Discurso del presidente del Gobierno en un almuerzo con directivos de las principales marcas automovilísticas con motivo de la inauguración del Salón del Automóvil de Barcelona

Rajoy, en el Salón Internacional del Automóvil de Barcelona

8.5.2015

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Barcelona

Señor presidente de la Generalitat de Catalunya; señores ministros del Interior, e Industria, Energía y Turismo; señor comisario europeo de Energía y Acción sobre el Cambio Climático; señor alcalde de Barcelona; presidente del Salón del Automóvil, Enrique Lacalle; presidente de honor del Salón del Automóvil, don Javier Godó; presidente de la Fira; señoras y señores,

El Salón Internacional del Automóvil de Barcelona es, por derecho propio, uno de los grandes acontecimientos del mundo del motor y un magnífico escaparate internacional para Barcelona y para España. Por eso, es un honor estar hoy presente en esta inauguración y es una suerte aún mayor, toda vez que no es la primera ocasión, como recordaba en su intervención mi amigo Enrique Lacalle, que tengo el placer de acompañarles a todos ustedes.

Me gustaría corresponder a esta cortesía del mejor modo que puedo hacerlo: mostrando el compromiso decidido con un sector vital para Cataluña y el conjunto de España, como es el sector del automóvil.

A nadie se le oculta la identificación de mi país con el mundo del motor. Como ya comenté en anteriores ocasiones, de Vigo a Martorell y de Palencia a Navarra, pasando por Zaragoza, Valencia, Madrid, Valladolid y el resto de ciudades de España que no cito, esta industria se ha extendido por todo nuestro país como una gran red de talento y de empleo.

Al inaugurar un Salón que, con su trayectoria ya casi centenaria, es un legítimo orgullo para todos los barceloneses, quiero reivindicar no solo la importancia económica de esta industria para la economía española, sino también su extraordinariamente positiva repercusión social. No hace falta salir de tierras catalanas para verlo; como un auténtico crisol, Barcelona y su industria se abrieron al talento de personas llegadas de toda España y, a cambio, estas personas enriquecieron el tejido social de una tierra que es modelo de la apertura, la eficiencia y la pluralidad con que se nos identifica a los españoles en todo el mundo.

Señoras y señores,

Un sector tan dinámico y tan internacionalizado como es el del motor también nos recuerda que una sociedad y una economía deben ser abiertas para ser prósperas. España es prueba de ello. Hoy somos el primer productor europeo de vehículos industriales, el primero; el segundo productor de turismos en la Unión Europea y el noveno productor de turismos, como aquí se ha recordado, a nivel mundial.

A la vista de estos datos, es muy fácil colegir el peso específico del automóvil en la economía española, en el PIB, en las exportaciones y en el empleo: 240.000 españoles trabajan en las plantas de fabricación de automóviles y en las de componentes.

Justamente por esto, por ser un baluarte de nuestra actividad económica, el sector automovilístico se ha convertido en un indicador de primer orden de la marcha de nuestra economía. Por fortuna, a este respecto sólo puedo decir que el sector del motor nos revela, hoy por hoy, una reactivación sostenida de todo nuestro sector industrial y, con ello, también del conjunto de la economía nacional.

En este sentido --probablemente, reitere alguno de los datos que aquí ya se han afirmado, pero creo que es importante que todos los tengamos claramente en nuestra cabeza--, hay que destacar que la producción de vehículos en España superó en el primer trimestre de este año las 714.000 unidades, con un incremento del 15'5 por 100 de un año a otro, después de que en 2014 se fabricaran más de 2,4 millones de vehículos. Los tres, sin duda, como decía el señor presidente de ANFAC, están ahí.

Estos datos revelan por sí mismos la alta competitividad de unas plantas españolas que cuentan con todo el apoyo del Gobierno y que han sabido atraer --y esto es muy importante-- inversiones de primera magnitud de sus casas matrices. Y hay que agradecérselo.

Son muchos más, por fortuna, los datos positivos que puedo traer a colación, como las matriculaciones de vehículos industriales, que, efectivamente, con el apoyo del Plan PIMA Transporte, han crecido un 36 por 100; o el mercado de vehículos comerciales, que acumula un crecimiento aún mayor: el 45 por 100 en el primer trimestre y el 70 por 100 en el mes de marzo.

