Conferencia de prensa del presidente del Gobierno después de la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G-20

16.11.2014

Brisbane (Australia)

Presidente.- Señoras y señores, muy buenas tardes.

Comparezco ante ustedes para informarles de los asuntos que hemos debatido en esta reunión del G-20; una reunión que, además, ha propiciado que por primera vez un presidente del Gobierno de España visite Australia. Ayer tuve ocasión de entrevistarme con el primer ministro Abbott, al que he invitado a visitar nuestro país.

Como saben, en estos días en Brisbane hemos celebrado la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del G-20 en la que hemos tenido la oportunidad de debatir y decidir sobre las principales cuestiones de relevancia en la escena mundial actual, en particular sobre la situación económica. Los miembros del G-20 hemos reiterado nuestro compromiso con el crecimiento sólido, sostenible y equilibrado, con el objetivo principal de crear empleo.

La recuperación mundial es, todavía, débil, desigual entre los países y dentro de las regiones. En algunos países es insuficiente para crear los empleos necesarios.

El objetivo es crecer: crecer con más energía y crecer de manera más armónica en todo el mundo, con dos tipos de instrumentos: reformas estructurales y políticas de apoyo a la inversión y el consumo.

Las reformas estructurales han sido, por tanto, el centro de los compromisos respaldados en esta Cumbre del G-20, muy en línea con el programa de reformas de España que he presentado, a petición de la Presidencia, en la primera sesión de esta reunión. Los países del G-20 hemos aprobado el Plan de Acción de Brisbane que recoge acciones colectivas e individuales con el ambicioso objetivo de añadir 2 por 100 al crecimiento conjunto de nuestras economías de aquí a 2018. Para ello, cada país, también España, ha presentado cuatro ejes prioritarios de reformas estructurales: animar la inversión, estimular la creación de empleo, aumentar la competencia y potenciar el comercio.

Como saben, la experiencia española y sus reformas han abierto la primera sesión plenaria de este G-20. He de decirles que para mí es un orgullo que España, es decir, que los españoles, sean vistos en todo el mundo como un ejemplo de superación, como un modelo de sociedad capaz de dar la vuelta a una situación muy difícil.

Cuando se habla de superar la crisis, en todo el mundo se pone de ejemplo el caso de España y eso es algo que nos debe llenar de satisfacción a todos. Hemos pasado momentos muy duros, pero ahora estamos recogiendo los primeros resultados de una tarea bien hecha; resultados en materia de crecimiento y de creación de empleo, en corrección de las cuentas públicas, pero también resultados en la imagen y en el crédito internacional de nuestro país.

Pero, más allá de lo que cada uno de los países tenemos que hacer para superar nuestros desequilibrios, es preciso, en Europa y en el conjunto del mundo, coordinar nuestras políticas para conseguir salir con fuerza de la crisis. Me refiero, tanto a las políticas cambiarias y monetarias, como a la política fiscal. Como les decía antes, éste es el segundo conjunto de instrumentos tras las reformas estructurales. Es decir, el G-20 coincide con el planteamiento de política económica del Gobierno de España: reformas estructurales y refuerzo de las políticas macroeconómicas en Europa.

Otro asunto de la máxima importancia han sido las cuestiones tributarias en lo referido a la evasión y a la erosión fiscal. España ha tenido una participación activa en este G-20 al defender el máximo compromiso en este asunto. España será uno de los primeros países en aplicar el intercambio automático de información fiscal previsto en el Plan de Acción elaborado en el G-20. Igualmente, hemos impulsado la implantación de la normativa que establece un estándar respecto a las cuentas en el exterior de personas físicas o jurídicas de nuestros países.

La lucha contra el fraude es un objetivo moral y un objetivo económico. Es más obligado perseguir el fraude cuando el conjunto de la sociedad está haciendo tantos esfuerzos para superar la crisis. De igual manera, una lucha eficaz contra la evasión nos permitirá mejorar los ingresos públicos y acometer de manera más activa la rebaja fiscal que ya está aprobada y que entrará en vigor el año que viene.

