Réplicas a los diputados del Parlamento Europeo

Primera réplica del presidente del Gobierno a las intervenciones de los presidentes de los grupos

16.1.2019

  • x: abre ventana nueva
  • Whatsapp: abre ventana nueva
  • Linkedin: abre ventana nueva
  • Enviar por correo: abre ventana nueva

Estrasburgo

Presidente.- Muchas gracias presidente. Gracias a todos y a todas los intervinientes. Y, gracias, además, por el tono del debate que se ha ido animando, conforme se ha ido suscitándose y desarrollándose cada una de las intervenciones.

Si me van a permitir los portavoces de los distintos Grupos, que lo que haga sea responderles en su conjunto, y no personalmente, porque creo que así extenderíamos en demasía la intervención, a sus cuestiones.

Bien, la idea central de la intervención, lógicamente es la de que hay que proteger a Europa, para que Europa nos proteja. Y ese eso es evidente que ha sobrevolado en muchas de las intervenciones, al menos, de los principales grupos parlamentarios.

Todos estamos de acuerdo en que tenemos que fortalecer Europa, por encima de cuales sean las discrepancias ideológicas que tenemos. La cuestión es ¿en qué sentido? ¿En qué orientación? Y me quiero referir, en primer lugar a la migración.

Yo al señor Weber le diría que está bien, que, en fin, que traslade la visión del Partido Popular a España, pero sería bueno que también subiera y contrastara esas informaciones, porque la migración no llegó con el Gobierno socialista el pasado mes de junio. Para que se haga una idea, en 2017, el aumento de los flujos migratorios en España fue de un 137%, de un 137%. Por tanto, lo que llegó con el Gobierno de España no fue la migración, fue la política migratoria, que no había hasta entonces. Que no había hasta entonces.

Lo que sí que le diré, y lo que le dirá también al resto de colegas es que nosotros siempre hemos sabido, y por eso también tomamos la decisión de acoger el 'Aquarius', de ofrecer como puerto seguro, Valencia; siempre hemos sabido que el desafío de la migración exige a todos los países, a todos los Estados miembros, que tengamos una posición compartida. Una posición como basada en dos ejes fundamentales. El primero, la responsabilidad, y, el segundo, la solidaridad.

Desde luego, nosotros, y el Gobierno de España defiende una política exterior como la que ha planteado el vicepresidente de la Comisión Europea. Defiende que tenemos que volcar recursos económicos para el desarrollo y para el impulso de África. Defiende la cooperación bilateral con muchos de los países de tránsito y de origen de la migración.

Nosotros hemos reforzado en siete meses el diálogo bilateral con Marruecos, con Mauritania, con todos los países del Sahel, no solamente por interés de España, sino por interés del conjunto de la Unión Europea.

Para que se hagan una idea, España, desde hace muchos años, tiene políticas de retorno, con Marruecos, con Mauritania y con otros tantos países del África el Sahel. De hecho, hace muy pocos días estuve en Mali, donde impulsamos, reabrir, de alguna manera, una política de retorno voluntario, por parte de los nacionales de Mali, que están ahora mismo viviendo en España. Por tanto, las políticas de retorno las estamos impulsando desde el Gobierno de España.

Estamos, también, fortaleciendo nuestras políticas de fronteras. Y, sin duda alguna, lo que estamos haciendo, también, es reforzar las políticas de integración, porque creemos que es importante, el reforzar esas políticas de migración de todos aquellos migrantes que están en nuestro continente.

Y, sin duda alguna, yo lo que les quiero trasladar en este asunto, es que estamos, por supuesto, en favor, el Gobierno de España, el que se reforme el Sistema Europeo Común de Asilo, y que no se ponga en duda, Shengen, que, por cierto, y me ha preocupado que no lo hagan partidos minoritarios, señores y señoras diputados. Lo han hecho partidos que forman parte de grandes partidos en el Parlamento Europeo, como es el Partido Popular. Y creo que en eso no podemos dar ningún retroceso.

Por eso, a mí me preocupa, hablando y haciendo referencia simplemente a la ultraderecha, lo que me preocupa no es tanto la presencia de la ultraderecha, señoras y señores diputados. Lo que me preocupa es cómo sutilmente la ultraderecha está utilizando el discurso y la agenda política de partidos que otrora eran europeos y que querían la del fortalecimiento del proyecto europeo.

