Balance del semestre del presidente del Gobierno, tras el Consejo de Ministros

Intervención del presidente del Gobierno Mariano Rajoy

28.7.2017

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Presidente.- Señoras y señores, muy buenos días.

Antes que nada, quisiera comenzar mi intervención con un recuerdo a las personas que han resultado heridas esta mañana en el accidente de Rodalies, en Barcelona. Les deseamos todos una pronta recuperación.

Como saben, he hablado con el presidente de la Generalitat, el señor Puigdemont; me he puesto a su disposición. El ministro de Fomento está allí y lo que hemos manifestado es que nuestra colaboración, como no podía ser de otra manera, con las autoridades será leal y plena, con el objetivo de que a la mayor celeridad posible se recupere la normalidad.

Como todos ustedes saben, y como es habitual, después del último Consejo de Ministros siempre comparezco para hacer un balance de la temporada. Antes, sin embargo, permítanme informarles de que el Gabinete, después de haber oído el informe favorable del Consejo de Estado, me ha autorizado a presentar recurso de inconstitucionalidad contra la reforma del Reglamento aprobada ayer por el Parlamento de Cataluña.

Como saben, la única intención de esa reforma es aprobar por trámite de urgencia, y sin las más elementales garantías democráticas, las leyes con las que se pretende liquidar la soberanía nacional, la Constitución Española y el propio Estatuto de Autonomía. Para ello, como señala en su informe el Consejo de Estado, se puede estar vulnerando el derecho de participación política de la minoría parlamentaria en las condiciones de igualdad que garantiza nuestro ordenamiento jurídico.

Al presentar este recurso, el Gobierno cumple su obligación de velar por la legalidad; pero también está defendiendo a las instituciones autonómicas catalanas y a sus funcionarios, que no pueden ser utilizados al servicio de una actuación abiertamente contraria a Derecho.

Ayer mismo la patronal catalana, Fomento del Trabajo, pidió al Gobierno de esa Comunidad que renuncie a sus planes rupturistas. Incluso, el letrado mayor del Parlamento de Cataluña se ha expresado recientemente con claridad contra el proceso. Hechos como estos demuestran que el conjunto de la sociedad catalana es muy plural y de talante muy moderado.

Esta sociedad catalana necesita también que se les proteja de un proyecto radical y divisivo que se intenta imponer a las bravas. No habrá ningún referéndum el 1 de octubre y no lo habrá porque el Tribunal Constitucional ha dicho claramente que es inconstitucional y, por tanto, ilegal. No habrá un referéndum de autodeterminación porque esa pretensión también va directamente en contra de la propia arquitectura institucional que ha dado a Cataluña el mayor nivel de autogobierno de toda su historia.

El Gobierno de España mantiene la determinación de defender la Ley con la serenidad y con la mesura que le brindan los instrumentos de nuestro Estado de Derecho. Como saben, yo siempre he estado dispuesto a dialogar sobre la mejor manera de colaborar con las instituciones de Cataluña en beneficio de todos. Siempre he mostrado esa disposición y la mantengo hoy; pero nadie puede pretender que negocie la ruptura de una Constitución que no es patrimonio mío, ni del Gobierno, ni siquiera del Parlamento, sino que lo es del conjunto de todos los españoles.

Señoras y señores,

Por lo que se refiere al balance de esta primera mitad de año, el hecho que, a mi juicio, mejor resume este período es la mejora constante de las previsiones.

España crece y mejora día a día ante los ojos de todo el mundo, y también ante los ojos de los propios españoles. No estoy hablando únicamente de las previsiones económicas; también el clima político en España y en el conjunto de Europa, así como la propia imagen institucional de nuestro país, son hoy mejores de lo que lo eran hace unos meses y presentan una clara tendencia a seguir fortaleciéndose en el futuro.

¿Quiere esto decir que no tengamos problemas ante nosotros? En absoluto. Tenemos problemas y, como acabo de señalar, algunos son muy serios; pero no es menos cierto que estamos en condiciones de afrontarlos con un país mucho más fuerte y más recuperado en todos los aspectos.

A continuación, intentaré desgranar brevemente los elementos que me permiten establecer este diagnóstico y me refiero, en primer lugar, a la economía.