Como he dicho en el plenario, en la sesión de esta mañana, y reitero ahora ante todos ustedes, el objetivo último de todas estas medidas fiscales es que no haya ningún lugar en el mundo donde pueda refugiarse la riqueza que no tributa.

En otro orden de cosas, esta reunión del G-20 ha servido también para dar un impulso a las negociaciones comerciales multilaterales, ya que todos convenimos que el comercio tiene una importancia decisiva para impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo en todo el mundo. Hemos acogido con satisfacción lo que parece ser el desbloqueo de los acuerdos comerciales de Bali y, asimismo, hemos reiterado nuestro compromiso en contra del proteccionismo y, concretamente, el de no adoptar nuevas medidas proteccionistas y retirar aquellas que han surgido desde la irrupción de la crisis.

Me gustaría destacar otros resultados concretos que se fijan en la Declaración de Brisbane. Así, por ejemplo, en materia de empleo nos hemos comprometido a reducir la diferencia en la participación laboral entre hombres y mujeres en un 25 por 100 de aquí a 2025. También hemos acordado que los planes de empleo nacionales tengan como objetivo prioritario la reducción del desempleo juvenil. Esta mañana, por cierto, he podido conversar sobre estos aspectos con los representantes del L-20 --son las organizaciones sindicales, como saben-- y les he expresado a los representantes sindicales mi apoyo para que el capítulo del diálogo social figure de manera estable en las próximas citas del G-20.

Hemos avanzado en el refuerzo de la regulación financiera, con propuestas para exigir más y mejor capital a los bancos sistémicos, y proteger al contribuyente frente a las futuras crisis. Asimismo, hemos avanzado en la regulación de sectores como la banca en la sombra y los mercados de derivados.

Esta reunión también ha tenido un importante capítulo dedicado a la energía y al cambio climático. Hemos aprobado unos principios de colaboración energética en el marco del G-20, respaldado un plan de eficiencia energética y comprometido el apoyo político para lograr un resultado concreto y vinculante en la próxima Cumbre contra el Cambio Climático del año que viene. Este resultado ha sido posible gracias al impulso conjunto de los cinco países europeos, por supuesto también España; me refiero a los cinco del G-20.

Respecto a la epidemia del ébola en África, de este G-20 sale un llamamiento a la Comunidad Internacional para redoblar los medios en la lucha contra esta enfermedad que se considera una amenaza global; una colaboración que es económica pero también de personal médico, de formación y de investigación. En este sentido, a iniciativa de España, los países que hemos tratado con éxito casos de ébola nos hemos comprometido a compartir nuestras experiencias, algo que puede ser muy importante para encontrar cuanto antes un tratamiento para esta enfermedad y para fijar las buenas prácticas que impidan la extensión y el contagio de la misma, especialmente entre los trabajadores sanitarios, cuya inestimable labor el G-20 reconoce expresamente.

Les recuerdo, por otra parte, que hace apenas dos semanas el Gobierno aprobó un crédito especial con lo que los fondos dedicados a mejorar la lucha contra la enfermedad dentro y fuera de España superan los veintiún millones de euros.

En otro orden de cosas, saben ustedes también que acabo de participar en la reunión que hemos mantenido el presidente de los Estados Unidos junto con los de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, así como los presidentes de la Comisión y del Consejo Europeo. En el encuentro hemos tratado dos cuestiones importantes. En primer lugar, hemos decidido dar un impulso para avanzar en los próximos meses en nuestras negociaciones del Acuerdo de Partenariado Trasatlántico para que mantengamos la máxima ambición y rapidez. Se trata del Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y los Estados Unidos. A estos efectos hemos acordado una declaración conjunta. Asimismo, hemos analizado la situación de Ucrania a la luz de los últimos acontecimientos y hemos acordado, entre otras cosas, la defensa de la integridad territorial de ese país.

