Plenario de la reunión anual del Foro Económico Mundial

22.1.2020

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Davos (Suiza)

PEDRO SÁNCHEZ_ presidente del Gobierno
JOSÉ ÁNGEL GURRÍA_ secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.


Presidente.- Buenos días, muchísimas gracias, Ángel, por sus amables palabras.

España es vista en la actualidad por el mundo como una democracia estable que busca que quiere afianzar sus valores desarrollando os derechos de los ciudadanos, luchando contra las desigualdades y comprometiéndose para la con la justicia social e igualdad entre hombres y mujeres.

Ante la regresión nacionalista en todos los ámbitos, mi Gobierno está firmemente comprometido a un multilateralismo eficaz e inclusivo, como única solución para hacer frente a los retos laborales de nuestros tiempos.

España es un país de Europa meridional, a la que unen nexos fraternales con los países de América Latina debido a su historia e idioma. Es un vecino de África; comparte una antiquísima amistad con los pueblos de Oriente Medio; y tiene una mayor aspiración, si cabe, para afianzar sus nexos con Asia, que se han vertido en el hito mundial en los últimos diez años.

España, país abierto, que seguirá luchando por un mundo más abierto y cohesionado, inspirándose en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

Y, precisamente, porque España es un país abierto al mundo, es plenamente consciente de que los retos de los se hallan todos los continentes en la segunda década del siglo XXI son los mismos para todos, con diferentes grados, intensidad y urgencia, pero los mismos.

Hace unos días presenté en el Programa del Gobierno ante el Parlamento español para recabar su confianza de confianza. Nuestro programa describe los cinco retos a los que se enfrenta la sociedad española y cinco transformaciones necesarias para superarlos.

Y permítanme que los exponga aquí ante ustedes para que vean ustedes que esta descripción de España es también una descripción del mundo en su conjunto.

En primer lugar, la consolidación del crecimiento económico que supone la creación de empleos dignos. El crecimiento económico a cualquier coste es inaceptable. El crecimiento que amplía la brecha social no es aceptable. Un crecimiento que crea más bolsas de pobreza, no es aceptable. Hemos de crecer y distribuir a la vez, y al fin debemos preguntarnos ¿qué hacemos concretamente para prepararnos ante los grandes cambios que afectan a nuestro mercado laboral? España, la economía española sigue creciendo a mayor ritmo que la Eurozona -ya lo mencionaba antes Ángel Gurría-, pero hemos de mejorar nuestra competitividad, productividad, cohesión, para que este crecimiento se sostenga a largo plazo. Y a tal fin, pues no hemos querido perder de vista el empleo. No queremos un futuro de precariedad ni de pobreza laboral.

En su lugar, quiero hablarles del segundo reto, que es la transformación digital de nuestras economías: La Inteligencia Artificial, la biotecnología y la robótica no son meros eslabones en una cadena de cambio económico, sino que son auténticas palancas para la transformación.

En nuestra década, nuestro sistema de producción, la movilidad, nuestras ciudades, la salud, nuestras vidas cotidianas serán totalmente distintas a lo que son ahora: habrá nuevos productos, nuevos mercados, nuevas formas de realizar nuestra actividad. Nuestro objetivo, por tanto, es, a partir de aquí, contribuir a la mayor economía y bienestar social para la mayoría de nuestros ciudadanos y no apostar por la descomposición gradual del Estado de Bienestar nuestro.

El capital humano será clave para propiciar el cambio tecnológico. El nuevo Gobierno de España desea convertir la Educación y la investigación en su centro de gravedad, porque son garantías de un buen futuro. Vamos a comprometernos por la formación en todos los niveles, pero sobre todo, la FP, Formación Profesional, que necesita un impulso importante en nuestro país. Hasta el 2025, España necesitará haber creado 200.000 nuevas puestos de Formación Profesional, y también formar a los formadores en los principales sectores productivos.

