Rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros

Intervención de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal

15.11.2017

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Sra. Cospedal.- El Consejo de Ministros, como muy bien ha señalado el ministro portavoz, ha dado un paso muy importante, un paso histórico, en la construcción de la Unión Europea. Como europeístas convencidos y plenamente conscientes de que la integración europea tiene un recorrido ambicioso en materia de seguridad y de defensa, hoy ha aprobado una herramienta que encarna la ambición actual de la Unión Europea; la muestra definitiva de que el modelo de defensa europeo ha pasado de ser un simple proyecto para comenzar a ser una realidad.

Me estoy refiriendo a la autorización del Consejo de Ministros para que España participe en la Cooperación Estructurada Permanente, lo que se conoce comúnmente con el nombre de PESCO, su acrónimo en inglés, para que se pueda firmar la notificación de la Cooperación Estructurada Permanente y para el voto favorable para la adhesión de nuestro país a esta Cooperación Estructurada Permanente, es decir, la PESCO, a la cual me voy a referir ahora. Cooperación Estructurada Permanente en materia de defensa a la cual hoy el Consejo de Ministros aprueba que España se adhiera y cuya firma se lleve a cabo en breve fechas.

La Cooperación Estructurada Permanente, la PESCO, es un marco jurídico europeo muy ambicioso, vinculante para los países que lo firmen, para invertir en la seguridad y en la defensa de la Unión Europea y de sus ciudadanos. La PESCO proporciona un marco político para que los Estados miembros mejoren sus capacidades de defensa y la disponibilidad para las operaciones militares mediante proyectos concretos; unas capacidades de defensas mejoradas de todos y cada uno de los Estados miembros, que también van a beneficiar a la OTAN y que van a reforzar el pilar europeo de la Alianza Atlántica.

En suma, supone, en lo que a nosotros nos afecta, una mayor seguridad para las familias españolas. Toda vez que una parte muy importante de los países que formamos parte de la Unión Europa también somos miembros de la Alianza Atlántica, es un acuerdo que trata de reforzar la seguridad y la postura de los Estados miembros de la Unión Europea en el ámbito de la seguridad colectiva y, de esta manera, también reforzar la Alianza Atlántica. Una Europa más segura colabora a una Alianza Atlántica, a una OTAN, más segura.

En definitiva, podríamos decir que la PESCO es algo así como el rubicón de lo que entendemos que debe ser la política de defensa común, a aquello a lo que debemos aspirar. Es mucho más que una "hoja de ruta" o que un proyecto o que una serie de intenciones; se trata de un mecanismo de tal calado que bien podríamos calificarlo como el euro de la seguridad en materia de Unión Europea. Es un paso sustancial hacia nuestra seguridad y defensa común.

La PESCO se encuentra en el artículo 42 del Tratado de la Unión Europea, que señala lo siguiente: "Los Estados miembros que cumplan criterios más elevados de capacidades militares y que hayan suscrito compromisos más vinculantes en materia para realizar las misiones más exigentes establecerán una cooperación estructurada permanente en el marco de la Unión".

Con este marco normativo, los jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre de Bratislava, en el año 2016, decidieron que la defensa se convirtiera en un nuevo eje vertebrador de la construcción europea. Hasta ahora, como saben ustedes, el eje ha sido un eje económico, financiero, agrícola, de manera muy importante; ahora, la defensa y la seguridad pasan a ser un eje vertebrador de la Unión Europea.

Fue el Consejo Europeo de junio del año 2017, de junio de este año, el que dio la bienvenida a la iniciativa de la Cooperación Estructurada Permanente, además de solicitar a los Estados miembros que redactaran en un plazo de tres meses --este plazo ya ha vencido-- una lista, en primer lugar, de compromisos detallados; en segundo lugar, de calendario preciso y, en tercer lugar, de los mecanismos de evaluación específicos para permitir que los Estados miembros que estén en situación de hacerlo, como es España, puedan cumplir las misiones más exigentes.

Con este mandato, el Ministerio de Defensa de España, que, sin lugar a dudas, se ha situado al frente de las naciones que con mayor determinación han impulsado la defensa común, ha sido también uno de los principales impulsores de la PESCO, junto con los Ministerios de Defensa de Francia, Alemania e Italia. Así, el pasado 21 de julio, los cuatro países firmamos una carta conjunta que enviamos a la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y para Política de Seguridad, y también al resto de los ministros de la Unión Europea, que contemplaba los principios y los compromisos de la PESCO.