A partir de ahí, tampoco quiero extender en exceso mi intervención para no cansarles a ustedes y estoy a su disposición para lo que tengan a bien preguntarme.

P.- Presidente, sobre esta última reunión con el presidente Obama quería saber si el presidente Obama les ha pedido a los miembros de la Unión Europea un cambio de políticas y si sigue la preocupación con el crecimiento muy escaso de la Eurozona.

Por otra parte, ayer se creó un nuevo partido, se formalizó, digamos, y con la idea… Podemos dice que quiere acabar con el régimen del 78. Quería preguntarle si usted cree que ha llegado el fin de ciclo del bipartidismo, si esto está encima de la mesa.

Por último, le quería preguntar sobre Cataluña. ¿Qué respuesta le va a dar usted a la carta que tiene de Mas? La Fiscalía está denunciando presiones del Gobierno. ¿Cree que esas presiones existen? ¿Está usted satisfecho con lo que está haciendo la Fiscalía?

Presidente.- Realmente, son cuatro y media las preguntas. Empiezo por la última.

Como ya dije en la comparecencia en la que usted estuvo, y que tuvo lugar en Moncloa el pasado miércoles, nosotros respetamos la autonomía de la Fiscalía. La Fiscalía decidió en su momento, el sábado anterior al domingo día 9, abrir diligencias; luego continuó con la investigación y el propio Fiscal General del Estado dijo que él tomaría las decisiones que le pareciesen oportunas y convenientes en el ejercicio de su autonomía. Por lo tanto, yo no tengo nada más que decir que respetar la autonomía de la Fiscalía General del Estado sin que haya habido ninguna suerte de presión por parte de nadie del Gobierno. No sé si por otras personas y con qué intención las ha habido pero, desde luego, por parte del Gobierno y por parte de mi partido ninguna.

En relación con la reunión que hemos tenido con el presidente de los Estados Unidos, no. Sólo se trataron dos temas y a ellos me he referido en mi intervención. El más importante era el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Sabe usted que Estados Unidos y Europa son algo más del 50 por 100 del comercio mundial, y todos los datos apuntan a que, si ese Tratado de Libre Comercio se consigue y se hace con rapidez, puede haber un aumento muy importante del Producto Interior Bruto, tanto en Europa, como en Estados Unidos, y, desde luego, un aumento de empleo.

Yo le dije que mi posición era nítida, clara y que no generaba ninguna duda: estoy absolutamente a favor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, porque eso puede ser bueno para el crecimiento económico en nuestro país y para la generación de empleo, bienestar y riqueza, que es de lo que se trata.

Por tanto, ése fue el primer punto y el segundo punto fue Ucrania. Como ya he señalado, repasamos cuál era la situación de Ucrania en estos momentos y, al final, el tema en el que hay un acuerdo por parte de todos es el de afirmar la integridad territorial de Ucrania y conseguir que a la mayor celeridad, con toda la rapidez que sea posible, la situación se normalice.

Hay un dato muy curioso, porque yo asistí a una Cumbre en la que estaban exactamente las mismas personas que estábamos hoy aquí --fue en Los Cabos, en el año 2012-- y en ese momento, en aquella Cumbre, sólo se hablaba de la situación por la que estaba pasando la zona euro y, muy particularmente, momentos de si iba o no a ser necesario un rescate de España. Dos años después de ese asunto no se habló y dos años después lo que se le pide a España es que explique las reformas estructurales que se han hecho estos años y que han producido un cambio muy importante en la situación de la economía española. Pero de este asunto, como ya se ha superado lo peor, insisto, no se ha hablado.

