Intervención del presidente en la inauguración de la WTTC, la Cumbre Mundial de Turismo

Palacio de Congresos y Exposiciones, Sevilla

Presidente.- Buenos días, amigos y amigas, señoras y señores, presidente de la Junta de Andalucía, secretario general de la Organización Mundial de Turismo, señora ministra de Industria, Comercio y Turismo, señor alcalde de Sevilla, delegado del Gobierno, señora presidenta de la WTTC, señor presidente de la WTTC, y también CEO de una compañía tan extraordinaria como la compañía Hilton,

Bienvenidos a Sevilla todos y todas. Bienvenidos y, sobre todo, me permitirán, en primer lugar, agradecer esos 3.000 millones de euros que ha anunciado de inversión el CEO de Hilton y presidente también de esta organización Word Travel Tourism Council, y, sin duda alguna, celebrar también el 100 Aniversario de su Compañía.

Señoras y señores,

Nada desarrolla tanto la inteligencia como viajar. Es algo que la humanidad ha comprobado a lo largo de su historia, especialmente, en las últimas décadas. Viajando uno conoce más y mejor a los demás, pero también se conoce más y mejor a uno mismo. Y de esa doble exploración, hacia fuera y hacia dentro, ha nacido lo mejor del ser humano: su capacidad de empatía, su ansia de conocimiento y sus ganas de romper barreras físicas y barreras mentales.

Viajar no es solo una cuestión de ocio, o una suerte de imposición profesional cada equis tiempo, es una necesidad elemental, un impulso que nos lleva siempre un poco más allá.

En realidad, no habría civilización, ni derechos humanos, ni avances científicos o técnicos, como hemos visto en estas impresionantes pantallas, como las que hoy estamos disfrutando, si no hubiera habido antes viajeros, personas curiosas, que se cuestionaron todo; personas con ganas de explorar y de mirar.

Si hoy somos lo que somos es gracias, en buena medida, a esa capacidad de asombro que el viaje alimenta. A esa mezcla y al mestizaje que produce el encuentro entre diferentes, como tenemos hoy en esta sala.

Por todo ello, el turismo es una forma de entender el mundo. Una forma de entender el mundo como un espacio abierto, tolerante, solidario. Una forma de ver la realidad que ahora está amenazada desde distintos flancos. Se vuelve a hablar de muros y de repliegues, de identidades puras y naciones irredentas.

Por eso, vuestro sector, el turístico, a mi juicio, es tan importante hoy, porque gracia a vuestro trabajo, a vuestras empresas, a vuestras organizaciones como esta, podemos comprender y podemos explorar el mundo como un lugar de encuentro, que es lo que es, un lugar de encuentro. Como un lugar de grandes oportunidades y no de amenazas. Como un lugar, donde gracias al turismo, el mundo se conoce y se comprende a sí mismo. Y gracias a él, el mundo también es mucho más pacífico y mucho más solidario.

El turismo y el viaje son, por tanto, pilares esenciales del progreso humano, tanto en los aspectos materiales como en los simbólicos, e incluso, me atrevería a decir, en los más íntimos. Y, también, son síntoma ineludible de progreso.

Las mejores épocas de la historia han coincidido con las etapas en las que el ser humano salía, exploraba y viajaba. Y con ese ánimo se creó, precisamente, el WTTC, gracias al cual estamos hoy aquí. Y a nadie se le escapa que esa razón de ser es hoy más necesaria que nunca.

Uno de los mayores orgullos que siente todo presidente de Gobierno, y yo, sin duda alguna también lo siento, es el de serlo de uno de los países más tolerantes, más abiertos, más diversos del mundo.

Y creo que esta realidad se debe, en gran medida, a que somos, también, la primera potencia mundial en turismo. 2018 va a ser recordado en España como el año en el que batimos todos los récords en el ámbito turístico, de visitantes internacionales, casi 83 millones de visitantes internacionales a lo largo del año pasado; de gasto y, también, de mantenimiento, como primer destino mundial.

Lo realmente significativo de todo esto, de todos estos hitos, es que se han alcanzado en un contexto de recuperación de países que son tradicionales competidores de España en este sector.

Es decir, que hemos crecido por méritos propios y no por incertidumbres y deméritos ajenos.

Para España el año 2019, el año en el que estamos, debe ser un año de consolidación en el sector turístico. Un año en el que afrontemos otros desafíos, la innovación continua, como bien antes nos ha recordado Gloria, la apertura de nuevos destinos, la sostenibilidad o una oferta menos estacional, que es siempre, sin lugar a dudas, uno de los principales desafíos que tiene el sector turístico en nuestro país.

España es un gran país, lo dicen las cifras, pero también lo dicen las opiniones de quienes nos visitan. No sólo vienen, y esto es lo más importante, vuelven. Quien prueba España, repite. Y ese valor intangible no sólo lo dan un paisaje variado y una geografía sorprendente que tenemos, sin duda alguna, no sólo dan las horas de sol y la luz que tenemos, especialmente, también en Andalucía, ni tan siquiera el carácter de nuestras gentes: abierto, tolerante, respetuoso. Lo da la capacidad constante de sorprender este país al viajero.

