Intervención de Rajoy en la conferencia "Restaurando la competitividad"

14.10.2014

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Señoras y señores, muy buenos días a todos. Muchas gracias por su asistencia y muchas gracias al "Financial Times" por organizar estas jornadas y por invitarme. Es para mí un honor estar aquí. Gracias también por sus palabras al señor Rachman, editor de la sección internacional del periódico.

Se me ha pedido que mi intervención dure veinte minutos; ahora he escuchado quince y en cualquier caso así será. Hablaré de la economía española y dividiré mi exposición en tres apartados: en primer lugar, cómo estábamos cuando llegamos al Gobierno y qué hemos hecho desde entonces; en segundo lugar, cómo estamos ahora y, en tercer lugar, cómo veo yo el futuro.

Nosotros llegamos al Gobierno en el año 2011. Yo tomé posesión como presidente del Gobierno el día 21 de diciembre. Nuestro primer año de Gobierno fue, pues, 2012. La situación entonces, repito, en el año 2012, era la siguiente: según algunos, España iba a la quiebra y tendría que pedir un rescate; según otros, España tendría que salir del euro, sin más; luego había quien decía que el euro iba a desaparecer, que iba a haber dos categorías de euro, etc. etc. Pero ya no voy a entrar en eso.

También se decía que no íbamos a ser capaces de corregir los graves desequilibrios de la economía española, ni mejorar, en consecuencia, nuestra competitividad y, por tanto, que no íbamos ni a crecer, ni a crear empleo durante mucho tiempo.

Probablemente, quienes así pensaban tenían sus razones para hacerlo: el déficit público, por encima del 9 por 100; el del sector exterior o la inflación estaban desbocados; una parte de nuestro sistema financiero estaba, como luego se vio, en quiebra; el diferencial de competitividad con el resto de la Unión Económica y Monetaria era inaceptable; la deuda externa, descomunal; el paro llevaba cuatro años largos aumentando sin parar; el crecimiento no era tal, porque estuvimos durante mucho tiempo en recesión, y, por si ello no fuera suficiente, la prima de riesgo llegó a superar los seiscientos puntos básicos y en el bono a diez años pasaba su rentabilidad por encima del 7 por 100.

Así estábamos. ¿Qué hicimos en esa situación? Lo que hicimos fue aprobar un programa de cinco puntos: nuestro programa de política económica que yo ya anuncié poco tiempo después del Debate de Investidura; dos, responsabilidad española; tres, responsabilidad europea. Y en España había que hacer dos cosas: primero, un proceso de consolidación fiscal y, en segundo lugar, un proceso de reformas estructurales.

Voy a hablar, en primer lugar, del proceso de consolidación fiscal. Con un déficit público por encima del 9 por 100, como es perfectamente entendible, no se puede vivir y, además, corre uno el riesgo muy serio de que acaben por cortarle la financiación.

Quiero decir que la sociedad española ha hecho un enorme esfuerzo y que todos deberían reconocérselo. Hemos reducido el déficit en dos años, el año 2012 y el año 2013, estando en recesión, porque en el año 2012 el crecimiento económico fue -2,1 por 100; y, en 2013, -1,2 por 100. Y créanme que eso es muy difícil. Terminamos el año 2013 en el 6,3 por 100 de déficit público, cifra todavía muy elevada, pero casi tres puntos por debajo de donde lo cogimos, insisto, y lo hicimos en dos años de recesión económica. El objetivo para este año es el 5,5 por 100, lo cumpliremos y así deberemos continuar en el futuro. Y cuanto más crecimiento económico haya, cuanto más haya, más fácil nos será acabar con el déficit público.

Quiero decir que, además de este proceso de consolidación fiscal que continua, hicimos un ejercicio de transparencia muy importante, puesto que en España había una deuda comercial que no era todavía deuda financiera, pero era una deuda que efectivamente existía, y con el Plan de Proveedores, que sirvió, entre otras cosas, para pagar a los proveedores, y con el Fondo de Liquidez Autonómico para atender los vencimientos de algunas Comunidades Autónomas pusimos en circulación 105.000 millones de euros.

Por tanto, primero, consolidación fiscal. Segundo, reformas estructurales. Ésta es la gran operación que se ha hecho en España en estos años y esto supone, sobre todo, sentar bases sólidas para el futuro de nuestro país. Voy a recordar sólo algunas --tengo un cuarto de hora--, sólo recordar: primera, Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera que aprobamos al mes de llegar al Gobierno; segunda, reestructuración total del sistema financiero español que nos obligó, incluso, a nacionalizar tres entidades financieras, tercera, reforma laboral, muy importante; cuarta, reforma energética para suprimir y evitar un aumento descomunal del déficit de tarifa que llevaba el sistema a la quiebra; quinta, reforma de la Administración Pública por primera vez en treinta años, que todavía sigue en marcha; sexta, Ley de Unidad de Mercado; reforma de la Ley de Educación; Ley de Desidenxación de la Economía; diversas leyes sectoriales en materia agroalimentaria, de telecomunicaciones, etcétera; Ley de Emprendedores; reforma fiscal, que se aprobará a final de este año; tarifa plana en Seguridad Social --cien euros para quienes hagan contratos indefinidos--, etc., etc.