En relación con el tema catalán, yo voy a trabajar en Cataluña; lo hago siempre. Voy a intentar explicarles a los catalanes que las grandes preocupaciones…, y que ahora hay una gran posibilidad, que tenemos un buen momento para superar lo que han sido varios años de crecimiento prácticamente negativo en nuestro país, varios años de pérdida de creación de empleo. Llevamos cinco trimestres de crecimiento económico, se está creando empleo y ahora es el momento para consolidar todas las políticas que se han puesto en marcha.

Por tanto, yo voy a hablar de situación económica, voy a hablar de generación de empleo, voy a hablar de bienestar y riqueza, voy a hablar de todos los temas que preocupen al conjunto de los ciudadanos de Cataluña y voy a hablar también de sus cuentas públicas, del Fondo de Liquidez Autonómica y de la ayuda que el conjunto del Estado ha proporcionado a Cataluña y a otras tres o cuatro Comunidades Autónomas en donde la crisis golpeó con mayor dureza.

Voy también a tratar de explicar que yo no quiero que tengan que elegir entre ser catalanes o ser españoles. Creo que es muy bueno ser catalanes y españoles, y además europeos, y no se debe de obligar a nadie a decidir entre eso. Creo que todo aporta: ser catalán, ser español y ser europeo. Yo, desde luego, no les voy a obligar a que tengan que decidir nada de eso, como da la sensación de que otros quisieran hacer.

Les voy a decir que siendo españoles, catalanes y europeos también están en el G-20, y les voy a explicar que el mundo de hoy no es un mundo en el que convenga a nadie estar aislado sino, por el contrario, cada vez ir participando más en los grandes foros de integración, porque es donde se toman las grandes decisiones que afectan, al fin y a la postre, al conjunto de los ciudadanos.

Voy a decirles que yo no quiero expulsarles de Europa, del euro ni del G-20; que yo quiero que estén integrados ahí con nosotros. Yo voy a decirles que Cataluña ha ido bien a lo largo de todos estos últimos años cuando ha tenido dirigentes que han servido y han podido buscar el acuerdo y el pacto, gente que supo buscar el acuerdo y el pacto. Cuando ha tenido esos dirigentes, ha ido bien. Yo he participado en muchos acuerdos y pactos. Y que, realmente, la dinámica de no buscar el acuerdo y el pacto, sino la división y el enfrentamiento, creo que no conduce absolutamente para nada.

Yo voy a ir, efectivamente, a Cataluña a hablarles a los catalanes, a defender sus intereses, que son mucho más importantes que los intereses de algunas personas por puros prejuicios ideológicos.

Por tanto, voy a defender aquello en lo que creo. Voy a decir que hemos compartido muchas cosas durante muchos siglos porque, como tantas veces me ha escuchado usted decir, somos la nación más vieja de Europa; que, sobre todo en los últimos años, este país, España, ha dado un salto hacia adelante espectacular, a pesar de la crisis de los últimos cuatro o cinco años: estamos entre los cuatro países del mundo que más hemos crecido en los últimos cincuenta años. Y voy a hablarles de un proyecto de futuro, de un proyecto de una gran nación que está en los grandes foros internacionales, como es el G-20, y que es invitado a hablar de las reformas estructurales que pone en marcha.

En relación con los partidos políticos que quieren acabar con la Transición, tengo que decir que yo no quiero acabar con la Transición. Creo que la Transición fue uno de los acontecimientos políticos más importantes que se han producido en la moderna historia de España y que lo único que ha traído esa Transición han sido efectos beneficiosos para España. La Transición ha traído democracia, libertad y derechos humanos; ha traído un régimen de descentralización política acordado entre todos; nos ha permitido ingresar en Europa; nos ha metido en el mundo y con la época de la Constitución hemos vivido la mayor etapa de progreso y de bienestar de la historia de España y basta simplemente con ver lo que es la historia de España.