"España se encuentra en el cuarto año de una expansión económica y una creación de empleo magníficos. El PIB ha superado el nivel pre-crisis en este segundo trimestre del año 2017 y registra un crecimiento muy superior a la media de la zona euro. Gracias a las reformas, la economía se ha vuelto más competitiva, flexible y resistente. Un sector servicios dinámico, cada vez más orientado a las exportaciones, ha reemplazado al sector de la construcción, lo que, junto a la recuperación de la industria, está contribuyendo a mantener una mejora sostenida del saldo por cuenta corriente. Se prevé que el PIB crezca el 3,1 por 100 este año o, incluso, por encima de esa cifra, ya que el impulso de las reformas llevadas a cabo puede ser mayor de lo inicialmente estimado". Estas palabras no son mías; son las que escogió el Fondo Monetario Internacional para definir la situación de la economía española hace solo unos días y su diagnóstico es inequívoco.

Yo me referiré únicamente a tres elementos en concreto: crecimiento, empleo y sector exterior.

Efectivamente, España se encuentra en el cuarto año de crecimiento y en el tercero en el que crecerá, al menos, el 3 por 100 anual. Los datos del PIB del segundo trimestre que acabamos de conocer hoy indican un crecimiento del 0,9 por 100 respecto al primer trimestre y del 3,1 por 100 respecto al mismo trimestre del año 2016. Con estas espléndidas cifras, es más que probable que en el conjunto del año crezcamos, al menos, al 3 por 100, que es la previsión, como conocen, que actualmente mantiene el Gobierno. Les recuerdo que a finales del año pasado 2016, cuando comparecí aquí, ante ustedes, estas previsiones eran de un crecimiento del entorno del 2,5 por 100.

Seguimos creciendo a la cabeza de Europa, muy por encima de la media de la zona euro. Hoy he dicho que hemos sabido que España ha crecido el 0,9 por 100 en el segundo trimestre y hay otros países que también han avanzado sus datos: Francia, 0,5 por 100 y Reino Unido, 0,3 por 100. Crecemos, por tanto, por encima de la media de la zona euro, pero también por delante de Canadá, Japón o Estados Unidos. Según las previsiones del Fondo Monetario, somos, un año más, el país con mayor crecimiento económico entre los más desarrollados del mundo.

Además, hoy, tras conocer las cifras de crecimiento del segundo trimestre, ya podemos afirmar que hemos recuperado el nivel de riqueza que teníamos antes de la crisis. Se trata de uno de los objetivos para este año que señalé en mi comparecencia del pasado mes de diciembre.

Este crecimiento económico --y esto es lo más importante-- se está traduciendo en una intensa creación de empleo, también en este año 2017. La reducción del desempleo que muestra la EPA del segundo trimestre que conocimos ayer es, lisa y llanamente, la mayor de la historia; la mayor desde que se creó la EPA. 340.000 desempleados menos, a razón de 3.785 cada día del trimestre. Si miramos las cifras en términos anuales, el descenso del desempleo ha sido de más de 660.000 personas.

Y también en creación de empleo estamos avanzando de manera intensa: en el segundo trimestre de este año se crearon 375.000 empleos, más de 4.000 al día. Desde el peor momento de la crisis se han creado ya casi 1.900.000 empleos. Estamos muy cerca de alcanzar los diecinueve millones de personas ocupadas y el objetivo que nos habíamos marcado para esta Legislatura, que hubiera veinte millones de españoles trabajando, se puede conseguir incluso antes del año 2020. Como les he dicho, el reto es seguir mejorando las expectativas.

Hay algunos datos cualitativos importantes y, porque lo son, voy a hacer referencia a ellos.

El desempleo juvenil, todavía muy elevado, continúa descendiendo: desde junio del año pasado hay cien mil jóvenes menos desempleados y la tasa de paro juvenil ha caído por debajo del 40 por 100, lo que no ocurría desde el año 2009. Desde los máximos que llegó a marcar la tasa de paro juvenil ha caído diecisiete puntos porcentuales. Hay que decir que esta reacción se está produciendo gracias a que el empleo juvenil está creciendo al 12 por 100, más de cuatro veces por encima de la media.

El paro de larga duración también se reduce con fuerza: en el último año, dos terceras partes de la reducción del desempleo corresponde a personas en paro que perdieron su empleo hace más de un año. Y lo mismo podríamos decir de los hogares con todos sus miembros en paro.