Hay muchas más, pero éstas son las más importantes. Este proceso de reformas estructurales es, sin duda alguna, lo que nos ha permitido salir antes de la recesión económica; pero lo más importante son los efectos estructurales que en el medio y largo plazo de la economía española va a suponer este amplio paquete de reformas estructurales al que acabo de hacer referencia.

Hablé antes de un programa de cinco puntos; dos, españoles: la consolidación fiscal y las reformas estructurales. Había tres puntos europeos que voy a limitarme, simplemente a apuntar.

Primero, reformas en Europa. Es necesario más mercado interior: aún queda mucho por hacer, pero algunas cosas se han hecho. Segundo, más integración europea: se han hecho muchas cosas, sobre todo después del Consejo Europeo de junio del año 2012 cuando se habló de Unión Bancaria, de Unión Fiscal, de más Unión Económica y Unión Política; hoy la Unión Bancaria es un hecho, pero todavía hay que continuar. Y, por último, política monetaria: es necesaria más adecuada al momento concreto en el que vivimos, hemos vivido y vamos a vivir. Tengo que decir que el Banco Central Europeo en el ámbito de sus competencias, y respetando su independencia, ha hecho algunas cosas interesantes.

Pues bien, señoras y señores, hasta aquí la primera parte de mi intervención: cómo estábamos y qué hemos hecho. Se la resumo: ¿Cómo estábamos? Muy mal. ¿Qué hicimos? Poner en marcha un proceso de consolidación fiscal, reformas estructurales y trabajar en Europa para mejorar las cosas.

Paso ahora a la segunda parte de mi intervención: ¿Cómo estamos ahora después de todo esto a lo que acabo de hacer referencia? Estamos mejor que en el año 2012, mejor que en el años 2013 y peor que en el año 2015 y en los siguientes.

Voy a hacer una breve explicación de por qué estamos mejor que en los años 2012 y 2013. Estamos mejor, porque ya no habla nadie del rescate de la economía española. Ya nadie habla de la quiebra de la economía española. Nadie habla de la ruptura del euro. Hemos conseguido corregir en buena parte nuestros desequilibrios, hemos establecido bases sólidas para el futuro, hemos corregido nuestro diferencial de competitividad con Europa y de la prima de riesgo, por fortuna, nadie habla porque hoy está en menos de la quinta parte de lo que estaba hace menos de dos años. Y, además, lo más importante: estamos creciendo. Llevamos cuatro trimestres consecutivos creciendo: 0'1 por 100 en el tercer trimestre del año pasado, 0'2 por 100 en el cuarto, y este año, en el primero, 0'4 por 100 y, en el segundo, 0'6 por 100; y todo esto después de una larguísima temporada de recesión en nuestro país.

Y lo más importante: el 30 de septiembre de este año, hace unos días, había en España 356.258 afiliados más a la Seguridad Social que en septiembre del año anterior. Éste es el cambio y me voy a detener con mucha brevedad: tras 68 meses seguidos, repito, 68 meses, es decir, casi seis años, en los que cada mes del año de todos los años había menos afiliados a la Seguridad Social que el mismo mes del año anterior, en febrero de 2014 se produce el cambio y en febrero de 2014 había más afiliados a la Seguridad Social que en febrero del año 2013. Eso continuó hasta el mes en el que estamos y va a continuar en el futuro.

Por otra parte, la última EPA que hemos conocido, la del segundo trimestre, ya habla de un aumento de la ocupación en España, en términos interanuales, de casi 200.000 personas, cosa que no ocurría en nuestro país desde tiempo inmemorial.

Y si hablamos de los registros del INEM, tengo que recordar que hoy ya hay menos personas apuntadas en el registro del INEM que en diciembre del año 2011.

Pues bien, señoras y señores, éste es el cambio. El cambio es que ya se crea empleo neto en España; pero, lógicamente, eso es insuficiente y, por tanto, lo que tenemos que hacer ahora es perseverar y seguir trabajando. Y con ello ya entro en la tercera parte de mi intervención: ¿Qué vamos hacer en el futuro y cómo veo yo el futuro de la economía española?

Tenemos que perseverar en los cinco puntos a los que hice referencia en la primera parte de mi intervención. Hay que seguir con la consolidación fiscal: insisto, este año tenemos que estar en el 5'5 por 100 y tenemos que continuar el año que viene, 2015, en 2016 y en el futuro.