Por tanto, yo estoy ahí porque eso ha sido bueno para España y nos ha permitido dar un salto tan espectacular como que los últimos cincuenta años entre los cuatro primeros que han crecido. Si hay alguien que quiere liquidar eso y tirarlo por la borda, supongo que será por desconocimiento pero, sencillamente, no tiene ningún sentido porque ahí están la democracia, la libertad y la garantía de nuestros valores, de nuestros principios y de nuestros derechos individuales como personas.

P.- Presidente, una semana después del 9N lo cierto es que lo que pudo ocurrir ese día ha quedado impune, si ocurrió alguna ilegalidad. Yo quería saber si al presidente del Gobierno le preocupa esa sensación de impunidad que existe ahora mismo en la sociedad española y si el Gobierno puede actuar de alguna manera, si es que la Fiscalía no lo hace, a través de la Abogacía del Estado; o no sé si tiene alguna manera de actuar.

Si me permite una pregunta rápida. En esa respuesta que va a dar a Artur Mas en la carta que ha recibido, ¿le va a invitar al diálogo? ¿Va a proponer algún tipo de encuentro o reunión con él?

Por último, si me permite, Presidente, yo quería saber qué le parece el hecho de que el señor Chaves y el señor Griñán sigan en sus escaños después de que el Tribunal Supremo haya visto indicios de malversación y prevaricación, y si le parece esto coherente con el discurso que está haciendo el Partido Socialista contra la corrupción.

Presidente.- Esa última pregunta es una excelente pregunta para hacérsela a doña Susana Díaz y a don Pedro Sánchez; es una excelente pregunta para hacerles. Yo sobre ese asunto no voy a decir nada, porque yo no soy ni juez ni fiscal. Yo lo único que digo es que compareceré el próximo día 27 en las Cortes Generales para explicar el conjunto de medidas que mi partido o, realmente, el Gobierno con el apoyo de mi partido vamos a intentar que se debatan en las Cortes Generales, y que lo haré con espíritu absolutamente constructivo y con el único y exclusivo objeto, no de tener más discusiones con nadie, sino de decir "oiga, vamos a ver si entre todos somos capaces de poner fin a una situación como ésa". Por tanto, eso es lo que yo voy a hacer sobre ese asunto.

En cuanto a la impunidad, yo ya lo he dicho en alguna otra ocasión. España es una democracia, hay división de poderes. El Gobierno hizo lo que tenía que hacer y me reafirmo en esa afirmación que hice no hace mucho tiempo. El Gobierno ha defendido la legalidad, acudiendo a donde tenía que acudir y dos veces: ante el Tribunal Constitucional. El Gobierno ha tomado las decisiones que al Gobierno le parecieron proporcionadas en la situación en la que estamos, y vuelvo a señalar lo que dije el otro día: "algunos quizás hubieran querido otra cosa". Pues bien, ésa no era la posición del Gobierno, se ha actuado con moderación, con sensatez y con equilibrio.

Las cosas están como están. Era algo que no tenía ningún efecto jurídico, era una convocatoria que no se ajustaba a ninguna ley, a ninguna norma jurídica, y, por tanto, los efectos de todo eso son ninguno. Lo ideal sería que ahora, después de tanto tiempo, porque ha sido mucho tiempo, muchos meses, dedicándose única y exclusivamente a esto, el Gobierno de la Generalitat se dedicara a otra cosa, que es a intentar trabajar para mejorar la economía de Cataluña, igual que todos los demás intentan trabajar para generar bienestar, riqueza y empleo en sus respectivos territorios; insisto, en un momento en que eso sería enormemente positivo en el día de hoy.