Este Gobierno, y, además, le reconozco su brillantez oratoria, señor Verhofstadt Este Gobierno apoya, sin duda alguna, que se apruebe el marco financiero plurianual. Lo hemos hecho, además, en el Consejo Europeo. Hemos defendido, y he defendido, en particular, y no solamente yo, también el Gobierno anterior, con el presidente Rajoy a la cabeza, que se tenía que aprobar el marco financiero plurianual antes de las elecciones. Porque consideramos que es fundamental para políticas esenciales en España, como es la Política Agraria, como es la Política de Cohesión, pero también políticas importantes, como la Política de Migración o las políticas vinculadas con la ciencia y con la innovación.

Por cierto, señor Weber no se preocupe porque nosotros vamos a aprobar los Presupuestos Generales del Estado, probablemente, en el mes de abril. La anterior Administración, con el señor Rajoy al frente, presentó los Presupuestos en el Congreso de los Diputados en el mes de abril. Por tanto, lo que le quiero decir con esto, no es que vayamos en tiempo y forma, sino que vamos a anticiparnos a lo que propuso la anterior Administración como oferta presupuestaria al conjunto de la Cámara.

Y yo creo que lo vamos a sacar, porque creo que son unos buenos Presupuestos, no solamente en el ámbito social, con un aumento considerable de las partidas vinculadas con la redistribución, sino que también plantea fórmulas innovadoras, desde el punto de vista de la justicia fiscal, como pueda ser la imposición a las grandes corporaciones tecnológicas, como pueda ser la creación de un impuesto de transacciones financieras, que son, sin duda alguna, algunas de las medidas que ustedes han propuesto aquí, en esta Cámara, y que nosotros estamos también liderando a nivel de España.

Pero permítame, permítame también hablar por un instante de Cataluña, porque así lo ha hecho la portavoz, la señora Keller. Mire, en Cataluña, desde el año 2014, desde el año 2014 ha habido cinco votaciones; cinco votaciones en torno a tres procesos electorales: autonómico y luego dos referéndums contraviniendo la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Cataluña.

Bien. ¿Cuál ha sido el resulto de esos referéndums y de esas votaciones, también en el marco estatutario español? Como mucho, un 48% de la sociedad catalana ha apoyado formaciones pro independentistas; y el 52% no ha apoyado formaciones pro independentistas.

Por tanto, primera conclusión: el independentismo en Cataluña no tiene mayoría social. Tiene una mayoría parlamentaria, producto y derivado de la Ley Electoral, pero no tiene una mayoría social. Insisto, el 52% de la sociedad en Cataluña no apoya la independencia. No apoya la independencia.

Bien, por tanto, el independentismo lo que tiene que reconocer es que no hay una mayoría social en Cataluña, y, por lo tanto, no puede apoyar, no puede imponer un proyecto político a una mayoría que le está diciendo en reiteradas ocasiones, desde el año 2014, que no hay, que no comparte esa derivada independentista. En primer lugar.

En segundo lugar. Es evidente que en Europa, no solamente en Cataluña, si nos vamos, por ejemplo, a Alemania, en Baviera; o si nos vamos por ejemplo, a Italia, en el Véneto; o si nos vamos, por ejemplo, a Francia, en Córcega, hay tensiones territoriales. Hay movimientos de fragmentación territorial, de descomposición de lo que otrora eran las naciones estado.

¿Cuál es la diferencia entre lo que ha pasado en Cataluña y lo que ha pasado en el Véneto, por poner un caso, o por ejemplo en Baviera, cuando se ha defendido por parte de distintas formaciones políticas la independencia de Baviera de Alemania o la independencia del Véneto de Italia? Que cuando se ha pronunciado al Tribunal Supremos en el Véneto, mejor dicho, en Italia, con el 'caso Véneto', o, en Alemania, con el 'caso de Baviera', esas fuerzas independentistas lo que han dicho es, acatamos esas sentencias.

En España, no ha ocurrido. En España, pese a reiteradas sentencias del Tribunal Constitucional, lo que han hecho las formaciones pro independentistas es quebrar unilateralmente el Estatuto de Autonomía, es decir, la constitución regional en Cataluña, y la Constitución Española.

Por tanto, por tanto, el problema es que, de alguna manera, no se ha cumplido, o no se ha acatado, por parte de las fuerzas independentistas el mandato constitucional, porque no se ha reconocido esa Constitución, tanto regional como estatal.

En tercer lugar. Es evidente, que desde el año 2010, Cataluña tiene una constitución regional, un Estatuto de Autonomía de Cataluña que, en su totalidad, no fue votado por la sociedad catalana. Por tanto, ese es un problema que tenemos que resolver. El Estado español es consciente de ello.