Todo esto son datos de la Encuesta de Población Activa. Si vemos los últimos que hemos conocido de la Seguridad Social, hay algo que también nos anima y nos estimula para seguir trabajando intensamente en el futuro: en el primer semestre de este año se ha creado un 30 por 100 más de empleo que en el mismo período de 2016, que, como saben, fue un buen año para el empleo.

El sector exterior también está sorprendiendo en este año 2017 por su dinamismo; se apoya en la mayor competitividad de nuestras exportaciones. Acumulamos cinco años de saldo exterior positivo, algo que no se había producido en nuestra histórica económica nunca. Pero, además, en mayo las exportaciones crecieron un 15 por 100 anual y entre enero y mayo de 2017 las exportaciones avanzan un 11 por 100 frente al mismo período del año 2016, alcanzando una cifra récord, un auténtico récord histórico. Hoy las exportaciones de bienes y servicios representan un 33 por 100 del PIB y en un par de años, si se hacen las cosas bien, podrían alcanzar el 35 por 100. Y entre las grandes economías desarrolladas, España es la que más exporta, con la única excepción de Alemania.

Pues bien, estos tres elementos (crecimiento, empleo y competitividad) son los que certifican la salud de nuestra recuperación económica; pero hay otros datos también positivos que nos deben animar a continuar trabajando intensamente de cara al futuro: la prima de riesgo está hoy por debajo de los 100 puntos básicos --recordarán que en el año 2012 estaba en 639 puntos básicos--; la confianza de los agentes económicos y sociales está en máximos en mucho tiempo; crecen el consumo privado y la inversión en maquinaria y equipo; el sector industrial -es muy importante-- muestra gran dinamismo, con un crecimiento en mayo cercano al 8 por 100, y la construcción se está recuperando de manera intensa y solamente dos datos: los visados de obra nueva crecieron a un ritmo del 20 por 100 el pasado mes de abril y la compraventa de viviendas, un 23 por 100 en el mes de mayo.

La actividad del sector servicios también tiene en mayo un ritmo de crecimiento cercano al 8 por 100. Y son muy fuertes las entradas de turistas: hasta mayo, llegaron veintiocho millones de turistas extranjeros, un 6,5 por 100 más que el año pasado, que gastaron un 15 por 100 más que en el mismo período que del año pasado.

Todo esto demuestra que España hoy es una economía más competitiva, que está creciendo, que está creando empleo por encima de las previsiones, porque produce, porque exporta y porque vuelve a consumir sin endeudarse en el exterior.

Pues bien, señoras y señores, a modo de resumen, estas cifras, que pueden ser un poco engorrosas, son muy importantes. Lo son porque muestran el enorme logro de la sociedad española al haber podido revertir una situación dramática en muy poco tiempo; lo son también porque definen un marco de confianza para los españoles y para los inversores extranjeros, y lo son, sobre todo, porque constituyen una garantía de que se pueden cumplir nuestras previsiones. Pero todo ello, como ya les he dicho en alguna ocasión, solo será posible si mantenemos lo que ha constituido el eje de la política económica de los últimos años: el compromiso con la consolidación fiscal y con las reformas estructurales en la línea con lo hecho hasta ahora. Y ello hay que hacerlo, además, en el actual entorno institucional que exige llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas.

En lo que va de legislatura, España, como país, ha dado muestra de responsabilidad y de compromiso con la estabilidad, lo cual ha sido muy bien valorado desde fuera de nuestras fronteras. Y ello es particularmente cierto en relación con la estabilidad presupuestaria que, como les dije antes, continúa siendo un compromiso ineludible.

Hemos establecido unos objetivos fiscales consistentes en nuestros compromisos con la Unión; en particular, con un déficit del 3,1 por 100 en 2017 y del 2,2 por 100 en 2018. España estará en condiciones de abandonar el procedimiento de déficit excesivo en 2018. La estrategia presupuestaria que, junto con otras fuerzas políticas que han colaborado lealmente, el Gobierno ha podido poner en marcha en la primera parte del año y la aprobación de los Presupuestos para 2017 permiten que el objetivo de déficit pueda alcanzarse.

Ahora estamos trabajando en los Presupuestos de 2018, que esperamos sacar adelante a través del diálogo con otros grupos políticos, porque son claves para que España salga del procedimiento de déficit excesivo y para que asegure el camino hacia la recuperación de todo el empleo que en su día se perdió.