En cuanto a la carta, la carta se la contestaré el lunes, porque prácticamente no he tenido tiempo. Me dice usted: "¿Usted va a dialogar?". Mi posición es siempre la misma. Es decir, lo que ha ocurrido a lo largo de todo este proceso es que yo siempre he dicho lo mismo, siempre. Dije que el referéndum no se iba a celebrar y no se celebró el referéndum, y, además, no se celebró porque lo dijo el Tribunal Constitucional. Y lo dije el día 12 de diciembre del año 2013, hace casi un año. Mi posición, por tanto, sigue siendo la misma: un referéndum ilegal no se va a celebrar. Yo de soberanía nacional no hablo, pero lo llevo diciendo desde hace un año; no puedo cambiar de opinión en un tema tan importante como esto, porque sería realmente sorprendente el que yo cambiara de opinión en relación con este asunto.

Lo que hay que hacer es lo que tantas veces le dije al señor Mas: si usted no está de acuerdo con las leyes, utilice los procedimientos que establecen las leyes para intentar modificarlas. Eso puede hacerlo, lo que no puede hacer, ni él ni nadie, mucho menos los gobernantes, es saltarse las leyes.

Por tanto, mi posición es la misma. Ahora bien, a partir de ahí, yo tengo la obligación --no es que yo quiera, decida o no; yo tengo la obligación-- de que, cuando un presidente de una Comunidad Autónoma me plantea un tema, atenderlo. Si puedo, lo resuelvo, y, si no puedo, y en muchas ocasiones no se puede hacer por recursos presupuestarios o por cualquier otro tipo de razón, tengo la obligación de explicarlo.

Pero, insisto, de eso es que es mi obligación; ahora bien, de soberanía nacional, en absoluto. Yo voy a defender la soberanía nacional, porque yo creo en la existencia de España y porque creo que es muy bueno para todos, y sobre todo y particularmente para los ciudadanos de Cataluña, estar en un sitio que cada vez tiene más relevancia e importancia en el mundo, y no aislarse en esta etapa que estamos viviendo que es la de la globalización.

P.- Hemos visto durante esta Cumbre, como hemos visto también en otras ocasiones, un apoyo explícito a la marcha de la economía española --en diferentes ocasiones, en encuentros bilaterales que ha podido tener con diferentes líderes europeos--, a las reformas que ha emprendido el Gobierno, pero ¿no cree que existe quizá un mayor reconocimiento, precisamente, de este tipo de cosas cuando está fuera de España que cuando está en España? Eso ¿a qué cree que se puede deber?

En referencia a Cataluña, quería saber si puede concretar. Ha dicho que va a ir a Cataluña próximamente y quería saber si puede concretar cuándo concretamente va a ir y si, cuando vaya a ir allí o si no, aquí, en el Palacio de La Moncloa, se va a ver con el señor Más.

Presidente.- La verdad es que esa segunda pregunta no puedo contestarla porque no lo sé. Todavía no está tomada la decisión sobre ese tema.

En relación con la situación económica, yo les decía antes que, claro, cuando en el año 2012 celebramos la reunión del G-20 en Los Cabos, hay que pensar cómo estaban las cosas entonces en nuestro país, en España. El tema era: cuándo se va España del euro, cuándo se va a rescatar a España, cuándo dejará España de poder financiarse, cuánto era la prima de riesgo de España, cuánto tiempo seguirá España en crecimiento económico negativo, cuándo se parará la destrucción de empleo, qué pasa con los desequilibrios, el déficit exterior, la inflación, el déficit público… Yo lo sé muy bien, porque lo vivía, lo vivía en el día a día, y estuvimos obligados a tomar decisiones muy difíciles y había mucha gente que nos presionaba para que pidiéramos el rescate. Ahora nos presionan para que hagamos otras cosas con otros temas pero, claro, un gobernante tiene que pensarse mucho las cosas y, cuando tome una decisión, tiene que tener muy claro cuál es la decisión que toma, por qué y para qué.

