero les afectan otras cosas.

También se habló del tema de África; lo que les he dicho. África necesita una especie, por llamarlo de alguna manera, de Plan Marshall --no lo califiquemos como tal-- de ayuda.

Ha habido también el tema del terrorismo. Como sabe, le ha afectado a muchos. Es otro tema del que también se ha hablado.

También se ha hablado de los temas de defensa y se ha hablado del que era, en principio, el gran mensaje de la reunión de hoy: que hay veintisiete que siguen con el proceso europeo y que hay veintisiete que quieren mayor integración europea. Ése es un mensaje muy importante. Frente a todos aquellos que solamente pretenden trasladar a la opinión pública lo que va mal y frente a todos aquellos que están planteando, porque ya se está planteando, referéndums como en el Reino Unido --ya hay partidos políticos que en distintos países de la Unión Europea se están planteando el llevarlos a cabo-- lo que hay es una defensa cerrada de lo que es el proyecto europeo.

Dentro de pocas fechas, en marzo del año que viene, sesenta años desde el Tratado de Roma… Yo siempre digo: comparen ustedes lo que pasó en los sesenta años anteriores a esa fecha de 1957, con dos guerras mundiales en Europa, y lo que ha pasado después. Europa tiene muchas más cosas, muchísimas más, positivas que negativas y, desde luego, como les decía antes, para los españoles esto creo que es un hecho objetivo.

No he visto grandes diferencias, si me lo pregunta usted… Siempre en los debates están los temas del Pacto de Estabilidad, si en el déficit puede… No ha sido hoy objeto de debate ni tampoco figura como tal en lo que va a contarles el señor Tusk a sus colegas, si no se lo está contando ya. Es verdad que hay algunos países que quieren que se combine la exigencia de cumplir el déficit con la flexibilidad; pero de hecho se está haciendo, porque en el caso de España yo mismo lo he vivido dos veces: en el año 2012 recuerdo que el objetivo de déficit que nos habían marcado era del 4,4 por 100 y, sin embargo, llegamos en el año 2011 con un déficit del 9 por 100 y yo planteé y dije: esto es imposible; yo no puedo bajar del 9 al 4,4 por 100 en recesión. Y se nos dio una nueva senda pero, como ustedes recordarán, hace escasas fechas se nos ha dado una nueva senda: en teoría, el déficit público de este año tendría que ser del 2,8 por 100 y, al final, la nueva senda dice el 4,6 por 100, lo cual la verdad es que es de sentido común.

Creo que las reglas, que son buenas, porque yo creo que vivir siempre del crédito no es bueno, hay que intentar que tengan una cierta flexibilidad y España, por fortuna --vamos a ver cuánto nos dura--, está creciendo por encima del 3 por 100 --el último dato interanual es el 3,2 por 100-- y se está creando empleo. Vamos a ir reduciendo el déficit, vamos a cumplir nuestros compromisos, pero insisto: flexibilidad ya la hay; luego puede haber matices y el primer ministro italiano… Hoy no lo planteó, pero planteó en otro --yo creo que lo debió plantear en Grecia, no recuerdo exactamente cuándo lo planteó-- que determinado tipo de gasto no computara a los efectos de los procedimientos de déficit. Eso es una decisión muy compleja.

A mí, desde luego, el modelo actual me convence, es decir, no podemos gastar lo que no tenemos; pero luego hay que ser flexible, como en cualquier faceta de la vida, y actuar con sentido común.

Señoras y señores, muchas gracias. Ya terminamos.