Dicho esto, quisiera también decir que todos estos avances en lo estrictamente económico no significarían nada si no se trasladaran de manera inmediata a la vida de nuestros conciudadanos. La forma más rápida y la más eficaz de reducir las desigualdades sociales es mediante la creación de empleo, porque el paro es la razón más profunda de las diferencias sociales.

Es importante recordar que cada mes, en España, más de catorce millones de personas reciben algún tipo de prestación, subvención o ayuda pública. Por lo tanto, es la creación de empleo lo que determina la posibilidad de mantener y de mejorar nuestro sistema de protección social, la sostenibilidad del sistema público de pensiones, las prestaciones por desempleo, los beneficiarios por dependencia y, como es lógico, nuestro sistema de sanidad pública y educación para todos.

Señoras y señores,

Los Presupuestos marcan también el nivel de estabilidad política en esta Legislatura. En pura teoría política, la estabilidad de un Gobierno depende de los Presupuestos y hemos acreditado, en una situación parlamentaria sin precedentes en nuestra historia moderna, la capacidad de llegar a acuerdos con distintos grupos para sacar adelante las cuentas del Estado. Esto, insisto, es capital para que continúen la recuperación económica, la creación de empleo y la mejora del bienestar y riqueza de la gente. Es la auténtica referencia de la estabilidad del Gobierno: la capacidad para sacar adelante los Presupuestos; pero, si esto no fuera suficiente, también les recuerdo que en estos meses el Gobierno ha superado con absoluta tranquilidad una moción de censura, una sesión parlamentaria que solo ha servido para demostrar que no existe una mayoría alternativa a la que ahora hay en la Cámara.

Estamos demostrando también que es posible gobernar en circunstancias poco habituales, como las que vivimos en esta Legislatura. En estos meses se han aprobado iniciativas gubernamentales de tanta importancia como las siguientes: el plan extraordinario de inversión en carreteras, por valor de cinco mil millones de euros, que se llevará a cabo a través de la colaboración público-privada; dos subastas de energías renovables, por un total de 8.000 megavatios, con los que cumpliremos los compromisos adquiridos en el marco de la Unión Europea para el año 2020; la elaboración del Estatuto de las Víctimas del Delito o el Plan de Convivencia Escolar.

En estos nueve meses, el Gobierno ha remitido a la Cámara dos acuerdos de objetivos y límites de gasto, que ha sido aprobados; siete Proyectos de Ley; diecinueve Reales Decretos Leyes, de los que dieciocho han sido convalidados y solo uno derogado en primera votación y aprobado en segunda. Asimismo, se han aprobado 48 acuerdos internacionales, algunos tan relevantes como el Acuerdo de Libre Comercio con Canadá

Entre estas iniciativas del Gobierno y otras de la oposición que han contado con el apoyo del Partido Popular, figuran asuntos tan relevantes como el Acuerdo parlamentario para un Pacto de Estado contra la violencia de género, que se ratifica hoy en el Parlamento y que queremos extender a Comunidades Autónomas y agentes sociales. Quiero agradecer la disposición de todos los grupos políticos a la hora de acordar los términos de este Pacto que les ofrecí en la sesión de investidura.

Además de las medidas planteadas y de las cantidades económicas comprometidas, este Acuerdo supone también un mensaje y un compromiso de todos hacia las mujeres que hoy pueden estar sufriendo una situación de maltrato. Es una forma de decirles que no están solas, que nos seguimos preocupando por ellas y que pueden y deben romper esta situación, con la seguridad y con la certeza de que la sociedad española, las acompaña, las respalda y las ayuda.

Este es el último acuerdo que se ha alcanzado, pero les recuerdo muchos otros como la Ley de Contratos del Sector Público; la Ley del Régimen Económico y Fiscal de Canarias; medidas de impulso del Sistema Nacional de Garantía Juvenil; el Real Decreto Ley de protección de consumidores en materia de cláusulas suelo; el cumplimiento de las sentencias del Tribunal de Justicia Europea sobre la estiba y el canon digital; la Ley de Autónomos, muy importante; o el acuerdo sobre el bono social de electricidad, o el Salario Mínimo Interprofesional

Estos hechos ponen de manifiesto que la capacidad de diálogo y acuerdo se ha impuesto a la compleja situación de bloqueo que podría existir en el Parlamento. Estamos cumpliendo con el compromiso que nos fijamos en la sesión de investidura: una disposición abierta al diálogo y una sincera voluntad de entendimiento.

