Intervención de Teresa Ribera

21.1.2020

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Muy bien, muchas gracias, ministra Portavoz, ministra. Muchas gracias a todos, muy buenas tardes.

Hoy hemos adoptado por Acuerdo de Consejo de Ministros, la Declaración de Emergencia Climática queriendo demostrar con ello, el compromiso firme de este Gobierno con esta Agenda y la prioridad que damos al desarrollo de políticas transversales para abordarlo. Y lo hacemos por muchas razones. Yo destacaría, fundamentalmente, por tres razones: la primera, por justicia. Justicia climática entre países y territorios. Justicia climática entre generaciones. Y justicia climática entre personas de una misma generación que conviven con desiguales medios a la hora de afrontar los pactos que representa el cambio climático o las oportunidades que pueden suponer.

En segundo lugar, por futuro, porque estamos convencidos de que este país necesita actualizar sus prioridades introduciendo esta lectura, esta visibilidad, esta mirada transversal con respecto a clima, invirtiendo en un proyecto de país, en un proyecto de sociedad, inclusivo, viable económicamente, con futuro para el presente y para las generaciones por venir, y con posibilidad de aprovechar el conjunto de oportunidades que la transformación de una economía compatible con la seguridad climática ofrece.

Y, en tercer lugar, corresponsabilidad, porque sabemos que no abordar este gran desafío es enormemente regresivo, desde el punto social, enormemente costoso, desde el punto de vista económico, y desde el punto de vista ambiental, y porque son las instituciones, con independencia de que deba ser el conjunto de la sociedad, la que actúe frente al cambio climático; las instituciones tienen una capacidad de incidencia, de orientación, de acompañamiento completamente distinta.

Se trata de una declaración que se produce en un contexto de grandes cambios. Grandes cambios que están asociados a riesgos económicos y sociales que son considerados ya como los más relevantes, desde el punto de vista de la economía global, desde el punto de vista del sufrimiento, y de la desigualdad. Así lo pone de manifiesto, por ejemplo, el Foro Económico Mundial que se celebra en Davos, en su ya tradicional informe anual sobre grandes riesgos para el conjunto de la economía mundial. Riesgos que son visibles; riesgos que conocemos, entendemos y percibimos ya en cualquier rincón del planeta, con independencia que para algunos sea mucho más gravoso que para otros.

Creemos que es fundamental que el Gobierno oriente toda su actuación para generar confianza en las políticas que nos permiten transformar nuestra economía, pero también en el esfuerzo para no dejar a nadie atrás.

Un sistema económico, un sistema productivo que no deja a las personas de lado, que aborda las dificultades de los colectivos vulnerables, que toma en consideración la referencia o el impacto por razones de género, pero también, con respecto a colectivos de trabajadores que ven transformaciones muy profundas en el sector en el que desempeña su actividad, que necesita, probablemente, nuevas cualificaciones profesionales. Y para consumidores vulnerables que, difícilmente podían acometer los riesgos de la transición en este proceso de cambio.

Creemos que estamos alineados con lo que ha sido la prioridad marcada por la Unión Europea, por el nuevo Ejecutivo, por la Comisión. Estamos alineados con lo que van integrando los bancos de desarrollo, las instituciones internacionales, y el conjunto de la sociedad. Y de manera muy particular, muy crítica, muy llamativa, la ciencia y los jóvenes, aquéllos que se ven particularmente afectados y olvidados por quienes tenemos la responsabilidad de evitar el incremento de los problemas, y al contrario, facilitar las soluciones.

Nos reclaman actuar con urgencia, y así se comprometió el presidente del Gobierno en numerosas ocasiones, y así se manifestó por práctica unanimidad, con la única excepción de un Grupo Parlamentario, en el Congreso de los Diputados, en el último pleno, antes del inicio de la campaña de cara a las elecciones de noviembre, el pasado mes de septiembre.

