Intervención del presidente del Gobierno en la inauguración del Foro de la Organización Mundial de Turismo

26.3.2019

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Segovia

Muy buenos día a todos y a todas. En primer lugar, querido Juan Vicente, presidente de la Junta de Castilla y León, gracias por tus palabras y gracias, sobre todo, por la fructífera y positiva relación institucional que siempre hemos mantenido ambos Gobiernos. Creo que es bueno para Castilla y León. Y, sin duda alguna, también es bueno para el conjunto del país.

Y reconocer en tus palabras muchas de las cosas que sentimos aquellos que venimos de otras comunidades autónomas, y es esta tierra hospitalaria que, sin duda alguna, representa Castilla y León. Y, también, por extensión, una de sus principales ciudades, alcaldesa, como es Segovia.

Enhorabuena, también, por este premio, que nos acabamos de enterar ahora mismo, de la Organización Mundial de Turismo, por algo importante, que está muy ligado a lo que comentaba antes el secretario general de la Organización Mundial de Turismo, que es precisamente el progreso inclusivo, el progreso integrador, el progreso que no deja a nadie atrás. Y, singularmente en relación con el turismo aquellas personas que sufren algún tipo de discapacidad.

Enhorabuena, esto no solamente es un orgullo para Segovia sino también es un orgullo para el conjunto del país.

Y también enhorabuena, ministra por el extraordinario trabajo que estás haciendo. Es verdad que en tus palabras ha reivindicado tus raíces vallisoletanas y es cierto también que durante estos nueve meses intensos de gestión al frente del Ministerio pues no solamente en el ámbito del turismo sino también en otros ámbitos, como puede ser por ejemplo el de la industria, te has tenido que batir el cobre, te has fajado, pero has defendido la industria en España. Y no solamente has defendido la industria en España sino que la política industrial tiene que ser no solamente reactiva sino proactiva.

Y en ese sentido hablar de la adaptación, de la modernización, de muchos de los sectores tradicionales en nuestra industria y, sin duda alguna, también de la competitividad del sector de la industria del turismo es una de las facetas fundamentales a las cuales te has dedicado con mucho éxito y de manera sobresaliente. Así que enhorabuena, también, ministra.

Querido secretario general darte las gracias, este es un país comprometido con el multilateralismo, comprometido con Naciones Unidas. Es verdad que tenemos algunas cosas pendientes y que esperamos que después de las elecciones generales, sea el gobierno que sea, la Organización Mundial del Turismo se va a ver reconocida y visibilizada también de manera especial en la ciudad de Madrid que es donde está la sede de vuestra importante institución.

También el anfitrión nos recordaba que hay algunas personas que vienen de fuera de España, así que también enhorabuena y gracias por acudir a esta importante cita a todos ustedes.

Y sin más pasó a comentar algunas cuestiones que, también, explican mi presencia aquí.

Hace unos años, un periodista y escritor español, Sergio del Molino, popularizó la expresión "La España vacía", en un ensayo con ese título. Y que ha sido utilizado por intervinientes que me han precedido en el turno de palabra. Aquel trabajo sirvió para muchas cosas, fundamentalmente, para que la España urbana volviese la mirada a la España rural, por primera vez en mucho, muchísimo, tiempo. A que tomara conciencia sobre el invierno demográfico que amenaza a buena parte de nuestro territorio. Y fue, por encima de cualquier otra consideración, un aldabonazo para muchas conciencias.

Hoy, sin duda alguna, se va a hablar de turismo y de innovación en esta jornada. También de sostenibilidad, de reequilibrio territorial. En definitiva, de cómo revertir los efectos de un auténtico desafío para el futuro de nuestras sociedades, también para el futuro de España.

Los datos de envejecimiento, sin duda alguna, son preocupantes, tienen derivadas preocupantes, y tenemos que hacernos cargo de ellas. Pero, también, esconden una evidencia que a menudo pasamos por alto: y es la fortaleza de nuestro Estado del bienestar y de nuestra sanidad pública. Cuestiones que han sido, por cierto, reconocidas por distintos medios internacionales situando a España como uno de los países más saludables del mundo. Eso también cotiza en el atractivo turístico de un país, el nuestro, que nadie puede olvidar: la seguridad ciudadana, la seguridad jurídica, la sanitaria, en definitiva, son valores que refuerzan nuestro atractivo en un mercado tan competitivo como es el sector turístico. Ayudan a crear una imagen de España segura, próspera desde lo colectivo.

Hoy, (antes lo recordaba la ministra de Industria, Comercio y Turismo) la mitad de los municipios españoles cuenta con menos de 1.000 habitantes. Y gran parte de nuestro territorio está en riesgo de despoblación. Simplemente una cifra: Por cada 100 menores de 16 años en nuestro país, tenemos 120 mayores de 64 años.