Estos dos ejemplos son muy significativos, puesto que, si unos nos hablan de la recuperación sostenida de la actividad industrial, y esta mañana, por cierto, se ha publicado un dato ciertamente esperanzador, la subida del Índice de Producción Industrial de España en el mes de marzo del 4'8 por 100… Pues bien, insisto, estamos hablando de recuperación industrial, pero también de datos que constatan la reactivación del comercio y del consumo.

Por otra parte, también hay que recordar la buena marcha de nuestras exportaciones, porque en el primer trimestre del año la exportación de vehículos ha crecido el 12'3 por 100, y éste también es un dato muy relevante, porque ha sido el sector exterior el que primero ha ayudado al comienzo de la recuperación económica en nuestro país.

También son de destacar, como recordaba Enrique Lacalle en su intervención, las buenas noticias en materia de matriculaciones totales. Hemos superado, por primera vez en mucho tiempo, las 100.000 unidades mensuales y, además, acumulamos ocho trimestres de crecimiento continuado y con incrementos interanuales tan notables como el del 32 por 100 de los primeros tres meses de este año 2015.

Señoras y señores,

Si les he mencionado antes los beneficios sociales de este sector, hablar, como hacemos hoy, de incrementos tan notables en la venta de coches en España es ir mucho más lejos que la mera cifra positiva. Son buenas noticias, que se trasladan inmediatamente a la creación de empleo de calidad, porque éste es, sin duda, y lo será durante tiempo, el gran objetivo nacional.

En los últimos doce meses, en la industria el número de empleados ha aumentado en 142.500 personas y casi un 10 por 100 de la caída del paro en abril tuvo lugar en el sector industrial. Buenas noticias que se irradian, además, a la generación puntera de I+D+i, en un país, el nuestro, donde contamos, como saben ustedes, con una industria auxiliar de primera categoría.

Por último, buenas noticias que se extienden a otros campos, no tan evidentes a primera vista, como puede ser el deporte. Recordaba en su intervención el señor presidente de la Generalitat que hace apenas un rato, a pocos kilómetros de aquí, daba comienzo la segunda sesión de entrenamientos libres del Gran Premio de España de Fórmula 1, que, sin entrar en detalles, confío que lleve a lo más alto del podio a los mismos en que confían ustedes. Pero lo cierto y lo importante hoy es que por la pista de Montmeló ruedan en estos momentos unos bólidos cuyos avances tecnológicos se trasladarán en poco tiempo a nuestros vehículos comerciales, mejorando la eficiencia energética, el medio ambiente y la seguridad de todos. Ésta es una de las muchas grandezas de la automoción, adelantarse al futuro; cosa, por cierto, muy importante en todas las facetas de la vida.

Señoras y señores,

En el nuevo horizonte de la economía española, que yo creo que va a ser bueno, la industria del automóvil ha tenido mucho que ver, y hoy quería decírselo tal y como lo pienso. Creo que hay que reconocer a la industria del automóvil, porque ustedes, con sus inversiones, nos apoyaron en el peor de los momentos, en el peor, cuando muy pocos apostaban por nosotros. Yo lo viví. Sepan que al convertirnos en el destino de sus inversiones contribuyeron a ofrecer nuestra mejor imagen de país acogedor y de economía competitiva a ojos del mundo. Creo que es un agradecimiento que les puedo hacer llegar en nombre de todos los españoles, porque aquí sí creo que habría unanimidad.

Yo, por mi parte, puedo asegurarles que todos los encuentros y reuniones que he tenido a lo largo de esta Legislatura con representantes del sector automovilístico han sido motivos de satisfacción y de alegría. Y hoy también tengo motivos para estar satisfecho y contento.

Lo ha dicho en su intervención el señor presidente de la Generalitat y podía referirme a todos, pero estamos hoy aquí, en Barcelona, y ha sido hoy cuando el Grupo Volkswagen ha anunciado --estuve con su vicepresidente mundial ayer, en Moncloa-- que se dispone a invertir 4.200 millones de euros en nuestro país, 4.200 millones de euros. Probablemente, la mayor inversión industrial de la historia de España; una inversión que tendrá lugar entre este mismo año y 2019, y que se destinará a equipos e instalaciones, e I+D, en las fábricas de Seat en Martorell, aquí, en Barcelona, y en las de Volkswagen en Navarra.