El tercer reto, señores y señoras, es el de la transición ecológica. No hay otro reto que haya documentado mejor que este, que los retos a los que nos enfrentamos en España. De hecho, son retos a los que nos enfrentamos todos nosotros en un área en Australia mayor que la de los Países Bajos y Bélgica juntos, está en llamas. Puerto Rico está siendo inundado por las lluvias torrenciales. Y también aquí, muy cerca de donde nos hallamos, los glaciares se están derritiendo: los glaciares suizos se han contraído en un 10% en los últimos cinco años. De forma que, la emergencia climática es un desastre, que no conoce fronteras y seremos a última generación capaz de poder abordarlo eficazmente.

De acuerdo con la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA), cuya asamblea general presidida por España en 2021, los daños causados en 2018 por los desastres naturales, están cada vez más relacionados con el cambio climático, y crecientemente ligados al cambio climático, y ascendieron estos años más de 165.000 millones de dólares.

En España, por primera vez, el Gobierno tiene una Vicepresidenta de Digitalización, pero también para la Transición Ecológica, y esto coloca la acción climática en el corazón de la política del Gobierno. Precisamente, ayer el Gobierno aprobó la Declaración de Emergencia Climática; estamos firmemente comprometidos con avanzar en un modelo energético descarbonizado, apoyado por fuentes renovables de energía.

Y para alcanzar estos objetivos, España ha presentado su Marco Estratégico para Energía y Clima como hoja de ruta para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos diez años.

Nuestro objetivo para 2030 es reducir nuestras emisiones en un 20% respecto a 1990. Y nuestro objetivo final es lograr la neutralidad climática en 2050, con un sistema eléctrico 100% renovable.
Pero ningún crecimiento económico podrá ser bueno si no reduce desigualdades. Ninguna transición ecológica será positiva si no es justa, y si deja a las personas atrás.
El Gobierno de España ha elaborado una Estrategia de Transición Justa -la primera de su índole en el mundo- y, esto, de conformidad con el Pacto Verde Europeo, que quiere proteger a los más vulnerables ante las transformaciones necesarias.

Una estrategia que permite que todos los ciudadanos aprovechen al máximo sus oportunidades laborales, mejorar competitividad y la cohesión social, y que nadie quede relegado.

Con respecto a la transición ecológica y con los cambios que consiguientes a la economía quiero destacar algo importante: está en nuestras manos asegurar que los impactos constituyan un gran paso hacia adelante, para convertir esos cambios en oportunidades para la modernización, para inversiones útiles, la creación de empleo, para que potencie la economía mundial.

El Gobierno de España trabaja hacia este horizonte. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030, de España, que presentó por el Gobierno ante la Unión Europea, recibió la valoración por parte de todos los Estados miembros. Vamos a movilizar 236.000 millones de euros en financiación pública y privada entre 2021 y 2030, y vamos a crear entre 250.000 y 364.000 nuevos empleos en un decenio.
El cuarto reto ante el que nos hallamos es la auténtica igualdad entre mujeres y hombres. Y como decía Ángel Gurría, España está firmemente comprometida con esta Agenda. La mitad de la población del mundo no puede seguir sufriendo agresiones sexuales, discriminación en el empleo o rentas bajas. Pero tampoco la otra mitad de la humanidad puede seguir permitiendo esta pérdida del talento femenino, y una violación flagrante de los derechos humanos más básicos. No es justo, tampoco es eficaz, porque una mayor participación de las mujeres en la economía tendrá efectos positivos sobre el crecimiento, así lo documentan muchos estudios.

El feminismo sigue siendo una de las características principales de mi Gobierno. Esto se refleja en la composición de nuestro Consejo de Ministros equilibrado y tres de cuatro vicepresidencias, que son mujeres. Este es el sello de nuestra identidad. Favorecemos la igualdad, también una ley que consagre la igualdad salarial, la igualdad en paternidad o maternidad. La organización del horario laboral. He aquí, un gran reto, en España para permitir compartir responsabilidades familiares, y una implacable lucha contra la violencia de género.