También es cierto una cosa, desde hace 10 años a esta parte, es evidente que hay partidos políticos, que cuando están en la oposición utilizan a Cataluña como agravio territorial para hacer oposición al Gobierno socialista de turno, y cuando están en el Gobierno, lo que hacen es reclamar la lealtad, en este caso, el Partido Socialista. Nosotros siempre lo vamos a hacer. Vamos a ser leales, con el Gobierno de turno, cuando estamos en la oposición, sino con el Estado.

España es un gran país. España es un país que tiene un nivel de descentralización en lo económico, en lo social, en lo cultural, en el reconocimiento de las lenguas. En lo que representa el planteamiento educativo de los niños y niñas que están en Comunidades que tienen un alto sentir de nacionalidad muy importante. Hay índices en nuestro, en la Comunidad internacional, no menores, y bastante solventes, por cierto, que sitúan a España como el segundo país más descentralizado el mundo.

Por tanto, uno, yo creo que es evidente que el independentismo en Cataluña lo que tiene que hacer es abrir un diálogo sincero y reconocer a la otra parte, que es mayoritaria en Cataluña, que es no nacionalista, y, por tanto, Cataluña tiene que hablar con Cataluña. Y España, el Gobierno de España lo que tiene que hacer es facilitar ese diálogo entre las dos, digamos, las dos dimensiones que existen ahora mismo en Cataluña, la nacionalista y la no nacionalista.

Desde luego, lo que sí le puedo garantizar es que el Gobierno de España, a diferencia de épocas pasadas, sí tiene voluntad firme de resolver, mediante el diálogo, pero siempre dentro del respeto a la Constitución y al Estatuto de Autonomía, la situación en Cataluña. Pero primero lo que tiene que hacer el independentismo en Cataluña es reconocer, uno, que no tiene mayoría social; y, dos, que tiene que hablar con la parte mayoritaria de la sociedad catalana, que quiere un nuevo acuerdo para salir de este bucle en el que lleva instalado más de 10 años.

Por resumir, esto de una manera muy sintética, muy sencilla, en Cataluña el problema no es la independencia, es la convivencia.

Finalmente, finalmente, usted ha hecho, señor Weber, una alusión a la moción de censura. La moción de censura tuvo un mandato, que fue la regeneración democrática en nuestro país. Lo que ha pasado en Andalucía, entre el Partido Popular, el grupo de los liberales, los Hermanos del Frente Nacional en Francia, es una involución. Un cuestionamiento de derechos y de consensos asumidos y consolidados durante estos últimos años, como pueda ser, por ejemplo, el de la igualdad de género y el de la lucha contra la violencia de género.

Por tanto, en Andalucía lo que ha ocurrido, señoras y señores diputados, es que se ha cruzado una frontera que existe en Europa, y es el que no se puede pactar con la ultraderecha. Desde luego, nosotros, la socialdemocracia, nunca pactará con la ultraderecha, como bien hemos podido ver con sus planteamientos.

En todo caso, señoras y señores diputados, quiero decirles que el planteamiento que tiene el Gobierno de España es el de hacer fuerte Europa. Ahí están las propuestas que hemos planteado, en lo que representa la estrategia de la igualdad de género, o que representa la igualdad, o mejor dicho, la lucha contra la precariedad laboral, lo que representa la garantía juvenil. En definitiva, en todos aquellos aspectos que tengan que ver con el reforzamiento y con la protección de Europa para que nos proteja. Y, sobre todo, aquellos más vulnerables podrán encontrar al Gobierno de España. Y, sin duda alguna, al Partido Socialista Obrero Español, que también está aquí representado.

Y, finalmente, señor Verhofstadt, también le diré una cosa. Usted lleva más años que yo en el Parlamento Europeo, yo llevo siete meses al frente del Gobierno de España. Seguro que usted puede compartir conmigo su experiencia de frustración.

También le diré una cosa, creo que en mi intervención he apuntado algunas salidas a esa, digamos, a esa falta de velocidad en mucha de las tomas de decisiones que se necesitan en el ámbito de la unión económica y monetaria; en el ámbito de la política exterior, que tiene que ver con el cambio en los procedimientos de toma de decisiones tanto del Consejo, como del Parlamento, como de la Comisión. Y, desde luego, ahí nosotros vamos a estar. Así lo he dicho desde esta tribuna, defendiendo, el que no sea por unanimidad en cuestiones tan esenciales como las que he referido anteriormente.

Hay algunas de ellas que necesitarán de una modificación del Tratado, pero otras, no. Ahí están las pasarelas que me recordaba el ministro de Asuntos Exteriores, el señor Borrell. Podemos perfectamente utilizar esas pasarelas para reforzar, digamos, el carácter global de nuestro continente, de nuestra Unión en el ámbito de la política exterior.

Muchas gracias, señor presidente.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)