Desde aquí, quiero reconocer la actitud de colaboración de aquellos grupos políticos sin cuyo concurso nada de esto sería posible. Me refiero especialmente a Ciudadanos, al Partido Nacionalista Vasco, a Coalición Canaria y a Nueva Canarias. Con ellos, y con nuestros coaligados de Unión del Pueblo Navarro, Foro Asturias y Partido Aragonés, entre todos, estamos demostrando que la política más útil es aquella capaz de buscar el interés común por encima de tacticismos rancios y de vuelo corto.

La capacidad de pactar y de colaborar en beneficio de los ciudadanos es el mejor ejemplo de liderazgo en un momento de fragmentación política como el actual. Pretender encastillarse en el bloqueo permanente, en los prejuicios sectarios o en la política de escaparate no conduce más que a la exclusión en una etapa en la que nadie debería quedar al margen de la recuperación de España.

Señoras y señores,

Este compromiso de diálogo se ha extendido también al ámbito territorial. Hemos puesto en marcha buena parte de los acuerdos alcanzados en la Conferencia de Presidentes celebrada en enero pasado, entre ellos, la rendición de cuentas. Así, seis meses después de la reunión, el pasado 17 de julio tuvo lugar el Comité de Seguimiento, del que se concluyó un alto grado de cumplimiento de acuerdos. El grupo de expertos para estudiar la reforma de la financiación autonómica ha hecho entrega esta semana de sus propuestas, también está en marcha el grupo de estudio de la sostenibilidad del sistema de dependencia y también se han constituido el Consejo Nacional de Protección Civil y el grupo de trabajo para el estudio de la tarjeta social.

En el plazo de seis meses se han celebrado dos sesiones de la Conferencia para Asuntos relacionados con la Unión Europea; una de ellas, monográfica sobre el "Brexit", que ha tenido una excelente acogida por parte de las Comunidades Autónomas. Y también se ha reunido el Consejo para la Unidad de Mercado.

Los acuerdos en materia de empleo, tanto en políticas activas, como en empleo público, se están cumpliendo con resultados cuantificables y con el compromiso de rearmar los esfuerzos para acelerar los resultados.

Señoras y señores,

En otro orden de cosas, les decía al comienzo de mi intervención que también en el plano europeo las cosas han mejorado notablemente en los últimos meses. Los populismos europeos han retrocedido claramente en las últimas citas electorales y la victoria de Macron en Francia ha supuesto un nuevo impulso al proyecto europeo.

Por otra parte, Europa está dando muestras de cohesión y responsabilidad al mantener una Unión sin fisuras en las negociaciones con el Reino Unido sobre el "Brexit". España está satisfecha de la manera en que se han recogido sus prioridades en dichas negociaciones y mantiene su confianza y su apoyo en la labor que viene realizando el señor Barnier. Asimismo, estamos contribuyendo con nuestras aportaciones al debate sobre el futuro de Europa después del "Brexit". La defensa, la lucha contra el terrorismo yihadista, la gestión de los flujos de inmigración y una mayor integración económica y cohesión social deben ser los ejes sobre los que se diseñe el futuro de la Unión. Esa debe ser la senda que nos lleve a recuperar la confianza de los europeos en sus instituciones y su futuro.

De todo ello he podido conversar con mis colegas europeos en las numerosas cumbres y reuniones que se han celebrado en la primera mitad de este año: tres Consejos Europeos en marzo, abril y junio; dos Cumbres informales en Malta y Roma, en febrero y marzo; otras dos Cumbres de los países del Sur de Europa, y en una de ellas, como saben, fuimos anfitriones aquí, en Madrid; y la Cumbre cuatripartita de Versalles con Alemania, Francia e Italia. Esa Cumbre cuatripartita con Alemania, Francia e Italia volverá a reunirse el próximo día 28 de agosto en Francia.

Asimismo, hemos celebrado hemos celebrado Reuniones bilaterales de Alto Nivel con los Gobiernos de Francia, Portugal y Polonia, y hemos participado activamente en los debates del G-20 celebrado recientemente en Hamburgo, prestando especial atención a los dos fenómenos de terrorismo y de inmigración; cambio climático y comercio, fundamental para continuar con la recuperación económica.

