Sr. De Guindos.- Yo, como es habitual, les voy a comentar las proyecciones macroeconómicas incluidas en el Programa de Estabilidad hasta el año 2019; saben ustedes que el horizonte es de cuatro ejercicios. Sigue, fundamentalmente, lo que yo ya presenté en la Comisión de Economía hace unos días, el día 19, a los diferentes Grupos Parlamentarios y es, como comentaba antes la Vicepresidenta, una obligación derivada de nuestra pertenencia a la zona euro. Tenemos que remitirlo antes de que finalice el mes de abril.
El cuadro macroeconómico siempre se inicia con unas proyecciones basadas en unas hipótesis. Las hipótesis son hipótesis prudentes, hipótesis cautas. Hacen referencia a tipos a corto, tipos a medio, crecimiento de la economía mundial, crecimiento de la economía europea, tipos de interés, tipos de cambio, precio del petróleo… Las tienen ustedes ahí y pueden ver que, efectivamente -yo no me voy a extender en las mismas-, son hipótesis prudentes. Hemos recogido lo que también han sido las proyecciones que sobre estas variables han hecho el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, y son en las que nosotros nos fundamentamos. Lo importante aquí, vuelvo a repetirles, es que sean cautas para que después las proyecciones macroeconómicas tengan muchísima credibilidad.
Entrando en el escenario macroeconómico. En el escenario macroeconómico, sobre lo que son las variables más importantes del cuadro macroeconómico, como yo ya avancé en el Parlamento, el crecimiento económico en el año 2016 va a ser del 2,7 por 100; el de 2017, el 2,4 por 100 y para los dos años restantes vamos a un crecimiento económico del 2,5 por 100, que es una cifra prudente que estaría próxima a lo que es el crecimiento potencial de la economía española.
La prudencia de la proyección se puede especialmente constatar si tenemos en cuenta que hoy hemos conocido el crecimiento del primer trimestre de este año, que es un crecimiento del 0,8 por 100 idéntico al que tuvimos en el último semestre del año anterior y que supone un crecimiento interanual del 3,4 por 100; es decir, ya hemos entrado este año con un crecimiento en los últimos doce meses del 3,4 por 100 y para que estuviéramos por debajo del 2,7 por 100 se tiene que producir una desaceleración no probable, que salvo debacle no va a ocurrir, de la economía española. Esto es algo simplemente para recalcar la prudencia del dato del 2,7 por 100 que, además, yo creo que de alguna forma informa lo que es el resto del cuadro macroeconómico.
Este crecimiento económico es, fundamentalmente, consecuencia de la corrección de los desequilibrios macroeconómicos y hay una cuestión que sí me gustaría resaltar, y es que, si se cumple este 2,7 por 100 de crecimiento en este ejercicio, prácticamente ya a principios del año próximo tendríamos los niveles de renta y los niveles de Producto Interior Bruto que teníamos antes del inicio de la crisis.
Como saben ustedes, una de las cuestiones más dolorosas, la forma de medir la crisis que hemos vivido desde el año 2008, es la caída del PIB. La caída del PIB, desde el inicio de la crisis hasta mediados del año 2013, que es cuando se inició la recuperación, fue prácticamente el 8,6 por 100. Desde mediados del año 2013 empezamos a crecer y el año 2014, el año 2015, el año 2016 y, por lo tanto, ya a finales de este año y principios del año próximo estaríamos en los niveles de renta que teníamos antes del inicio de la crisis el año 2008.
Eso lo que pone de manifiesto es que prácticamente hemos tardado seis años, incluso un poquito más, siete años, en recuperar lo que eran los niveles que teníamos antes del inicio de la crisis y eso, de alguna forma, es el indicador más evidente, aparte del del mercado laboral, sobre el impacto de una crisis ha que consistido, además, en dos recesiones prácticamente sin recuperación, cuando el resto de los países de la zona euro la tuvieron en el año 2010, y que empezamos a recuperarnos únicamente a partir de mediados del año 2013.
Si ven las diferentes variables macroeconómicas, lo que les destacaría de este cuadro macroeconómico es que es, fundamentalmente, un cuadro prudente: en el consumo privado, las cifras son cifras de crecimiento por debajo prácticamente del 3 por 100 a lo largo de todo el escenario; es consecuencia de la evolución del empleo; es consecuencia también de que suponemos que hay un incremento de capacidad adquisitiva por una inflación muy reducida; mejora de confianza de los consumidores… Destaca especialmente lo que es la evolución de la inversión, tanto inversión en equipo, como inversión en construcción --ésta es la variable más dinámica, aunque todavía la ponemos y la mantenemos en niveles moderados--, y, fundamentalmente, la evolución de las exportaciones de bienes y servicios por encima del 5 por 100 en términos reales.
Yo creo que aquí es donde se marca, fundamentalmente, el cambio que se ha dado en el comportamiento estructural de la economía española. Antes del inicio de la crisis, la construcción suponía aproximadamente el 20 por 100 del PIB; se ha reducido dicho peso prácticamente a la mitad y esos diez puntos son lo que han sido cubiertos por la exportación de bienes y servicios. En estos momentos España, dejando aparte el turismo, exporta de media, mensualmente, veinticinco mil millones de euros en bienes y servicios.
Ese es el cambio fundamental de modelo de comportamiento que se ha dado en la economía española: hemos dejado de ser una economía que dependía fundamentalmente del crédito al sector inmobiliario y de la construcción a ser una economía que depende de las exportaciones de bienes y servicios, que, además, es un modelo mucho más sostenible en el tiempo y que está mucho menos sujeto a los vaivenes de las crisis financieras internacionales. Ese es el gran cambio que ya se ha venido produciendo y que, además aquí, en este cuadro macroeconómico, que, vuelvo a repetirles, es un cuadro macroeconómico prudente, de alguna forma se instaura en los próximos años.