Este ambicioso proyecto no sólo garantiza el futuro de estas plantas punteras en el mundo, sino que además representa un espaldarazo sin parangón al liderazgo de la industria auxiliar española, donde esta inversión va a tener un impacto sobresaliente en términos de actividad y empleo.

En unos momentos en los que algunas buenas noticias ya empieza a haber, pero hemos vivido etapas de malas noticias, esto creo que es para felicitarse y debemos tomárnoslo como un voto de confianza, y sobre todo de futuro, a nuestro país.

A este compromiso el Gobierno responde como hay que responder, con hechos y con respaldo decidido, y una política económica orientada a estimular el fortalecimiento y el desarrollo de un sector clave para nuestro país.

Los siete planes PIVE de renovación de vehículos puestos en marcha desde 2012 hasta la fecha han permitido apoyar la adquisición de novecientos mil vehículos. Y, cuando las políticas funcionan, hay que seguir apostando por ellas y, por eso, el próximo viernes aprobaremos en Consejo de Ministros el octavo Plan PIVE.

Señoras y señores,

La apuesta del Gobierno se extiende, como no podía ser menos, a toda la industria española, llamada a convertirse en los próximos años en uno de los principales motores de nuestra economía, como aquí se ha reiterado.

Fomentar la competitividad del tejido industrial, como aquí se nos ha pedido, para que la industria gane peso en la economía nacional: he aquí el objetivo del Gobierno, que se articula a través de una política industrial activa y participativa, escuchando a todos los actores de la política industrial: empresas, sectores y agentes sociales.

El pasado verano, el Consejo de Ministros aprobó la Agenda para el fortalecimiento del sector industrial en España, compartida con los distintos organismos implicados, tanto públicos, como privados; una Agenda que mejorará las condiciones en las que se desarrolla la actividad industrial en España y contribuirá a que la industria crezca, a que sea competitiva y a que aumente su peso, porque efectivamente es necesario, en el conjunto del PIB.

Y voy terminando.

España da pasos de gigante hacia el futuro y, si tuviera que resumir en una sola frase lo que nos dice esta pléyade de noticias positivas, sólo podría decir que la economía española está empezando a decir adiós a la crisis y ha abierto ya de par en par la puerta de la recuperación.

No es algo que diga yo como presidente del Gobierno, ni es puro voluntarismo. Si el Gobierno prevé un crecimiento económico del 2'9 por 100 para este año, la Comisión Europea en estos últimos días ha publicado sus pronósticos de crecimiento y, con un 2'8 por 100, España va a ser, con gran diferencia, la economía que más crezca de las grandes economías europeas. ¡Quién lo iba a decir hace dos años y medio!

Son datos que nos llenan de esperanza y que vienen a confirmar que el camino de las reformas, que se nos ha demandado hoy aquí que continuemos, y ya anuncio que sí, porque lo que funciona hay que mantenerlo, ese camino está teniendo resultados.

Los datos de crecimiento están ahí y los datos de creación de empleo están ahí; son absolutamente insuficientes. El año pasado, 2014, se crearon 440.000 puestos de trabajo y este año se van a crear 600.000 --es la previsión del Gobierno, lo que hemos acordado en el Consejo de Ministros que celebramos el pasado 30 de abril y remitimos, como previsión nuestra, a la Comisión Europea-- y yo tengo la convicción de que podremos llegar a conseguir que en España haya veinte millones de personas trabajando al final de la próxima Legislatura. Se necesitaría que cada año de esos cuatro se crearan quinientos mil puestos de trabajo en nuestro país. Este año serán seiscientos mil.

El objetivo es ambicioso, pero es ambicioso sólo en la medida en que es plenamente realista. Y gracias a los esfuerzos y a la entereza de la sociedad española, creo que hemos dado con la tecla de la recuperación y ahora lo que queda es seguir pulsándola.

Si somos capaces de perseverar en las reformas, si apuntalamos sin distracciones nuestra política económica y si avanzamos hacia el futuro por la senda del crecimiento y de la estabilidad, yo soy un convencido de que las cosas cambiarán, y para muy bien, en nuestro país.

Y ustedes, señores representantes del sector del automóvil, que entendieron antes que nadie que España era mucho más que la peor crisis de su historia, van a comprender dentro de poco que España también es mucho más que la mejor de sus recuperaciones. Aquí estamos para ayudarles. A su disposición.

Muchas gracias.