Me gustaría hacer una breve referencia también a la atención que hemos prestado a nuestros hermanos de Latinoamérica, no solo por la visita que realicé el pasado mes de abril a Brasil y a Uruguay, sino también por haber recibido en España a los presidentes de Ecuador, Argentina, Perú y Costa Rica. España, como saben, está liderando en Europa los esfuerzos para cerrar lo antes posible un Tratado de Libre Comercio con MERCOSUR.

No quisiera terminar esta parte de mi intervención referida a Latinoamérica sin hacer unos breves comentarios sobre lo que está sucediendo en Venezuela.

El Gobierno manifiesta su profunda preocupación por la situación en Venezuela que ha alcanzado un punto crítico: tres meses de protestas, más de cien muertos, cientos de heridos, miles de detenidos, violenta represión, violación de los derechos humanos y detenidos llevados ante tribunales militares.

Este domingo el Gobierno ha convocado elecciones a una Asamblea Constituyente que es rechazada por la mayoría de la población. Es una convocatoria que se ha hecho sin partir de un amplio consenso previo y que no respeta criterios democráticos esenciales. El Gobierno español, al igual que todos los Estados miembros de la Unión Europea, los países de la región y numerosas organizaciones internacionales y regionales, pide al Gobierno de Venezuela que reconsidere esta situación.

España ha estado y estará siempre a la vanguardia de la defensa de la democracia y de los derechos humanos en Venezuela. Lo hemos demostrado con nuestro apoyo a un diálogo urgente, sincero y efectivo que condujese a un amplio acuerdo respetuoso de la legalidad; también lo hemos demostrado liderando en el seno de la Unión Europea una respuesta firme ante el deterioro progresivo de la situación en ese país en el que viven seiscientos mil ciudadanos europeos, entre ellos cerca de doscientos mil españoles, respuesta esta que se concretó en las Conclusiones aprobadas el 15 de mayo y en la Declaración de la Unión Europea del miércoles pasado.

Seguiremos de cerca, junto a nuestros socios europeos, el desarrollo de la situación, sin descartar la adopción de medidas adicionales si pueden ser efectivas.

España defiende una solución democrática, pacífica y negociada a la crisis venezolana, y la misma debe pasar, ineludiblemente, por el fin de la violencia y el respeto al derecho de manifestación pacífica; el respeto por la separación de poderes; la legitimidad de la Asamblea Nacional elegida democráticamente; la independencia de la Fiscalía General; la plena liberación de los más de cuatrocientos presos políticos que hay en Venezuela; la adopción de medidas humanitarias urgentes para hacer llegar ayuda a la población más necesitada, y la celebración de elecciones libres, democráticas y transparentes, respetuosas del principio de igualdad de voto y sufragio universal, que devuelvan la palabra al pueblo venezolano.

Por último, y en el plano internacional, me gustaría destacar la visita a España --algo que no se producía desde tiempo inmemorial-- del primer ministro de la India, el señor Modi, y la participación de nuestro país en la Cumbre de la nueva Ruta de la Seda, que promueve el Gobierno chino.

En definitiva, también en el plano internacional hemos recuperado el tiempo perdido por el año de bloqueo político que vivimos en 2016 y he de decir que en todos los foros internacionales en los que he podido participar he constatado el interés y el reconocimiento por la tarea que ha hecho nuestro país, y el ejemplo de superación de la sociedad española.

Ya voy terminando.

Hace solo una semana conocimos los últimos datos sobre la reputación internacional de España entre un grupo de 55 países: el nuestro conseguía el puesto número trece del ranking, lo que supone la cota más alta de su serie histórica. Ello va unido, indudablemente, a la manera en que estamos superando la crisis económica y sus efectos, pero también a valores que forman parte de la imagen de nuestro país: me refiero a la tolerancia de nuestra sociedad, a su capacidad integradora, a la seguridad o a nuestro sistema de protección social.

No existen razones, nunca y tampoco ahora, para la autocomplacencia ni para el chauvinismo, porque siempre quedará mucho trabajo por hacer y muchas cosas por mejorar. Pero sí tenemos razones poderosas para disfrutar de una sana y amable satisfacción por formar parte de este país, España, de su admirable historia, de sus instituciones, de su hospitalidad y de su capacidad de superación.

Yo me siento satisfecho de lo que estamos logrando entre todos, aunque continuaré trabajando para seguir estando satisfecho. Agradezco sinceramente la colaboración que estoy encontrando y les garantizo que seguiremos dando la batalla para poder decir también el año que viene que mejoramos las expectativas.

Muchas gracias. Estoy a su disposición.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)