El quinto reto ante el que nos hallamos es del de la justicia social. Vivimos en sociedades prósperas, pero que, sin embargo, tienen niveles alarmantes de pobreza y vulnerabilidad social. La desigualdad en lugar de reducirse, se va agudizando.

Y recuerdo el año pasado, aquí, en Davos, el escritor holandés Rutger Bregman dijo algo muy interesante: "Escucho a la gente hablar de participación y justicia, igualdad y transparencia, pero casi nadie menciona un auténtico problema: la evasión de impuestos.", por ejemplo. Y esto es un problema, la justicia fiscal. No nos llamemos a engaño. También, es decir, no puede haber justicia social sin justicia tributaria fiscal.

Pero hay que ir un paso más allá: no basta con redistribuir la renta, mediante los impuestos; hay que avanzar en la predistribución: asegurar que los mercados funcionan de manera más justa y más democrática.

La evidencia empírica existe, es aplastante, demuestra que la eficiencia y la equidad están directamente relacionadas entre sí, que el crecimiento y la distribución razonable son mutuamente compatibles. Solo el crecimiento inclusivo y respetuoso podrá ser sostenible en el planeta.

Todos conocemos nuestra historia. Después de la Segunda Guerra Mundial, Europa suscribió un pacto que reconoce que es imposible alcanzar sociedades en paz con grandes bolsas de miserias y que persistan en ellos. También me refiero al famoso pacto democrático que sentó las bases para la principal característica de la Unión Europea, que es el Estado de Bienestar y cohesión social.
Y una segunda etapa dio comienzo a principios de los años 80, que condujo la liberalización, excesiva desreglamentación de la economía, que culminó en 2008 en la mayor crisis económica, cuyas repercusiones seguimos notando, percibiendo las sociedades.

Ha llegado el momento, por tanto, para entrar en una nueva era que restaure el progreso colectivo, la inclusión social, la protección de los miembros más vulnerables de nuestra sociedad, tal y como sello de identidad. Una nueva era que resuelva los fracasos del neoliberalismo a través la solvencia de la democracia social. Una era que nunca más permita que el progreso económico se haga a expensa de los seres humanos.

Tenemos un largo camino que recorrer, pero ya existe un plan claro de lo que debemos empezar a hacer:

• Hablar de impuestos, de tributos, de paraísos fiscales, y abrir las puertas hacia la justicia fiscal.

• Establecer un salario mínimo vital, que asegure que todos los ciudadanos pueden vivir libre de pobreza, centrándose especialmente en los hijos.

• Establecer un nuevo pacto social que equilibre la generación de rentas, de ingresos, a través de la predistribución, reduciendo la presión sobre el Estado de Bienestar y fortaleciéndolo.

• Abordar el envejecimiento de la sociedad, reformar el sistema público de pensiones, para asegurar unas pensiones dignas, sostenibles económicamente.

El nuevo Gobierno de España -y Ángel lo mencionaba antes- se compone de una coalición entre el Partido Socialista español, y Unidas Podemos, a la izquierda del Partido Socialista.

No será un Gobierno que quede de brazos cruzados y mero observador, no. Estará realmente dispuesto a actuar, no un Gobierno instrumentalizado, pero sí comprometido con la sociedad y un futuro, un Gobierno, en suma, defensor de la rendición de cuentas.

También nos disponemos a demostrar que la extrema derecha, y el nacionalismo y populismos de cerrazón, sólo pueden ser combatidos de una forma: mediante la política del bien común; proporcionando respuestas a los problemas de las personas.

Los ciudadanos creerán en la democracia, si la democracia cree en ellos, y en todos y cada uno de ellos. Si aspira a proporcionarles oportunidades, porque si no, nuestra economía social de mercado no va a sobrevivir. Nuestro modelo de libertades no va a sobrevivir.