En cuanto a la evolución de --les pongo aquí en contexto-- del Producto Interior Bruto, prácticamente desde el año 2008, desde el inicio de la crisis, y en relación con el saldo exterior, una cuestión que es fundamental y que enlaza con lo que les comentaba yo anteriormente de las exportaciones es que, si este cuadro macroeconómico se cumple, España habrá tenido prácticamente siete años de superávit de la cuenta corriente de balanza de pagos. En España tener un superávit de la cuenta corriente de balance de pagos anteriormente era prácticamente misión imposible y en estos momentos, sin embargo, podemos acumular siete años con un superávit de la balanza de pagos. Eso también es otro índice de la modificación que se ha producido.
Nuestra economía era una economía en la que inmediatamente, en cuanto crecíamos dos o tres años, surgía el estrangulamiento de la inflación y surgía inmediatamente también el estrangulamiento del sector exterior. Eso no ocurre en estos momentos. Es la gran transformación que ha sufrido la economía española y, además, tiene otra implicación y es que el superávit externo lo que implica, a su vez, y lo que conlleva es que estamos devolviendo deuda externa, y lo que estamos suponiendo aquí es que en este Programa de Estabilidad somos capaces de reducir nuestro endeudamiento externo en cerca de 110.000 millones de euros. Esta es una de las principales vulnerabilidades que tenía la economía española y que se ve perfectamente como se está corrigiendo.
El cuadro macroeconómico y el Programa de Estabilidad, igual que ha ocurrido en el Programa de Estabilidad del año pasado y en el del año anterior, indican que la corrección del desequilibrio externo y este nuevo modelo basado, fundamentalmente, en la exportación y en la inversión en bienes de equipo son mucho más sostenibles en el tiempo y, por lo tanto, generan muchas más posibilidades de prosperidad sin generar, como ocurría habitualmente en nuestro país, burbujas de crédito y burbujas inmobiliarias.
Por último, me voy a centrar un poquito más en lo que son las proyecciones implícitas en términos de empleo en términos EPA. Es decir, en el cuadro macroeconómico los datos que se dan de empleo, tanto de evolución de ocupación, como de evolución de paro, son en términos de Contabilidad Nacional; pero creo que se ven mucho más claro en términos de la EPA.
En las proyecciones implícitas se ve como a finales del año 2015 el empleo, según la EPA en el cuarto trimestre, era de prácticamente 18.100.000 puestos de trabajo y a finales de este año, según nuestra proyección, que es prudente, porque la EPA de ayer ponía de manifiesto un incremento de la ocupación interanual de 575.000 puestos de trabajo, nos vamos a prácticamente 18.550.000 y a finales de 2019 prácticamente estamos en los veinte millones de puestos de trabajo. Es decir, durante estos cuatro años España puede crear, si se cumplen estas hipótesis que, vuelvo a repetir, son cautas y son prudentes, 1.850.000 puestos de trabajo o, lo que es lo mismo, una media de 470.000 puestos de trabajo al año; es decir, una creación de empleo intensa.
Desde el punto de vista de lo que es la variable complementaria que es el desempleo, lo que proyectamos es una caída del paro de 1.800.000 personas, hasta algo por debajo, un nivel ligeramente por debajo, de los tres millones de parados, lo que supone que, en términos de tasa, pasaríamos de un nivel de paro que en estos momentos, según la EPA que tuvimos ayer, está en el 21 por 100, hasta el 13 por 100. Es una caída de ocho puntos. Y aquí lo importante es que lo comparemos con el momento más doloroso de la crisis, en el cual nuestra tasa de paro según la EPA estuvo próxima al 27 por 100.
En definitiva, y con esto ya acabo, yo lo que les resaltaría, fundamentalmente, es que, como siempre ha sido habitual en las proyecciones del Gobierno, las mismas se basan en hipótesis prudentes y cautas. Creemos que el escenario es muy realista. Por otro lado, ese realismo hemos visto como hoy se ve de una forma especialmente fundamentado con la tasa de crecimiento del primer trimestre, ese 0,8 por 100 que es idéntico al de la segunda parte del año pasado, y con una tasa de crecimiento interanual del 3,4 por 100. Vemos visto hoy los datos de Europa. En Europa la tasa de crecimiento del primer trimestre de la zona euro ha sido del 0,6 por 100, mejor de lo esperado, pero en términos interanuales es del 1,6 por 100; es decir, España está creciendo más del doble de lo que crece la zona euro y eso, lógicamente, es una cuestión que hay que mantener.
Por otro lado, también creo que es importante destacar que recuperamos el nivel de prosperidad, el nivel de renta, que teníamos antes del inicio de la crisis dentro de un año, es decir, a finales de este año o principios del año próximo; y que, además, el crecimiento es equilibrado. El crecimiento es equilibrado, fundamentalmente, porque el superávit de la cuenta corriente, de la balanza de pagos, se hace estructural y en España lo que teníamos anteriormente eran déficits estructurales de la balanza de pagos año tras año. Ello es un cambio fundamental del modelo de comportamiento que, a su vez, se ve acompañado de una reducción muy intensa del endeudamiento externo, unos 110.000 millones de euros que comentaba anteriormente, con una inflación muy, muy, reducida.
Después, por último, tal vez lo más importante es que es posible, es perfectamente factible, con la política económica adecuada, si efectivamente no cometemos errores de política económica, llegar a los veinte millones de empleos en nuestro país. El nivel de renta lo recuperamos a finales de este año o principios del año próximo; el nivel de empleo, si efectivamente continuamos haciendo las cosas correctas, se conseguirá en el año 2019.