Permítame ahora detenerme en esos lugares tantas veces fuera de foco, y que esconden, a mi juicio, auténticos tesoros. Les hablo de la España interior, de tradiciones seculares, de gastronomía auténtica. Les hablo de todo aquello que hay más allá de la oferta de sol y playa, sin duda alguna fundamental, y que merece ser descubierto por nuestros visitantes.

Hoy quiero apelar expresamente a la necesidad de impulsar el turismo en esa España fascinante, que quiere abrirse al mundo. Tenemos un enorme potencial de crecimiento en un turismo que es el turismo rural. Y estoy convencido de que sabremos aprovecharlo. No sólo por sus atractivos, sino porque esta industria representa una gran oportunidad de futuro para luchar contra uno de los desafíos que tiene nuestro país, como es el de la repoblación.

Señoras y señores,

El mundo ha cambiado mucho en estos últimos años. Y sigue haciéndolo. Antes hemos visto un claro ejemplo de lo que puede representar el sector turístico de aquí a unos años. Sigue haciéndolo cada día. De la capacidad de adaptación de los sectores a ese mundo cambiante depende el mantenimiento de una posición de liderazgo.

A la industria turística le corresponde, como ya hace, analizar bien la realidad, adaptarse a ella, y encontrar oportunidades que toda era de transformaciones siempre encierra.

El cambio climático nos obliga a ser más eficientes. España es uno de los países vanguardia en la lucha contra el cambio climático, la mitigación y la adaptación al cambio climático.

Somos un país expuesto a los peores efectos de esta gran amenaza global que representa para el conjunto de la humanidad. Y, por eso, somos uno de los países más comprometidos con este auténtico desafío. Somos uno de los países más comprometidos con el cumplimiento de la Agenda 2030.

Y, en ese compromiso, también, lógicamente, la transición ecológica de nuestra economía no es un capricho. Es una auténtica necesidad en la que, por cierto, hay grandes oportunidades de futuro, y en la que, por cierto, en los próximos 10 años vamos a movilizar ingentes recursos económicos tanto públicos como privados.

Señoras y señores,

Más de 300 millones de personas en todo el planeta viven y trabajan gracias al sector turístico. Gracias a su sector, a su empuje, a su emprendimiento. Esta cifra debe hacernos reflexionar sobre la necesidad de impulsar un turismo sostenible. No sólo desde el punto de vista ambiental, que es evidente, sino también desde el punto de vista cultural y social.

Tenemos grandes aliados, la inteligencia artificial, big data, o las nuevas formas de movilidad, como antes ha quedado aquí expresado. También, para mejorar nuestros empleos, y para luchar contra las desigualdades crecientes, tantos sociales como de género.

Por todo ello, el sector turístico ha de ser un actor fundamental para cohesionar tanto social como territorialmente nuestros países. Para combatir, en definitiva, falsas disyuntivas.

Hay quien dice que solamente se puede ser sostenible o eficiente. O quien afirma que la desigualdad es un mal menor de las sociedades competitivas. Pero vosotros y vosotras vais a demostrar que esto no es así. Que ser sostenible es la única forma de ser eficientes, y que la cohesión social es un intangible que retroalimenta la confianza. La confianza en uno mismo, y la confianza en el otro. Y que refuerza, por tanto, las ganas de viajar y de conocer. Las ganas de hacer uso de vuestras empresas y de vuestros servicios.

Al principio de mi intervención, señoras y señores, apelaba a la posición de liderazgo de España en esta industria turística, tan importante para nosotros, y de lo cual quiero además agradecer el que hayan apostado siempre por España. Aquí hay empresas que llevan 40 años apostando por el desarrollo turístico de nuestro país. Gracias.

Estoy convencido de que parte de este éxito de nuestra industria turística se debe también a la fortaleza institucional de un país que ha sabido construir un sólido Estado de bienestar en las últimas décadas.

Invertir en seguridad, como invierte este país, esta sociedad, es invertir en turismo. Invertir en infraestructuras es invertir en turismo. Invertir en hospitales es invertir también en turismo. Eso también es este país que les acoge.

Señoras y señores,

Vuestro papel en el mundo trasciende cifras y datos; representáis y defendéis una forma de entender y de mirar el mundo que hoy está puesta en cuestión. Creéis en sociedades abiertas. Creéis en sociedades mestizas, en la tolerancia, en la diversidad, en el respeto mutuo. Apostáis por el encuentro. Por el encuentro entre diferentes. Y por la curiosidad y el asombro hacia culturas ajenas.

Por eso, por eso os necesitamos más que nunca. El mundo os necesita más que nunca. La sociedad os necesita más que nunca para desterrar la desconfianza, para ampliar horizontes y para no levantar muros y crear nuevas fronteras.

Gracias, bienvenidos a Sevilla, bienvenidos a Andalucía. Bienvenidos a España.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)