Estos cinco grandes desafíos, que son de España, pero que compartimos todos nosotros, los abordaremos en un contexto positivo de crecimiento, de creación de empleo, si bien a tasas inferiores que en las dos recientes. La economía española, claramente más robusta, más equilibrada que en el pasado, una economía que sigue corrigiendo burbujas y excesos del pasado, haciéndose más resistente a los choques internos y externos.

Y en este compromiso, siempre ejerceremos rigor fiscal, una sólida gestión de nuestras Cuentas Públicas. Y estas es la razón por la que mantenemos nuestro compromiso de reducción de endeudamiento público, de déficit público, lo que generará sin duda alguna mayor confianza entre los agentes económicos y nos permitirá tener al Gobierno más posibilidades de actuación y e inversiones futuras.

El sólido desempeño de la economía española genera confianza, así lo refleja los principales indicadores: la prima de riesgo, nuestros bajos tipos de interés de deuda pública, el repunte significativo en las inversiones, la inversión positiva, la inversión extranjera, todo esto nos hace ser optimistas en cuanto al futuro.

Señoras y señores, el Gobierno español tiene mandato para 1.400 días, pero realizaremos nuestro trabajo pensando en los próximos 3.000 días, en los próximos 5.000 días. Hay que pensar en el mundo que deseamos para nosotros en 2030, en 2050, y debemos trabajar ya para el futuro.

Un mundo con un crecimiento económico sostenible en el que nadie con un empleo sea pobre.

Un mundo en el que la inteligencia artificial y la tecnología nos hayan liberado de muchas tareas onerosas y hayan contribuido al bienestar de todos los ciudadanos.
Un mundo limpio, ecológicamente sostenible, un planeta sin fecha de caducidad.

Un mundo en el que los hombres y las mujeres ganen los mismos salarios, y disfruten de mismos derechos, la misma seguridad.

Un mundo en el que la riqueza esté adecuadamente distribuida y a nadie se le arrebate la oportunidad de un nivel de vida digno.

En la sesión inaugural del año pasado, el fundador de Davos, el economista Klaus Schwab nos advirtió de que nos hallábamos en un momento crítico de la historia de la humanidad. Hizo un llamamiento a que aseguráramos todos que la globalización 4.0 fuera más humana, más inclusiva y más sostenible.

Bien, pues éste precisamente es el objetivo del Gobierno español. Abrazar todas las oportunidades que nos abre la 4ª Revolución Industrial para construir una sociedad más justa en un mundo más sostenible con gobernanza multilateral.

Muchísimas gracias por su atención.

Gurría.- Señor presidente, en Europa, hay una fragmentación cada vez mayor por el lado político, cada vez hay una mayor polarización, ahora que por fin ha conseguido formar Gobierno, ahora que por fin, tienen su coalición, está ya pensando en el futuro, ¿de qué manera cree usted que puede Europa hacer frente a este problema de la fragmentación y la polarización? ¿De qué manera podemos reunirnos en torno a nuestros valores comunes, muchos de los cuales ya ha mencionado usted hace un momento?

Presidente.- Es evidente que tenemos muchas dificultades, muchos desafíos tanto nosotros como la Unión Europea. Pero yo soy bastante optimista. Los resultados electorales del pasado mayo, el año pasado, creo que fue bastante positivo para la Unión Europea y, en particular, para las fuerzas políticas que creemos que realmente tenemos las soluciones para los desafíos que tenemos en nuestras sociedades pasan por una Europa más fuerte.

Los liberales y los partidos del centro, hemos conseguido una mayoría clara y ahora podremos aprobar un gran número de políticas que son necesarias para nuestros países con lo cual yo soy bastante optimista sobre este nuevo mandato en la Comisión.

En segundo lugar, creo que hemos despejado algunas dudas, algunas dificultades por así decirlo. El año pasado había gran incertidumbre en torno al Brexit, y creo que tras las elecciones en el Reino Unido, estamos abriendo un nuevo capítulo unas nuevas negociaciones, con el Reino Unido y yo estoy deseando por supuesto, colaborar con el Gobierno del Reino Unido.