Entonces, dos años después, de la prima de riesgo nadie habla y en lugar de financiarnos al siete y pico nos financiamos al 2 por 100. Yo hoy he dicho que a cinco años nos financiamos a menos del 1 por 100. Esto en el año 2012 era algo absolutamente impensable. En el año 2012 España tuvo un crecimiento de -2 por 100 y este año va a ser el país que más crezca de los grandes de la Unión Europea y va a crecer el 1'3 por 100. ¿El empleo? Todavía tenemos muchísimo que hacer, pero es que ya se han creado quinientos mil empleos netos; eso es un avance muy importante. Y la competitividad de la economía española ha aumentado y mucho.

Ahora bien, dice usted, ¿por qué se nos ve de una forma en España y en otro? Porque todavía en España hay muchas cosas por hacer. Todavía hay muchas personas que están en el paro y todavía hay gente que está con contratos temporales. Es decir, las cosas han mejorado pero no han mejorado lo suficiente y el primero que es consciente de ello soy yo. Y, luego, en España hay mucha gente que tiene que cascarle al Gobierno, porque forma parte del mundo en que vivimos, y en otro sitio las cosas se pueden contemplar con más tranquilidad.

P.- Quería preguntarle cómo fue el ambiente con el presidente Putin, porque ha habido muchas versiones de si había habido tensiones o molestias. Él, finalmente, no se ha ido, como también salió en algunos medios. ¿Se debatió el tema de Ucrania más abiertamente y realmente hubo esa tención o no? Porque tampoco hubo un encuentro con Obama, como también se ha comentado.

Presidente.- No es fácil responder a esa pregunta pero, si yo tuviera que decir una cosa, le diría que el tema no se planteó en ninguna de las reuniones formales que se celebraron, que creo que fueron cuatro o cinco, y que el señor Putin estuvo poco activo en los debates.

En cuanto a la posición en el tema de Ucrania, es la ya conocida y se la hemos explicado antes: los acuerdos hay que cumplirlos; la integridad territorial de Ucrania hay que respetarla; la Ley, también y lo ideal sería llegar a un entendimiento político. Pero todo el mundo tiene que poner algo de su parte y, sobre todo, algunos más que otros.

Insisto, fundamentalmente ha estado poco activo en esta Cumbre; pero yo no he escuchado --y he estado, lógicamente, como era mi obligación, en todas las reuniones-- ningún reproche directo en ninguna reunión formal.

P.- Presidente, entiendo que, aunque no haya fecha para ello sí hay pendiente una visita a Cataluña, deduzco de sus palabras. Quería saber si esto es así y si van a emprender una campaña informativa o de comunicación desde el Gobierno y desde el Partido Popular para tratar recuperar espacio en Cataluña, en esto que ha dicho de "voy a explicarles cuál es la posición del Ejecutivo".

Y, más allá de lo que haga la Fiscalía, ¿comparte con su partido que Artur Mas cometió un delito el 9N?

Presidente.- Yo voy a Cataluña, pero esto es algo absolutamente normal. Probablemente, si fijamos a qué zona de España he ido yo más desde que soy presidente del Gobierno, probablemente esté entre Cataluña, Andalucía y, luego, Galicia, porque es mi tierra. A lo mejor, Galicia porque en el verano estoy allí más días; pero suelo desplazarme por España siempre que puedo y me gustaría hacerlo más; pero no siempre es posible.

En cuanto al análisis de si es delito o no es delito, le respondo lo mismo que en el tema de las personas citadas antes de Chaves y Griñán: yo no soy juez ni fiscal, ni me parece propio del presidente del Gobierno andar calificando las conductas de unos o de otros. Eso no me corresponde a mí y no lo voy a hacer porque, además, creo que no contribuyo a nada. En un país donde todo el mundo se erige en juez o fiscal, al menos que el presidente del Gobierno intente mantener un poco la tranquilidad y haga alguna apelación diciendo a la gente: "que no todos ustedes son jueces o fiscales".

No tengo previsto hacer ninguna campaña informativa. Lógicamente, tendré que explicar mejor que hasta ahora mis razones y mis argumentos; pero tanto como una campaña informativa yo no le llamaría.

Muchísimas gracias.

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