Hay que seguir, en segundo lugar, con las reformas estructurales. En este momento las más importantes son: la reforma de la Administración, que lleva su tiempo, sobre la cual ya hemos tomado decisiones; la reforma de la unidad de mercado; la formación de los trabajadores --un tema muy importante-- y, luego, la reforma fiscal. La reforma fiscal supone una rebaja de impuestos en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas para todos los contribuyentes españoles y también supone una rebaja de cinco puntos en el Impuesto de Sociedades, además de otras normas en las que no voy a entrar porque debo ajustarme al tiempo.

En Europa tenemos que seguir trabajando en los tres puntos a los que antes he hecho referencia. Primero, mercado único: prioridad importante el mercado único de la energía, con las interconexiones con Francia; mercado único digital, de servicios y servicios financieros. Segundo punto, integración: hemos avanzado mucho, como he dicho antes, en la Unión Bancaria y creo que debemos seguir avanzando y comenzar a hablar ya en serio de Unión Fiscal en el futuro próximo. Y, por último, es importante que las condiciones de liquidez cada vez sean mejores en nuestro país y en el conjunto de la Unión Europea.

¿Cómo van a ir las cosas si seguimos perseverando? España va a seguir en crecimiento económico. Insisto, hemos crecido los cuatro últimos trimestres: el tercero y el cuarto del pasado año; el primer y el segundo de este año, vamos a crecer este trimestre y el Gobierno piensa que este año 2014 el crecimiento económico va a ser del 1'3 por 100. Le recuerdo que venimos de un crecimiento económico negativo del -1'2 por 100 en el año 2013 y del 2,1 por 100 en el año 2012, también negativo. El año que viene, la previsión de crecimiento para España, según el Gobierno, que coincide en este caso con muchos prestigiosos analistas nacionales y de fuera, es que el crecimiento económico en España será del 2 por 100.

El sector exterior este año va a continuar en positivo. Tengo que decir que las importaciones están subiendo porque ha mejorado la demanda interna, pero nuestra competitividad nos permite seguir con un sector exterior en positivo.

En el futuro van a ser muy importantes para mantener esta situación el tipo de cambio del euro, el precio del petróleo y la situación en el resto de los países de la Unión Europea. Piensen ustedes que España todavía exporta más de la mitad de sus exportaciones al resto de Europa, aunque esa cifra ya es menor que hace dos o tres años; pero nuestro primer cliente y proveedor es Francia; después, es Alemania y, después, muy igualados, Reino Unido, Italia y Portugal. Por tanto, la situación en esos países nos afecta muy directamente al conjunto de la economía española.

En cuanto al consumo interno, está mejorando y va a continuar así en el futuro; también, los indicadores de confianza del consumidor y ya hemos visto en las últimas fechas algunos datos buenos, incluso, en comercio minorista, automóviles, turismo, etcétera.

En cuanto al futuro, creemos que es muy importante para que se mantenga el consumo la reforma fiscal, que va a dejar en dos años en manos de los contribuyentes nueve mil millones de euros; también el aumento del empleo y, también, aunque en menor medida, la reducción de los tipos de las hipotecas.

En cuanto a la inversión y actividades industriales, hay buenas perspectivas, el coste de financiación va a la baja, seguimos manteniendo la competitividad y hay más demanda porque hay más consumo, lo que hace que España sea un país atractivo para invertir, tanto para inversores nacionales, como para los de fuera. Tengo que decir que la inversión extranjera ha subido este año, en comparación con el pasado, dos puntos del PIB, veinte mil millones de euros. Hablo sólo del sector privado y no me refiero a la compra de deuda pública.

En cuanto al empleo, seguirá mejorando la situación. Cuando nosotros hicimos la previsión de empleo para este año, habíamos dicho que iba a haber una caída del 0'2 por 100 y al final de este año tendremos una subida del 0'7 por 100; y creo que el año que viene también va a ser un año bueno para el empleo.

En suma, la situación sigue siendo complicada. Es evidente que hemos superado los peores momentos, pero este año habrá crecimiento económico, por primera vez en mucho tiempo en España; insisto, por primera vez en mucho tiempo. Hemos vivido la crisis económica más importante de las tres últimas generaciones, hemos estado mucho tiempo perdiendo trabajo, hemos estado mucho tiempo con crecimiento negativo y ahora podemos decir: por primera vez, año 2014 hay crecimiento económico; año 2014, se crea empleo neto; año 2015, habrá más crecimiento económico y más empleo neto.

Pero tenemos que perseverar en las políticas que se han puesto en marcha en estos últimos tiempos. Ha habido que tomar decisiones duras y difíciles, todos somos conscientes de ello. El pueblo español ha estado claramente a la altura de las circunstancias, porque ha comprendido que algunas cosas había que hacerlas, y creo que, a pesar de los pesares, España puede decir hoy que ha enfocado con claridad el camino de la recuperación económica y que ha sabido mantener los pilares fundamentales del Estado de Bienestar.

Muchísimas gracias.