Yo creo que se podrá conseguir un acuerdo muy positivo para la Unión Europea en breve, y también, para el Reino Unido. Creo que redunda en el interés de ambos conseguir unos resultados o unos acuerdos constructivos. Yo creo que lo ideal sería que la relación fuera lo mejor posible, en esta nueva situación.
Y en tercer lugar, estas cinco transformaciones que he mencionado, estos cinco grandes objetivos que se ha fijado el nuevo Gobierno español , están en perfecta sintonía con la estrategia que se ha presentado, que ha presentado la nueva presidenta de la Comisión ante el Parlamento.

Por supuesto, amigo, el problema siempre es cómo se puede dar a estas políticas los recursos necesarios cómo se les dota de recursos. Esto es el gran desafío que tenemos en Europa y creo que es algo que acordaremos en el próximo plan plurianual, el próximo marco financiero plurianual para los próximos años.

En todo caso, yo creo que, creo firmemente en los valores comunes europeos y creo que es necesario defenderlos con suficiente fuerza para estar a la altura de estos desafíos. En todo caso, desde el punto de vista del Gobierno español le garantizo que vamos a ser muy constructivos y por supuesto apoyaremos este nuevo mandato.

Gurría.- Señor presidente, América Latina, o Iberoamérica como se llama a veces, se suele pensar en España como un puente, el puente de Europa que se tiende hacia América Latina. Pero hoy en día, América Latina parece ser, bueno, el centro de cierto descontento. En su opinión todo este descontento, esta frustración que expresan, en particular los jóvenes ¿cómo se puede solucionar? Y, en concreto ¿qué cree que puede hacer Europa al respecto? Y por último, España, por supuesto, ¿qué puede hacer España al respecto?

Presidente.- Ángel, usted es mexicano, usted lo sabe mejor que yo. Sabe perfectamente cuál es la situación. Cuál es la realidad en América Latina. Latinoamérica no es un área compacta y homogénea. Hay numerosos países, distintos idiomas, diferencias culturales. Desde nuestra perspectiva, desde el lado de la Unión Europea y, en concreto de España, es muy importante apoyar el proyecto de integración en la región.

Yo creo que la falta de integración en América Latina es algo que se está volviendo en su contra, en contra de sus propios intereses. Por ejemplo, cada vez que tengo la oportunidad de hablar con los líderes de América Latina, se suelen quejar de la crisis migratoria Venezuela, Nicaragua…Y, bueno, evidentemente también, los refugiados climáticos que lo están sufriendo particularmente en América Central, en Honduras, por ejemplo.

Yo creo que es fundamental que en América Latina se fortalezca el proceso de integración regional. Se han visto casos interesantes, por ejemplo, la Alianza del Pacífico. A mí me gustaría fortalecer esa colaboración también con el Mercosur. Saben que, por fin, el año pasado se llegó a un acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur y ahora estamos a punto de ratificar ese acuerdo comercial, en el Parlamento Nacional.

Tenemos un acuerdo comercial con México , con Chile, con Centroamérica y luego, hay un debate estratégico, por supuesto, con Cuba, que vamos a negociar en el conjunto de la Unión Europea. Y yo creo que tenemos que centrarnos más en estos procesos de integración regional.

Por nuestra parte, creo que lo más importante por supuesto, es tener esta perspectiva latinoamericana desde el lado de la Unión Europea. Por ejemplo, me parece una pena que el único espacio de multilateralismo que tenemos desde el lado del latinoamericano y desde el lado europeo es esta Cumbre Latinoamericana, Iberoamericana, que se va a celebrar este año en Andorra, aquí cerquita.

Yo creo que en este nuevo mandato de la Comisión Europea, en lo que tenemos esta nueva legislatura, lo que tenemos que hacer es estrechar la colaboración y reunirnos con la CELAC, por ejemplo, que es una iniciativa… , yo creo que sería maravillosa y muy provechosa para los años venideros .

