Declaraciones en la reunión del presidente del Gobierno con la colectividad española en Chile

28.8.2018

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Embajada de España, Santiago de Chile

Muchas gracias, embajador. Gracias a todos y a todas por acudir a esta recepción, a este encuentro con la colectividad española en Chile. Quiero agradecer vuestra presencia en este acto de la única manera que lo puede hacer el presidente del Gobierno de España y es queriendo ser útil a quienes de hecho sois España en la distancia, de quienes sois España en Chile.Por eso quiero que mi presencia en este acto sea el símbolo de la España que quiere escuchar. La España que quiere escuchar más que de la España que quiere hablar, de la España que quiere aprender de las experiencias que tenéis, sin duda alguna importantes, más que dar ningún tipo de lección sobre las experiencias que podamos tener. De la España, en definitiva, abierta al mundo y que proyecta lo mejor que tiene, su gente, que son ustedes, su capital humano.

Más allá de las instituciones, más allá de los símbolos, la presencia de un país en tierra distante vive en quienes, por unos motivos u otros, habéis construido una vida fuera de él, en quienes habéis hecho de países como Chile una auténtica patria de acogida. Y hay pocos lugares en América Latina en los que la diversidad de esos motivos sea tan amplia como en Chile. Queda ya lejano el recuerdo, aunque el embajador me ha dado ciertos detalles, de los cientos de miles de españoles que emprendieron un viaje lleno de peripecias a comienzos del siglo XX, en la primera gran oleada migratoria de europeos a este continente. Queda el recuerdo, más cercano en el tiempo, de quienes llegaron a esta tierra huyendo de la guerra o de la persecución política de la posguerra, y también aquí el embajador me ha hecho alguna referencia, que luego espero poder ampliar en la conversación que tengamos. Y queda la huella, lógicamente más cercana en el tiempo, de quienes habéis llegado a este país hermano buscando la oportunidad que se os negó en España, sobre todo a tantos jóvenes y no tan jóvenes, porque en ocasiones se hace referencia a los jóvenes, y nos olvidamos de aquellos que no somos tan jóvenes y que hemos venido también aquí como consecuencia de la crisis económica y con los cuales, con todos vosotros y vosotras, seguimos en deuda como país.

A todos vosotros, Chile os acoge hoy con afecto y con cariño y en justa retribución habéis entregado a este país y a esta tierra lo mejor de vuestro trabajo y vuestro espíritu y creatividad. Hoy en día la presencia de España en Chile es fecunda en todos los ámbitos. Españoles del exilio, llegados a bordo del Winnipeg hace casi 80 años, y me parece que hay por aquí algún testigo de esa experiencia, llegaron siendo niños a este lugar del mundo y emprendieron carreras de éxito en la cultura, la educación o la divulgación. Y muchos otros cruzasteis el camino de este océano inmenso que nos distancia un país y el otro para que, con esfuerzo y dedicación, las casi setecientas empresas que hoy desarrollan su labor en Chile sean la mejor carta de presentación posible de España fuera de nuestras fronteras.

Vivimos, amigos y amigas, en un mundo cada vez más interdependiente e interconectado. Esto parece ya un recurso manido, pero no por ser manido deja de ser cierto. Un mundo en el que la tecnología acorta distancias que un día parecieron insalvables y los gobiernos tienen la obligación de entender y saber interpretar esa realidad, no de vivir de espaldas a ella. Por eso, en este viaje hemos avanzado en el reconocimiento de las titulaciones universitarias entre Chile y España, para que el talento no encuentre límites en trabas burocráticas propias de otro tiempo. Y por eso, también, hemos avanzado en el impulso de los ya profundos vínculos entre Chile y la Unión Europea, a través de esa gran puerta de entrada al Viejo Continente que siempre hemos aspirado a ser.

A vosotros y a vosotras, Chile os necesita. Pero a todos, vosotros y vosotras, España no puede, ni debe, daros la espalda. Este es el compromiso que quiero asumir con todos, vosotros y vosotras. Tengo muy presente esta idea a la hora de promover el compromiso político que he trasladado, también, ayer, en la rueda de prensa con el presidente Piñera, pero que también he pedido a los Grupos Parlamentarios, sobre la necesidad de reformar el voto en el exterior y corregir el impacto negativo, la injusticia, que representa para muchísimos españoles que vivís en el exterior, el sistema del voto rogado. Un modelo que es responsable de la caída de la participación y que empobrece lógicamente nuestra democracia. España, en consecuencia, por justicia y por dignidad, quiere y debe escuchar a todos sus ciudadanos y ciudadanas vivan donde vivan, viváis donde viváis, porque sin la expresión, sin la voz de tantos españoles como vosotros, nuestra democracia no puede entenderse completa ni plena.

Así que apeló a esa idea de la Justicia para que entendáis la vocación del Gobierno de servir a los intereses de una colectividad clave para el prestigio exterior de España, y luego a mi condición de presidente del Gobierno pensando en servir a una comunidad aquí, en la Embajada de España en Chile. A mi juicio encarna en sí misma a la perfección el papel que cabe atribuir a este edificio. Sois vosotros y vosotras, más que esta residencia, la auténtica embajada de España en Chile y como presidente del Gobierno, no puedo sino agradecer en su persona y en su trabajo, en todos vosotros y vosotras, el compromiso diario con Chile, a los que representan con tanta dignidad el nombre de un país, España, que por grande que sea la distancia, siempre os va tener a todos, vosotros y vosotras, presente. Un país que siempre será el vuestro.

A esa tarea, no les quepa duda, me voy a consagrar en cuerpo y alma como presidente del Gobierno y por supuesto también el conjunto del Gobierno. Así que muchísimas gracias por su acogida, muchísimas gracias por acudir a esta cita y, desde luego, espero tener el tiempo suficiente para poder conversar con todos vosotros y vosotras, y también para conocer de primera mano vuestra experiencia en este maravilloso país. Gracias embajador.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)

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