El hecho de que la mayor parte de nuestros pueblos cuenten con una población envejecida, ilustra la verdadera entidad del reto demográfico, y es que nos estamos enfrentando a un rápido declive poblacional, especialmente en zonas concretas de nuestro territorio.

Hoy me gustaría hablarles de propuestas, más que de lamentos y de soluciones, más que de diagnósticos. Porque esos, probablemente, los compartamos todos.

Hoy en Segovia, me gustaría hablarles de futuro para la España rural.

El turismo y la innovación son, sin duda, parte de la solución a la despoblación. Somos, como país, un referente turístico global que puede explotar mejor los atractivos de la España interior, sin duda alguna.
Además, en este momento, contamos con el poder de los focos de nuestro lado: Hoy la España rural ocupa un destacado lugar en la conversación pública, en la agenda política de todos y cada uno de los partidos. Y, sin duda alguna, también de las instituciones públicas aquí presentes. Después de años de silencio, es hora de pasar a la acción. Y de hacerlo huyendo de propuestas, a mi juicio, improvisadas y carentes de rigor. Sin triunfalismos, pero también sin caer en un pesimismo catastrofista que, tampoco, estaría justificado. Porque hay mucha más energía de lo que pensamos en la España interior. Y la energía, ya saben, ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma.

Y permítanme ponerles un ejemplo, aquí en Segovia: la transformación del sector resinero. Una actividad que está creando empleo, que fija población y que cuida nuestra masa forestal frente a uno de los retos que tenemos como humanidad, que es el cambio climático. Pura energía para transformar, que nace de un oficio ancestral, que muchos dieron por muerto y ahora, en cambio, está lleno de futuro.

A las Administraciones -a todas- nos toca unir fuerzas en una tarea que exige sentido de Estado, efectivamente, la despoblación, como la política turística -que antes comentaba el anfitrión- son, sin duda, políticas de Estado. Tenemos que corregir los desequilibrios larvados durante una crisis que se ensañó con dureza, y esto hay que decirlo claramente, en la España interior, en la España rural. Y hacerlo reivindicando el valor de la política con mayúsculas.

Allí donde la mano invisible del mercado no alcanza, pues tienen que ser las Administraciones públicas, el sector público los que actúen y generen valor añadido y discriminación positiva para corregir una desigualdad que para todos es inaceptable.

Ese es el sentido último de la Estrategia Nacional Frente al Reto Demográfico, cuyas directrices --querido presidente-- van a ser evaluadas el próximo viernes en Consejo de Ministros. Y este es uno de los anuncios que me gustaría hoy compartir con ustedes: en este próximo Consejo de Ministros van a ser evaluadas las directrices de la Estrategia Nacional Frente al Reto Demográfico. En ella, el impulso del sector turístico, querido secretario general, es clave. Somos una potencia mundial, con un enorme margen de mejora en lo que atañe a la España interior. Pero no es el único. Y mencionaré sólo algunas líneas de actuación prioritaria en este ámbito.

En primer lugar, el desarrollo de áreas industriales, que permitan la digitalización y, también, la industria 4.0 en todo el territorio.

En segundo lugar, el apoyo a proyectos de emprendimiento; sobre todo el emprendimiento social, de mujeres en el medio rural.

En tercer lugar. la Plataforma de Turismo Rural, que concentre la oferta, que mejore la marca de calidad, y que innove, también, en productos y servicios.

En cuarto lugar. El desarrollo de plataformas sectoriales del mundo rural para la comercialización de productos agropecuarios.

Hemos avanzado en muchas otras materias, como, por ejemplo, la bonificación para los trabajadores autónomos en poblaciones de menos de 5.000 habitantes, en vigor desde el pasado mes de noviembre del año pasado, o la obligación de extender la cobertura de banda ancha a velocidad 30 megas en municipios por debajo de ese umbral de población, de cinco mil habitantes.
El próximo viernes el Consejo de Ministros también va a aprobar la Estrategia de digitalización del sector agroalimentario y también forestal y del medio rural.
Un documento con tres ejes de actuación: primero, el más evidente, que es reducir la brecha digital. El segundo.; fomentar el uso de datos como motor de impulso sectorial. Y, en tercer lugar, impulsar el desarrollo empresarial y de nuevos modelos de negocio.

Jóvenes y mujeres deben ocupar a nuestro juicio --y además, yo creo que esto es algo que compartimos todos los aquí presentes-- un papel clave en una agenda centrada en la búsqueda de oportunidades pegadas al territorio.