Gurría.- Presidente, en su discurso sobre España, ha mencionado la palabra inclusión y ha hablado de reformas ¿comparte algo con Latinoamérica al respecto?

Presidente.- Estuve hablando con el presidente Duque de Colombia y con el presidente Lenín de Ecuador y evidentemente para que haya una redistribución tienen que haber un sistema fiscal muy sólido. Una de las dificultades a las que se enfrentan los gobiernos latinoamericanos es cómo fortalecer su sistema fiscal para tener políticas que permitan redistribuir la riqueza entre el pueblo.

Gurría.- Presidente, última pregunta, no por ello menos importante, España acaban de formar el Gobierno, acaban de anunciar el programa, el plan del Gobierno, el Parlamento lo ha validado y ahora pues tiene un mandato claro ante ustedes. Pero al mismo tiempo, se encuentran en medio de una ralentización mundial. Hay dificultades , tensiones en el punto álgido y además, los aranceles comerciales están alcanzando altos históricos, picos históricos . Hay una desigualdad cada vez mayor, por doquier. Es un entorno complicado en el que va a tener que ejercer . Además no tiene usted una agenda social muy clara y abandera la causa del clima también. ¿Puede darnos el secreto, la fórmula mágica para mezclar todo esto?

Presidente.- En mi opinión, nuestros principales objetivos por supuesto consisten en defender el Estado de bienestar, promover la inclusión social. Ángel, en nuestros países, hay algo que puede causar una impresión negativa, pero es verdad, tenemos 2,2 millones de niños, y hay una gran desigualdad, y tenemos que hacer todo lo posible para mejorar la igualdad en particular para los niños para crear una inclusión para los jóvenes. Usted ha mencionado la desigualdad y en particular en nuestros países en el mío en concreto en España los que más sufren son los jóvenes.

Esto es porque diseñamos un Estado de bienestar que está mucho más centrado en las personas mayores que en los jóvenes. Y no se trata de enfrentar una generación con otra. De lo que se trata es de reinventar, de rediseñar todas estas políticas sociales para que se centren , para que sean no sólo mucho más eficaces sino para que sean también mucho más positivas.

En segundo lugar, creo que para España es fundamental ser líderes en la revitalización y ser líderes en la transición ecológica , yo creo que se pueden crear numerosísimas oportunidades no sólo para las empresas sino también crear muchísimos puestos de trabajo. Por supuesto, en última instancia , no sólo para las grandes empresas sino también para los gobiernos, es crucial la planificación No hay que entender el trabajo no lo de semana en semana sino tener una perspectiva más larga 4 años, 8 años , 12 años y esto es algo que falta no sólo en el debate público en España sino en todas partes. Los políticos, los gobiernos, tenemos que pensar en nuestros países, en nuestros continentes, nuestro caso en la Unión Europea, a medio plazo.

Tenemos que pensar y decidir dónde queremos estar y cómo nos dotamos de los instrumentos necesarios para conseguirlo. Yo veo a la Unión Europea y a España en la cabeza de la transición ecológica, en la cabeza de una industria respetuosa con el planeta, en la cabeza de una inclusión social y por supuesto, a la cabeza de una nueva era de la digitalización.

La digitalización es también un debate muy interesante porque se habla de la propiedad, de los derechos, de la libertad, de las libertades. Cuando vemos lo que sucede en China o en Estados Unidos, yo entiendo que para nosotros como europeos esto puede representar una enorme oportunidad y no sólo para el crecimiento económico, no sólo porque crea oportunidades laborales , sino porque también nos permite crear unas sociedades mucho más democráticas en el mundo. Y yo creo que esto también es muy importante para todos nosotros .

Gurría.- Muchísimas gracias presidente por su tiempo, por brindarnos la oportunidad de hablar con usted. Y bueno tenemos muchísimo público en la sala así que quisiera pedirles que expresaran su agradecimiento y le despidieran deseándole lo mejor para su nuevo mandato.

Presidente.- Muchas gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)