Esta carta ha sido la base de trabajo para la redacción de un texto definitivo de notificación, que es el que vamos a firmar el próximo lunes 13 de noviembre los ministros europeos en Bruselas, con el fin de que, antes de que termine este año, la PESCO, el nuevo impulso a la política europea de defensa, se pueda lanzar. En ese momento, los países que hayamos constituido ese grupo acordaremos la primera lista de proyectos concretos a desarrollar.

Con la incorporación de España a la PESCO, los principales compromisos que asumimos como país son los siguientes:

- En primer lugar, aumentar regularmente los presupuestos de defensa, en términos reales, para alcanzar los objetivos acordados.

- En segundo lugar, aumentar de forma sucesiva, a medio plazo, el gasto de inversión en defensa hasta el 20 por 100 del gasto total en defensa; es decir, que del gasto total de defensa, al menos, un 20 por 100 sea para inversiones estructurales y, por ejemplo, no sea para el pago de salarios u otro tipo de actividades como puedan ser las pensiones; que sean inversiones en materia de defensa del total de los gastos.

- En tercer lugar, incrementar los proyectos de capacidades estratégicas de defensa conjuntos y colaborativos; es decir, proyectos de defensa que pueden ser proyectos industriales o de otro tipo que llevemos a cabo más de dos países.

- En cuarto lugar, aumentar la proporción de gastos dedicados a la investigación y a la tecnología en materia de defensa para aproximarlos al 2 por 100 del gasto total en defensa. Los proyectos en investigación y en innovación tecnológica en el ámbito de defensa tienen un valor cualitativo enorme, porque la inmensa mayoría de ellos después tienen múltiples aplicaciones en el ámbito de la industria y la tecnología civil, y disfrutamos de ellos todos los ciudadanos, no solo en el ámbito de defensa, todos los días de nuestra vida.

- En quinto lugar, establecer una revisión periódica de todos estos compromisos.

- En sexto lugar, y por último, desempeñar un papel sustancial en el desarrollo de las capacidades de defensa dentro de la Unión Europea, incluido en el marco de revisión anual coordinada de defensa, con el fin de garantizar la disponibilidad de las capacidades necesarias para alcanzar el nivel de ambición que nos hemos impuesto entre todos.

Con todos estos compromisos como telón de fondo, el objetivo último de la PESCO es doble: por una parte, garantizar que la Unión Europea pueda lanzar y sostener las operaciones de defensa y de paz que sean necesarias; en segundo lugar, dotarnos entre los europeos de las capacidades suficientes que nos permitan actuar en los escenarios que la protección de nuestros ciudadanos nos exija, sean escenarios interiores o exteriores a la Unión Europea, y todo ello en el bien entendido de que nuestra pertenencia a la Alianza Atlántica, a la OTAN, hace ambos objetivos perfectamente compatibles y coherentes, y se retroalimentan mutuamente.

Desde su concepción, la política europea de defensa ha querido ser una política abierta e integradora: que cada Estado pueda avanzar en función de su capacidad y de su grado de ambición. No se ha cerrado la puerta a nadie. Esa es una de las apuestas importantes que en la redacción básica del proyecto incorporó España: que la Política Europea de Seguridad y Defensa fuera inclusiva, es decir, que aquellos Estados que inicialmente se pudieran encontrar en fases más atrasadas pudieran ir incorporándose poco a poco, según fueran cumpliendo los compromisos y los niveles de existencia.

Hasta el momento, veintiún países ya han mostrado su disposición a participar en la PESCO; pero no hay ninguna duda de que tanta participación no puede ser contradictoria con el nivel de ambición. Hay que equilibrar la participación de muchos países también con el cumplimiento de los niveles de ambición en la seguridad y la defensa, puesto que pasa a ser, repito, una parte fundamental del esqueleto de la Unión Europea, junto con la integración económica, social y política.

En definitiva, la libertad y la igualdad de los ciudadanos de nuestro continente dependen ahora de lo que seamos capaces de erigir también en materia de seguridad y de defensa. La integridad de nuestros hogares y la defensa de nuestras familias nos obligan a construir un futuro de Europa seguro e integrado, y el Gobierno de España está convencido de que ha llegado el momento ya de la seguridad y la defensa de la Unión Europea, de una Europa más unida, más fuerte y más segura.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)