Luchar contra la España vacía implica llenarla de oportunidades, para que vivir en ella no sea un sacrificio, sino una oportunidad. En definitiva, que criar a un niño en un pueblo de 300 habitantes no sea un acto heroico para una familia; ser mayor en una localidad sin consultorio médico no sea una temeridad. Y ser joven en la España rural no sea implicar desigualdad en el acceso a servicios ya esenciales, básicos, en el día a día, de todos los ciudadanos, como pueda ser el acceso a internet en un mundo interconectado.

Ni brecha digital ni zonas de sombra en pleno siglo XXI.

Somos conscientes, desde el Gobierno, del esfuerzo que supone para las Administraciones prestar servicios en ese contexto de dispersión. Lo he hablado, además, con el presidente de la Junta de Castilla y León cuando hablábamos de la necesidad de renovar el sistema de financiación autonómica, saber que hay servicios que garantizan el asentamiento y el enraizamiento de determinados colectivos en pueblos pequeños para frenar la despoblación y eso, lógicamente, tiene que estar incorporado en la financiación autonómica.

Por eso reivindico también soluciones que nazcan desde el diálogo entre Administraciones.

Pero además de entre las Administraciones, mucho más allá, también tenemos que hacerlo con la sociedad civil, a través de la colaboración público-privada. Un objetivo prioritario en la Agenda 2030, con la que este Gobierno está firmemente comprometido. Sólo así conseguiremos crear oportunidades conectadas al territorio.

La España interior vive en esa otra España, en la urbana, en muchas ocasiones, a través de la memoria. Es la memoria de lo que somos como país lo que está en juego. La conciencia colectiva de una cultura que remite a la tierra de nuestros antepasados y nos dice lo que somos. No podemos tolerar que esa memoria se pierda en el olvido. Es más, tenemos el deber de mostrar su belleza serena. Incluso, a nosotros mismos, ajenos en ocasiones a los tesoros que esconde nuestro país y que bien ha evocado la ministra en su intervención.

Uno de esos tesoros y el más amenazado, sin duda alguna, es nuestra biodiversidad, nuestro paisaje. Una de las consecuencias más dramáticas del cambio climático que estamos experimentando en todos los territorios de nuestro país, y a mí siempre me gusta recordar que según el Panel Internacional de Naciones Unidas, el 40% de nuestro territorio está amenazado por la desertificación es, sin duda alguna esta, la desertificación de nuestro país, que avanza. Y es esta una amenaza real que exige un auténtico cambio de paradigma, si queremos preservar uno de los principales tesoro de nuestro país. En muchas ocasiones se olvida, pero España es el país más rico en biodiversidad del conjunto de la Unión Europea. Y eso es algo que tenemos que preservar.

La naturaleza tiene aversión al vacío. Vaciar España implica dejar que la naturaleza la llene el desierto. Y no podemos permitir que algo de este calado ocurra. Por nosotros, pero por encima de todo, por quienes heredarán la tierra, que son nuestros hijos, nuestras hijas, que son precisamente, aquellos que todos los viernes se están manifestando en las plazas, no solamente en España, sino en el conjunto de la Unión Europea, en favor de una España y de un mundo sostenible.

A las puertas de la negociación de la futura PAC, España va a defender el desarrollo rural como una herramienta imprescindible para combatir la despoblación.

También aquí, tenemos que ser inteligentes y tenemos que ser valientes. Aprovechemos los focos para poner voz allí donde durante demasiado tiempo ha habido silencio. Impugnemos la idea de que la España vacía es una suerte de profecía que no tiene más remedio que cumplirse.
Estamos en Segovia, una de las ciudades del gran andaluz universal, Antonio Machado; se cumplen cien años de la llegada a Segovia de este andaluz universal que supo captar el alma de los campos de Castilla como nadie.

Y, permítanme, para terminar, unir su recuerdo al de otro escritor, este sí nacido en Castilla, y de cuyo nacimiento se cumplirá un siglo el año próximo, que es Miguel Delibes, y que se expresaba en estos términos, casi proféticos, hace 44 años. Y cito textualmente, decía Miguel Delibes: "El hombre de hoy, usa y abusa de la naturaleza como si hubiera de ser el último inquilino de este desgraciado planeta. El hombre encandilado por la idea de progreso técnico indefinido, no ha querido advertir que este no puede lograrse sino a costa de algo: la propia naturaleza".

De nosotros y de nosotras depende que la sostenibilidad demográfica, económica, social y, sin duda alguna, ambiental del medio rural no sean un simple anhelo. Estemos a la altura de lo que esa España, tantas veces olvidada, demanda de nosotros hoy, aquí y ahora.

Que tengan una buena jornada muchas gracias.

(Transcripción editada por la Secretaria de Estado de Comunicación)

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