Los compromisos que recoge esta Declaración de Emergencia, afectan al conjunto del Ejecutivo; muestran cómo la acción en materia del clima tiene que ver con la transversalidad, con la introducción esta hoja de ruta, en el conjunto de las políticas sectoriales, y lo hacemos de dos en dos presentaciones diferentes, y consecutivas. La prima de ellas son compromisos específicos que el Gobierno acepta, anuncia públicamente y estará en condiciones de responder en los primeros cien días de mandato: transmitir al Parlamento el Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Invertir en un país más seguro, menos vulnerable, mediante la presentación de un Plan Nacional de Adaptación que refuerza la resilencia, presente indicadores, fortalezca nuestra capacidad de observación.

Definir la senda de descarbonización a largo plazo, lo habíamos hecho, con respecto a los objetivos 2030. Nos falta culminar en esa presentación de sendas, de escenarios, para llegar a 2050, en términos de neutralidad climática. Es decir, no generando problemas al sistema climático, como consecuencia de la acción del hombre en nuestro país.

Cuarto gran eje, a partir de ahora, y en esos primeros cien días, reforzar la participación inspirándonos en esa experiencia exitosa que se ha practicado en Francia, como es la creación de la Asamblea Ciudadana que permita la participación, el debate, la aportación de ideas, en torno a cómo responder frente al reto del cambio climático y haciéndolo con carácter inclusivo, paritario, con representación especial de los jóvenes. O por último, integrando la perspectiva de clima en el conjunto de los sectores productivos prestando particular atención a la transición justa, a ese enfoque de cara al empleo y la actividad de nuestra economía productiva.

En total, la Declaración contiene 30 líneas de acción distintas. Estas cinco son las que nos parecen más sintomáticas para estos primeros cien días, pero verán ustedes -se repartirá el texto a continuación- que introduce prácticamente en todos los sectores de actividad, líneas transversales para el conjunto de la legislatura, convirtiendo una transformación que, en todo caso, es necesaria como una oportunidad para la innovación, la modernización, la generación de empleo, la mejora de la competitividad de la economía española, y la reducción de las brechas, de las disparidades territoriales o entre los distintos colectivos de personas.

Creemos que debemos contar con una economía preparada, frente a los impactos del cambio climático, resiliente, viable, desde el punto de vista industrial; sean referentes en innovación, garantizar la creación de empleo de calidad o recuperar los equilibrios y la calidad de vida en el medio rural, en el medio urbano, en el litoral.

Esta Declaración debe inspirar a todas la políticas públicas; no somos los primeros, ha habido otras Administraciones que han adoptado declaraciones de emergencia climática de muy variado signo, y con un nivel de profundidad o detalle, también, muy variado. Creemos que es fundamental trabajar con ellos.

Entre las múltiples áreas de actuación que aparecen recogidas en esos 30 puntos, hay algunas cuestiones que tienen que ver con la fiscalidad, con las finanzas sostenibles, con la emisión de deuda verde, de bonos verde, por parte del Tesoro. La identificación, el trabajo anticipado de esos colectivos vulnerables a los que antes aludía, para asegurar que hay una capacidad de acompañamiento, de transformación, de desarrollo, de políticas inclusivas. Un plan de acción de educación ambiental para la sostenibilidad. Un plan de acción de salud y medio ambiente o la integración en el conjunto de los planes de investigación y desarrollo. O presentar una estrategia para la protección de la costa, hoy, que vemos con horror cuáles son los efectos de esa DANA, en el litoral mediterráneo, probablemente, algo como decía la ministra Portavoz, que merece no solamente atención, solidaridad, sino también una capacidad de anticipación y de preparación distinta, algo que no es descartable que cada vez pueda ocurrir con mayor frecuencia.

No partimos de cero. Hay un trabajo serio que se ha ido produciendo por distintos Ministerios, con distintos colectivos, en el último año y medio, pero a partir de ahora tenemos que profundizar, generalizar y sumar los esfuerzos de todos, con mayor claridad y ser más rápidos y ambiciosos. Es, como digo, una Declaración inspirada en el sentido de la responsabilidad y de la equidad para los españoles.

Muchas gracias.